Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🥀 10 🥀

Namjoon exhaló con rabia y se pasó una mano por la cabeza, ¿tenían que llegar justamente a esa hora? ¡que les den por el culo!

Tomó la toalla que había lanzado antes y se la colocó en el cuello, mirando la forma en la que Seokjin parecía tener un ataque de pánico nivel diez después de haber oído la voz y los pasos de su hermana y el resto de su maldita familia.

—No pasa nada, nene, bájale al miedo —indicó moviéndose hasta la puerta.— Voy a bajar primero y tú bajarás después de cinco minutos.

—Sí, sí....

Cerro la puerta de un golpetazo y bajo las escaleras lo más rápido que le fue posible. Lo primero que observó fue el dramático rostro de su hermana y después, la fingida sonrisa de su madre, el severo rostro de su viejo y la estúpida sonrisa del que supuestamente seria la última victima de Hyejin.

—Hola —elevó la mano.

Su maldita respiración seguía acelerada, pero eso era lo de menos, la mano de Hoseok estaba inclinada hacia él y la sonrisa ridícula seguía en su rostro.

—Soy Jung Hoseok, es un gusto, Namjoon.

—Lamento no decir lo mismo.

—Namjoon, ¿qué modales son esos? —su madre colocó el grito del cielo.

Notó la mirada asesina de su hermanita y Hoseok solo negó con la cabeza, sonriendo como si eso hubiese sido una broma sin importancia.

—¡Las maletas, Seokjin! —gritó su madre de nuevo, exhalando,

—Por cierto, mamá, el resto del personal de servicio no ha vuelto —la voz chiliona de Nayeon estremeció las paredes.

—Su padre ordenó que no regresen, cree que es suficiente dos personas.

Namjoon se pasó la mano por el cuello, maldiciendo en su interior. Le valia mierda todos lo que hablaban; lo único que quería era largarse de ahí lo más pronto posible, pero sí lo hacía, posiblemente lo desheredarían. Sus ojos se quedaron quietos cuando vió a su criado bajar las escaleras rápidamente y descender la mirada, haciendo tres reverencias seguidas.

—Buenos días —susurro. Su voz apenas se escuchaba.

—Llévate las maletas a los respectivos cuartos, rápido.

—Cómo usted diga.

Seokjin hizo otras tres reverencias e intento tomar dos maletas en cada mano, pero le fue imposible. Estuvo a punto de hacer un nuevo intento pero se detuvo al sentir una mano tocando su hombro, así que elevo la mirada y se encontró con un rostro amable, pacífico y sonriente.

—Déjame que te ayude a subirlos, eso está muy pesado —Hoseok tomó las maletas sin ningún problema y continuó sonriendo.

—Muchas gracias...

Las cejas de Namjoon se elevaron cuando miró como Seokjin sonreía y descendía la mirada con el rostro enrojecido como siempre, siguiendo al otro. Se mordió el labio y lo siguió con la mirada hasta donde le fue posible.

—Hueles a cigarro, ¿has estado fumando tan temprano? —la insoportable voz de su hermana lo sacó de sus pensamientos.

—No es de tu interés, asi que cierra la boca,

La muchacha rodó los ojos y se lanzó sobre los brazos de su novio cuando lo tuvo enfrente. Namjoon tuvo ganas de vomitar al ver esa escena, pero se contuvo.

—No era necesario que te molestes, Hoseok, le pago al muchacho para que haga ese trabajo.

—No se preocupe, señora, mientras pueda ayudar, lo haré siempre.

Vaya mierda.

No quedaba duda que la nueva victima de Hyejin era todo un imbécil y creía que montándose ese "show de mariconada extrema" lograría ganarse a todo el mundo. Namjoon colocó los ojos en blanco y se volvió a morder el labio.

—Por cierto, de aquí me largo a un bar con el resto de mi grupo, ¿vamos, cuñadito? —lanzó la pregunta con una media sonrisa nada sincera.

—Lo siento, yo no tomo.

—¿No tomas? qué lástima, yo que queria familiarizarme más contigo hoy.

—Ni pienses que vas a salir hoy, Namjoon —la imperativa voz del alto hombre resonó en toda la sala de estar.

Namjoon se pasó las manos por los ojos, lanzándose al sofá más cercano.

—¿Qué? —soltó finalmente, enfrentándole con la mirada.

—Has faltado al instituto todos estos días, ¿creías que no me iba a dar cuenta?

¿Qué carajos? ¿quién había sido el maldito bocón? era mejor que ni se enterase, porque le mandaría a coser esa jodida boca para ver si hablaba de nuevo

—He estado enfermo y no he podido ir.

—Qué extraño que estés enfermo y huelas a cigarrillo.

Notó como su madre parecía darle un ataque de nervios.

—Cariño, hablemos después de esto...

Los ojos de Namjoon se encontraron con los de su padre y tuvo que morderse la lengua para no empezar a maldecirlo y escupirle por todo el rostro.

—¿Señores, quieren que les sirva el almuerzo? —la anciana de servicio ingreso con una bandeja de vasos en sus manos.

—No te preocupes, ya hemos almorzado, esperaremos la cena mejor. En un momento te daré las instrucciones.

La anciana asintió y se marcho por donde había venido y notó como Hoseok se sentaba frente a él con su hermana colgada del brazo. Sus padres no tardaron en seguirlo, sentándose también. ¿En qué se estaba convirtiendo esto? ¿en una maldita reunión de familia?

Qué patético.

Lo único que deseaba era largarse a cualquier lugar lejos de ahí y beberse todas las latas de cerveza posibles para bajarse toda la rabia que le hervia por las venas.

—¿Irás a la conferencia de mañana, verdad, Jung?

—Si, señor, porque es una conferencia importante y no me la perdería por nada en el mundo. Aparte, me parece interesante el tema.

—Qué bueno, porque Namjoon te va a acompañar.

Namjoon apretó sus dedos en un punto, aniquilando con la mirada a su hermana y su padre. En serio, ¿creían que de ese modo iban a sacarlo de quicio? malditos hijos de puta, malditos hijos de puta todos. Intentó colocar su clásica media sonrisa en su boca y recostarse sobre el respaldar del asiento.

—No puedo, mañana tengo clases, recuérdalo.

—Ya he hablado con el director y tienes permiso, así que mañana madrugas a esa conferencia. He estado pensando en que el lugar es muy retirado, así que necesitarán alguien que les cuide el auto, les lleve las cosas y se encargue del hospedaje....

Oprimió más su puño.

—Me puedo cuidar por mi mismo, padre —lanzó con tono sarcastico.

—Irá el empleado con ustedes. Ya le hablaré.

—¿Seokjin? —su madre se llevó la copa de agua a los labios.

—Es joven y puede moverse más rápido, así que está decidido.

—Por mi no hay ningun problema, señor —Hoseok sonrió, mientras miraba a su novia y le hacia muecas divertidas con los ojos.

Namjoon sintió que el impulso de vomitar volvía a él con más fuerza, así que sacó su móvil y empezó a teclear con brusquedad, intentando evadir la realidad. Si su viejo creía que enviando al estúpido ese lograria joderle la existencia, estaba muy equivocado. Exhaló. Al menos tendría algo con qué divertirse: Seokjin.

La tarde transcurrió entre comentarios aburridos, risas e indirectas hacia él de parte de toda su puta familia y a eso de las nueve de la noche, la cena se sirvió. Él no tocó nada de su plato en lo absoluto.

—Yo te ayudo a llevar los platos —Hoseok se levantó de inmediato, tomando algunos platos de las manos de Seokjin—. Será más rápido así.

—No se preocupe, puedo hacerlo yo mismo...

—Vamos, lo hago con todo el gusto.

—Muchas gracias...

Notó como ambos caminaban hacia la cocina y se mordió el dedo pulgar con tanta fuerza que sus dientes le marcaron la piel. Bebió el agua de un trago, mirando como su "refinadisima" madre sonreía y abría los labios.

—Es un buen chico, ¿no? muy amable y bien formado.

—Tiene que serlo, viene de una respetable familia bien posicionada, al igual que nosotros. Incluso creo que podríamos hacer negocios juntos —la resonante voz del canoso hombre penetró en las paredes.

Namjoon tosió y se levantó también; las náuseas estaban a punto de comerle toda la columna vertebral y la cabeza. Colocó el vaso de golpe contra la mesa.

—¿A dónde vas?

—A tomar agua, ¿o tampoco puedo hacerlo?

—No has tocado tu plato...

—Estoy enfermo y quiero descansar ya que mañana madrugaré.

Caminó rápidamente hacia la parte trasera de las escaleras, echándole un vistazo a la cocina y recostando se sobre el umbral de la puerta, buscando un cigarrillo en sus pantalones. Elevó una ceja al ver como Hoseok sonreía hacia una parte en particular que él no podia ver, porque la maldita nevera le tapaba toda la visión.

—Se nota que quieres mucho a tu madre y eso habla muy bien de ti.

—La adoro mucho, es mi todo en esta vida y quiero que se mejore pronto... —la voz de Seokjin se escuchó como un susurro. Namjoon pudo imaginar su rostro—. El médico dice que mejorará.

—Lo hará, ya verás y sí necesitas algo, siempre cuenta conmigo.

Hoseok se llevó un vaso de agua a los labios y continuó sonriendo.

—Muchas gracias, es usted muy amable.

—Creo que tenemos la misma edad, ¿no?

—Tengo diecinueve años...

—Y yo veintidós, así que puedes tutearme si gustas. Además, somos amigos desde ahora en adelante, Seokjin... por cierto, ¿puedo llamarte Seoki?

Namjoon encendió el cigarrillo.

—Si claro que sí, así me llamaban mis amigos de la escuela.

—¿En serio? está genial el sobrenombre, mi pobre nombre es tan malo que ni siquiera da pie como para crearle uno.

Escuchó como Seokjin soltaba la risita que siempre hacía y Hoseok tambien reía, terminando de el vaso de agua y exhalando levemente.

—Aunque me decían Hoseokie o Hobi o cosas así —sus ojos se movieron hacia la puerta—. ¡Namjoon, no te había visto!

—¿Ah, en serio? yo tampoco, estaba muy concentrado fumando.

Namjoon expulsó una bocanada de humo por la boca, metiéndose las manos en los bolsillos y mirando como el estúpido de sonrisa insoportable hacia una reverencia y dejaba el vaso sobre uno de los reposteros.

—Bueno, me tengo que ir, es muy tarde. Cuídate Seokjin, nos vemos mañana para eso de la conferencia que te he contado. Adiós Namjoon, nos vemos también, estaré puntual aquí.

—Cuídese mucho también, gracias por todo...

Hizo otra reverencia y salió de la cocina con la misma puta sonrisa de siempre.

—Namjoon... —los ojos de Seokjin se iluminaron de pronto y su rostro se enrojeció de nuevo, mientras una sonrisita cubría sus labios.

Namjoon se le quedó mirando sin decir nada y lanzó el cigarrillo al suelo, pisándolo luego. La cabeza estaba al borde de estallarle y sentía que sucedería pronto. Muy pronto.

—Mañana habrá una conferencia de trabajo, ¿verdad...?

—Aja, pasaremos mucho tiempo juntos, nene.

Observó como el muchacho enrojecia mucho más y asentía con la cabeza; su sonrisa brillándole en el rostro. Transcurrieron dos minutos y ambos se mantuvieron sin decir nada. De repente, lo notó susurrarle algo y caminar hacia la otra puerta cercana a la cocina. Frunció el ceño de inmediato.

—¿A dónde crees que vas? —exclamó, caminando rápidamente hacia él y tomándolo de la cintura con tanta fuerza que Seokjin tuvo que contener su respiración—. Tú te vas cuando yo te diga.

El menor descendió la mirada y su sonrisa se hizo más pequeña.

—Iba a arreglar mi cuarto y tomar un baño antes de dormir...

Namjoon lo soltó solo para tomarlo de la barbilla y lanzar sus labios contra los suyos con la misma fuerza que lo había tomado de la cintura hace algunos minutos. Parecia echar toda su rabia y estrés contra sus suaves labios, aunque después de cinco segundos, se alejo de inmediato.

—Ahora sí, puedes irte.

Seokjin se había ruborizado mucho más y sentía como las mariposas continuaban revoloteando en su estómago y en su mente, ¿había venido a darle el beso de buenas noches?

Incluso cuando le había lastimado y cortado la respiración, no le importaba mucho. Quizá, esa era la forma en la que besaban todos, porque después de todo, él no sabia como era un beso, jamás había tenido uno. Descendió la mirada y elevó su mano con alegría, aún sintiendo que su mente y su cuerpo se le paralizaba de la misma forma que en esa misma mañana.

—Hasta mañana, Namjoon, duerme bien —tartamudeó sin mirarlo, aún sonriendo con ese mismo brillo de siempre.

Namjoon pateó las cenizas del cigarrillo que antes había lanzado y colocó los ojos enblanco. Su cabeza le seguía ardiendo, pero ahora con menos fuerza. Subió las escaleras y se paso la mano por la cabeza.

Me lo tiraré y luego lo mandaré a volar.

El pensamiento se repetía en su mente una y otra vez, aunque no sentía ni el más minimo remordimiento. Sí, eso es lo que haría, eso era lo que tenia que hacer. Además, era genial que ese criado con rostro de santo se haya aparecido en su vida cuando todo estaba tan aburrido, ¿no?

Se mordió el labio con fuerza y se lanzó sobre su cama, incapaz de dormir.

Sí, se lo tiraría y luego lo mandaria a volar, así como habían hecho con el hace más de seis años.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro