EPÍLOGO
—Jay, ya te había dicho que desde que saliera de mi clase iría con Chaerin a terminar una tarea. —explicó Yeseo, sobando su frente con su mano libre.
Del otro lado de la línea escuchó un suspiro, claramente viniendo de su novio.
—Eso dices tú. —soltó seco. —Te quiero aquí antes de las seis.
Sin darle la oportunidad de contestar, Jay colgó la llamada; frustrando así a Yeseo quien se lanzó boca abajo a la cama de su mejor amiga.
—A veces no soporto a tu novio. —expresó Chaerin.
—¿Honestamente? —levantó la cabeza para verla a los ojos. —Yo tampoco.
Sí, quizás los primeros meses de su relación habían sido hermosos, pero luego de casi un año no se aguantaban.
Ambos habían comenzado la universidad, no estudiaban lo mismo pero desde el inicio buscaban la forma de estar juntos. Un día hacían tareas juntos y otros Jay la invitaba a pequeñas citas. Con el tiempo estas salidas fueron desapareciendo, pues al estar en carreras distintas obviamente tenían otras obligaciones que atender, incluyendo hacer trabajos con gente de sus mismas clases.
Lo normal, ¿no?
Yeseo no comprendía cuando fue el momento en que Park había empezado a tener una actitud en contra de ella. Lo más que podía pensar fue esa vez hace un par de más cuando Jay la había encontrado en una fiesta de cumpleaños —la cual estaba cerrada a unos cuantos amigos cercanos del cumpleañero— y uno de sus amigos en ese momento la había abrazado ya que se iba a ir. No era nada del otro mundo, pero para Jay eso le hacía desconfiar.
Los últimos meses se habían basado en ellos peleando a cada segundo, pero sin terminar la relación porque al fin y al cabo tenían miedo de que esa no fuera la mejor solución. Era como si no pudieran vivir sin el otro, a pesar de que vivían un infierno día a día.
Eran dependientes del otro.
—¿Por qué no terminan? —preguntó Chaerin obvia. —Digo, sé que te lo he preguntado miles de veces y siempre me dices "es que así nos amamos" pero, ¡lo único que se hacen es más daño!
Yeseo ignoró las palabras de la contraria, buscando una excusa en su cabeza.
—Sé que siempre peleamos, pero, todas las parejas pelean, ¿no? —dijo sin animarse a verla a los ojos. —Aparte, debe estar estresado por su fiesta de cumpleaños.
Ella estaba lo suficientemente confiada de que solo estaban atravesando por un mal momento en su relación; que todo se solucionaría con el tiempo y volverían a ser felices justo como cuando habían empezado.
—Sí, claro. —respondió sarcástica Chaerin. —Por cierto, no iré a su cumpleaños.
Yeseo la observó confundida, sin entender el porqué de esta decisión.
—¿De qué hablas? —preguntó Kang levantándose de la cama para acercarse a Chaerin, quien estaba sentada en su escritorio. —Sé que últimamente te cae mal y todo, pero ¿no vendrás conmigo?
Chaerin negó. —No es que no quiera ir contigo; es que no me invitó y no me siento en lugar de ir sin invitación.
La castaña puso los ojos en blanco, pensando en intentar no explotar con Jay cuando lo vea. —Eso es lo de menos, eres amiga cercana, prácticamente estás invitada incluso si no lo hizo formalmente.
—Yeseo. —le miró a los ojos. —Jay invitó incluso a Sunoo con una tarjeta virtual, yo diría que es obvio que no me quiere ahí.
—No me importa, vendrás como mi acompañante.
Levantándose de su asiento, Chaerin suspiró sabiendo que su amiga podía ser medio terca —y complaciente— a veces.
—Está bien, pero solo una hora.
Como era costumbre, la música se podía escuchar hasta el final de la cuadra; definitivamente si alguien sabía cómo hacer una fiesta, era Jay.
A diferencia de lo que Yeseo había experimentado el año pasado, en esta ocasión habían más personas. Principalmente por el hecho de que la universidad le había dado la oportunidad a Park de conocer mucho más gente, y considerando de que estaban a solo un mes de terminar su primer año, los estudiantes de seguro tomaban esto como una forma de festejar antes de tiempo.
—Linda fiesta, Park. —saludó Chaerin al cumpleañero, quien solo asintió mientras tomaba la mano de Yeseo. —Feliz cumpleaños.
Sin siquiera esperar a que Jay le respondiera algo, Chaerin avanzó dejando a la pareja "sola" en el patio delantero.
—Te dije a las seis y son las siete. —le susurró Jay al oído. —Aparte no me esperaba a Chaerin.
Yeseo negó, intentando no crear una pelea. —Lo siento, no encontraba el vestido que me regalaste. —mintió.
El mayor la observó, sintiéndose complacido de que hubiese escogido su cumpleaños para portar aquel vestido.
—Te ves bien. —la acercó por la cintura, dejando un rápido beso en su frente. —Iré a saludar a unos chicos que acaban de llegar.
La castaña asintió, sintiendo como su novio soltaba el agarre para irse a la entrada de la casa donde poco segundos antes habían entrado unos compañeros de Jay de la universidad. No conocía a varios de sus amigos, más que a los más cercanos.
Y obviamente a Jake y Sunghoon, quienes debían estar por ahí.
Sin esperar mucho ella también entró a la gran casa. Sabía que los padres de Jay no se encontraban, ya que usualmente le dejaban la casa sola el día de su cumpleaños y al día siguiente regresaban. Jay le había confesado que en ocasiones extremas sus padres lo dejaban por una semana, a pesar de que no le gustaba. Y Yeseo comprendía el porqué; la casa era enorme, y siendo que es hijo único y aparte le gustaba la compañía, le daba ansiedad estar solo divagando por los largos pasillos de aquella mansión.
Una vez Jay se fue a quedar a su casa por toda una semana por esa misma razón.
Y es por eso mismo que él no se animaba a dejar a Yeseo.
Incluso si eso hacía a ambos miserables.
—¡Yeseo! —oyó una voz llamarle, la cual se le dificultó reconocer por el alto volumen de la música.
Observando a su alrededor, logró reconocer a Sunoo, quien agitaba su mano tratando de llamar su atención. De inmediato se acercó notando como estaba en compañía de Jake y Chaerin, quien parecía haber llegado recientemente igual.
—¡Hey! No los veía desde hace años. —exageró tomando asiento al lado de Jake.
—Digamos que la universidad no es nuestro mayor aliado. —contestó Jake, quien le dio un rápido abrazo en forma de saludo.
—Habla por ti, —le dijo Sunoo. —Yo sí sé mantenerme a flote.
Yeseo carcajeó al notar la cara irritada de Jake, quien solo volteó los ojos y se cruzó de brazos.
—En fin. —dijo intentando cambiar de tema. —¿Qué hay de nuevo en sus vidas?
—Yeseo va a terminar con Jay. —soltó Chaerin.
Rápidamente todos voltearon a verla, quien estaba confundida. —¿Eh? Yo jamás dije eso.
—Pero sucederá eventualmente.
Frustrada, Yeseo se levantó de su asiento, notando como Jay se encontraba relativamente cerca de ellos.
Volteó a ver a Chaerin y los chicos, quienes la miraban con los ojos abiertos. Ninguno podía decir si Park había escuchado la conversación, considerando que la música estaba muy alta, sin embargo el chico portaba un semblante muy serio, haciendo que todos dedujeran que algo habrá escuchado.
Intentando huir de la situación, Yeseo se alejó de ahí. Al estar lo suficientemente lejos sintió como su celular vibró en su bolso. Al tomarlo vió que se trataba de Chaerin.
Chaerinnie✨
Jay volteó a verte cuando te fuiste
Lo siento ㅠ.ㅠ
Le iba a contestar, sin no hubiese sido porque sintió como alguien le empujaba levemente por el hombro.
—Hola, Kang. —al voltear notó como se trataba de Sunghoon.
No iba a mentir, tenía mucho sin hablar con él. Probablemente la última vez que lo vió fue la noche de su graduación, cuando ambos se despidieron.
De alguna forma lo encontraba más rejuvenecido, más calmado y definitivamente alegre. Era como si el Sunghoon que conoció había desaparecido. También había descubierto otro lado de él, pues normalmente lo veía en uniforme, pero esta noche portaba unos jeans levemente sueltos junto con una camisa formal negra. Su cabello por primera vez lo veía peinado, siendo que lo traía para atrás con la ayuda de la gelatina.
Se veía diferente, y se sentía diferente.
—Oh. —aquella fue su reacción al verlo. —¿Cómo has estado?
Sunghoon tomó de su bebida, la cual estaba en el típico vaso rojo que portaban casi todas las fiestas. —Pues, digamos que me tomé lo que le llaman un "año sabático" así que no mucho en realidad. —se encogió de hombros. —¿Y tú?
La chica lo pensó un poco antes de contestar. —Tampoco mucho, entré a la universidad así que lo más emocionante en mi vida son las noches donde tengo que madrugar en grupo haciendo proyectos.
El pelinegro soltó una carcajada. —Definitivamente seré yo este próximo semestre.
Curiosa, Yeseo alzó una ceja. —¿A qué carrera vas? ¿Administración de empresas?
Recordaba vagamente cómo Jay le había dicho que ambos estudiarían eso, sin embargo considerando que el chico se tomó un año sabático, sabía que era propenso a cambiar de idea.
Y estaba en lo correcto.
—No, no. —negó con la cabeza. —Iré a psicología. Con todo lo que he pasado los últimos años me gustaría seguir aprendiendo, y como bonus también ayudó a otros.
Sin duda le sorprendió, pero también le pareció lógico. —¿Sabes a dónde irás? —preguntó en referencia a que universidad. —Y lo siento si hago muchas preguntas.
—No te preocupes; y respondiendo, no lo sé aún. —volvió a beber de su bebida, la cual parecía haberse acabado en ese instante. —Pero mis padres me están motivando a irme del país, así que quizás sea así.
Yeseo asintió, pensando en que quizás aquel día sería la última vez que lo vería.
Después de todo lo que había pasado, más el tiempo que estuvieron alejados, ya no se sentía molesta cuando lo veía, o siquiera le importaba. Más bien se sentía como si fuesen dos conocidos, reencontrándose luego de mucho tiempo, y empezando desde cero.
En cierta parte le daba pena pensar en que quizás no lo volvería a ver.
Notó como Sunghoon miró por encima de su hombro, y al voltear vió como Jay le llamaba para que se acercara. De inmediato le hizo señas avisándole que ya iba y volteó a ver al chico frente a ella.
—Fue un gusto volver a verte, ¿nos vemos luego? —se despidió.
Sunghoon asintió, despidiéndose igualmente. Sin embargo al verla voltear sintió un impulso, así que luego de verificar que Jay no estuviera mirando, la tomó de la mano para que esta volteara a verle.
No había podido evitar no sentirse atraído a ella, y es que el vestido le quedaba jodidamente bien; y como no si había ayudado a Jay escogerlo, y específicamente fue él quien vio ese vestido y de inmediato pensó en ella. Su cabello castaño suelto, el cual contenía unos pequeños highlights los cuales se ocultaban bien con su tono de pelo, resultado de que no se los había retocado y su cabello había crecido.
No había dudas; no desperdiciaría la oportunidad.
—Sé que esto es un poco arriesgado, pero me gustaría tener tu número. —le pidió.
Sin esperar mucho, Sunghoon le pasó su teléfono, el cual había cambiado una vez de graduó gracias a que había perdido el viejo.
La castaña tecleó rápido su número, dejando su nombre como "Kang Yeseo" debido a que no tenía la suficiente confianza como para poner un apodo o algo mejor.
Nuevamente se iba a voltear para irse, pero Sunghoon decidió hablar. —Sé que estás pasando un mal momento con Jay, y admito que llevo toda la fiesta celoso de él. —hizo una pausa. —¿A quién diablos le miento? Desde que empezaron a salir me has gustado, pero ahora, el que debería estar celoso es él porque esta vez no pienso perder contra Jay sin siquiera intentarlo.
Sin más que decir, Sunghoon se retiró a buscar otra bebida, sintiéndose complacido de haber liberado sus sentimientos por primera vez.
A diferencia de Yeseo, quien solo se sentía más atormentada con aquella confesión.
Sunghoon estaba determinado a conseguir una oportunidad; la oportunidad que desperdició en su momento.
El problema era: ¿cómo?
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