03: 𝚍𝚒𝚋𝚞𝚓𝚘
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Habían comido pizzas y tomado coca-cola, luego de cenar entre risas y bromas, tiraron una colcha en el frío piso de cerámica, SeokJin trajo tres almohadones y Jimin buscó otra frazada para taparse. Luego YoonGi eligió la película, la cual el menor de los tres chicos nunca había visto.
Titanic.
Y a Jimin le había encantado, claro, pero había cosas qué no lograba comprender y que hacían que su lobo se sintiera un poco incómodo.
¿Porqué los vidrios del coche estaban empañados si se supone que dentro del barco no hace frío y por qué Jack y Rose se habían metido allí?
Sin duda le preguntaría a sus hyungs más tarde.
Como a la mitad de la película, el teléfono sonó y a regañadientes YoonGi se levantó a atender, la casa de los hermanos omegas era su casa tambien. Atendió y era Jeon, o como Jimin le llamaba, bebé Jungkookie. Éste solo llamaba para avisar que al día siguiente iría a visitarlos.
Para cuando la película terminó, el único que aún seguía despierto era el omega más grande, que miraba enternecido a su hermano y a su amigo, éstos se habían dormido abrazados.
Sentía que lo tenía todo, su novio, sus amigos, su futuro cuñado y su hermanito menor. Esa si era su familia.
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—¡No, hyung, me haces cosquillas!
Jungkook se retorcía y se reía en la cama de su mejor amigo mientras su cintura era acariciada con una pluma que el mayor tenía en las manos.
El peli-rosa sonrió y soltó la pluma para tirarse sobre el pelinegro y abrazarlo.
—Te quiero bebé Jungkookie—dijo aferrándose al cuerpo del omega pelinegro, éste lo abrazó y besó su cabeza.
El menor soltó una leve risita al recordar el día en el que le presentó a su novio y Jimin le gruñó por que decía que él era su bebé y nadie se lo iba a quitar. Lo irónico fue que acabaron siendo muy amigos.
—Yo también Jimin hyung, te quiero mucho—sonrió alegremente.
Los chicos se quedaron así hasta que escucharon risas en la planta baja y decidieron ir a ver de quién o quienes se trataba. Bajaron lenta y sigilosamente las escaleras para que no los escucharan, y, una vez llegaron al último escalón pegaron la oreja a la puerta que daba a la sala de estar.
—¿Enserio? No te creo—rió con su linda voz de limpia vidrios y se oyó a alguien bufar—. ¿Porqué me miras así, cariño? Ambos sabemos que es tan pequeño como un maní.
El menor abrió los ojos en grande y miró a su amigo, le rogaba a dios que no estuvieran hablando de lo que él creía.
—Es Nam hyung—sonrió jimin y el menor asintió con la cabeza—.¿Vamos a sal-...
—¡No! Digo, m-mejor vallamos a a-afuera, hyung.
—¿Tú dices? Ambos la hemos visto, amorcito mio—sonrió el moreno dejando ver sus lindos hoyuelos—. Además tú...—sonrió con picardía mientras subía y bajaba las cejas repetidas veces.
El menor sintió sus mejillas calentarse y se dijo a sí mismo que ya era suficiente, miró a Jimin y éste estaba con la oreja pegada en la puerta de madera pintada de color rosa, cortesía de Seokjin.
—Vamos Jiminie—sonrió nervioso, necesitaba sacar al pobre jimin de ahí o se iba a traumar.
—¿Yo...?—sonrió a medias y se mordió el labio inferior.
A pesar de que Jimin era mayor que Jungkook era demasiado inocente, al no salir nunca de su casa e ir a una escuela donde todos son muy educados nunca rompió el cascarón, y a veces juntarse con Jungkook, taehyung o Hoseok no era muy bueno ya que ellos solían hablar con doble sentido o de temas que él no comprendía en absoluto.
—A este maní ya te lo has comido varias veces.
El mayor negó con la cabeza, él quería seguir escuchando a su hermano y al novio de éste, había palabras que no entendía y quería tratar de deducir que significaba lo que estaban diciendo, y para eso debía quedarse escuchando.
—¿Vamos a la plaza y nos tomamos un helado, hyung?—Jungkook soltó con una sonrisa en el rostro, sabía que el menor no se resistiría a esa oferta, aunque si lo hacía, tenía una opción B y C.
Toy Story 4 y YoonGi.
Los ojitos del más bajito adoptaron un brillo especial antes de desaparecer en una fina línea a causa de haber esbozado una hermosa sonrisa.
—¡Sí, quiero comer helado de vainilla!—dió un gritito mientras daba unos saltitos de alegría.
Hacía bastante tiempo ya que no comía helado, tres meses aproximadamente.
» —La última vez que comí helado fue hace mucho kookie—sonrió mientras comenzaban a subir las escaleras de mármol que habia en su casa.
Cuando llegaron a la planta alta el omega menor analizó las palabras de Jimin y deseó tirarse por la primer ventana que divisó cerca suyo.
El helado es frío y en verano hace calor, entonces se come en verano o de lo contrario puede hacerte mal.
La estación actual no era verano, si no invierno.
Joder Jeon Jungkook, ¿que le vas a decir ahora?
Eso le preguntó su lobo y él no le contestó, no sabía que responderle.
Ahora seria difícil hacer cambiar de opinión a Jimin.
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—¿Cómo es que llegamos aquí?—suspiró el menor.
Luego de haberse puesto un abrigo, avisado por mensajes de texto a Seokjin de que iban a salir; luego de salir por la puerta trasera de la casa y después de caminar casi media hora sin rumbo, habían llegado a una tienda donde vendían limonada artesanal y muchos más derivados del bendito Limón.
Y Jungkook odiaba, odia y odiará por siempre y para siempre el olor a limón y todo lo relacionado con ese cítrico amarillo de forma ovalada.
Y lo peor de todo para el pobre omega era que su mejor amigo había entrado a ese local porque quería comerse un lemon pay y tomar limonada, y él estaba ahí solo, parado al lado de la puerta del local de al lado, muriéndose de frío y esperando a que el mayor se comiera las cosas y saliera.
Por que claro, Jungkook le había dicho que hasta que no se comiera lo que había comprado no saliera. El peli-negro frotó sus manos y se acordó de algo.
No sé había puesto guantes, tenía una cena con Hoseok esa noche, no tenía calcetines limpios, se quedaría a dormir en lo de su novio luego de cenar con el chico, y, lo peor de todo...
Tenia sueño.
Había estado con Jimin desde la mañana temprano y ya eran las seis de la tarde, ¡se había perdido su siesta!
—Joder Park jimin, sal rápido—dijo con un hilo de voz, más para si mismo que para alguien en especial ya que no había nadie con él.
Los minutos pasaban, el mas bajito no salía, y la paciencia de Jungkook se estaba terminando.
Y tenía hambre, mucha hambre.
» —Te jodes—susurró mientras entraba a una confitería, si Jimin podía comer lo que le gustaba él también podía, ¿porqué no?
El peli-negro caminó hasta la barra del lugar, pidió una chocolatada caliente y una porción de selva negra, luego buscó una mesa cerca de la ventana por si su mejor amigo se dignaba a salir de aquel local y se sentó.
Bebió un sorbo de la gran taza y probó el pastel.
» —Riquísimo—rió bajito, estaba jodidamente delicioso.
Miró hacia afuera y vio a Jimin mirando para todos lados, el peli-negro estaba apunto de levantarse, salir, y decirle que estaba tomando chocolate caliente y que ahora quien tendría que esperar sería él, pero se quedó donde estaba al ver que había dos niñitas pequeñas charlando animadamente con él.
Jungkook sonrió y unas rebeldes lágrimas se escaparon de sus ojos de color marrón. Eran lágrimas de felicidad, hacía mucho que no veía a Jimin interactuar con personas que no fueran sus amigos, su hermano o YoonGi, les tenía miedo a las personas, ya fueran alfas, omegas o betas, y amaba los niños, pero igualmente era muy timido con ellos y los pequeños se terminaban aburriendo y se iban.
» —Ya, supéralo Jeon Jungkook—rodó los ojos, se secó las lagrimas y se tomó la chocolatada, pagó todo y fue donde el mayor.
—Adios Jimin oppa—sonrieron ambas niñas e hicieron una reverencia de 90° y se perdieron de vista.
Jimin sonrió, se dió la vuelta y le mostró a su amigo algo que sostenía en sus manos.
Era un dibujo.
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¡Hola! Espero se encuentren bien y les haya gustado el capitulo♡
¡Se habrán las dedicatorias uwu así que si quieren un cap. dedicado, díganmelo por acá!
Pregunta random: ¿les gusta el café?
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