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Necesidad

-Ya se va a hacer tarde, bebé -recordó Minji -Debemos irnos.

Hanni frunció el ceño con indignación y sin pensarlo se lanzó contra la alfa haciendo que juntas cayeran al pasto mojado.

Rieron como niñas mientras se ponían a jugar, forcejeando quién iba arriba de quién y haciéndose pequeñas cosquillas en el estómago.

-No es justo -se quejó Hanni entre risas -Aún tenemos un poco de tiempo...

La omega enredo sus piernas contra las caderas de la alfa y en un movimiento rápido se posicionó de manera definitiva sobre Minji, arqueando un poco la espalda, mirando con orgullo y burla a la pelinegra.

-Gané -dijo con malicia -¿Cuál será mi premio?

Minji carcajeó y alzando su cuello beso de manera rápida el cuello de la omega, succionando justo para dejar una marca en la acaramelada piel de la omega.

-¡Minji, me las pagaras por esto! -exclamó de forma dramática la mayor.

El jugueteo de a poco se empezó a convertir en caricias y las risas en besos robados que cada vez eran más necesitados. Por instinto Minji metió sus manos por dentro de la ropa de la omega, acariciando su suave piel sin tener ninguna tela de por medio mientras Hanni pasaba sus dedos por los musculosos brazos de la alfa, tanteando su espalda y acariciando todos los lugares correctos, como si ya supiera el cómo complacer de mejor forma a la pelinegra.

Sin darse cuenta entre tantas caricias la castaña movió su cadera, rozando su entrepierna con la de la pelinegra, experimentando un escalofrío de placer que encendió todo su cuerpo.

-Min -susurró algo avergonzada y, sin ser del todo consciente de las reacciones de su propio cuerpo, volvió a mover sus caderas, sintiendo algo duro chocando contra sus partes íntimas -Yo...

Los ojos de Hanni se abrieron de par en par al notar como su alfa imitó el acto, con los ojos cerrados y moviendo de igual forma sus caderas, friccionando de esa manera tan adictiva sus cuerpos.

-Minj... - Hanni no pudo seguir hablando cuando la pelinegra ya la tenía tomada de la cintura.

Cambiando las posturas para posicionarse sobre la omega guió un vaivén parecido al de una danza y a la mayor le fue imposible el seguir tratando de acallar esos pequeños gemidos de placer que escapaban por su garganta, con su voz algo rota mientras le facilitaba el trabajo a su alfa y abría sus piernas, restregando su centro con la ereccion de la alfa por sobre sus ropas.

-Alfa -susurró -se siente muy bien...

-Mi omega... -llamó Hanni tomando del cuello a la castaña para besarle con mayor lentitud, sin dejar de dar investidas por sobre la ropa que la mayor fue correspondiendo de a poco, algo insegura de poder seguir de manera correcta el ritmo -Mi Han...

Las dos eran nuevas con este tipo de sentimientos, ninguna sabía de verdad que estaban haciendo asi que guiándose solamente por sus instintos deslizaron sus pantalones lo suficiente para que sus entrepiernas se rozaran sin el impedimento de la ropa.

Hanni posicionó sus manos contra los hombros de la pelinegra, apretando estos con fuerza como reacción ante el placer, Minji no pudo aguantar más y sacó sus manos de las caderas de la omega para ponerlas en el sensible clitoris de Hanni, masturbando con sus dedos a esta con insistencia pero cuidando en no dañarla.

-Han... -susurró Hanni y luego imitó el acto de la menor, poniendo su mano contra la erección de esta, casi ronroneando ante la satisfacción que sintió al notar como Minji reaccionaba ante el estímulo, soltando pequeños gruñidos y siseando su nombre. A la omega le encantaba complacer a su alfa.

Minji abrió los ojos y miró a su amada, sus mejillas rojas, labios entreabiertos, sintiendo su cuerpo temblar bajo el suyo, completamente a su merced. Y eso era simplemente lo más hermoso que había visto en toda su vida. Se sentían extasiadas ante el placer, masturbando a la contraria con las manos en sincronía y las respiraciones aceleradas. Hanni acercó su rostro, besando los labios de su amada con insistencia, provocando un juego entre sus lenguas.

-Te amo, Han -susurro contra los labios de la mayor, moviendo con más ímpetu su mano -mierda, te amo tanto...

Sintió su vientre cosquillar y su pene palpito, en espera de su liberación, beso el cuello de Hanni mientras una corriente cálida y placentera envolvió su cuerpo y soltando un gruñido bestial se corrió de forma poderosa, aun cuando ni siquiera se habían quitado toda la ropa.

-Alfa -gimió Hanni y Minji se sintió llena de orgullo al notar cómo la omega también se había corrido.

Minji no respondió al instante, besando los labios de la castaña con cariño, cuidando no volver a rozar sus ya sensibles partes íntimas para evitar que a Hanni le pudiese llegar a doler.

-Te amo, omega mía -Aseguró cerrando los ojos con cansancio, tan encimada en su burbuja de amor que no noto el sol levantándose a la distancia, anunciando la llegada de un nuevo día.

-Y yo mas, mi alfa mimada -Respondió Hanni dedicándole una sonrisa de ojos a su amada para luego caer dormida, usando el pecho de Minji como almohada.

—¿Se puede saber de dónde vienes? —Preguntó Heejin al momento en que Hanni apareció en el jardín —Yeojin tuvo que inventarle a Jeongyeon que tienes un dolor estomacal y que por eso no saldrás de la habitación. Ahora por tu culpa están en el pueblo comprando medicinas para ti. 

La omega bajó la cabeza con el cuerpo tenso, ella amaba a Heejin pero debía admitir que cuando esta se enojaba lograba asustarla y más cuando Yeojin no estaba junto a ella para calmar a su melliza cuando esta se pasaba de lista, también estaba rezando para que Minji —quién se encontraba escondida sobre un árbol vigilando que "Hanni volviera segura a casa"— se fuese pronto, no quería que su alfa escuchara como era regañada, eso era vergonzoso. 

—Heekie...

—¡No, Hanni! —Grito la beta sobresaltando a la omega, sorprendida por la rabia en las palabras de la mayor —¡Teníamos un trato! 

Heejin no era estúpida, sabía porqué Hanni había llegado tarde, podía oler la esencia de la alfa sobre todo su cuerpo. 

—Yo solo fui a caminar un tiempo —se justifico pero Heejin la tomó del brazo, deteniendo cualquier excusa. 

—Por lo que más quieras no te atrevas a mentirme —gruño —Estás bañada del aroma de esa alfa —gritó —¿Acaso no te das cuenta que solo está jugando contigo? 

La castaña negó con la cabeza sin atreverse a ver los ojos de la beta, cansada de escuchar el mismo discurso en contra de la pelinegra. 

—¿Acaso no te das cuenta que lo único que quiere es acostarse contigo? —Interrogó tal vez apretando con mucha más fuerza sus manos contra los brazos omega —Te quiere para que seas su puta y cuando se aburra de ti te matara. 

No, Heejin no estaba acostumbrada a decir groserías ni a ser tan impaciente pero estaba desesperada, ella amaba a Hanni y odiaba que esta se exhibiera de esta manera, que se dejara tratar de esa forma tan indigna. Las únicas omegas vivas en Corea eran prostitutas, esclavas sexuales de todas las edades y portes. El sexo era la unica función que los alfas pensaban que las omegas tenían, Minji no era diferente. 

—¡Eso no es verdad! —Gritó Hanni horrorizada —Tú no la conoces. 

—¿Qué cosa no te quedó claro que la historia que contó Jeongyeon ayer? Los alfas matan omegas, Hanni.. 

—Lo que me quedó claro es que Jeongyeon amo con todo su corazón a una omega —lo interrumpió —que la amo tanto que aun después de todos estos años llora su pérdida. 

—Vas a hacer que te maten —gritó Heejin —¡Nos condenaras a todas por tu estupidez! ¿Acaso tanto quieres que esa idiota te joda?  
—¿De qué demonios estás hablando?—preguntó Hanni para luego hacer una mueca —Ya suéltame, Heejin —pidió —me estas lastimando. 

—Si te gusta la idea de ser la puta de Sooyoung te tratare como una —amenaza, arrastrando a la menor a la casa con brusquedad —Es más, le diré a Jeongyeon ahora mismo en lo que estás metida, para que ella vea con sus ojos lo que en verdad eres... 

Eso era una mentira, nunca traicionaría la confianza de la menor de esa forma pero necesitaba que de alguna forma esta entendiera, que se sintiera avergonzada de su comportamiento.

Avergonzada por amar. 

—Yo que tú soltaría a mi omega en este instante —gruñeron a sus espaldas y Hanni no tuvo que darse vuelta para ver quién era, ella reconocería la voz de su alfa en cualquier parte —Porque no tengo ningún problema en romperte la cara a golpes, Heejin.

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