🥀 04 🥀
Maratón
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—¿Y qué coño querian que haga? ¿qué me siente a esperar a la pelinegra esa y cuando regrese, le diga "hola, zorrita, estoy esperando mi desayuno"?
El reloj marcaba las seis de la tarde. Yoon rompió en carcajadas, mientras estrellaba su palma sobre la mesa de la cafeteria y llamaba así la atención de un montón de estudiantes que se hallaban con un cappuccino en sus manos, intentando tomar un maldito café antes de entrar a clases. Namjoon esbozó una sonrisa con aires altaneros, mientras se acariciaba el labio con el pulgar derecho.
—No me jodas. Tampoco es que deberías hacer eso, sino que solo debiste esperar y preguntarle con quién tuviste la bronca y por qué terminaste asi.
—Me vale diablos con quien me he golpeado. Ya estoy acostumbrado, Yoon.
—Yo opino que deberias dejar de acostarte con la primera que se te cruza. Tienes suerte que ésta haya sido la capitana del instituto, pero... ¿y si la próxima es una captura órganos?
Y entonces, todos los ojos se centraron en Park Jimin.
—¡No me hagas enojar, Jimin! —soltó Namjoon, chasqueando los dedos violentamente sobre su rostro—. ¿Qué tienes últimamente, carajo? ¿estás en tus días o te has fumado más de lo necesario?
—Lo que pasa es que el muchacho está estresado —comentó Yoongi, riéndose a sus anchas.
Jimin se limitó a colocar una sonrisa patética en su rostro y rodar los ojos, alejando con fuerza las manos de Namjoon sobre su rostro, mientras se bebia de un solo trago todo el café que tenía en las manos y se disponía a hablar.
—No es eso, solo estaba siendo sincero, pero mejor hablemos de Jungkook... el tio tiene una historia que contarnos, ¿o no?
Las carcajadas reventaron nuevamente. Namjoon frunció rápidamente el ceño, echándoles una confusa mirada a todos, mientras se recostaba plenamente sobre el respaldar del asiento de la cafetería y le guiñaba el ojo a una de las empleadas.
—Nada, todos ya lo saben, es sobre Taehyung... me he dado cuenta que si sigo intentando tirármelo después de darle tragos en las fiestas o cosas así, no va a funcionar, así que he pensado en que fingiré un momento estar enamorado de el y tener una relación formal... tios, no me vean así, joder, ¡solo será hasta tirarmelo!
Namjoon se mordió el pulgar, mientras lo quedaba mirando de una manera un tanto sorprendida y cabreada. ¿Qué carajos? ¿una relación formal? ¿Jeon Jungkook queria tener una relación formal con el gay ese de Taehyung? soltó una carcajada, centrando su entretenida mirada en el pedazo de imbécil que tenía como amigo.
—¿Qué? ¿ya te cagaste las neuronas por el Jungkookie? ¿cómo mierda quieres tener una relación formal con un alguien? ¿y con un hombre? ¿estás de broma o qué? ¡es una ley de este puto grupo, tio! ¡no relaciones formales ni nada de esa mierda! ¡¿Es que acaso ya te volviste maricon, eh?!
—No es eso, solo será simulado hasta que me lo tire...
El timbre se apresuro a sonar y todos se levantaron al mismo tiempo. Namjoon se mordió el labio, aún sonriendo de forma sarcástica, mientras se colgaba la chaqueta negra en el hombro y sacando un cigarrilo de su bolsillo.
Notó como los demás le miraban, expectantes, a excepción de Jungkook, que estaba muy jodido como para abrir la puta boca.
—¿No te vas a quedar a clases?
—Ni loco, me duele todo el puto cuerpo y quiero cerrar los ojos hasta mañana.
—Está bien, pero si te vas a celebrar sin nosotros...
Namjoon camino hacia las puertas de la cafetería, esbozando una media sonrisa.
—Yoon, no pienso celebrar nada hoy, pero si es que celebran la nueva relación del chico éste, me llamas, ¿quieres?
El otro asintió con la cabeza, mientras se reia como si todo marchase perfecto y se volvía con los demás. Había tenido suficiente con amanecer esa misma mañana con el cuerpo molido sin la pelinegra con la que se habia echado el polvo, sino que ahora se encontraba con que el imbécil de Jungkook... ¡queria empezar una relacion formal! Se carcajeó un tanto, metiéndose en su deportivo y encendiendo la radio a todo volúmen. Si queria tirárselo, simplemente era cuestión de invitarle un trago o flirtear unos cuarenta segundos, pero intentar tener una relación con el, ¡era una verdadera putada!
—Y para colmo con un chico —soltando otra carcajada, mientras expulsaba el humo de su cigarrillo.
Habia sido una pésima idea visitar el instituto. Simpemente debió colarse en algún pub y madrugar ahi, así como acostumbraba a hacerlo casi todos los dias. Se toqueteó el labio, girando el auto hacia la izquierda, mientras miraba el reloj de reojo y pensaba si aún tenía tiempo como para meterse en el pub de siempre. Quizá, luego de ir a su puta casa y tragarse todo lo que haya en la cocina, podia ir satisfecho a buscar bebida y sexo.
Oh, joder, bebida y sexo.
Estacionó el vehículo de golpe frente a la enorme mansión y se metió enseguida en su sala, encontrándose las luces encendidas y una soledad endemoniada encima. Tampoco habia nadie en la cocina y mucho menos en los pasadizos, ¿donde carajos estaban todos?
Pateó una lata que se atravesó en su camino y quiso dar algunos pasos más, pero algo se lanzó con fuerza sobre su cuerpo, cayendo sobre él de inmediato.
—¡Por mi putisima tía! —exclamó, dando manotazos violentos en el aire y sacando el peso de su cuerpo—. ¿Qué es esto?!
El peso extraño cayó de golpe sobre el suelo, soltando un resonante maullido. Namjoon ladeó la cabeza con los ojos incredulos y asqueados sobre el suelo.
Peludo, anaranjado, con una larga cola y bigotes en la boca. ¡Había un maldito bicho en su casa!
—Mira lo que has hecho con mi camiseta, pequeña mierda, ¿acaso tú la vas a pagar, eh? —soltó, sacudiéndose la camiseta blanca—. ¡Hasta mis pantalones has estropeado, imbécil! ¿quién te ha traído acá? ahora mismo vas a ver lo que le sucede a los bichos que se meten conmigo...
Se apresuró a intentar mandarle una patada, pero su teléfono vibro en su bolsillo y no te quedó más remedio que responder y apuntar con el dedo índice al animal, que continuaba maullando y moviendo la cola. Puto gato de alcantarilla. Le sorprendió escuchar una patética voz, que aseguraba ser la pelinegra que se había acostado con él la noche anterior.
—¿Ah, eras tú? escuchame, preciosa, no quiero verte de nuevo. Hoy amaneci con el cuerpo fusilado en tu cama, ¿tienes idea del por qué?
Chasqueó los dedos con brusquedad, gruñendo hacia el bicho enorme que aún continuaba frente a sus ojos, mostrándole sus filudos dientes. Presionó el móvil contra su oido.
—Entonces, ¿me golpeé con un idiota que metió su carro antes que el mío? ah, yo que pensé que eras una sadomasoquista que me había violado salvajemente
Se inclino, recogió la lata y la lanzó con toda su rabia contra el animal, enseñándole el dedo del medio, como si este le entendiera. Apenas lo alcanzase, lo iba a destripar.
—No estoy bromeando, zorrita, pensé que te gustaba jugar con el latigo sobre mi espalda, que te gustaba jugar duro, pero ya que dices que no fue así, te creo, preciosa.
Se abalanzó sobre el bicho y lo cogió de la cola, empuñandosela con arrebato y sacudiéndolo en el aire con una mueca triunfante en el rostro. Estuvo al borde de estrellarlo contra la pared, pero su precioso criado apareció frente a sus ojos, con una escoba en la mano y su rostro transformándose de inmediato al notar sus intenciones con el gato. Soltó la escoba, aterrorizado.
—¡No, no! ¿qué está haciendo con Charlie?
Namjoon colgó el teléfono y lo lanzó sobre una mesa cercana, cruzandose de brazos y soltando al bicho al suelo, al tiempo que pasaba la punta de su lengua alrededor de sus labios y elevaba ambas cejas.
¿Charlie? ¿Qué carajos era eso?
—Nene, esa no es una buena forma de saludar...
El bicho de pelos agitó su cola con fuerza y maulló nuevamente, saltando al lado del menudo chico de rasgos femeninos, quién suspiró aliviado y lo subió en brazos.
—Charlie, no vuelvas a hacer eso y sé un chico obediente —susurró, acariciando al animal de arriba hacia abajo, con la cabeza un tanto inclinada.
¿Le estaba hablando a un bicho? ¿de verdad?
—¿Esa bola de pelos es tuya?
Observó como Seokjin se paralizaba enseguida, como dándose cuenta de que era Namjoon el que se encontraba frente a él. Otra vez, el rostro se le enrojeció por completo. Negó con la cabeza, con su mano en la cabeza del becho. Los ojos de Kim recorrieron a su criado desde los pies a cabeza y se preguntó como carajos se sentiria tirársela.
—No es mío... siempre entra en las noches por la azotea... y como sobra alimento, le doy de comer y luego se va... de verdad, señor Kim, si le incomoda...
El icono mujeriego se mordió el pulgar, mientras su mirada se movia de su cintura hacia su rostro y soltaba una carcajada, adelantando un paso hacia adelante.
—Cálmate, bonito, nadie te va a gritar por eso.
Notó como su rostro se enrojecia mucho más y clavaba su mirada en el suelo, intentando sujetar al gato entre sus manos. Sin embargo, la bola de pelos salto con prisa y se recostó sobre sus zapatos. Seokjin sonrío un tanto, incapaz de moverse, mientras Namjoon continuaba con su mirada clavada en él, analizando la curva de sus labios.
—Dígame si desea que le sirva de cenar ahora...
—No quiero nada, ahora solo quiero verte.
El silencio invadió nuevamente el pasadizo y Seokjin solo se mantuvo tieso, mientras Namjoon oprimía su dedo indice entre sus dientes, aún mirándolo.
—¿No ha llamado mi padre?
—No, no lo ha hecho..
—¿Mi madre?
—Tampoco he escuchado eso...
—¿Y mi hermanita, no se ha atrevido a pisar la casa? —se mordió el labio y aumentó el sarcasmo en su voz— ¿Acaso se ha fugado o qué?
—No, no ha regresado...
—Eso quiere decir que estamos solos, ¿verdad?
El muchacho se apresuró por negar la cabeza.
—La señora también está con nosotros.
—¿Ah, sí? ¿y qué estabas haciendo antes de que llegara?
La ceja izquierda de Namjoon se elevó enseguida y una sonrisa contorneó sus gruesos y varoniles labios. Tenia miles de preguntas en su mente y le divertia ver la expresión de su atractivo criado cada vez que hacia una tras otra.
—Estaba haciendo limpieza...
—¿En serio? ¿y que estabas limpiando?
—La terraza, solo me falta una parte más.
Yo te puedo esperar a que termines, nene y lugo te puedo ayudar a tomar un baño demasiado refrescante...
Los ojos del menor se abrieron de golpe e inclinó rápidamente la mirada, estremeciéndose. Namjoon estuvo al borde de acercarse, pero una estúpida voz le jodió el momento.
—¡Seokjin, hijo, ven ayúdame! ¿dónde te has metido?
Se quedó mirando como el muchacho asentía con la cabeza de regreso con el bicho siguiéndole los pasos.
Le resultaba tan malditamente provocativo, que estaba empezando a salirse de borde. Sus ojos se centraron en su trasero y sintió como la sangre le recorría las venas y se posesionaba sobre ese puto lugar. Uy, mierda, si continuaba así, no sabría lo que sucedería. Y lo peor es que la forma suya de esconderle la mirada y rehiurle, le ponia del todo. Las palaras del imbécil de Jungkook aparecieron en su mente y solo optó por sonreir con malicia y deslizar su pulgar sobre sus labios, mientras veia como la figura de Seokjin desaparecia de su vista.
Quizá, debería divertirse un momento y la idea del pedazo de imbécil de Jungkook no sería tan mala después de todo. Además, la mierda de vida que llevaba últimamente parecía rogarle por diversión y tirarse a su criado con apariencia de santo, se había convertido en su prioridad.
Choi Seokjin, vas a ser mío.
Exhaló, mordiéndose el dedo con fuerza.
Queria tenerlo y queria tenerlo ya, aunque sabía que era cuestión de tiempo.
Todo era cuestión de tiempo.
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Hola, cualquier falta de ortografía me avisan y no se olviden de votar.
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