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ㅤ▸ O18

—¿Sabes lo que tienes que hacer? Podemos repasar el plan de nuevo; recuerda solo tien-

—Sí, sí. —lo calló. —Ya sé lo que tengo que hacer Sunghoon, no es nada del otro mundo.

Era primera hora de la mañana, y ambos hermanos estaban terminando de desayunar para poder irse a clases. Usualmente Yeji comía en la cocina junto a sus padres mientras que Sunghoon se devolvía a su habitación, pero últimamente habían tomado el hábito de desayunar juntos y aprovechar aquel tiempo juntos.

En definitiva, su psicólogo estaba haciendo milagros.

—Jamás pensé que diría esto, pero dejen de hablar y terminen de desayunar que se les hará tarde. —su padre entró a la cocina, saludando a su esposa la cual fregaba el plato que había utilizado. —Hoy se irán con su tío.

El par de hermanos asintieron, apresurándose pues sabían que su tío tenía cierto carácter cuando se trataba de la puntualidad.

Sunghoon terminó primero, y fue corriendo a su cuarto para buscar algunas cosas antes de irse.

Escuchaba a su hermana gritar desde el primer piso, lo típico. Él, sin embargo, volvía a leer el pedazo de papel en sus manos una y otra vez, asegurándose de que era perfecto, antes de sellarlo y entrarlo en un sobre.

Nada podía salir mal.

—Toma. —al bajar del auto, Sunghoon le pasó el sobre a Yeji. —Que nadie te vea, pequeña.

Park le dio unos pequeños golpes en la cabeza para molestarla. Ella sin embargo no se inmutó, acostumbrada a este nuevo acto de su hermano.

—Ya lo sé. —rodó los ojos. —Hazme el favor de no buscarme en todo el día, ya me da vergüenza que me vean contigo, pareces necesitado.

Heeseung a su lado rió, recibiendo un codazo por parte de su primo quien observaba a Yeji irse con sus amigas.

—Ven, vamos a nuestro lugar. —Lee atrajo a su primo pasando su brazo por encima de sus hombros, mientras empezaban a caminar. —Creo que Chaerin y Sunoo están ahí.

Curioso, Park lo observó preguntándose qué hacían ellos ahí.

Heeseung rió notando la duda que tenía su primo. —Creo que tus acciones por fin están dando frutos.

El lugar era un poco retirado, justo frente a la ventana de la oficina del director. Había estado varias veces ahí, incluso con la misma Yeseo cuando intentaba averiguar quién me gustaba.

Yeseo, Yeseo, Yeseo. ¿Hasta cuando ese nombre le perseguiría?

—¡Hola Hoon! —saludó alegre Sunoo. —Toma, mi mamá te manda esto.

El menor le pasó una pequeña caja blanca con un listón azul claro, al abrirla se encontraban unas galletas.

Oh pero no eran unas simples galletas; eran las galletas especiales de la mamá de Sunoo. Ni siquiera su propia mamá podía cocinar algo como eso.

Y es que la mamá de Sunoo era dueña de una repostería, así que naturalmente todo lo que ella hacía era especial y delicioso.

—Uy, yo quiero. —Chaerin intentó tomar una, sin embargo solo obtuvo un manotazo por parte de Sunghoon. —¡Auch!

—Lo siento, pero esto es mío, mío, mío. —la molestó para terminar sacando la lengua como un niño pequeño.

Park guardó las galletas en su mochila, pensando en comérselas a la hora del almuerzo. Mientras lo hacía, la campana había sonado indicando que los alumnos debían empezar a ubicarse en sus aulas correspondientes.

A lo lejos observó como su tío —el director— se asomaba por la ventana y les indicaba que se tenían que mover.

—Soy yo o escucho perfectamente cómo dice "muévanse grupo de irresponsables" —mencionó Heeseung, imitando la voz de su padre increíblemente bien.

El grupo de amigos rió, de acuerdo con lo que decía Heeseung. Habían escuchado varias veces al chico imitar a su padre, al igual que a Chaerin quejarse de que ese hombre le había arruinado la vida por haberla castigado varios años atrás. Fue una total estupidez, pero a la chica parecía pesarle todavía.

Todos tomaron sus pertenencias para poder irse a sus clases; Sunghoon y Sunoo se separaron del grupo, siendo que tenían clases juntos.

—¿Crees que todo vaya a salir bien? —preguntó Park antes de entrar al aula.

—Claro que sí, solo intenta sobrevivir lo que queda del día.

Sobrevivir, ¡JA!

—¿Sunghoon?

Ese era su nombre, ¿cierto? De a poco sentía como su mundo se tambaleaba como si se tratase de un terremoto.

Estaba casi anocheciendo, quizás las cuatro de la tarde, quizás más tarde. Había salido de la escuela y se encontraba en el parque frente a esta.

Tal y como la primera vez; parados frente a frente.

Yeseo observaba confundida la carta que tenía en manos, y al chico frente a ella.

—Me esperaba de todo menos esto. —confesó. —Aunque debí suponerlo, la letra se parece mucho a la tuya. Es muy linda, supongo que es de Yeji.

Sunghoon asintió, recordando como la primera vez Yeseo había halagado su caligrafía luego de rechazarlo. Pero esta vez sería diferente, ¿cierto?

Sunghoon buscando las palabras correctas para empezar a hablar. Últimamente le costaba mucho expresarse de la forma correcta. Quizás porque en vez de hablar impulsivamente como siempre lo había hecho, empezó a escuchar su interior antes de soltar palabras.

—Mira, sé que la he cagado contigo, miles de veces. —mencionó recordando todos los malos momentos que pasaron. —Las bromas sin sentido, esas fotos y rumores que esparcí, amenazas, y personalmente no estabas enterada de esto, pero mi último plan era hacerte una broma en el cumpleaños de Yeji. —se rascó la nuca. —Más bien, empezar a enamorarte para poder ser yo quien te rechazara.

Yeseo solo observaba; no hacía muecas, no hablaba, solo miraba.

—Cuando te di esa carta meses atrás pidiendo disculpas, te lo juro que en cierta parte lo sentía de verdad, pero ahora soy más consciente y sé que no utilicé las palabras correctas en aquel momento. En fin, eres libre de preguntarme lo que quieras, yo solo quería decirte que lamento haber sido un hijo de puta contigo, dejar que mi orgullo me ganara e hiciera esas cosas horrendas contigo, y que realmente eres alguien increíble que se merece todo lo bueno del mundo.

En los últimos meses, entre broma y broma, había logrado conocer mejor a Yeseo. Quizás el no era la persona indicada para hablar de lo maravillosa que era ella, pero incluso siendo el idiota que era, el sabía que Yeseo era mil veces mejor que él y que cualquier otra persona en el mundo.

En definitiva, era demasiado para este mundo.

—¿Por qué?

Sunghoon observó confundido a Kang, quien repitió la pregunta más elaboradamente.

—¿Por qué quisiste disculparte?

¿Qué había cambiado en el para poder sentir el dolor que le había causado a Yeseo?

¿Qué le hizo darse cuenta que estaba mal?

—Supong- —tosió al intentar cambiar lo que trataba de decir. —Me ha estado atormentando día y noche todo lo que te he hecho; vive dando vueltas en mi cabeza y me hizo darme cuenta que he estado mal todo este tiempo.

Una maldita mentira, la cual no era tan mentira del todo.

Sí, fue un factor importante para su disculpa. Pero no la principal.

Sunghoon estaba enamorado, y no estaba consciente de eso.

Yeseo sonrío de lado. —Las cosas toman tiempo Sunghoon, pero sé que puedo convivir en paz contigo ahora. Así que, si te deja la conciencia tranquila, supongo que algún día seré capaz de perdonarte.

Algún día, ¿cuándo será "algún día"?

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Sorpraisss, dos caps en un día 🤭

el próximo capítulo es el capítulo final y luego el epílogo 😭

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