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#006 ENTRE TRAICIONES Y BESOS

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓 #6
" entre traiciones y besos "








-Diga.

La voz robótica y gruesa de Red Hood se escuchó luego de haber contestado la llamada en su comunicador. A un lado de él, Robin lo miraba con suspicacia, respirando agitadamente luego de una ardua batalla contra unos criminales que les habían dado algunos contratiempos.

La mirada aqua a través de su máscara de domino fue directamente hacia él, dando una orden clara que se alejara. Robin chistó, tomando carrera para dar un salto entre edificios para así dejarlo sólo.

-Tenemos que hablar ahora mismo.

Fue lo que dijo la voz suave y seria de una chica en el comunicador, haciendo que frunciera el ceño.

Horas después, luego de establecer la hora y el lugar ambos se encontraron en la pista de hielo, enfundados en su equipo de hockey. Rachel lo analizó por varios segundos acomodando su corto cabello morado detrás de su oreja y sintiendo el silencio del lugar levemente escalofriante, Jason por su parte sólo estaba quieto en su lugar en el centro de la pista con su palo de hockey en la mano.

-¿De que querías hablar?

Fue lo primero que salió de la boca de Jason hasta romper el silencio atroz que se había formado desde que habían llegado. Alzo una ceja y observó a la chica mirarlo en silencio, patinando con delicadeza por la pista, hasta rodearlo con lentitud poniéndolo alerta.

-Esto me está volviendo loca, ¿sabes?

Una sonrisa en los labios de Rachel se dejó ver, y patinó con más fuerza, deteniendose hasta estar a dos metros de Jason que no podía quitarle los ojos de encima. La tensión en el ambiente parecía precionarlos con fuerza, ambos mirándose a los ojos con una pizca de lujuria y falsa inocencia que los volvía locos, mandando descargas eléctricas a sus cuerpos que parecían sólo querer acercarse de una vez.

-Me he divertido mucho estos meses, Jason. Pero hay algo que me molesta.

-Habla ya.

Ninguno parecía cómodo en el sitio, ambos se escontrabab tensos y con las miradas llenas de perspicaz, atentos a cualquier movimiento fuera de lugar que hiciera el contrario para comenzar una pelea interminable que sólo acabaría con ambos muertos y desangrandose luego de horas y horas de pelea.

Rachel se mordió el labio, dándose la vuelta en un movimiento ágil y delicado, cautivado de manera instantánea los ojos aqua de Jason que no se detuvieron por segundo en recorrer el esculpido cuerpo de manera descarada con una sonrisa de lado. Sus ojos directamente al abdomen plano que se dejaba ver a pesar de la camisa suelta de hockey.

-La verdad la he pasado de maravilla contigo, pero es aquí... -con lentitud sacó el arma que mantenía escondida entre sus pantalones- donde termina la diversión.

Y se dio la vuelta, apuntando con el arma en alto y una sonrisa en sus labios, pero llevándose la gran sorpresa que Jason también le apuntaba con un arma directamente a la cabeza, sin vacilar, sin hacer alguna mueca que le dejará en claro que Jason se encontraba molesto.

Su sonrisa se desvaneció y apretó los dientes. Jason sólo la miró con frialdad a través de sus ojos aqua.

-Tu traición demuestra que ya conseguiste lo que querías ¿no es así?

-Me conoces tan bien, mi amor. -se burló, quitándole el seguro a su arma.

Jason sin inmutarse también lo quito, negando con pereza mientras la miraba de arriba abajo. Aquel cuerpo que muchas veces había calentado su cama y lo había hecho gozar, aquella chica que habia alcanzado junto a él los dominios de su bajo mundo lleno de muertes, sangre y lujuria ahora lo estaba traicionando como un vil ratón que se habia vuelto su presa. Pese a los tres años que habían estado juntos en un relación realmente extraña que sólo constaba con las visitas diarias a su cama y a la vida de mafioso que cargaba en la espalda desde que había salido de Italia.

Pese a todo, ella estaba ahí traicionandolo. Aunque si era sincero con sigo mismo, se lo esperaba tarde o temprano.

-Eres igual a tu padre.

Rachel sonrió, lamiendo con la punta de su lengua sus labios y captando así la atención del chico que no pudo dejar de mirar aquella simple acción que le hizo tener un tirón bajo sus pantalones a pesar de la situación. Jason se regaño mentalmente por eso, acercándose un paso.

-Mmm... Eso no lo decías cuando me llamabas para acostarme contigo, tampoco cuando susurrabas mi nombre en mi oido cuando llegabas al máximo de placer conmigo. -recordó con suavidad en su voz, dandole una signifcativa mirada al chico- No seas un imbécil y baja el arma, Jason.

-Eso es pasado. Ahora eres una rata que tiene que ser erradicada, y te recuerdo que los que me traicionan no viven mucho para contarlo, perra.

Rachel apretó los dientes, acercandose un paso hacia Jason que listo para disparar fue interrumpido por un grito que retumbó por toda la fría pista de hielo y lo dejó quieto en su sitio.

-¡Jason Todd! ¡Interpol! Se le arresta por los delitos de asesinato agravado. Baje el arma.

Jason observo como tres hombres armados corrían hacia él apuntandole con el rostro serio. Mientras tanto varios francotiradores vestidos de negro se desplegaban por toda la pista apuntado a su cabeza. Su mirada se oscurecido, regresando sus ojos hacia Rachel que lo mirada igual de serio pero con una pequeña sonrisa en sus labios. Aquellos que había besado hasta desfallecer en la locura que eran sus cuerpos calientes en una cama sólo unos días atrás.

-Eres una maldita traidora.

Gruñó con los dientes apretados, sin dejar de apuntar y sentir las miradas de todos en su cuerpo, listos para atrápalo si intentaba escapar. Fueron varios minutos en donde nadie se movió, hasta que Jason llevó con tranquilidad su arma para apuntar a uno de los hombres de Interpol cuando el sonido de un disparo se escuchó.

Para que luego todo quedará en un silencio abismal.

El arma plateada de Rachel soltó un camino de humo desde la boquilla que se perdió en el aire, pero que dejaba en evidencia que ella había sido la culpable del disparo que había dado de llenó en el pectoral izquierdo de Jason, justo en el corazón.

Rachel observó su pistola con la boca entreabierta y sus manos temblorosas, observando como Jason le daba una mirada incrédula a su herida que poco a poco se llenaba de sangre y luego a ella. Y fue ahí que delante de todos Jason cayó de rodillas hasta desplomarse por completo y caer de espaldas en un estruendo.

El pelinegro escuchó algunas pisadas, pero nadie se acercaba a él. Una lágrima bajó por el costado de su ojo y mientras sentia como su cuerpo se entumecia y todo la sangre goteaba por su herida, cerró los ojos dejándose llevar por la oscuridad que lo había engullido como una bestia a su presa.

La respiración entrecortada por el pánico de Rachel se escuchaba por todo el lugar, con algunas lágrimas queriendo salir de sus ojos a la vez que tomaba con más fuerza su arma para apuntarle con manos temblorosas a otro hombre que había entrado a la pista de hielo.

-¡Alejate! ¡No te me acerques!

El hombre la esquivo por completo al darle una mirada, llegando con pasos vacilantes al cuerpo del hombre que habían estado buscando por años. Se acercó por completo, colocando sus dedos medio y corazón en el cuello de la víctima, registrando dos segundos después totalmente desprevenido como Jason lo tomaba del brazo con fuerza y le quitaba el arma, apuntandole mientras se levantaba del suelo.

Un jadeo de parte de Rachel se escuchó, atrayendo su atención. Giró su cabeza hacia ella, dándole una sonrisa de lado que la dejó fría en su sitio y la hizo temer por su vida por primer vez.

-Sorpresa.

(...)

Los disparos certeros en los corazónes de los agentes de la Interpol se escucharon en el container, la sangre salpico a todos lados pero Jason lo ignoró totalmente a gusto al sentir de nuevo en olor metálico de la sangre carmesí en el aire y el pintoresco escenario que había creado en menos de una hora.

En su mano izquierda dos identificaciones de los oficiales restantes; que se encontraban atados al igual que Rachel en una esquina del container, temblando y lamentándose mientras escuchaban sus nombres salir de la boca de mercenario.

-Díganle a su superior que la Interpol no tenía las suficientes pruebas en mi contra y se marcharon. Y luego, háganse cargo de todos los cuerpos. Hagan lo que les digo o sino estarán muertos en dos días.

Su voz fue clara y dura, con una seriedad imperturbable y los ojos oscurecidos.

Los hombres asintieron, observando como Jason soltaba sus identificaciones en el suelo y se acercaba ahora a la chica que en unos pantalones ajustados, botas y camisa negra permanecía en silencio, mirando el suelo al no poder con el miedo que aquel hombre proyectaba por muy joven que fuera.

Y por mucho que lo conociera.

-Regresa con tu jefe. Dile que deje de actuar y espere su muerte. -ordenó, jugando con su arma.

-S-Si, señor.

Con un gesto de cabeza cuatro hombres vestidos de negro se movieron hacia los sobrevivientes y los desataron, colocándose de nuevo firmes a la espera de mas órdenes de su superior. Rachel vacilante se levantó, aún sin mirar a los ojos a Jason mientras caminaba hacia la salida.

-Ah, no puedo dejarte ir así.

Y su cuerpo se estremeció, mandandole miles de alertas a su cuerpo para que corriera lo más rápido de allí hasta desaparecer al escuchar esas palabras salir despreocupadamente de la boca de Jason. Pero su cuerpo sólo hizo que se diera la vuelta, mirando con confusión y pánico al chico.

-¿Q-Que?

-Toma tu adelanto.

Y le disparó en el hombro izquierdo sin contemplaciones, escuchando con neutralidad el fuerte grito que Rachel dio por el fuerte dolor.

(...)

-Dijiste que sólo atraerias a ese imbécil a la trampa. ¿Por que le disparate? ¡¿Acaso eres estúpida?!

Rachel a un lado de su padre, sentada en la camilla de hospital escuchaba los gritos que éste le profesaba, logrando que su ceño se frunciera.

-Padre, yo sólo quería ayudar. -se defendió, mirándolo a los ojos- Sabes que si lo dejábamos en manos de la Interpol y lo encarcelaban saldría el mismo día. Es alguien muy astuto.

El hombre enfundado en un pulcro traje azul negó, inclinandose en su silla para mirar más de cerca a su hija hasta lograr que está se encongiera incómoda, tratando de alejarse.

-Nosotros mandariamos gente para que lo matara en la cárcel, ese era el plan. Maldición. -Trigon tomó del rostro a la chica con brusquedad y la miró con rabia, hablando con frialdad- Arruinaste todo.

-Padre...

Y una dura bofetada cayó en su rostro, dejándola mirando hacia un lado y con la mejilla picando por el fuerte golpe. Tragó saliva, bajando la mirada con sumisión.

-Mantente alejada de las armas y de mis planes si quieres vivir, Rachel. -ordenó su padre, levantándose de su sitio mientras arreglaba su traje.

Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas, y apretó los puños sin que el hombre la viera hasta asentir.

-Si, señor.

(...)

HORAS ANTES DEL ATENTADO.

-Tenemos que hablar ahora mismo. Trigon contactó a la Interpol para devolverte a Italia, están por llegar ahora mismo.

Rachel se arregló el equipamiento de Hockey mientras observaba como Tim colocaba un dispositivo de pintura roja en el pecho de Jason, todo eso para simular la sangre cuando ella le disparará en frente de la Interpol con aquellas balas de salva que el menor de cabellos negros le había proporcionado.

-¿Asustada?

Rachel negó con una sonrisa sutil, mirándolo a los ojos- Claro que no. Esto es el comienzo para deshacerme de todos lo planes de Trigon... Y con el tiempo me deshare de él también. Es sólo cuestión de tiempo.

-Tienes agallas, pero aún eres débil. -Rachel bufó, colocando su espalda contra los casillero de los vestidores de la pista de hielo- Sólo deja que alguno se me acerque, Rae. Yo me encargo del resto.

-Bien.

Y minutos después cuando Jason se encontraba apuntando a la sien de uno de los hombres de la Interpol ella con toda la seguridad del mundo apuntó a los demás que aún los miraban atentos. Quitó la expresión de falsa inocencia y tristeza para reemplazarla por una mirada feroz que intimidó a más de uno en la pista.

Tim aprecio en la pista segundo después, sacando de su bolsillo dos pendrive que lanzó hacia los respectivos jefes. Uno para la policía de Gotham y otro para la Interpol.

-Vayan hasta el barrio chino de Gotham, y busquen la empresa de finanzas Sook. En ese pendrive está toda la información de los crímenes que se hacen por medio de esa empresa. -dio una sonrisa de lado hacia los oficiales de Gotham luego de dar las indicaciones pertinentes en italiano a la Interpol, dándole una palmada en el hombro al hombre que aún tenía retenido- Felicidades, luego de esto tendrán un jugoso ascenso.

Reveló con burla en su voz, mirándolos a todos mientras ellos bajaban poco a poco las armas al captar que aquello había sido una trampa en donde de manera extraña habían salido todos ganando. A su lado, Rachel sonreía con malicia y satisfacción, preparado mentalmente lo que diría a su padre cuando regresará.

Luego de ello, cuando ambos se encontraban a solas cada uno llendo hasta su propio auto, Rachel se detuvo mirándolo con una mueca.

-¿Que pasa, Rae?

-Esto es estúpido pero tendrás que dispararme. -Habló, mirando como el chico fruncia el ceño y negaba- Si llego a casa y Trigon ve que ni siquiera estoy herida sospechara aún más. Tienes que hacerlo.

Jason lo pensó, presionando sus labios en una fina línea. Los ojos decididos de su amante hicieron que suspirara, para luego tomar el arma con un silenciador y prepararse para dispararle en el hombro.

-Dolera como no tienes idea.

-Lo sé.

-Puede que te desmayes.

-Puedo hacerlo, Jason.

-Rae...

-¡Dispara la maldita pistola...!

Y un grito llenó de dolor salió de los labios de la chica que mirando con furia y dolor a Jason que hizo una mueca en sus labios, observandolo como se acercaba a ella cuando en un mareo perdió por completo el conocimiento.

-Te lo dije, niña testaruda.

Soltó Jason, cargandola con cuidado entre sus brazos y llevándola hasta su auto donde segundos después llamó a una ambulancia cambiando un poco su voz mientras se alejaba del lugar con un nuevo plan en mente.

ODDINARYZONE 2023

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