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La puerta del baño se abrió de golpe dejando ver la silueta alta y delgada del pelinegro. Sunghoon ingresó al baño seguido del silencio y los nervios corriendo por tu cuerpo y buscó a Jake con la mirada, lo encontró con la cadera apoyada en el mesón del lavamanos mientras observaba su teléfono con una sonrisa. El castaño levantó la mirada de su teléfono y le regaló una de sus características sonrisas al pelinegro.

—¿Por qué la urgencia de verme en el baño? —rió Jake acercándose a él.

Sunghoon se lamió los labios y pasó saliva tratando de controlar los fuertes latidos de sus corazón y su respiración agitada por haber salido corriendo del salón apresuradamente para encontrarse con Jake en el baño.

—Bueno, yo... Solo buscaba un lugar para hablar contigo. —respondió Sunghoon con la voz algo temblorosa.

Jake rio y le puso una mano en el hombro haciendo que Sunghoon se estremeciera ante el toque amigable.

—Podemos hablar afuera, aquí es.... Muy raro... —hizo una mueca de disgusto.

—Jake yo.... —hizo una pausa. —Hace tiempo he querido decirte algo que siento.

La sonrisa de Jake se esfumó y arrugó el ceño.

—¿Algo qué sientes? ¿Está todo bien? —preguntó este preocupado.

Sunghoon pasó saliva y maldijo en voz baja porque no le salían las palabras adecuadas para expresar lo que quería.

—Sunghoon... ¿Estás bien? —cuestionó Jake mirándolo.

—Sí, sí. Estoy bien, solo que no sé cómo decirlo... —se excusó bajando la mirada.

—Sabes que puedes contarme todo, yo siempre te escucharé. —le sonrió. —Para eso somos amigos, ¿no?

Sunghoon sintió como su corazón dió un vuelco y su su expresión pasó a ser toda una decepción.

—Sí... Ami... amigos... —habló.

—Ven, vayamos afuera y hablemos mejor... —Jake caminó por su lado para caminar hacia la puerta.

Jake la empujó y la mantuvo abierta mientras miraba al interior del baño, observando al espalda de Sunghoon.

—Sunghoon, vamos... —dijo Jake.

El pelinegro tragó duro y se giró con la mirada hacia los pies, apretó los puños y soltó un suspiro.

—¿Qué pasaría si no quiero ser solamente tu amigo? —por fin lo dijo, pero cuando levantó la mirada Jake miraba hacia afuera.

—¡HeeSeung! ¡Aquí! —lo escuchó decir mientras lo veía agitando la mano.

Sunghoon sintió como todo un peso le cayó encima. Sintió ganas de llorar, pero se mordió el labio inferior y avanzó hacia la puerta.

—Ah, Sunghoon. ¿Qué dijiste? —preguntó Jake reteniéndolo en la salida del baño.

Sunghoon lo miró y luego observó el pasillo por el cual HeeSeung se acercaba. Apretó la mandíbula mirando seriamente al pelinegro que se acercaba a ellos.

—No, nada importante. Debo irme. —su tono de voz cambió de ser cálido y nervioso, a frío y distante. Jake sintió que algo iba mal. —Ten buen día, adiós. —se despidió dándole la espalda y caminó en dirección contraria.

Jake arrugó el ceño sin entender la situación.

—¿Sunghoon? —murmuró.

—Aquí estás... —escuchó la voz de HeeSeung acercándose, seguido de unos labios posarse en su mejilla.

—¡HeeSeung! —se alteró Jake mirando a todos lados del pasillo esperando que nadie los haya visto.

—Lo siento, me dejé llevar por mis impulsos. —rio este. —¿Ese era tu amigo? ¿Sunghoon? —cuestionó HeeSeung.

—Sí, quería hablar conmigo, pero se fue. —se encogió de hombros el castaño.

—Ah, ya veo. —respondió HeeSeung y le pasó una mano por el cabello a Jake haciendo que este bajara la mirada algo tímido. —¿Vamos por un café?

—Oh, sí. Me gustaría. —sonrió el castaño.

—Por cierto, parece que tú amigo Sunoo y Ni-ki, saldrán. —Jake abrió los ojos sorprendido.

—¿QUÉ? ¿SUNOO? —dijo sorprendido.

—Sí. —rió HeeSeung. —Así que tenía pensando en salir a comer algo también. Puedes invitar a Jungwon y así le digo a Jay que vaya también.

Jake soltó una risita.

—¿Por qué suena a una triple cita?

HeeSeung sonrió de lado y se le acercó un poco para llegar a la altura del rostro del castaño.

—Si quieres que sea una cita, podemos ir a otro lado tu y yo... —su tono de voz cambió a ser un poco seductor.

Jake ladeó la cabeza con una sonrisa coqueta en sus labios y se lamió los labios atrayendo la atención del pelinegro, el cual le devolvió la sonrisa coqueta sin quitarle la mirada de los labios del castaño, aguantando las ganas de besarlo.

—Uhm, ¿qué tanto quieres estar a solas conmigo? —Jake se acercó un poco más al resto del pelinegro, susurrándole.

La mano de HeeSeung se posó en la cadera del castaño para atraerlo a su cuerpo.

—Mientras estés así de cerca conmigo, haría lo que fuera.... —le susurró.

Jake lo empujó algo tímido y caminó dejando a HeeSeung con el beso en el aire.

—Vamos por el café... —dijo Jake, dándole la espalda para caminar.

HeeSeung rio ante el nerviosismo del castaño quien trataba de ocultarlo y lo siguió.

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