🥀 Final 🥀
—Yoongi, di algo para la cámara.
La cámara hizo un giro de ciento ochenta grados antes de enfocarse totalmente en el rostro sonriente del muchacho, que agitó una mano y dejó de moverse al ritmo de la música para centrarse en el lente que lo estaba filmando.
—Estoy muy alegre por esto, todavía no puedo acostumbrarme a la idea. He conocido a Namjoon por tanto, tanto tiempo y la verdad es que jamás imaginé que esto terminaría sucediendo, ¡todo menos esto! Pero creo que es lo mejor que puede haber pasado, solo hay que verle la cara que se trae para saber que está feliz —se acercó lo más que pudo, gritando para que su voz se escuche entre el enorme bullicio, mientras Jungkook movía la cámara entre sus manos—. Nunca lo he visto tan feliz como ahora y espero que todo continue igual de bien de ahora en adelante. Mis más sinceras felicitaciones, Namjoon, sabes que te considero como un hermano.
Yoongi continuó sonriendo de la misma emocionada manera y exhaló, recibiendo una copa de uno de sus conocidos.
—Me han dado ganas de casarme, Jungkook. Casémonos,
—¿Nosotros? ¿Tú conmigo? ¿O por separado? —la cámara giró bruscamente y el rostro del castaño, que intentaba hacer los gestos de un fanático desesperado, apareció de inmediato—. Por Dios, Min Yoongi me está proponiendo matrimonio, ¿han escuchado? Pero lo siento, tengo novio, Taehyung se pondrá celoso.
—Por separado, idiota.
La cámara dejó de enfocarse en el más alto y siguió avanzando a través de la multitud, capturando a todos los invitados, que se movian de un lado a otro sin descansar, riendo y gritando. Algunos, se tomaban el tiempo de agitar la mano hacia el lente y otros, simplemente continuaban bailando, empujándolo. Pero si había algo en lo que todos coincidían era en que estaban demasiado contentos.
—Bueno, son exactamente las doce de la noche, ¿o debería decirse madrugada? Y la música es buenísima, hay demasiada gente y el lugar es maravilloso. Todo es tan... americano, posiblemente vaya a hacer turismo después, cuando haya tiempo. Ahora intento encontrar a Namjoon o a Seokjin, pero no los veo por ninguna parte... —la cámara se detuvo y de pronto, empezó a moverse a carreras hacia un ángulo específico—. Oh, miren, es Jung Hoseok.
Se acercó hacia el muchacho sentado en una esquina, acompañado de algunos de sus amigos, y apuntó la lentilla a pocos centímetros de su rostro, haciendo la toma perfecta. Hoseok dejó de mirar la pantalla de su celular y elevó la cabeza, dándole una mirada poco amigable.
—Estoy filmando, ¿algunas palabras?
—Seokie, sé feliz, por favor —alcanzó a mascullar e hizo una mueca similar a una sonrisa antes de volver a centrarse en la pantalla de su aparato móvil.
—Está bien, Hoseok, no llores, por favor, eso no es bueno para las cámaras.
La imagen del muchacho se disolvió y en su lugar, apareció toda la multitud nuevamente, aunque la cámara solo se esforzaba por centrarse en uno de ellos.
—¿Jimin? ¿Algo que decir?
—¿Algo como qué, Jungkook? —el muchacho detuvo sus movimientos y se acercó, riendo.
—Algunas palabras para Namjoon...
—No lo sé, son tantas cosas, hablaré demasiado.
—No importa, solo lánzalo, lo que sea, lo que se te venga en mente, luego podemos editarlo.
—¿Todo lo que se me venga en mente? —Jimin arqueó una ceja y se pasó la mano por el cuello, como buscando las palabras precisas para decir—. Realmente, este sentimiento de que un amigo tuyo ha dado este gran paso es asombroso. Recuerdo que él decía que...
—¡Allí está!
El ángulo cambió de inmediato y la imagen se sacudió de un lado para otro, enfocándose en lugares confusos para luego finalmente concentrarse en una persona en general, en la que estaba gritando y cantando desenfrenadamente en medio de todos, con la camisa desarreglada y la corbata torcida al borde de caer al suelo.
La mano de Jungkook se prendió de su cuello y lo atrajo rápidamente hacia la cámara.
—Namjoon, ¿no tienes algo que decir?
—En realidad, tengo mucho por decir, pero no me salen las palabras. No sé si has tenido ese momento en que sientes que todo te está estallando y quieres decir mucho, pero no te sale nada o si te sale, pero no te sale como deberías... —gritó a todo pulmón, soltando el micrófono y entonces, presionó el anillo, que rodeaba su dedo indice, contra el lente de la cámara, agitándolo—. ¿Ven esto? ¿Lo ven, eh? ¡Lo logré, hijos de puta, lo logré! ¡Soy el imbécil con más suerte de todoeste universo!
Las risas de Jungkook se escucharon y la filmación se sacudió cuando el cuerpo de Namjoon empezó a acercarse y segundos después, se lanzó a abrazar al castaño, que intentaba rehuirle, pero que a la vez, no podía tolerar las carcajadas.
—Te quiero, Jungkook, aunque seas una espina en el trasero, te quiero tanto.
—Seokjin, ¿qué se siente tener que aguantar a este tipo por tanto tiempo?
El muchacho que estaba susurrando algo hacia un teléfono, volteó con una sonrisa y estuvo al borde de responder, pero una chica simpática apareció y pegó su rostro junto al lente óptico.
—Jungkook, escúchame, apaga eso.
La imagen filmada por la cámara fluctuó y se removió antes de apagarse durante dos segundos y volverse a encender, apuntando el rostro molesto de la muchacha.
—¿Sigues con eso? ¡Apágalo, ya hay cantidad de cámaras filmando, no te necesitamos!
—Bueno, lo apagaré, pero déjame filmar un poco antes.
Jungkook ajustó un poco la imagen y el foco se fijó nuevamente en un rostro demasiado conocido, el cual sonrió en modo de respuesta.
—¿Seokjin, qué es lo que más te gusta físicamente de mi encantadísimo amigo?
—Creo que lo que más me gusta son sus ojos.
—Pero si sus ojos son terribles, no les veo nada de bueno —la chica interrumpió y la mayoría empezó a soltarse de risas.
—Coincido contigo, Hyejin.
La cámara cambió de enfoque y se acercó a Namjoon, que se acomodaba el cabello y seguía cantando entre gritos desentonados, rotundamente pegado al ritmo de la música.
—¿Y a ti, Namjoon? ¿Qué es lo que más te gusta de él?
—¿Lo que más me gusta? Sus labios, no, sus ojos, no, no, creo que más sus labios, o sea, también sus ojos, pero sus labios son encantadores... aunque tiene unas piernas muy buenas, no sé, no podría decidirme, así que ahora que me lo pienso mejor, me gusta todo. Sobre todo, su manera de sonreírme.
Los suspiros ruidosos se escucharon y la imagen se oscureció, reanudando al instante, pero con un enfoque diferente. Un montón de personas se encontraban formando una ronda en medio de la pista, sonriendo y diciendo una gran cantidad de frases entusiastas convertidas luego en emocionados grititos. El foco se aproximó hacia dos personas en particular, Namjoon y Seokjin. Se podía observar perfectamente la forma en la que el primero sonreía al observar al segundo, al mismo tiempo que sus labios se tornaban cada vez más cercanos hasta el punto de casi rozarse ligeramente.
Y fue entonces cuando la imagen se disolvió al instante.
—¿Y este es el último?
Namjoon se quedó mirando a la cámara que tenía entre sus manos y soltó un silbido al presionar nuevamente sobre el siguiente botón y escuchar el sonido que le anunciaba que no había otro video más. Se revolvió entre la arena y regresó su mirada hacia ese rostro tan cálido y fresco, que lo esperaba a pocos centímetros.
—¿En serio es el último?
—Es el último video —escuchó la voz de Seokjin y lo vio reincorporarse hasta encontrarse sentado—. ¿Todavía no puedes creerlo?
—Todavía, es como si estuviese soñando.
Y de verdad que parecía como si estuviese soñando. A pesar de que solo habían pasado dos semanas, no lograba terminar de creer todo lo que había sucedido. No era solo como si su vida hubiese girado todos los grados posibles, sino que lo había hecho de manera tan rápida e inesperada que posiblemente, nunca se le hubiese tan siquiera cruzado por la mente. Demonios. De verdad que nunca se lo hubiese cruzado por la mente.
—No estás soñando —Seokjin susurró y se inclinó hacia él para besarlo. Podía sentir el cosquilleo de sus labios sobre los suyos.
—Así lo estuviera, sería el mejor sueño de mi vida y rogaría por no despertar jamás.
Se quedaron mirando durante un par de segundos, tan solo escuchando el sonido retumbante de las olas del entretenido mar.
—Deja de mirarme, Seokjin.
—¿Y eso por qué?
—Porque me pones irremediablemente nervioso —confesó en un tono más serio, mientras una sonrisa le delineaba la boca y sus ojos se movían hacia esos labios provocativos y gentiles.
—Tonto.
Sus risas invadieron el aire y lo saturaron de su esencia enamoradiza.
—No sabía que Jungkook hubiese estado filmando también...
—¡Eso fue porque bebiste! Yo no bebí ni una gota, porque quería recordarlo todo perfectamente.
—Pero yo recuerdo absolutamente todo lo que sucedió. Imágenes como esas no se irían nunca de mi mente, aunque me haya volcado toda la mesa de tragos entera —soltó, sonriendo un poco más y su dedo índice golpeó suavemente sobre la parte lateral de su propia cabeza—. Las tengo aquí, muy en mi mente.
—Más te vale.
Namjoon elevó las cejas y sonrió mucho más al verlo levantarse, cámara en mano, riendo al empezar a capturar un poco del cielo y del mar para finalmente filmarlo a él.
—¿Me estás amenazando? Porque si lo estás haciendo... iré corriendo, te atraparé y no te soltaré durante el resto de la noche.
—Esta vez no lo harás —Seokjin contuvo una risita, moviendo la cámara hacia la arena y retrocediendo algunos pasos hacia el agua, mientras lo veía levantarse también.
—¿Quieres apostar?
Continuo retrocediendo al verlo acercarse poco a poco, sin perder el contacto de su mirada y cuando Namjoon empezó a correr peligrosamente hacia él, rompió en risas graciosas y se volvió paral meterse lo más pronto al agua, todavía filmando las heladas olas del mar, intentando huir de su agarre.
El agua, las risas, las olas, la arena, la brisa fresca.
Todo parecía mucho más que el mejor de sus sueños.
Sintió su cuerpo aproximándose al mar y sus labios buscando rápidamente los suyos, Y cuando se distrajo para evitar que la cámara toque el mar, los brazos de Namjoon se aprovecharon para cercarlo de la cintura y su rodilla tocó la suya, haciéndolo caer sobre la arena suave y receptiva, acomodándose suavemente sobre su cuerpo, posando sus brazos a ambos costados y encontrando sus resplandecientes pupilas con aquellas tan preciosas.
—Ahora si, Choi Seokjin, te tengo atrapado —susurró este contra sus labios, al mismo tiempo que escuchaba sus risas melodiosas, con el corazón desbordándose de nuevo.
Y le guiñó el ojo antes de que una sonrisa tentadora le curvase la boca.
—Y muy, muy atrapado, nene.
Los dedos de Seokjin se movieron hasta la cámara y presionó el botón final, apagándola antes de dejarla caer sobre la arena y sonreír amorosamente al rodearlo con ambos brazos y atraerlo mucho más para besarlo de la manera en la que siempre soñaba.
La cámara cae, las miradas caen, los besos caen, las caricias caen, las palabras caen.
Las estrellas recién están saliendo.
Fin
Holis, ya llegamos al Final de ésta historia, solo faltaría el Epílogo que subo mañana (si no se me olvida jaja).
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