Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

005 || blind date

═════════════════════════
Chapter Five.
la cita a ciegas

═════════════════════════

SPENCER SIEMPRE HABÍA SIDO CONSCIENTE DEL tiempo exacto que llevaba de conocer a las personas, cosa que normalmente le daba muy igual. Sin embargo tenía una sola excepción a eso y esa excepción era Juno.

Habían pasado 62 días, 13 horas, 52 minutos desde que Spencer pisó "Thirwall's Bakery" por primera ocasión y pudo hablar con aquella linda chica de ojos verdes que se encontraba detrás del mostrador.

En todo ese tiempo, ambos se habían visto un total de 35 veces, ocasiones en las que Spencer solo buscaba cualquier clase de tonto pretexto para ir al local. Ya fuera solo por un café o por algún postre que le terminaría obsequiando a García (la cuál estaba mas que feliz recibiendo galletas y pastelitos).

Al principio, Spencer sentía que iba a la pastelería solo por sentirse feliz, por disfrutar las delicias que el local vendía, sin embargo, el paso de los días le hizo tener un punto de vista completamente diferente. Por supuesto que le encantaba las cosas que vendían, pero una vez estando en el local, parecía que olvidaba a lo que iba. Su lengua comenzaba a trabar la salida de las palabras, su mirada vagaba un poco nerviosa por el local e incluso llegaba a juguetear con sus dedos para bajar los nervios.

Después de pensarlo por un tiempo supo a que se debía todo eso. Se trataba de una reacción a perderse en la mirada de la hermosa encargada del local.

Ya no había manera de negarlo, sin duda alguna, Spencer se sentía por completo atraído a Juno, la linda chica detrás del mostrador que escribía cosas lindas en sus vasos de café que después el guardaría con mucho cariño.

Hubo varios días en donde tenía la idea de al menos pedirle su número, otros en donde realmente deseaba invitarla a salir, o incluso otros en donde solo deseaba tomar su mano y caminar sin un rumbo fijo mientras hablaban de diferentes cosas. Pero todo se quedaba en eso, ideas.

Tal vez era su poca seguridad en temas con chicas.

Tal vez eran los nervios en su interior cada que sus ojos conectaban con los de ella.

Tal vez era su temor a ser rechazado y perder ese avance que había tenido con la chica durante los últimos dos meses.

Tal vez era porque cada que tenía la intención de invitarla a salir, algo aparecía y detenía sus acciones. Eso podía ser desde clientes, hasta los días en donde Declan se aparecía para recoger a Juno.

Y ese era otro asunto. Spencer no había notado mucho interés por parte de la chica por el moreno, sin embargo la historia con él era completamente diferente. Todo su lenguaje corporal delataba sus sentimientos por la castaña y eso lo hacía sentirse un tanto temeroso ante la idea de que Juno podría llegar a sentir lo mismo por él mas adelante.

Nunca había tenido la confianza suficiente para preguntar que era exactamente Declan para ella, pero suponía que tenía cierto lugar en su vida y por eso llegó a verlo tantas veces recogiendola al final del día.

¿Cómo podría competir contra alguien como Declan?

Esa era la pregunta que mas atormentaba la cabeza de Spencer.

¿Acaso existiría la posibilidad de que Juno nunca se fijara en el moreno y se centrara solo en él?

Eso esperaba.

Juno por su parte se emocionaba cuando daban las 8 de la mañana o las 7 de la noche y la campanita de la puerta sonaba porque Spencer Reid estaba ingresando al local. El castaño se había vuelto un cliente regular, que aunque usualmente no llegaba en el mismo horario, siempre se alegraba por verlo.

Había algo en la presencia de ese hombre que hacía que Juno se pusiera feliz solo con verlo, que la hacía sonreír sin motivo aparente solo con una simple mirada, que la hacía suspirar con solo la mención de su nombre.

Tampoco había que esforzarse mucho para averiguar que cosas pasaban en el interior de la mujer cada que veía a Spencer, se sentía muy atraída por él.

Al principio fue algo un poco complejo de asimilar para Juno, se había fijado en uno de sus clientes, alguien solo le conocía el nombre y su ocupación (y eso vagamente), pero con un encanto que no había visto en ninguna otra persona en la vida. Spencer sin duda tenía algo que lo hacía destacar de cualquier otro hombre que hubiera conocido en años anteriores.

•••

Juno ya estaba cerrando la pastelería como usualmente lo hacía, cuando Zara entró por la puerta trasera del local.

— ¡Juno de mi vida, amor mío, amor de mis amores!— exclamó Zara cargando a Charlotte en brazos y acercándose a su amiga— Que bueno que te alcancé antes de que cerraras. Quería hablar contigo

— ¿Qué mosco te pico?— preguntó Juno extrañada ante la actitud de su amiga— ¿Pasó algo? ¿No podías esperar a que volviera a casa?

— Nada malo, solo te iba a invitar a cenar. Mi madre compró unos boletos para llevar a Charlotte al cine, así que se me ocurrió que tú y yo podríamos tener una salida nocturna— sonrió Zara viendo a su amiga— ¿Te parece? Solo pasaríamos a casa para dejar a nuestra princesa con mi madre y para cambiarnos de ropa a algo un poco mas formal

Juno lo pensó por unos instantes, normalmente rechazaría ese plan y se quedaría con su hija, pero al saber que llevarían a la niña a otro lado, la idea sonaba tentadora. Tenía mucho tiempo que no tenía una salida de chicas con su mejor amiga y la idea no sonaba mal.

Y es que los tiempos de Zara y Juno normalmente solo se conectaban algunas veces en casa o en la pastelería, por lo que su tiempo de convivencia se comenzó a reducir.

— ¡Por favor!— insistió Zara— Iremos a cenar al restaurante que te gusta por la lasaña. Yo invito, ¿Si?

— Está bien, aceptó. Me convenciste con la lasaña— accedió Juno— Pero ayúdame a terminar de contar el dinero para ya irnos

Zara y Juno terminaron de arreglar todo lo necesario para poder retirarse de la pastelería, por lo que tomando a Charlotte en brazos, ambas salieron en dirección al auto de la morena. Colocaron su música favorita y condujeron hasta el departamento que compartían. Entre cantos y risas, solo pocos minutos bastaron para que las tres pudieran llegar a su destino, en donde Charlotte bajó corriendo al ver a la madre de Zara (a quien consideraba como una abuela), esperarla con los brazos extendidos y una cálida sonrisa.

— ¡Abuela!— gritó Charlotte abrazando a la mujer— ¿De verdad me vas a llevar al cine?

— Por supuesto que si, corazón mío— sonrió dulcemente la mujer— ¿Vas a querer que te compre palomitas de caramelo o de mantequilla?

— ¡De las dos!— exclamó ella

Juno bajó del auto y le sonrió a la madre de su mejor amiga. Se sentía demasiado afortunada de pese a todas las cosas que pasó, logró encontrar una familia con Zara y Minerva Thirwall, un hogar en donde Charlotte pudiera tener una infancia feliz pese a la ausencia de una figura paterna.

La castaña se despidió de su hija y de Minerva, para después entrar al edificio junto a Zara. Las dos siguieron su conversación, Juno sugería ir a cenar y tal vez después ir por algunos tragos, cosa a la que Zara accedía sin pensarlo mucho, lo que hizo a Juno sospechar de la actitud de su amiga, ya que esta usualmente tenía diversas ideas y siempre aportaba algo.

Y es que Juno no tenía idea, pero esa noche no sería precisamente una noche de chicas con Zara.

•••

Derek había tratado dos veces mas el convencer a Spencer de asistir a la cita que Zara había intentado arreglar para él, sin embargo las respuestas del castaño siempre solían ser negativas. Fue entonces que Zara tuvo otra idea y para eso tuvo que pedir apoyo por parte de algunos de los amigos de su novio.

El plan era sencillo, fingir que algunos irían a una cena para relajarse después de la semana tan caótico que habían tenido (semana en la que Spencer había quedado cautivo junto a Emily en una secta). Morgan iría con él para no verse tan sospechoso de solo mandar al hombre al restaurante, aunque al momento de llegar, Derek fingiría que tendría que quedarse para atender una llamada de Zara, haciendo que Spencer entrara solo al restaurante, encontrándose así a Juno.

La idea parecía estar funcionando ya que Spencer y Morgan estaban a tan solo unos minutos de llegar al restaurante.

— Honestamente no creo estar vestido para el lugar al que planean que vayamos— dijo Reid mirando por la ventanilla— ¿Y si lo dejamos para otro día?

— Nada de eso chico, nos merecemos este descanso después de todo lo que pasamos, sobre todo tú— respondió Morgan sin despegar la mirada del camino— Te ves bien y si te preocupa tu imagen, traigo un saco de respaldo en el maletero

— Morgan, eres mas grande que yo. Usar tu saco me hará ver mas delgado de lo que ya luzco— contestó Spencer— Que raro, no he visto el coche de Emily o Rossi en todo el trayecto. ¿Qué no se supone que venían detrás de nosotros?

— Debieron quedarse atrás por algún semáforo— mintió el moreno sin mirar a su amigo— Deja de sobrepensar las cosas por un momento y relájate, vamos a pasar una noche agradable, cena deliciosa. No te preocupes por lo que lleves puesto, te ves bien

Spencer suspiró y asintió.

Minutos mas tarde ambos entraron al área para estacionarse, Morgan fingió tener problemas con el auto y la llamada de Zara, por lo que le pidió a su amigo adelantarse para no perder la reservación.

— La reservación está a mi nombre, pero también di el tuyo para que te identifiquen al ingresar— le dijo Morgan

Él asintió y salió del auto mientras buscaba con la mirada el auto de algún otro de sus compañeros. No había rastro de alguno de ellos por ningún lado y eso lo hizo tener ciertas dudas.

Sin embargo recordó las palabras de Morgan y eligió no pensar tanto las cosas, de manera que cuando entró al restaurante, dio su nombre a la chica que se encontraba recibiendo a los clientes y caminó junto a esta para que se le otorgara su mesa.

Durante su camino, se encontró una cabellera castaña que logró reconocer aún cuando se encontraba de espaldas.

Su corazón se aceleró, sus manos empezaron a sudar y los nervios comenzaron a hacerse presentes.

Era Juno.

La chica estaba a solas en una mesa para dos. Spencer sintió nervios ante la idea de que pudiera estar en compañía de Declan. Cosa que no sería del todo agradable para él, no deseaba ver a la chica que le gustaba en compañía de alguien mas.

Pero entonces sucedió algo completamente inesperado. La chica que se supone debía llevarlo a su mesa se detuvo justo en donde Juno se encontraba.

— ¿Desea alguna bebida para comenzar?— preguntó la mujer sacando la silla frente a Juno y dirigiéndose a él

— ¿Disculpa?— preguntó Spencer confundido

— Ehhh, disculpe, señorita. Esa silla ya está ocupada— mencionó Juno bajando su menú, sin darse cuenta que había alguien junto a ella, alguien que ella conocía y deseaba volver a ver— Mi compañía fue al sanitario y dijo que aún no deseaba beber nada

— Y mi mesa se supone que es para seis personas— habló nuevamente Spencer— La reservación tiene que estar a nombre de Derek Morgan

— Un momento, yo te conozco. Eres el chico lindo que compra café a las 8 de la mañana— dijo Juno cuando volteó para ver quien estaba a su lado—  Hola Spencer

— Y tú eres la chica que siempre me escribe mensajes agradables en mi vaso de café— sonrió Spencer al ver a la castaña sonriéndole— Hola Juno

— Disculpen pero las indicaciones que recibí fueron bastante claras. La señorita Juno Clarke llegaría en compañía de la señorita Zara Thirwall, quien hace unos momentos se retiró y me dijo que en cuanto el señor Spencer Reid llegara, lo trajera hasta aquí— comenzó a explicar la mujer— ¿Acaso estoy mal?

Fue cuando todo en la mente de Spencer comenzó a cobrar sentido, que no viera el carro de alguno de sus compañeros, que tuviera que entrar a solas al restaurante, que misteriosamente quisieran organizar una cena en otro lugar que no fuera la casa de Rossi.

Morgan nunca se rindió en la parte de  hacerlo ir a la cita a ciegas que había mencionado en ocasiones anteriores.

Aunque lo único que no comprendía era como Juno formaba parte de todo esto.

— Está todo en orden, señorita. Muchas gracias, no se preocupe, hizo bien las cosas— sonrió Juno— Spencer ¿Me acompañarías para cenar? Creo que ambos tenemos mucho de que hablar

Spencer asintió un poco confundido y tomó asiento frente a la castaña que aún le sonreía a la encargada de acomodar a los clientes en las mesas.

— Hola... esto es... realmente inesperado— saludó Spencer en cuanto ambos se quedaron a solas— Entonces... conoces a Zara y Morgan

— Hola, vaya que lo es— saludó de vuelta— Si... Zara es mi mejor amiga desde la escuela,  Derek es su novio y por lo que conozco de él y lo que conozco de ti, voy a asumir que trabajan juntos. ¿No es así?

— Si, justo eso— asintió él— Escucha... creo saber de que se trata y espero no te moleste. Morgan hace días me habló sobre tener una cita a ciegas con una amiga de su novia, le dije que no y...

— No te preocupes, yo también comprendo lo que sucede— dijo Juno con una amable sonrisa— Zara siempre me insiste en que debería de salir con alguien, que tenga citas y quiero asumir que Morgan hace lo mismo contigo... Zara sabía que no existiría poder alguno que me haga asistir a una cita a ciegas, no después de la última vez

Juno rio ligeramente y por un momento Spencer creyó escuchar a un ángel. Su risa era delicada, como música para sus oídos.

— Historia para otro día. En fin, lamento mucho que te engañaran para venir, te prometo que yo estoy igual de sorprendida que tú y...

— No tienes porque lamentar nada. Si te soy honesto... hubo veces en las que tenía la intención de invitarte a cenar— sonrió Spencer con nervios— Solo que no sabía que clase de reacción podrías llegar a tener... hablo de que si no tienes inconveniente, tal vez podríamos cenar juntos

Juno se sintió sorprendida ante la propuesta, sin duda no esperaba que Spencer en algún momento llegara a invitarla para salir.

— Supongo que no sería una mala idea— sonrió Juno de vuelta— Hola, mucho gusto. Mi nombre es Juno

— Un placer, soy Spencer

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro