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Narra Hoseok.

—Tenemos que hablar Park.

YoonGi yung sonaba molesto, pero creo que solo es porqué él es así, serio y frío.

Aunque... pensándolo bien, Yoongi hyung y Jiminie se llaman por el apellido cuando están molestos, y hyung le acaba de decir Park.

La verdad, me hago teorías sin sentido alguno por cosas que llendo al grano no me importan demasiado.

—¿Podemos ir al cuarto de invitados a jugar a las cartas mientras ustedes hablan, Jiminie?—preguntó Jungkook y yo reí bajito.

Jugar a las cartas, claro, ajá.

—S-si claro, v-vayan—sonrío el angelito caído del cielo mientras asentía con la cabeza. Como tres resortes nos levantamos y subimos las escaleras. Noté que TaeTae no hablaba, raro de él ya que es un parlante con piernas.

—¿Estas bien Tae?—lo abracé por los hombros mientras Kookie abría la puerta. Entramos y nos sentamos en la cama, yo aún abrazaba a tae.

—Si, aunque aún le tengo miedo a Jiminie—rió y Jungkook lo jaló del brazo para que se subiera a la cama, luego hizo lo mismo conmigo.

Decidimos prender la tele y ver una película acostados en la cama. Jugamos piedra papel o tijera para ver quién elegía las películas y perdió Taehyung.

—Ponla tú, Kook—sonrió y le tiró a kookie el  CD, no quería levantarse. Tae se metió bajo las colchas y una vez que la película ya estaba puesta Jungkook también volvió a acostarse.

—¿En serio veremos la era de hielo?—reí mirando a Taehyung.

—Era la única buena que había hyung—se encogió de hombros, y comenzamos a ver la película.

(…)

—¿Que hacemos?—pregunté, hacía ya diez minutos que la película había terminado, ellos se miraron entre sí.

—Juguemos a la botellita—propuso Taehyung y yo comencé a reírme, sin saber por qué—. ¡Hey, hyung! ¿de que te ríes, imbécil?—Tae sonrió y me empujó de los hombros haciendo que cayera hacia atrás, de modo que él quedara encima mío.

Nos miramos a los ojos por unos minutos y Jungkook carraspeó, haciéndonos volver a la realidad.

—Eh... Tae me estas apretando niño—me sonrojé y me senté en la cama con el encima aún.

Sentí nuestros miembros rozar y ambos jadeamos. Rápidamente el se alejó y Jungkook lo abrazó.

—Tae, ¿estás en celo?—preguntó, y Taehyung negó con nerviosismo. Luego me miraron a mi, y negué también.

—Mi ce-...

Un celular comenzó a sonar, pero el sonido salía de otra habitación.

—E-es de Yoongi h-hyung, lo están ll-llamando—susurró Taehyung, Jungkook lo miró con confusión y él se rió—. Paso más t-tiempo en esta c-casa que e-en la m-mía, me se los r-ringtongs de to-todos.

—Ya vuelvo, voy a avisarle—Kook simplemente salió corriendo.

—¿Tae, estás bien? Estás muy...—no me dejó terminar de hablar.

—Es-estoy bien hyung—me sonrió y comenzó a moverse de adelante hacía atrás.

Ese olor... cedrón y rosa mosqueta.

—¡Estás en celo Kim Taehyung!

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(Narrador omnisciente).

—¿De qué accidente hablaba Taehyung, Jimin?—preguntó con seriedad el chico de cabellera verde menta.

El alfa abrazaba al menor por los hombros mientras estaban sentados en el sofá.

—Hyung ¿recuerdas el día en que tú viniste a casa?—levantó la cabeza para mirarlo a los ojos y el alfa asintió sonriendo, olvidando que tenía que fingir estar molesto.

¿Como iba a olvidar el día en que conoció al omega más bonito del universo?

—¿Como olvidaría el día en que nos conocimos?—rió levemente y Jimin suspiró, había cosas que Yoongi no recordaba.

—Eh... bueno, cinco meses antes iba cruzando la calle y no miré si venían autos y bueno... ya sabe lo que pasó. Por suerte no me pasó nada, solo fueron raspones—mintió.

Aún no podía contarle lo que pasó, por que ni siquiera Taehyung ni Seokjin sabían la versión real de como las cosas habían sucedido, solo él.

El alfa besó la frente de Jimin y éste se sonrojó.

—Por eso hay que tener cuidado ¿ves?—le desordeno el cabello y le sonrió dejando ver sus encías—. ¿Veamos una película Jiminie?—preguntó con entusiasmo y el nombrado asintió con la cabeza.

Ambos chicos se levantaron, YoonGi subió al cuarto de Seokjin para buscar las películas y una frazada mientras que Jimin fue a la cocina a hacer palomitas de maíz. Cuando ambos habían terminado con los "preparativos" tuvieron que escoger la película que iban a ver.

—A ver... ¡esta! Parece que está buena hyung—sonrió el omega mostrando un CD. Cuando YoonGi vio que película era, quiso que la tierra se lo tragara.

50 sombras de grey.

1—Eh... ¿porqué mejor no vemos esta?—preguntó señalando Una noche en el zoológico 2.

Jimin negó con la cabeza, él quería ver esa y esa verían.

—¡Yo quiero ver esta hyung, esa película ya la e visto muchísimas veces!—protestó, el alfa buscó otra y se la mostró—. Pero It es de terror hyung.

Y la que tienes en la mano es de porno, idiota–pensó el mayor.

—¿Y si vemos buscando a Dori?—preguntó con la esperanza de que le dijera que si. Jimin negó y el peli-menta le mostró las películas de Khung Fu Panda—. ¿Y éstas?

—¡Si, si, si!—chilló mientras daba saltitos y dejaba el CD que tenía en las manos sobre la pila que había en el suelo—. ¿Las podemos ver a todas, hyung?—preguntó mientras se sentaba en el sofá y se tapaba con la colcha. YoonGi puso la primer película y fue a sentarse junto al menor.

—Si no te quedas dormido las podrás ver—rió. Pasó un brazo por detrás de la cabeza de Jimin y le dio play a la película.

—Eso es mentira, usted se queda dormido primero—rió y se acercó más al alfa mientras comía palomitas.

—¡Hey, yo quiero también!—protestó al ver que Jimin se estaba comiendo el solo todo el pururú.

—Entonces abre la boca—rió y agarro tres palomitas.

—¿Que?—frunció el ceño y se sonrojó, había malpensado lo que su donsaeng le había dicho.

—Que abras la boca hyung—sonrió, el mayor abrió la boca y Jimin le dió las palomitas—. ¡Hey! Me mordiste hyung—rió y miró la tele, la película estaba por comenzar.

—Oh perdón Jiminie—sonrió y se acercó para besarle la mejilla, en ese momento Jimin giró la cara y la nariz del peli-menta rozó los labios del omega, haciendo que ambos se sonrojaran y se alejaran un poco.

—M-mire hyu-hyung, esa es m-mi parte f-favorita—indicó la tele.

Mentira, esa no era su parte favorita, pero estaba nervioso por que nunca había estado tan cerca de los labios de su hyung.
Y YoonGi sabía que esa no era la parte favorita de Jimin, pero él en su lugar hubiera dicho lo mismo.

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Estaban aburridos y abrazados, no tenían sueño, hambre o intenciones de despegar sus traseros del cómodo y calentito sofá.

La película ya había terminado y se habían comido todas las palomitas, pero ninguno de los dos querían levantarse a poner el otro CD.

—Jiminie...

—¿Qué pasa hyung?—sonrió sin mirarlo, en la posición que estaban era difícil que pudiera hacerlo.

El peli-menta se armó de valor y lo dijo:
—Te quiero.

—Yo también lo quiero—se acomodó mejor sobre el pecho de YoonGi.

—Estoy aburrido Minnie—hizo un puchero, el cual Jimin no pudo ver.

—Yo tamb—de repente, recordó que cuando el iba a la escuela le daban una materia de la cual no entendía nada por que no prestaba atención—. Hyung... ¿puedo preguntarle algo?

—Claro ¿que quieres saber?—le sonrió. Jimin lo miró a los ojos.

—Desde tercer año hasta sexto, es decir, el año pasado, nos daban una materia que se llamaba ESI, la profe nos dijo algo sobre el celo pero como yo nunca prestaba atención no se a que se refería. ¿Usted si sabe hyung?—preguntó con una sonrisa en los labios.

La cara de YoonGi en esos momentos se asemejaba a un tomate bien maduro.

—Si eh... el celo o calor en un omega es cuando... ellos necesitan... mimos.

—¿Mimos?

—Ajá, mimos, necesitan mimos de su alfa, y pueden quedar en cinta, el celo en un alfa es lo mismo nada más que ellos no pueden tener cachorros—sonrió y el menor asintió con la cabeza.

—Hyung... ¿Que es un cachorro?—lo miró a los ojos. El mayor comenzó a reírse y Jimin se dio cuenta de su error—. Digo, ¿cómo se hace un bebé?

Todo rastro de diversión fue borrado del rostro del pelimenta ¿y ahora que le diría?

—Bueno, eh... v-verás, cuando un omega y un alfa se quieren mucho, ellos... se u-unen en un acto de a-amor, es d-decir, cuando el celo d-del alfa o del o-omega llega e-ellos... esos "mimos" que s-se d-dan hacen que el o la omega quede en cinta. ¿Me estas entendiendo, Jiminie?—preguntó con leve –léase gran– sonrojo en su bonita cara.

El menor asintió y luego hizo el intento de mirarlo pero sus ojitos dolieron.

—Es algo así como... un momento íntimo de la pareja, que tiene como fruto del amor que se tienen un cachorro ¿no, hyung?—preguntó con el ceño levemente fruncido y Yoongi asintió con la cabeza.

—Exacto—sonrió—. Entonces, los meses pasan y el o la ome-...

—¡Yoonie Hyung, lo buscan en el teléfono!—grió Jungkook desde las escaleras.

—¿No sabes pedir permiso Jeon? —rodó los ojos con molestia, pero en el fondo se lo agradecía, se sentia incómodo hablando de eso con Jimin.

—¡Pero hyung, están en el sofá del living!—Jungkook rió. YoonGi se levantó y miró al peli-rosa.

—Ya regreso Jim.

—No, Jiminie ahora viene con nosotros—dijo mientras le sacaba la lengua, YoonGi rió levemente y se fue antes que ellos por las escaleras—. Ven hyung, vamos con los chicos.

Jimin asintió con la cabeza y se levantó, caminó hasta el menor y le sonrió. Entrelazó los dedos su mano con los de Jungkook y comenzaron a caminar en dirección a la habitación de invitados.

—Jiminie ¿Qué estaban haciendo?¿Qué película vieron.?—preguntó sonriendo mientras el mayor abría la puerta—, ¿hyung?¿qué pasa? ¿qué-...

—¿T-tae? ¿Ho-hope?—frunció el ceño con confusión y asco al ver a su mejor amigo todo sudado sentado sobre el regazo de Hoseok.

—Hyung...

—¡Son unos idiotas!—Jungkook rodó los ojos y Taehyung bajó la cabeza sintiéndose avergonzado—, ¡l-les dije q-que debían tr-traer supresores!

—¿Qué pasa aquí?—Yoongi salió de la habitación de Jimin con la nariz arrugada y caminó hasta los dos chicos. Miró a dentro de la habitación y entendió todo—. Tae, apestas a cedrón y lavandas—rió tapándose la nariz con la mano.

Nadie más rió.

Miró a Jungkook y luego a Jimin y se alarmó.

Cuando un alfa entraba en "calor", a veces, a todos los omegas que sientan su olor el celo se les adelanta. En este caso, Taehyung había entrado en celo y a los tres omegas se les había adelantado.

Hasta ahí todo bien, pero había tres olores que atraían al alfa de Yoongi.

Menta y Tierra mojada, sinónimo de Park Jimin.

Y eso era malo, muy malo.

Jimin y Yoongi por más de ser predestinados, como le había dicho el doctor a Seokjin –cosa que el chico no sabía–, nunca habían estado juntos, Seokjin controlaba bien la fecha en que tendría su celo entonces en esos días Yoongi no podía ir a verlo.

Y ahora, el peli-menta era el encargado, tanto de la casa como de Jimin, y no podía dejarlo con nadie más, Seokjin se lo había dejado bien claro esa mañana.

—Jungkook—le llamó.

—¿Q-que pasa Y-Yoongi hyung? —le sonrió mientras se secaba la frente con la mano y aguantaba las punzadas en su abdomen, tratando de no soltar tanto aroma para no volver loco a Taehyung.

—Vamos, tienen que ir a la habitación de Jimin—suspiró.

Era lo mejor para todos, al menos por esa noche, para los próximos dos días ya vería como le haría.

—Jiminie, Hoseok, Jungkook, andando. Ahora.

Los nombrados marcharon en fila India siendo custodiados por YoonGi hasta dentro de la habitación.

—¿Quieren comer algo en especial?—preguntó desde la puerta el peli-menta.

—L-lo que s-sea esta b-bien hyu—la voz de Hoseok le interrumpió.

—¡Su-supresores, j-joder, traiga s-supresores hyung!—Hoseok gritó abrazando su abdomen.

—¡A-ah! M-me d-duele mu-mucho h-hyung—lágrimas caían por las mejillas de Jimin y el alfa al ver eso no aguantó más, no podía verlo así.

Y corrió el riesgo de acercarse hasta él y abrazarlo, hundiendo su blanca nariz en su cuello, y viceversa.

Tranquilizando a uno, pero alterando los sentidos del otro.

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