
⸼⸱🍃⋆꤫⤷Cap.4
Los rayos del sol se extendieron a través de las cortinas, pintando un mosaico dorado sobre las mejillas de Taehyung. El brillo repentino lo sacó de su sueño, y soltó un gruñido de molestia mientras giraba en la cama. Era un sueño tan hermoso, tan placentero, que no quería despertarse.
Su mente estaba envuelta en nubes de fantasía, y su cuerpo envuelto en las sedas del sueño, sin saber que los rayos del sol lo estaban llamando hacia una nueva jornada, y hacia un corazón quebrado.
La realidad se hizo gradualmente más clara a medida que se giró en la cama y descubrió que no estaba en su habitación. Sentía su corazón latir con un ritmo perentorio, mientras que su mente se afanaba por comprender qué estaba en la habitación de Jungkook.
Se quedó mirándolo fijamente, sin atreverse a moverse, como si pudiera romper algún hechizo de encantamiento. Su piel estaba caliente y suave bajo las sábanas, y sus manos firmes pero tiernas lo rodeaban en un abrazo cálido.
Su corazón se hinchó de alegría y su risa se ahogó en su pecho, con tal de no despertar a su novio. Pero era difícil resistirse al inmenso amor que sentía. Mientras contemplaba cómo Jungkook se movía suavemente en su sueño, no pudo evitar deslizar una mano hasta su hombro, y sus dedos se deslizaron suavemente por la piel tersa.
Sus dedos fríos y delicados se aproximaron con cuidado a la piel suave y cálida de Kookie, como si temiera despertarlo con cada toque. Su piel era suave como la seda y parecía adquirir más calidez a medida que se acercaba más. Entonces, su mano llegó a la nariz de Jungkook, que estaba ligeramente sonrojada por el frío de la mañana.
—Es tan hermoso, por Dios -expresó suavemente con voz baja, temiendo despertarlo. Miraba cada detalle de su carita con brillos en sus ojos.
La sonrisa de Jungkook continuó brillando aún en su sueño, mientras Taehyung dejaba un beso apasionado sobre su mejilla. La inocencia de ese momento era tan intensa que cualquier otro amor parecía una impostura en comparación. Era como si un rayo de luz hubiera caído de lo alto y hubiera transformado la habitación en un lugar celestial, y la expresión de Jungkook era la cara de los ángeles, sentados sobre el trono del cielo.
En ese momento, el sonido de la respiración de Jungkook se volvió una melodía de ternura, y su piel se volvió un templo de delicadeza que sólo la sabiduría de Taehyung pudo recorrer y comprender.
—Kookie, despierta -sus palabras eran suaves y dulces como la seda- Tienes que despertar, bebé.
Los ojos del joven se abrieron lentamente, como las hojas de una flor despertando al rayo del sol, y su mirada cayó en la hermosa cara de Taehyung.
—B-Buenos días, Hyung -comentó Jungkook, con una sonrisa dulce y tímida- ¿Qué me ha despertado?
—La luz de mi amor te ha despertado -respondió con ternura- ¿Cómo pudiste descansar después de anoche?
Jungkook bajó sus ojos, su rostro parecía ardiente de la vergüenza. Cada vez que pensaba en la pasión que había compartido con Taehyung la noche anterior, su corazón parecía irse a la boca del estómago.
—¡Oh Dios mío! ¿P-Por qué tienes que sacarlo? -respondió el joven, que se tapó la cara con su mano.
—¿Por qué te pones tímido después de eso? -río ante su reacción.
—¡Agh! ¿P-Por qué tienes que mencionarlo de nuevo? -se retorcía de manera juguetona, como si tratara de sacarse la incomodidad de su rostro- Es que todavía no estoy acostumbrado a todo e-esto... ¿Cómo puedo no ponerme rojo de la vergüenza?
Jungkook se puso más rojo todavía, sus ojos evitaban mirar a Taehyung, como si estuviera avergonzado de decirlo en voz alta.
—P-Por favor ¿Podemos hablar de otra cosa? N-No sé si me sentiría cómodo con eso... ¿Podemos hablar sobre algo que no me haga sentir como si mi cara fuera una gran manzana roja?
—Eres hermoso así, pero Ok -se encogió de hombros, pero aún mantenía su sonrisa- ¿Dormiste bien?
Jungkook parecía ahora mucho más relajado —Gracias -agradeció- Sí, sí, dormí muy bien -el joven se frotó los ojos, como si despertarse fuera una tarea muy difícil- Pero mientras me preguntabas eso, te interrumpí... ¿Qué ibas a decirme?
Taehyung le dedicó una sonrisa más calmada y profunda, como si todos sus pensamientos y sentimientos estuvieran incrustados en esa sonrisa.
—No, no lo interrumpiste -tranquilizó Taehyung, con suavidad- Te pregunté si habías dormido bien, y me encanta escuchar que lo hiciste.
Sonrió nuevamente al recordar algo.
—Esperaba que me dijeras algo más acerca de la noche pasada... ¿Sobre cómo te sentiste cuando estábamos juntos? -susurró con una sonrisa lasciva. Sus dedos se acercaron al cuello de Jungkook, y se detuvieron apenas por encima de la piel- ¿Te sentiste bien en mis brazos? ¿Tan bien como yo me sentí contigo?
La memoria de esa noche resurgió en la mente de Jungkook como un incendio de amor y pasión, prendiendo todos los recuerdos y los sentidos que tenía consigo. Esa noche estaba grabada en la mente y en el cuerpo de Jungkook, como si fuera un sueño sensorial que lo atrajo hacia la realidad. El aroma del amor inundaba su memoria y sus pulmones, y el sabor de los labios de Taehyung quedó tan presente en su mente, que parecía casi saberlo en sus labios en ese momento.
Jungkook se movía con lentitud y con gracia, como si fuera una máquina de amor y de placer. Sus movimientos eran tan suaves y delicados que cada toque sentía como si estuviera rozando una piel áspera. Taehyung se movía con suavidad debajo de él, y sus plegarias eran acompañadas por los murmullos de Jungkook.
—¿Bebé? -chasqueo sus dedos en el rostro de Jungkook, sacándolo de su imaginación- De pronto te fuiste.
—Lo siento -expresó, con una sonrisa ligeramente avergonzada- M-Me perdí en mis pensamientos por un momento, perdóname ¿Qué estabas diciendo?
—Es mejor que te vayas a bañar rápido porque se está haciendo tarde, digo si quieres llegar temprano a clases -señaló debajo de las sábanas un bulto creciente.
Jungkook luchaba en vano para que su cuerpo no lo traicionara, pero sus hormonas ganaban la partida, y su cuerpo tenía su propia vida en aquel momento. La vergüenza calentaba su rostro y sus manos trataban de cubrir su vergüenza debajo de las sábanas, pero su cuerpo no escuchaba.
—¡Jungkook! -gritó. sus palabras seguidas por una ráfaga de risa incontrolable- ¡No puedo creer que te hayas calentado por esto! -miró hacia la puerta del baño, con una amplia sonrisa en su rostro, disfrutando de la situación de Jungkook.
⸼⸱🥞⋆꤫
El sol brillaba con todo su esplendor mientras Jungkook y Taehyung se encontraban reunidos en el comedor. El ambiente estaba impregnado de una calma reconfortante. En la cocina, Han-Sook se movía con la presteza de un profesional. Con la sartén en una mano y la espátula en la otra, creaba una obra de arte que los sentidos se alegraron de recibir. Su familia ya estaba reunida a la mesa, lista para disfrutar de su mano experta.
—Mi amor -resonó la voz de Han-Sook, dulce y melódica, flotando desde la cocina hasta llegar a los oídos de su familia- ¡No te olvides que debemos recoger a Ji-Yoon del aeropuerto! -era un recordatorio que agitó a la familia y le añadió una emoción fresca a su momento juntos.
Un ligero fruncir de ceño de Jungkook se manifestó en su rostro y, sin darse cuenta, lanzó un encantador "pout"
—¡¿Noona vendrá hoy?! ¡Nadie me dijo nada! -en su estado de confusión, parecía no haberse dado cuenta de que su tono de voz era un tanto infantil.
El padre de Jungkook, observando la escena, no pudo resistir una risa afable y amable, igual que el sonido de un campanario en la madrugada. Mientras tanto, Tae se aproximaba a Jungkook como la lentitud de una lágrima en una mejilla, depositando una dulce y tierna muestra de afecto en su piel.
Joong-Ki, con un gesto de sarcasmo y diversión, dio un sorbo a su café y movió la cabeza de lado a lado, ladeando su vista hacia Tae —Algún día harás que mi único hijo varón le dé algo en el corazón -prosiguió con una sonrisa en su labio- Y por favor, no hagas esas cosas frente a mí.
Taehyung seguía sonriendo traviesamente, pero esta vez sus palabras fueron un poco más suaves
—Trataré, suegro, pero no prometo nada. Su hijo es muy hermoso -el cariño y la atracción por Jungkook parecían flotar en el aire, y no podía negar el amor que sentía.
Jungkook, ahora totalmente avergonzado y con una expresión de ¡¿Por qué me estaban haciendo esto?! Reprimió la necesidad de cubrir su rostro de vergüenza con sus manos.
¡Oh, Dios mío! ¡Esta situación era demasiado!, pensó para sí.
—T-Tae -musitó, un poco avergonzado y con un rubor en su rostro.
Su rostro estaba caliente por la sonrisa traviesa de Tae, y sus ojos se apartaban de los de su novio con cierta timidez. En ese momento, era evidente que aún no se había acostumbrado a las insinuaciones de su pareja.
Fue un giro desconcertante en la vida de Jungkook cuando finalmente confesó su orientación sexual a su familia, pero el camino hacia su propio destino lo llevó a la iluminación de Taehyung, en un encuentro como una página de un cuento de hada.
Aunque su padre se mostraba serio en lo referente a la orientación sexual de su hijo, su amor por Jungkook lo llevó a aceptar lo que fuera para que su hijo pudiera estar feliz junto a su alma gemela. Sus valores tradicionales habían dado paso a una nueva realidad que comprendía el amor de su hijo, un amor que irradiaba como el sol en una tarde brillante.
—Son tan lindos los dos -admiró su madre con una sonrisa benévola mientras entraba al comedor cargando unos platos de desayuno caldeados. Su esposo, con una expresión de sincero afecto, se puso de pie para ir a ayudarla- Gracias, cariño -le agradeció ella con un gesto amable.
—Ustedes también son muy lindos. Son mi pareja favorita -observó con una sonrisa llena de cariño, mientras miraba a los padres de Jungkook. Su apreciación por ellos era evidente en su tono de voz y en la mirada en sus ojos, un gesto de agradecimiento hacia los padres de su pareja.
El tiempo que Taehyung pasaba con la familia de Jungkook era como un manantial de alegría para él, lleno de momentos plenos y tranquilos. La familia era tan dulce y tierna que incluso las escenas cotidianas como un desayuno familiar irradiaban un sentimiento de pertenencia y calidez.
El contraste entre las familias de ambos jóvenes era notorio. Mientras la familia de Jungkook era una espiral de amor y afecto, la familia de Taehyung era más bien fría y distante.
El estilo de vida de Taehyung siempre estuvo poblado de actividad y aislamiento. A pesar de tener una familia exitosa, el tiempo de calidad entre ellos se veía afectado por las exigencias de sus vidas laborales. Para él, pasar tiempo con la familia de Jungkook era como respirar un aire diferente, una terapia para el alma.
Con una sonrisa tierna y una mirada que brillaba con una comprensión profunda, Han-Sook tomó acercó a Taehyung de la mano sobre la mesa y la presionó con cariño —Siempre serás parte de nuestra familia -dijo con una voz suave y susurrante- Y también tienes un lugar en mi corazón.
—Oh, por cierto ¿Durmieron bien anoche, Jungkook? -cuestionó Han-Sook con una sonrisa maliciosa. La observación no pasó inadvertida para Tae, quien comprendió el doble sentido de su pregunta- No es por nada, pero aquí abajo se escuchaba todo.
—¿Usaron protección? -Joong-Ki, con su afamada falta de filtro, atacó directamente al punto que hizo que Jungkook se atragantara con su jugo. Ignorando la cálida sonrisa de Tae, quien al parecer ya había asimilado el humor ácido del padre de su novio.
Mientras Tae le daba palmaditas a Jungkook en la espalda, para ayudarlo a sacar el jugo de la garganta —¿Bebé, estás bien? -se rió para sus adentros. La gracia del momento no escapaba a la familia, pero el rubor de Jungkook intensificaba.
Jungkook se arrebataba en un torbellino de emociones que agitaban su corazón. El mareo de un rubor profundo, la incertidumbre de si estaba haciendo las cosas bien, la pena por su tormenta emocional y la reacción de su familia. De verdad, estaba en un asalto al sentido de la vergüenza por su familia y su novio.
Han-Sook añadió más sazón al fuego, después de observar la reacción de su hijo —Al parecer, sí la pasaron bien ¿No crees, Taehyung? -sus palabras flotaban con aire de inocencia, y su sonrisa, como la tela de una araña.
Reconoció que era hora de poner punto final a la broma —Creo que tenemos que detenernos antes de que nuestro Jungkook se quede sin aire -comentó su padre con su espontaneidad a flor de piel. Era su manera de evitar que el rubor de su hijo escalara a un color vino.
—Estoy de acuerdo, es mejor que detengamos esto antes de que Jungkook necesite una bolsa de papel -respondió Taehyung, refiriéndose a la necesidad de Jungkook de vomitar debido a su vergüenza ajena.
Ahora, en medio de risas y comentarios, Han-Sook se acercó a Jungkook, y le dio una palmadita en la cabeza —Lo siento, querido.
—¡Cierto! Jungkook me comentó que tenía que llegar temprano al instituto porque tenía algo que hacer -se dio cuenta de que había sido su forma de sacarle un poco de hierro a Jungkook, y le encantaba poder salpicar un poco de su magia en el ambiente.
El rubor que cubrió el rostro de Jungkook fue desapareciendo a medida que consumía su desayuno a toda velocidad —S-Sí. Tengo que enseñarle al instituto a una persona nueva -informó con palabras masticadas durante su desayuno. Una mirada cómplice se cruzó entre él y Tae, quien lo miraba con los ojos brillantes por un secreto compartido.
Taehyung, inmediatamente alertado por la palabra "una" junto con "nueva", alzó su ceja en un gesto interrogativo
—¿Una persona? ¿Una persona especial? -sus palabras flotaron en el aire con el inconfundible sentimiento de curiosidad.
Con la cabeza llena de dudas y el corazón latiendo en su pecho, Jungkook decidió continuar —No sé muy bien, pero creo que es una chica -añadió, con la mirada perdida en el interior de su taza de jugo de manzana. Su nerviosismo era evidente, pero quería ser sincero con su pareja.
Taehyung estaba intrigado —¿Una chica, eh? -mencionó lentamente, mirando a su novio con la mirada clavada en su mirada- ¿Qué piensas hacer con esta "chica nueva"?
La reacción del padre de Jungkook hizo que la atmósfera en el comedor se endureciera —Uhhh -murmuró Joong-Ki, una ligera señal de advertencia. Su mirada fija en su hijo lanzaba signos subliminales de que su interés en el asunto tenía motivos escondidos.
—Joong-Ki, ¿qué estás haciendo? -preguntó Han-Sook, claramente desconcertada por la actitud de su esposo.
—Así que tendrás que llegar temprano para estar listo para esa chica -su tono resaltaba el hecho de que era consciente de algo, pero prefería mantenerlo en secreto para ver hasta dónde llegaría Jungkook.
—Me parece bien -sonrió el menor.
Ay, Jungkook.
Mientras el melodrama tomaba forma en la cabeza de Tae, el tiempo parecía detenerse por un momento. Era obvio que algo estaba sucediendo, y sin saber qué era exactamente, Tae no podía evitar sentir un escalofrío en su espalda. Jungkook, por su parte, parecía completamente despreocupado.
Tae no sabía qué estaba pasando, pero tenía un extraño sentimiento ante la mención de esa "chica" al instituto. Su mente giraba a toda velocidad, intentando entender lo que sucedía. Su pensamiento era una mezcla de confusión y sospecha, todo centrado en la misteriosa "chica" mencionada por Jungkook.
Jungkook era un alma dulce y poco percibida, parecía completamente ajeno a la atmósfera cargada de intriga. Sus ojos reflejaban pura inocencia, ignorando el posible significado oculto detrás de las palabras de sí mismo. Era imposible no encariñarse con él, parecía estar tan completamente despreocupado.
—Bebés, ya es hora de que se vayan o llegarán tarde -intervino Han-Sook con una sonrisa sabia y materna.
Tae se sintió agradecido por el ajuste en la conversación, aún con las preguntas circulando en su mente. Jungkook se levantó obedientemente de su asiento, completamente desprovisto de cualquier recelo.
Joong-Ki, con una mirada de calma y sabiduría, se fijó en su hijo, transmitiendo tranquilidad y confianza. Los ojos de Tae no se perdieron de esta escena, todavía estaba algo inquietó por el significado de las palabras de Jungkook. Pero, en ese momento, su prioridad era Jungkook.
Tae tomó su mano con delicadeza
—¿Listo, bebé?
Como las manos de los chicos se entrelazaban, Jungkook sonrió con una dulzura e inocencia que logró mitigar el malestar que Tae estaba sintiendo. Cómo salían del comedor, los padres los acompañaron al umbral y sus sonrisas se extendían más allá de sus rostros.
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⤷MINUTOS DESPUÉS⤶
Ambos chicos llegaron al instituto con la brisa mañanera acariciando sus rostros. Entre risas y complicidad, Taehyung se despidió de su nvio con un beso suave y fugaz en la mejilla, pero esta vez, la sorpresa dejó al menor con las mejillas ardiendo y los ojos bajos ante las miradas curiosas de sus compañeros. Su corazón latía con fuerza, sintiendo la mezcla de emociones entre la timidez y la complicidad con Taehyung.
—Nos vemos más tarde, guapo -se despidió Tae con un guiño de ojo.
—N-Nos vemos -respondió Jungkook con una risa nerviosa, sintiendo el calor subir por sus mejillas al notar las miradas cómplices de sus amigos.
—Me encanta verte tan rosado y nervioso, mi precioso Conejito. Eres tan lindo -susurró con palabras llenas de suscripción.
—T-Tae, deberías irte. Está siendo tarde para tu primera clase.
—¡Ay! ¡No puedes correrme así! ¡Este es mi momento de conexión romántica con mi Conejito! -exclamó Tae, con una sonrisa en su cara y una sacudida en su voz- No quiero perderme la oportunidad de presenciar la reacción tan adorable de mi cielo.
Jungkook estaba a punto de hablar cuando vio detrás de su novio al director y padre de Taehyung. En un instante, se inclinó rápidamente para hacer una reverencia, dejando al mayor confundido por la repentina acción.
—B-Bueno días, Señor Kim -su voz sonaba suave y vacilante, pero lo suficientemente cortés como para capturar la atención del director.
—Buenos días, Jungkook -saludó con voz seria al igual que su expresión.
Taehyung borró su sonrisa al instante al girarse y encontrarse con su padre, quien está claramente molesto, con las manos en los bolsillos. La tensión en el ambiente es palpable mientras todos tratan de asimilar esta sorpresiva situación. El director, con los labios apretados en una mueca de disgusto, se quedó silencioso. Su actitud era tensa y enojada, como si supiera algo. Tae sintió su estómago retorciéndose con ansiedad.
—Buenos días, padre -ofreció un saludo breve y cortés, intentando calmar los escalofríos que empezaban a recorrer su cuerpo.
Sin embargo, su padre no mostró ninguna señal de calmarse y se plantó delante de él, con las piernas separadas y las manos apretadas en los bolsillos de su pantalón.
—Buenos días, Taehyung.
Hay algo en la voz de su padre que no hizo que Tae se sintiera mucho mejor. La habilidad de sus padres para capturar el tono de la voz de Tae cuando estaba en problemas era notable. La presencia de su padre, encontrándolo así, de alguna manera era tanto como decir "Tae, estás en problemas"
El director, sintiendo la tensión creciente, se dio la vuelta para mirar más allá de Taehyung. Jungkook estaba allí, con su rostro joven envuelto en una pálida expresión de miedo —Jungkook -llamó el director- Necesito que vayas a dentro, la nueva estudiante te está esperando.
Con una última mirada de preocupación, Jungkook hizo un pequeño gesto de despedida con su cabeza y se retiró de la escena, antes de perderse entre la masa de estudiantes. Tae se quedó mirando a su novio mientras se iba, una mezcla de confusión y temor anidados en su corazón.
—Quiero que vengas conmigo a mi oficina -la voz de su padre interrumpió sus pensamientos.
El tono de su padre era implacable y firme. Tae sabía que no tenía otra opción que seguirlo. Su corazón estaba latiendo fuertemente en su pecho, preguntándose qué lo esperaba dentro del despacho. Sin embargo, mantuvo la cabeza erguida y se encaminó detrás de su padre, con las manos aferradas a su mochila.
Mientras caminaban por el pasillo, llamaron la atención de todos, ya que no siempre se veía al director con su hijo detrás de él. Eso se llamaba "problemas" Era como si la espalda de Tae se convirtiera en un imán para las miradas de sus compañeros. Sus labios se apretaron en una fina línea mientras sentía las miradas atormentadoras de sus colegas en su espalda.
Al entrar a la oficina, su padre abrió la puerta para que pasará primero. Tae se acercó, respirando profundamente para mantener la compostura y entró a la oficina. El ambiente era frío y cerrado, como si se tratara de una cámara de tortura. Tae tenía los puños apretados como si de alguna manera pudieran protegerlo de lo que estaba por venir.
Al entrar en la oficina, sintió un inexplicable frío recorrer su cuerpo. Observó detenidamente el ambiente, notando la pintura y decoración en tonos oscuros, los favoritos de su familia. Cada detalle parecía cargar con una historia no contada, añadiendo una capa de misterio a la escena.
Tae se paró frente a su padre, el orgullo resplandeciendo a través de su voz
—¿Para qué me necesitas? ¿Es porque estaba muy cerca de Jungkook? -su voz contenía una desesperación reprimida.
La mirada de su padre se volvió más fría y dura como el hielo —Primero necesito que te sientes -sus labios se apretaron en una fina línea mientras comenzaba a caminar lentamente por el gran espacio de su oficina- No es solo por eso ¿Cuándo crees que vas a tomar las cosas en serio, Tae?
Se movió rápido para seguir las instrucciones de su padre —Bien, estoy sentado -jugueteó con uno de sus botones- ¿Y ahora qué? ¿Por qué estamos aquí, Papá? -su tono era todo lo desafiante que podía ser con su padre, pero también había una ligera nota de ansiedad en sus palabras.
—¿Dónde estabas anoche? Tu madre y yo te estábamos llamando, al parecer te compramos un celular para nada.
Se quedó callado, sintiendo la tensión crecer dentro de su pecho —¿Quieres saber dónde estuve anoche? -preguntó con un tono que era una mezcla de desafío y resignación- Estaba con Jungkook ¿Eso te hace feliz? ¿Te hace sentir mejor?
—Con Jungkook ¿Eh? -soltó una risita sarcástica. La risa de su padre era como una uña en una pizarra, graciosa y cruel al mismo tiempo -¿Estás tomando esto como un chiste, Tae? ¿Crees que puedes reír en mi cara y seguir haciendo lo que quieras, a pesar de mis deseos? ¡Yo soy tu padre! ¡Y estoy tratando de ayudarte!
—¿Ayudarme en qué? ¿En sufrir a tu lado? ¿En mirar el lado "bueno" que tiene nuestra hermosa familia? -por cada palabra que salía de su voz, más dolía su cabeza, garganta y pecho.
—¿Sufrir a mi lado? ¿De qué estás hablando? Yo soy el heredero de esta familia. Soy el que ha dado toda su vida a nuestra familia y a nuestra compañía ¿Te parece que soy un estorbo para ti?
—¿Tanto te molesta verme feliz con Jungkook?
Dejó escapar un gruñido —No es que no quiera verte feliz, Tae ¡Quiero que seas listo! ¿Cuántas veces debo decirlo? ¡Piensa en tu futuro! ¡Eres el heredero de nuestra compañía! ¿Qué ocurriría si la gente supiera sobre tu relación con Jungkook?
—¡No me estoy desperdiciando nada, papá! -gritó Tae, con una dorada mirada brillando en sus ojos- ¡Jungkook no es un desperdicio! ¡Es mi pareja, es mi amor! ¡Y no me importa qué diga nadie! ¡No me importa la compañía!
—Eres muy tierno y yo no te eduque así. Tienes que tener inteligencia Taehyung... Mientras que Jungkook gana miles de medallas por su esfuerzo, es el mejor en todo en este instituto, tú te quedas atrás como siempre ¿Eso es lo que quieres? Mientras que Jungkook es el centro de atención, a nadie le importa Kim Taehyung.
La tensión en la habitación se elevó como la brisa justo antes de una tormenta. Tae se puso de pie, su postura denotaba una mezcla de furia y desesperación. Sus ojos, brillantes y cargados de emoción, estaban fijos en su padre. Los dos hombres se enfrentaban como si se tratara de un combate entre titanes, cada uno decidido a vencer.
Como un volcán en llamas, el dolor de Tae era palpable. Los músculos de su cara se tensaron, y su rostro se contrajo en una máscara de frustración. Cada palabra de su padre era como una bofetada, y el calor de la ira se extendió por su cuello y su pecho.
—De seguro Jungkook encontrará a alguien mejor que tú y espero no estar ahí para decir "te lo dije".
El agudo dardo de las palabras de su padre penetró en el corazón de Tae
—¡Eso es una mentira y lo sabes! -gritó, su voz rasgada por las emociones- ¡Jungkook me ama! ¡Y yo lo amo a él! ¡Él no me dejaría nunca!
Con ese último vistazo cargado de emociones, Taehyung recogió su mochila y abandonó la oficina, dejando atrás a su padre mientras se aguantaba para no derramar lágrimas.
Los sollozos se apoderaron de él mientras recorría el pasillo con pasos pesados. Cada paso le recordaba a Jungkook y el amor que compartían. El sufrimiento comenzó a convertirse en una bola de angustia que le contorsionaba la garganta y le hacía doblarse en dos.
Reprimió sus sollozos y aceleró la marcha. El peso de la realidad empezaba a pesarle encima como una capa de ceniza. Sabía que no podía mostrarse vulnerable enfrente de Jungkook, no ahora. Tenía que encontrar un lugar donde ocultarse para desahogarse sin miedo a lo que pudieran pensar los demás.
El susurro de los pasos detrás de él sonaba tan cercano y ominoso como un susurro oscuro en el oído. Se encogió, preguntándose quién podría seguirlo. Su corazón latía fuertemente mientras volvía a caminar sin importarle quién estaba detrás de él.
—¿TaeTae? ¿Eres tú? Te estaba buscando en la cafetería -escucha a la persona de quien se quería esconder detrás de él.
La voz de Jungkook llegó con la fuerza de un puñetazo en el pecho. Giró lentamente para no ser visto, su cara estaba enrojecida y llena de lágrimas.
—J-Jungkook -susurró, tratando de encontrar las palabras correctas- ¿Qué haces aquí?
—Te estaba buscando para acompañarte a clases.. -sonrió tiernamente, aunque no fue visto por el mayor- ¿Estás bien, TaeTae?
Se encogió de hombros, intentando ocultar sus lágrimas —Estoy bien, solo estoy un poco cansado -mintió- No te preocupes.
—T-Tae, si quieres podemos ir... -fue interrumpido por el sonido del timbre resonando en el pasillo, rompiendo el momento de confesión que se estaba gestando.
Tae agachó la mirada sorprendido, tratando de controlar sus emociones mientras el sonido del timbre se repetía y todos los alumnos se iban a sus aulas, creando una atmósfera de suspense en la habitación.
—Quiero estar sólo, Jungkook -murmuró, mientras caminaba hacia el baño.
Lentamente, Tae se alejó de él y se adentró en el baño, cerrando la puerta detrás de él con un susurro apenas audible. En la penumbra, sus pensamientos parecían resonar con fuerza, luchando por encontrar claridad en medio de la confusión emocional que lo embargaba. El sonido lejano de las conversaciones en el pasillo contrastaba con el silencio opresivo que envolvía el pequeño espacio.
Se apoyó en el lavamanos, mirando fijamente su reflejo en el espejo, tratando de encontrar respuestas en los profundos ojos que lo observaban de vuelta. Las lágrimas brotaban de sus ojos, acompañadas de pensamientos tumultuosos que golpeaban su mente con una intensidad creciente, como olas rompiendo contra un acantilado.
El dolor de cabeza se intensificaba, envolviéndolo en una neblina de confusión y angustia. En medio de esa tormenta interna, una pregunta se abría paso lentamente en su conciencia: ¿Cómo lidiar con la avalancha de emociones que amenazaba con arrastrarlo?
—¿TaeTae, estás bien? -preguntó Jungkook con tono preocupado, su voz se filtraba a través de la puerta cerrada.
Tenía mirada perdida en el horizonte de sus pensamientos oscuros
—No sé, Jungkook... Todo es demasiado abrumador -susurró con voz entrecortada.
El silencio tenso se interponía entre ellos, roto solo por sus suaves sollozos y el latido agitado de su corazón, sintiendo el abrazo invisible de la preocupación de Jungkook a través de la puerta cerrada.
—¡Tae, creo que tu padre está viniendo hacia acá! -advirtió con miedo en su voz, tratando de alertar a su Tae.
Taehyung, en un gesto repentino, se levantó del frío suelo donde reposaba su angustia y se acercó a la puerta con determinación. Con manos temblorosas, giró el picaporte y abrió la puerta, revelando a su novio que entró apresuradamente en busca de consuelo en la mirada preocupada de Taehyung.
Jungkook, con un nudo en la garganta, presenció la escena desgarradora de TaeTae llorando en la penumbra del baño. Cada lágrima que surcaban sus mejillas enrojecidas por la emoción era como un eco silencioso de dolor que resonaba en su alma, haciéndole sentir impotente ante el sufrimiento de su querido Hyung.
La oscuridad envolvía la escena, acentuando la fragilidad del momento, mientras el brillo de las lágrimas de TaeTae parecía reflejar la pura agonía que albergaba su corazón. En ese instante, Jungkook experimentó una mezcla de tristeza profunda y un deseo irrefrenable de consolar lo, aunque las palabras parecieran insuficientes en medio de tanto dolor.
—Me veo horrible, ya sé -soltó Tae, rompiendo el silencio con un susurró lleno de autocrítica.
Con ternura en sus ojos, se acercó a pasos lentos —T-Tae, eres hermoso tal como eres, tu luz brilla incluso en la oscuridad.
El rostro de Taehyung se encendió en un tono más rojizo ante las palabras rebosantes de ternura de su gentil novio. Sus mejillas ruborizadas contrastaban con la suavidad de su piel, reflejando el cálido brillo de emoción y amor en su mirada.
—E-Eres tan lindo, Kookie -susurró, dejando que las lágrimas salieran de sus ojitos ya irritados. Pero aún así, Jungkook seguía viendo la hermosura de él- No te merezco.
—¡No digas eso, Tae! -exclamó con voz suave, atrapando con sus manos las lágrimas que escapaban de sus ojos. Acercándose con ternura a él para estar más cerca- Eres mi luz, te mereces todo y más. Estoy aquí para ti en cada paso del camino.
Las palabras reconfortantes de Jungkook lo envolvieron en un cálido abrazo, disipando sus dudas y temores, mientras el amor incondicional entre ambos brillaba con intensidad en ese íntimo momento.
—Por supuesto, Tae. T-Te amo más de lo que las palabras pueden expresar -confesó con un brillo sincero en sus ojos, revelando la intensidad de sus sentimientos.
Sus palabras resonaron en el silencio cargado de emociones, mientras su mirada transmitía un amor profundo y genuino que trascendía cualquier barrera.
Con movimientos lentos y nerviosos, se aproximó al rostro de Taehyung, su corazón palpitando con fuerza en su pecho. Con una delicadeza palpable, rozó los labios del mayor con un suave beso, desatando un cosquilleo exquisito que recorrió todo su estómago y tiñendo su rostro de un rubor encantador.
Con valentía y un atisbo de nerviosismo, se acercó aún más a Taehyung, buscando sellar sus labios en un beso completo. Aunque se sintiera torpe en ese momento, era él quien llevaba las riendas en esa situación tan íntima. La intensidad del momento se palpaba en el ambiente, creando una conexión única y profunda entre ambos.
Con suavidad, Taehyung se separó lentamente de los labios de Jungkook
—Creo que debes irte, cariño, ya estás tarde a tu primera clase del día.
—N-No importa la clase, estaré aquí el tiempo que sea necesario contigo -afirmó con ternura.
Abrazo a Taehyung por detrás. Un gesto de amor que demostraba su compromiso y su deseo de estar juntos, sin importar las responsabilidades externas. Estaba dispuesto a quedarse a su lado pase lo que pase. Las horas podían pasar, las responsabilidades podían esperar; lo único que importaba en ese momento era el bienestar emocional de su Tae.
En la melancolía de sus silencios, se abrazaban con ternura, compartiendo la tristeza como un vínculo que fortalecía su unión, recordándose mutuamente que juntos podían sanar cualquier herida del alma.
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⸼⸱☁️⋆꤫Conozcan un poco al padre de Tae, ositos.
⤷¡DATO!⤶
✿Las personas celosas suelen experimentar sentimientos intensos de inseguridad y desconfianza en sus relaciones. Pueden manifestar comportamientos como la vigilancia constante, los celos excesivos y la necesidad de controlar a su pareja. Es importante abordar estos sentimientos de manera abierta y honesta para mantener relaciones saludables y equilibradas✿
⋆ ̟@Kᴏᴏɪ_Tᴀᴇ𔘓
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