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Cuando Min llegó a su departamento primero dejó sus zapatos y su traje, quedándose con su camisa blanca y la corbata roja, sin mencionar sus pantalones un poco anchos. Caminó hasta la cocina, sintiéndo extrañeza al mirar en el interior de su heladera, parecía que alguien muy hambriento la había atacado. ¡Se habían comido toda una tarta de frutilla!

Y recordó que la única persona que tenía autorización en la mesa de entrada para subir al departamento era nada menos que Jimin.

Lejos de enojarse, caminó a pasos relajados por el pasillo; un olor dulce y embriagador se colaba por sus fosas nazales a medida que caminaba en dirección a su lugar de descanzo. Le pareció extraño puesto que el celo de Park ya había pasado y era imposible que de nuevo hubiera llegado. Pero su aroma estaba por toda la habitación, y el lobo del chico llorisqueaba, como si estuviera llamándolos.

Las manos le temblaban un poco cuando giró el picaporte, el aroma y las hormonas de Jimin estaban en el aire intentando marearlo. Las luces de colores rojo y verde tenues eran toda la iluminación en la habitación, y eso le permitió ver al omega sentado en medio de la cama con una especie de camisón con capucha.

Caminó hasta la cama tratando de mantenerse cuerdo en todo momento por el fuerte aroma.

—¿Jiminie? ¿Estás bien?

—Hyu-hyung...

Levantó el rostro en su direccion, y Min vio que el omega lucía avergonzado; se arrodilló en la cama frente a él y le acarició las mejillas.

—¿Estás en tu celo?—le preguntó bajito, como si alguien les fuera a escuchar.

—No, no es eso, yo... solo quería mostrarte algo que compré. Y luego simplemente... tu olor, no lo sé, me ha-hace sentir raro.

—Es normal, cachorro.

—¿Si?

—Tu olor también me hace lo mismo—le confesó, besando la punta de su nariz.

—¿Te ha-hace... pensar cosas?

YoonGi sonrió con cierta picardía ante la confesión indirecta, acercándose más. Sus rodillas se rozaban y por ende, sus rostros estaban a escasos centímetros de distancia.

—Claro—ronroneó, rozando los labios del omega con los suyos—, ¿y mi travieso omega en qué piensa?

Park sentía que iba a morir de vergüenza, que su corazón iba a salirse de su pecho y que su entrepierna podía explotar en cualquier momento. Pero cerró los ojos, dejando que el aura sensual lo terminara de envolver y se llevara su timidez lejos por un rato.

—En que... las manos de YoonGi hyung m-me tocan.

El alfa pasó una de sus manos en su muslo, casi rozando su entrepierna, provocándole un escalofrío y una "descarga eléctrica" en el vientre.

» —Y que otra vez me hace el... e-el...

YoonGi lo besó en vistas de que le costaba terminar de hablar, y el menor no pudo sentirse más feliz. No solo porque sentir los labios finos del alfa le encantaba, sino porque a pesar de que todas esas sensaciones para el eran extrañas aún, le gustaba el contacto con Min de esa forma.

—¿Quieres que te haga el amor, bebé?

—Por favor, alfa.

Luego de un mal dia de de trabajo, Min tenía un omega precioso esperándole en casa para sacarle el estrés. Y un chico que quería experimentar, tenía un sexy alfa que lo amaba y le complacería siempre.

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Estaba aburrido. El programa de televisión no lograba llamarle la atención y su cabeza no paraba de dar vueltas en el mismo asunto.

La puerta se abrió y la suave brisa llevó el aroma de su novio a sus fosas nasales.

—¿Taehyung?—vio como, prácticamente, se tiraba al sofá y Jeon fue a sentarse en el regazo del alfa—, ¿no me dijiste que estabas trabajando, amor?

—Hola bebé—dejó un beso en la frente de su omega—, tú me dijiste que tenias algo importante que contarme y por eso salí antes.

Jungkook soltó una carcajada.

—Tienes que controlar tu ansiedad, si continuas así te quedarás sin trabajo.

—YoonGi hyung salió antes, ¿yo porque no puedo?—fingió lucir molesto—, en fin... ¿qué me querías contar?

Trataba de disimular sus nervios y las ganas de llorar que lo estaban atacando, y no sabia hasta cuando aguantaría.

—Verás... ¿recuerdas que estaba enfermo?—el alfa asintió, poniendo su nariz cerca de las clavículas del menor—, en realidad no estaba enfermo del estómago, o bien, no era del todo como te dije. Yo... no sé como te lo vayas a tomar y no sé que diablos haré de aquí en adelante.

—Ve al grano o me va a dar algo—hizo un puchero, cosa que lo hizo lucir muy tierno

Jungkook metió una mano a su bolsillo y de ella sacó lo que para Taehyung era una lapicera. Se lo entregó, y cerró los ojos porque las lagrimas bajaban silenciosas y se sentía vulnerable.

» —¿Qué? ¿Pero...? ¿Cómo se nos pudo pasar? Kookie...

—Lo siento tanto—murmuró, y sin esperar ninguna respuesta más, corrió a encerrarse a la habitación.

¿Ahora qué demonios haría? En cuanto sus padres se enteraran el estaba sentenciado a muerte, y si el alfa no lo apoyaba las cosas se ponían peor.

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—¿Sabes dónde puede estar mi hermano?—la preocupación era palpable en su voz.

—¿Jimin?—el omega lo miro incrédulo—, no me pongas esa cara, ¿no era tu hijo?

Seokjin suspiró.

—Nam, es difícil llamarle hijo, ¿no crees? Lo criamos como mi hermano, de hecho Heesok lo criaba para que yo pudiera ser un adolescente normal, y pudiera tener un novio—al decir lo último, lo miró con acusación.

Por que ese "novio" era él. Y el alfa se sintió avergonzado.

—Lo sé, lo siento amor—besó su frente—, creo que está en el departamento de YoonGi—finalmente contestó la pregunta inicial—. Supongo que va a quedarse allá porque llevaba su mochila.

El omega hizo una mueca sutil.

—No me molesta en absoluto, pero por alguna razon no puedo dejar de pensar en lo que hacen esos dos en el departamento.

—Yo creo que les gusta ya que es mas privado, aquí parece mas un hotel y su lugar íntimo se reduce a la habitación de Jimin.

Tenía sentido, bastante de hecho. Jungkook solía quedarse la mayor parte del tiempo en la habitación de huéspedes, aunque acabara durmiendo con Jimin; mientras que Taehyung de vez en cuando dormía en el sofá para ver televisión toda la noche y Hoseok o Jihyo casualmente los visitaban cuando podían.

Era el hotel de los Park, si, pero al omega no le terminaba de convencer la excusa.

—Irónicamente—sonrió de lado—, nuestro lugar íntimo también se reduce a mi habitación.

—Si, con la diferencia de que nos gusta porque no podemos tener sexo, ¿me sigues?

Namjoon siempre sabía qué decir para llevarle la contraria. El omega puso los ojos en blanco.

—Lo capto, alfa.

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©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5