𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀 1: 𝖩𝗂𝗇 𝖦𝗎𝖺𝗇𝗀𝖸𝖺𝗈.
⚠️ A D V E R T E N C I A:
El siguiente contenido vendrá con temas sensibles a lo que respecta a la realidad. Alguna información que venga aquí puede ser simple creación para el capítulo y no ser información de fiar, por lo que se le pide al lector no creerse todo lo que se dice y dar a investigar con el tema para mayor comprensión. Se le pide respeto y discreción a las personas que sí poseen tal enfermedad.
⚠️La salud mental, es igual de importante que la salud física y emocional.⚠️
𝑬𝑺𝑷𝑬𝑪𝑰𝑨𝑳 𝑯𝑨𝑳𝑳𝑶𝑾𝑬𝑬𝑵
¿Sabes lo que es un sueño?, ¿Sabes lo que es la realidad?, ¿Lo que es una ilusión?, ¿Una alucinación?; Si es que lo sabes, entonces, ¿Sabes cómo se puede ser normal a ser loco?, ¿De ser loco a ser normal?.
¿Quién ve la verdadera realidad?
¿Un sueño en plena realidad tal vez?, ¿Saber en verdad quien eres?.
¿Acaso te reconocerías?
¿Estás seguro, que estás asalvo en tu propia mente?
Tú mente, puede ser tu mayor refugio, tu mayor aliado, tu lugar de privacidad...
Pero también tu peor enemigo.
Antes de convertirse en Jin GuangYao, su nombre era Meng Yao; hijo de una joven que apenas dejo la adolescencia, una belleza de loto blanco, con talento en el baile, y aura angelical.
Por supuesto, también muy ingenua.
Palabras que endulzaron sus oídos, unos cuantos detalles bellos, besos que consentían el alma, y varios juramentos de amor eterno, fueron suficientes para que aquella joven creyera que se estaba entregando al correcto, entregando lo que ella creía, era la prueba de que sentía lo mismo, que llevaba, su pureza, dignidad y honor; llevaba todo de ella.
Y como la inocente ángel que era, dejó que le arrancaran las alas con delicadeza, pero cuando todo terminó, empezó el dolor. Empezó la realidad.
El cortejo como si hubiera sido una diosa de la belleza para ella, en realidad fué solo una pedida de noche a una prostituta de calidad, los regalos dados eran baratijas falsificadas dadas como si fuesen oro, aquellas citas románticas eran solo la diversión de un gato antes de devorar a su presa ya casada, las caricias al cuerpo, piel con piel dados con cuidado se lavaron fácil con jabón.
Y aquellos juramentos de amor por la vida eterna eran palabras que se las llevó el viento, ya que no tenían nada de peso.
Él hombre al cual le había entregado su más grande tesoro, se había burlando cruelmente de su ingenuidad, revelando que él era un hombre jugador, y ella su más reciente partida ganada.
Aquel ángel que le hicieron volar a los cielos, le hicieron caer en realidad, rompiéndose en mil pedazos cuando el suelo la atravesó.
El dolor fué como si no disminuyera, una herida que era fresca apesar de los días; por un buen tiempo, descuido de si misma, ya no le importaba que le pasaría a ella.
Eso pensó antes de enterarse que en realidad, ahora cargaba con alguien más en su vientre.
Estaba embarazada.
Aquella loto blanco sucia y usada, fue rechazada del lugar donde obtenía un techo humilde después de esa noticia, por sus progenitores.
La belleza destrozada fue objeto de burlas:
"-Ella venía de una casa pobre, ¿Creía que entregándose a un hombre rico y quedar embarazada podría salir del pozo dónde estaba? ¡Que risa!"
"-Si hubiera sabido que era una fácil llevarla a la cama, definitivamente no hubiera perdido el tiempo, ¡Que desperdicio!"
"-Pero de todas formas, acabó preñada, ¿Que hombre quiere a una chica después de eso? Se vuelven feas"
"-Que irresponsable y que humillación, si hubiera sido mi hija, ¡No dudaría en azotarla por tal vergüenza que da!"
"-Al final, su apariencia engañó, era una zorra"
"-Ahora carga con el karma, pues bien, ¡Se lo merece por su gran descuido!"
Oh, risas de hienas.
Risas de hienas cállense.
Cállense ya.
Esa flor se marchito con el pasar de los meses, callendo en lo más profundo de lo clandestino, dejando atrás lo que había sido un futuro brillante como bailarina florclórica, a una sirvienta novata de un burdel barato.
Apesar de todo eso, decidió tener a su hijo.
Cuando Meng Yao nació, fue en ese burdel, al lado de la suciedad, el sonido de fondo de los borrachos y gemidos desvergonzado de las trabajadoras, y cucarachas haciéndole compañía a su madre. En aquel cuarto al fondo del pasillo, apenas iluminado, la habitación de su madre.
Apesar de todo, cuando su madre lo vio, le dió la primera sonrisa verdadera después de mucho tiempo.
Cuando ella se recuperó, no tardó en trabajar como prostituta de alto precio, ya que sus habilidades para entretener en el baile eran atrayentes, y más cuando los clientes se enteraban que había dejado de ser vírgen hace poco. Su imagen inocente de niña aún persistía, lo que atraía a hombres con deseos inmorales muy dentro de su ser que no podían cumplir por la ley.
Así, Meng Yao, creció en un prostíbulo.
La primera regla de su madre, era que por ninguna circunstancia, debía acercarse al cuarto donde debía trabajar en las noches.
La segunda regla, trata que los señores que vienen, no te vean, y si te llegan a ver, no vayas con ellos si te llaman, corre, no son de fiar.
Tercera regla, si llegara a conocer gente nueva, nunca mensiones quien es tu madre, nunca digas dónde vives.
Cuarta regla,y la más importante:
Debes esperar la llegada de tú padre.
Meng Yao no sabía quién era su padre, pero sabía que era una persona que con saber de su existencia, vendría por él deimediato.
O eso decía su madre.
Ella entre sus pocas cosas de valor, tenía un collar de perlas, uno que simulaba ser de verdad, pero era falso; él ya sabía diferenciar entre las mentiras.
- Está es la prueba, que debes darle, para que vea que eres su hijo, y sin ninguna duda, te acogerá
La ilusión llegó a sus ojos de aquel niño, cuyo deseo, era conocer a la persona que tanto enterró en su mente su progenitora.
- ¿Y porque aún no ha venido por nosotros?
- Oh cariño, él ya vendrá, solo debes esperar, vendrá, y cuando suceda, no dudes en ir con él
- ... ¿Y que hay de tí?
- Mamá irá detrás de ustedes, solo deberá arreglar unas cosas antes de irse.
Pero en ese momento, la duda germinó en Meng Yao.
- ¿Y como sabes que nos está buscando?, ¿Que me tratará como un verdadero papá?
Su madre se quedó callada, sin a ver esperado tales preguntas de su hijo.
- A-Yao, ¿Porque preguntas eso?
- Los señores que se ríen en las noches, siempre mencionan que odian a sus esposas, y detestan a sus hijos.
- ¿Los señores que se ríen?
Meng Yao asintió: - Los señores que se ríen, que llegan siempre de noche; los que encierran a madre en un cuarto, y no la dejan salir hasta que llegue el día.
Su madre, nunca le contesto ese día.
Unos años pasaron, y Meng Yao solo tenía un poco de esperanza, si no fuera porque su mamá se encargaba de repetirselo cada día.
Él llegará.
Él lo hará.
Él debe de venir.
Y un día, alguien llegó a ese burdel.
Su llegada era llamativa, sus ropas elegantes y de una apariencia que no era normal para el estatus de ese lugar, tenía un aura empoderada, y rostro bello.
La chica que una vez fue un ángel inocente, corrió rápidamente cuando fue llamada por su jefa, alguien la buscaba, alguien con estatus.
Pero cuando bajó, encontró a alguien totalmente diferente a quien esperaba.
Una dama del día.
Aquella dama dejo la taza de té que le habían servido con elegancia, sin dejar su porte tan inalcanzable, alguien líder digno de alabanzas.
- ¿Quién es usted?
La dama no dejó su expresión seria de lado, pero al ser preguntada, lo aligeró un poco, y con una voz tranquila pero firme respondió.
- Mi nombre es Jin Lian, Jin por matrimonio.
Al escuchar ese apellido, La dama de la noche se estremeció, y se asustó, por la última palabra.
- Mejor conocida como Madam Jin.
De un golpe seco, la joven calló de rodillas al piso, sabiendo lo que las palabras de la dama del día significaban.
- Pero... Pero... Pero él...
- Meng Shi, ¿No es así? - Madam Jin se levantó, sin perder la postura por el estado de la chica menor. Suspiró, caminando al rededor viendo los adornos baratos del lugar-. No hay menor duda que GuangShan se consigue cada vez más ingenuas, por lo que veo, ¿Lo esperabas a él?
La respiración agitada de Meng Shi, fue su respuesta.
- Dama Meng Shi, las cartas que usted ha estado enviando no son más que ignoradas y quemadas por el personal de mi esposo, el sabe sobre su hijo, y aún así, apesar que usted es tan persistente, él no viene... ¿En serio sigue esperándolo?
- Él me dijo... Él debe... - Las lágrimas amargas de Meng Shi inundaron su bello pero desdichado rostro.
- Escucha, niña, no eres la primera, ni la última, en atravesar las sábanas ni las falsedades de Jin GuangShan, y tampoco serás la única que tuvo un hijo bastardo de él.
La prostituta herida, se puso rígida de miedo, ¿Que le harán a Meng Yao?
- Él pequeño, se llama Meng Yao, ¿No?, Lo mencionas mucho en tus cartas... - Madam Jin saco unos cuantos sobres abiertos y arrugados de los bolsillos de su elegante vestido. Suspiró otra vez -. Él tiene una edad parecida a la de mi hijo, y aquí... - Dió una mirada rápida hacia todo el lugar - No es un buen ambiente para que un niño crezca...
Meng Shi se estaba dando una idea de lo que estaba diciendo Madam Jin, y apesar de su coctel de emociones, la alegría resaltó por sus pensamientos precipitados.
- Meng Yao... Ha mi A-Yao... ¡¿Se llevará a mi A-Yao?!, ¡¡¿Será reconocido por A-Shan?!!
Está chica... ¿Que tan lavado tiene el cerebro?
El que habla... ¿Es su corazón o su mente?
Ella... ¿Acaso esta bien?
Madam Jin tenía sus brazos cruzados, dándole una mirada neutral a la joven aún en el suelo. - Primero, quiero verlo.
Meng Shi corrió a la orden de la mujer, como si está ya viviera para recibir órdenes y seguirlas al pie de la letra.
Por solo unos minutos siguientes, un pequeño niño era casi arrastrado por su madre desde las escaleras; él no quería bajar, pero las emociones de su madre eran lo que impedían ver aquello.
Como si fuese un tributo, arrastro a Meng Yao al frente de la Dama del Día, y como creyente, se inclino, como si orara, le dijo a la mujer de más alto estatus: - Por favor, lleveselo, está sirvienta se lo ruega. Mi A-Yao merece algo mejor.
Meng Yao temblaba de miedo. No sabía que pasaba. Su madre de pronto entro en su cuarto y lo saco casi a rastras de ahí, alegando que este era el gran esperado día, que debía irse, y luego, verla en el suelo, suplicando, le asustó más... ¿Quería que se fuera con esa mujer?
La dama del día estaba sorprendida, sin saber que decir.
- Ha mí, una completa extraña... ¿Fácilmente me entregas a tú hijo?, Acaso... ¡¿Acaso no te preocupa?!
Sin embargo, Meng Shi siguió con la cabeza hacia el suelo, aceptando el regaño, sin una pisca de vergüenza o dignidad.
Ella ya lo había perdido hace mucho.
Meng Yao tenía miedo. De un momento a otro, sus pocas cosas eran empacadas por su madre con gran velocidad, y en vez de ver tristeza en su mirada como hubiera esperado, vio alegría.
- ... ¿Mamá no vendrá conmigo?
- Mamá te dijo que antes de irse, tiene algo que hacer, te alcanzará después.
Pero Meng Yao sabía, que aquella dama elegante, nunca dijo que se llevaría a su madre también.
Y lo que le hizo estar más nervioso, fue un gran abrazo cargado de tantos sentimientos transmitidos por su madre, más un pequeño obsequio envuelto en papel periódico.
- Mi pequeño A-Yao, abre esto, cuando seas reconocido por tu padre oficialmente, ¿Sí?
A-Yao otra vez, no supo que decir.
Solo vio como esa mujer que le dió la vida, le despedía atraves de la ventanilla con entusiasmo, llevando con él, las espectativas cumplidas de su madre, y dejando con ella... Lo descompuesto.
Fue la última vez que vio a la dama de la noche.
Antes de saber que se había suicidado.
Los sonidos de cosas frágiles romperse fue lo que abarcaba toda la mansión, que fueron acompañados por gritos de histeria.
- ¡Por una vez en tú vida! - Se escuchó algo lanzarse, para después romperse - ¡Hazte cargo de tus propias acciones!
La mujer enfurecida era Madam Jin, quien amenazadoramente había tomado otro objeto cerca de ella para apuntar hacia su escondido, e imbécil marido.
- ¡Pero, ¿Cómo quieres que lo haga?! - Esquivó exitosamente el objeto lanzado de nuevo - ¡Yo pensé que lo abortaría, siempre lo hacen! - GuangShan tuvo que esconder su cabeza, después de que el reproductor de discos se lanzará hacia él, acompañado de un rugido de su esposa.
- ¡Te juro que si no fuera por tus estupidos contratos y amenazas de tu familia hacia la mía, yo ya estaría más que divorciada de ti!
- Bueno, eso también me gustaría... Pero mi empresa disminuiría sus... - Unos zapatos de tacón volaron, y el hombre tuvo que esconderse otra vez.
- ¡No saldrás de esta habitación a menos que le reconozcas!, ¡¡GuangShan!!
- ¡Pero querida, baja la silla!
- ¡Ni se te ocurra llamarme querida, pedazo de imbécil!
Meng Yao se encontraba afuera de la habitación, con sus pequeñas manos agarrando su pequeña cabeza, tratando de retener sus sollozos y callar para sí los gritos de ese destruido matrimonio.
¿Porque no simplemente se iba?
Quédate, debes esperarlo.
¿Mamá?
La voz de su madre resonó en su mente. ¿Cuando su recuerdo de una desesperada llegada se arraigo tanto en su cerebro? ¿En su mente?.
Su padre nunca vino por él, en cambio fue alguien más. Entonces...
¿Porque tenía un pinchazo de que debe ser él quien venga aquí?
De pronto, la sensación de ser observado lo invadió. Alguien lo observaba, alguien venía.
Alguien quería entrar a su mente.
Debes dejarlo entrar, él debe venir, él vendrá.
Y debes hacer lo que te diga.
El tono melodioso de su madre se cambió a uno grave y lento, uno que le dió miedo. ¿Mamá, dónde estaba? Escuchaba su voz, cerca de él, pero ella no estaba.
¿Quién le hablaba?
Las voces de los gritos de alguna forma se habían apagado, el solo tenía subidos en sus orejas, que podía distinguir como moscas, insectos, cuando vuelan alrededor tuyo y sus molestos cuerpos vienen y pinchas tus oídos.
No había moscas.
Pero al mismo tiempo, sí había.
Mamá, ¿Dónde me enviaste?
Un entumecimiento provocó que la sensación de invasión hacia su mente quedará ignorada, y se enfocará en golpear a los molestos mosquitos que no dejaban su rostro en paz. ¿Porque las sentía, porque las oía, pero no las veía?
Las idas y vueltas de las moscas empezó a ser tan molesto, que Meng Yao empezó a golpearse el rostro, cabeza, nuca, en cualquier lugar donde estas moscas sentía que tocaban su piel, no notó que sus propios golpes se estaban tornando dolorosos.
Solo para, tu maldita molestia.
Iba a empezar a rasguñarse, si no fuera porque una mano lo detuvo, lo que al mismo tiempo, le asustó.
- ¡¿Pero que haces?!
Enfocó a un niño, tal vez un poco menor que él, pero su apariencia era como la suya. Como dos gotas de agua.
Solo que él otro estaba más cuidado que él.
- ¿Acaso eres idiota? ¡Te estabas lastimando!
Meng Yao estaba tan aturdido, que no le importó que el otro niño le insultara.
Gracias a lo aturdido que estaba Meng Yao, el niño pudo dar una rápida mirada hacia todo su rostro con preocupación disfrazada con molestia. Chasqueo su boca, al ver que no había sangrado.
Ese otro niño enfocó su mirada a la puerta de entrada del cuarto de sus padres, bueno, al menos el de su padre.
Obviamente escuchaba los gritos, y a decir verdad ya no le importaban, pero puso atención en lo que discutían, así se dió cuenta, que probablemente el Meng Yao pudiera ser del que hablaban.
- ¿Te llamas Meng Yao?
Meng Yao asintió.
Ese otro niño suspiro, tomo de la mano a Meng Yao y camino tranquilamente fuera de ese pasillo, fuera de los gritos de sus padres.
- Mi... Mi nombre es ZiXuan... - Se presentó. Si observabas bien, tenía un rubor en sus mejillas por vergüenza al no saber de que hablar. - Mamá me dijo, que tendría un hermano.
Eso hizo que la atención de Meng Yao saltara, y pusiera más atención a lo que decía ZiXuan, quien aún lo guiaba por los pasillos de aquella mansión.
- Así que creo que eres tú - Dió una rápida mirada hacia el mayor -. Vamos, debes limpiarte, estás sucio.
Por el comentario, Meng Yao miro sus ropas, y luego trato de verse a sí mismo. Según él, estaba limpió.
- ... ¿Porque quieres limpiarme?
- Supongo que eso... Haría un hermano...
Esa declaración sincera, hizo que el corazón de ese entonces Meng Yao revoloteara de calor.
Y así fué la primera vez, que Meng Yao sintió el cariño de un hermano.
La primera vez que piso un escenario, fué cuando entro a la adolescencia, para dar su primera presentación de ballet, ahora como Jin GuangYao.
Danzó como un integrante de la obra lago de los cisnes. Ropa adquirida por su madre adoptiva, Jin Lian, tras a ver conseguido un papel protagónico en dicha obra después de largos esfuerzos por un reconocimiento en la disciplina a la que desarrollo amor.
Aunque tenía la vaga impresión, de que también quería llamar la atención de su padre, su madre había hecho lo mismo cuando lo conoció, tal vez... Inconscientemente trataba de llamar su atención.
¿Para que?.
El día de la obra, solo asistieron Madam Jin y su hermano menor, Jin ZiXuan. Apesar de lo que sabía que podía ocurrir, se encargó personalmente de dejar un boleto de entrada extra en la oficina se Jin GuangShan, dónde se podría encontrar, si no estaba en la sábanas de una nueva mujer.
Al parecer eso nisiquiera lo hizo venir.
Los aplausos inundaron la sala, y con alegría, Jin GuangYao fue uno de los pocos que recibió un ramo de flores en reconocimiento por su gran presentación a tan corta edad en esa obra. Los aplausos no pararon, consistieron con más fuerza cuando se nombraba personalmente a un alumno y sus palabras de reconocimiento, así uno a uno.
Era un momento de satisfacción y alegría para GuangYao, entonces...
¿Porque veía el rostro de su madre distorsionado cuál televisión antigua, con una expresión de decepción a su persona, en el asiento dónde debía ir su padre?
N̶o̶ l̶o̶ h̶i̶c̶i̶s̶t̶e̶ v̶e̶n̶i̶r̶...
A̶c̶a̶s̶o̶... ¿Q̶u̶i̶e̶r̶e̶s̶ a̶t̶r̶a̶e̶r̶l̶o̶ c̶o̶m̶o̶ y̶o̶ l̶o̶ h̶i̶c̶e̶ c̶o̶n̶ ė̶l̶?
El gran amor que una vez vio en aquellos ojos maternos ya no estaba, en su lugar estaba la figura de la mujer, con rostro distorsionado como si fuese una televisión con falta de señal, de alguna forma su aura era tan marcada que de ella solo salían lo que parecía sombras de patas de araña.
I̶n̶t̶e̶n̶t̶a̶s̶ g̶a̶n̶a̶r̶t̶e̶l̶o̶... ¿Q̶u̶e̶ t̶e̶ d̶i̶f̶e̶r̶e̶n̶c̶i̶a̶ d̶e̶ m̶í̶ e̶n̶t̶o̶n̶c̶e̶s̶?
Jin GuangYao no hizo nada, fue como si el ver la figura aterradora de su madre le hiciera congelarse para nisiquiera dar un respingón del susto.
E̶r̶e̶s̶ u̶n̶ v̶e̶n̶d̶i̶d̶o̶... c̶o̶m̶o̶ y̶o̶
Por si fuera poco, ¿Porque empezó a ver tantas mamitis en los rincones del escenario y los asientos del público?
Sus largas patas peludas les hacía arrastrar por todo el lugar, jugando con el hecho de asustar al niño de ir o no hacia él, pareciendo tener una conciencia humana. Queriendo entrar a su mente e invadirla.
- Yao... AngYao... ¡Jin GuangYao! - El llamado del director del teatro por fin le hizo volver en si, al menos su atención, ya que...
La mantis más grande de todas estaba encima de la cabeza de él, goteando de lo que parecería su boca, un líquido amarillento.
- Toma pequeño, tus flores - Ofreció el adulto.
Jin GuangYao solo se le quedó viendo fijamente por unos momentos, lo que no solo hizo sentir incómodo al director, también un poco la sala, que se había quedado en silencio por la extraña rigidez del muchacho.
- ... Gracias - finalmente dijo, aceptando el ramo.
Dejándo atrás ese extraño momento, todo el elenco tuvo que ir al frente para dar una reverencia de agradecimiento como último acto.
Las compañeras al lado de GuangYao se asustaron un poco. GuangYao nunca les había apretado tan fuerte la mano...
Poco sabían ellas, que el empezó a temblar de miedo, porque la figura de su madre ahora se encontraba en frente de él, ahora con rostro de la máscara de tragedia, el famoso logo del teatro.
Sabe quién, como fue que pudo mantener la compostura ese día, sin gritar.
De alguna forma, no le gustaba su profesor. En el colegio de Gusu Lan, apesar de ser una institución con profesores estrictos tras muchas reglas que debían seguir, eran buenos; este en particular, era uno joven y por ende, mucho más accesible y tranquilo que otros.
Entonces, ¿Porque sentía miedo de él?
Él nunca gritaba, era incluso juguetón para aligerar la clase, pero aún así era un buen profesor. Apesar de todo eso, no confiaba en él desde el principio.
No podía evitarlo. Aunque sabía que no podía ser, la sensación de que era acechado en cada rincón al que iba, sean miradas o presencias no lo dejaban tranquilo.
No solo era él, si no también la clase.
Voces en su cabeza le decían que no debía confiar en los demás. De alguna forma todos quieran sabotearlo. Tal vez por eso se sentía muy distante de todos apesar de estar literalmente a su lado.
Esos momentos dónde se encontraba muy nervioso eran días variados, nunca sabía predecir cuando vendría nuevamente la sensación de estar dividido y ser invadido del sentimiento de miedo y desconfianza que le daban todos. Puede ser todo el día o días sentirse así, o incluso puede durar solo dos horas.
Era una sensación incómoda, podía sentir que de alguna manera se dividía en dos, una conciencia dual en un mismo cuerpo. Podía sentir como llegaba a desconectarse y ver como si fuese un tercero en toda su visión, mientras que de manera automática hacia todo lo demás.
De pronto, un chillido tan agudo por el grito de una mujer lo aturdió, y escucho que venía de su derecha. Se retorció tratando de tapar sus oídos de ese sonido repentino y fijo su vista dónde pensaba que había sido el grito.
No había nadie.
- A-Yao, ¿Estás bien?
Al escuchar el llamado de su nombre volteo a ver hacia su izquierda, dónde ahí se encontraban sus dos amigos.
Lan XiChen, quien lo había llamado, y Nie MingJue.
- De pronto te tapaste los oídos y volteaste hacia allá - con ayuda del tenedor, MingJue señaló hacia la derecha de GuangYao, dónde hace unos momentos volteo a ver.
- Ah... Yo... No es nada, descuiden - Era la hora del almuerzo, calló en cuenta. Su propia comida se estaba enfriando así que se dispuso a comerlo rápido.
- Eh, tranquilo, aún falta mucho para la siguiente clase - tranquilo XiChen, mientras daba otro bocado de su almuerzo.
Por unos momentos estuvo bien, fue como si los susurros que escuchaba a lo lejos pararán como si hubieran una burbuja. Después de un tiempo se pudo relajar y comer tranquilo, sus sentidos se pacíficaron.
XiChen y MingJue eran dos chicos que había conocido cuando había llegado a esa escuela de intercambio. Aunque ellos eran de otra clase y tenían un año más que él, pero eso no impidió que pudieran llevarse bien.
Ambos habían asistido a la obra de ballet donde participó, lo reconocieron y decidieron invitarlo a comer con ellos.
El agotamiento por sus nervios le había pasado factura, su cuerpo se sintió débil y se recargo un poco más de la cuenta en la mesa porque su dorso no daba para sostenerlo recto.
De pronto, unas náuseas aparecieron repentinamente.
Quería vomitar.
- ¡A-Yao! ¡¿Adónde vas?!
No supo que pasó con su almuerzo, deseguro se callo por lo rápido que se levantó bde la mesa. No veía a quien empujaba, las risas de fondo que se burlaban de lo patético que era, era lo segundo a lo que ponía atención. Debía ir al baño, rápido.
- ¡Ey! - Escucho una queja lejana, pero entre tanta risa no supo saber quién era. - ¡Ten más cuidado la próxima vez, amigo!
- Tks, se supone que él debe de disculparse, no tú.
- Neeh, Jiang Cheng, ¿No vez como estaba? ¡Tenía su vomito en la boca!
El muchacho de brazos cruzados hizo una mueca de asco por la mención de tal acción. Su acompañante vio la oportunidad de molestarlo, así que empezó a hacer arcadas fingidas de signo de vomitar.
- ¡Wei Ying, basta!
Lo miro entre asustado y asqueado, sabiendo que el contrario no pararía, empezó a correr lejos de él.
- ¡Jaja! ¡Jiang Cheng espérame, hay que encontrar a Wen Ning!
Al momento siguiente en el que se pudo dar cuenta, ya estaba en el retrete soltando lo poco que había comido, mientras que esas risas que creía eran las personas de afuera, se adjuntaron con el.
Carcajadas escandalosas, risas como susurros, palabras hirientes de cómo se veía de estúpido, poco les podía dar atención, cuando aún estaba dando arcadas sacando ya no comida, solo asido estomacal, ya no podía sacar más, pero su cuerpo se lo pedía, aún tenía que vomitar, pero no sacaba nada.
Mira como te vez.
Jijiji, que estúpido, ridículo...
¿Así crees que les agradas?
Tooodooos quiiieeereeen hacerteeee dañooooo....
Empezaron con tacto de susurros, pero poco a poco voces masculinas y femeninas empezaron a agruparse
q̶u̶i̶e̶n̶ e̶r̶e̶s̶, q̶u̶i̶e̶n̶ e̶r̶e̶s̶
t̶u̶ᤨ᮫ꠥ s̶o̶l̶᪰ᮬo̶ꤨᩬ e̶s̶⃨᪽t̶a̶᳕᪼s̶ a̶᪶q̶᷃ؒu̶i̶ ꪾe̶s̶ꫬꫬ᪶᷃t̶o̶ؑr̶b̶⳯᷼a̶n̶᪲d̶᪵᷑o̶
e҈᪽᳕s҈⃨ꪾt҈o҈ᩬꤨꤨ᪵y҈᪰ ᎓᪽᷑m҈⃨᪲u҈᪼ꫬ⸼e҈᪵᷑r҈t҈o҈᪶
t̸a̸p̸ t̸a̸p̸ t̸a̸p̸, t̸a̸q̸u̸i̸t̸i̸t̸a̸p̸...
¿En serio crees que puedes salir adelante?
ꌃꍏꌚ꓄ꍏꋪꀷꂦ
b̺͆ꤨ᪽a̺⃨͆s̺᪶͆᪲t̺͆᷑ꫬa̺͆r̺͆ᩬd̺᪵͆ꤨo̺͆ꫬ, e̺͆᪼r̺͆ᮬe̺͆ꠥs̺͆ u̺͆ᤨ᮫n̺͆ b̺͆᷼a̺͆᷃᷼r̺͆t̺͆a̺͆r̺͆d̺͆ᤨo̺͆᷼𝇐
d̸a̸s̸ v̸e̸r̸g̸ü̸e̸n̸z̸a̸
Hijo de prostituta, ¡Jajaja!
¿El contacto con el agua podrá matarte? ¿Porque no lo intentas?
S̶h̶h̶h̶ s̶h̶h̶h̶, c̶r̶e̶o̶ q̶u̶e̶ e̶s̶t̶a̶ e̶m̶p̶e̶z̶a̶n̶d̶o̶ a̶ l̶l̶o̶r̶a̶r̶ J̶A̶J̶A̶J̶A̶J̶A̶
p̸A̸T̸E̸T̸I̸C̸O̸
¿No quieres que llamemos a tu mami? ¡Ah, cierto! Esta m̶u̶e̶r̶t̶a̶
l̥ͦo̥ͦs̥ͦ i̥ͦn̥ͦs̥ͦe̥ͦc̥ͦt̥ͦo̥ͦs̥ͦ s̥ͦo̥ͦn̥ͦ b̥ͦo̥ͦn̥ͦi̥ͦt̥ͦo̥ͦs̥ͦ...
ꍏꀍꀍꀍꀍꀍꀍꀍꀍ
Eres un bastardo, ¿No lo creen?
Ciertamente jajaja
¡Siempre fue igual que su madre!
Ey, bastardo~
e̶r̶e̶s̶ u̶n̶ b̶a̶s̶t̶a̶r̶d̶o̶~
No podía dejar de tambalearse, el agarre que sus manos le daban a las paredes del baño eran débiles y se caían a cada rato, las arcas eran involuntarias, como el sentimiento de desesperación por parar, dominó su cuerpo.
El ya no vomitan comida, ya no vomitan asido estomacal, ahora vomitaba líquido amarillento que salía por borbotones de su boca, era asqueroso ver en ese líquido partes de escarabajos muertos.
El mundo empezó a dar vueltas, pero no paro hacer ruidos de arcadas, se tambaleaba para caer pero algo impedia que lo hiciera, obligando a vomitar aunque ya no pudiera. Sentía la mano de un hombre contra su nuca obligándolo a mantenerse ergido, haciendo durar más su tortura física, y dando material a las voces al maltrato verbal.
B̸a̸s̸t̸a̸r̸d̸o̸B̶a̶s̶t̶a̶r̶d̶l̶B̥ͦḀͦS̥ͦT̥ͦḀͦR̥ͦD̥ͦO̥ͦO̥ͦO̥ͦO̥ͦO̥ͦ
E̾r̾e̾s̾ u̾n̾ b̾a̾s̾t̾a̾r̾d̾o̾~
t̥ͦi̥ͦr̥ͦi̥ͦt̥ͦi̥ͦt̥ͦi̥ͦr̥ͦi̥ͦ, p̥ͦḁͦp̥ͦ, p̥ͦḁͦp̥ͦ, t̥ͦḁͦr̥ͦi̥ͦt̥ͦi̥ͦ r̥ͦḁͦp̥ͦ.
Bastardo.
bastarDO.
basTARDO.
BASTARDO
ꏂꋪꏂꌚ ꀎꈤ ꌃꍏꌚ꓄ꍏꋪꀷꂦ
B̶A̶S̶T̶A̶R̶D̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶O̶
El último grito fue tan potente que logró derrumbarlo, no sabía si las manchas entre sus ropas era vomito o el líquido amarillento. Todo empezó a dar vueltas, y solo eschana risas a la lejanía. Hasta ese momento sintió dolor no solo en su garganta, también en su cabeza, cien y nuca.
Al parecer se golpeó a sí mismo durante todo ese tiempo.
- ¡A-Yao! ¡Oh Dios, Da-Ge, llama a un profesor!
Estaba en un limbo en su mente, cansado, derrotado, queriendo descansar, pero al mismo tiempo no podía, el sentimiento de que alguien entraría a su mente regreso.
Estaba llorando.
Sentía las lágrimas secas, y las más nuevas recorriendo sus mejillas. XiChen al parecer lo estaba intentando limpiar, tratando de estar tranquilo.
Que ya pare todo esto, por favor.
No te preocupes...
Escucho una voz suave y tranquila a su lado, con sus últimas fuerzas miro hacia su lado, esperanzado de que no fuera algo malo otra vez.
Era un pez Koi, parado por su cola, fuera del agua, mirándolo fijamente.
No te preocupes...
Volvió a decir.
Mis amigos y yo te cuidaremos, ¿Si? ¡Descansa! Te vez cansado... Debes dormir bien.
- .... ¿Quién eres?
- Soy yo, ¡XiChen!
¡Soy un pez Koi acróbata! Y desde ahora, ¡Te cuídaremos! Ahora, duerme.
No pudo más, y acabó desmayado.
"La mente humana, es el mejor o peor aliado de uno mismo"
- Anónimo.
Avr avr, quiero ver las risas que soltaban cuando apareció por primera vez.
¡Lamento que este especial se retrasara!
Pero ya había dado un aviso en mi muro, so, así que no daré explicaciones de porque, solo que ya estoy bien y aquí.
El especial es más largo de lo que pensé, ¡Esta es solo la primera parte y duro más de 4850 palabras aproximadamente! Suelo hacer de 2000...
No sé si subir la siguiente parte como especial de Navidad xD
Para navidad de terror~
Solo es una idea, no oficial, tal vez tengan la segunda parte en un día aleatorio Random.
¿Que sintieron en ese cap? ¿Fue grandioso? ¿Valió la pena? Por favor, dí todo de mí 🥺
Sí tienen dudas, Jin GuangYao tiene esquizofrenia positiva paranoide, investigue bien lo que pude sobre está enfermedad que personalmente me encanta, pues.
¡RinRin ya sabe que va a estudiar, y es Psicología Clínica! (人*'∀`)。*゚+
¡Tengo mucha cosas que quiero decir, pero debo abstenerme para publicar esto ya!
Hasta la siguiente actualización.
¡Esto fue todo por hoy mis criaturitas! Espero que les haya gustado, no olviden dejar su ☆ y su 💬
¡Hasta el siguiente capítulo!
- RinLian
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