4/5
Tony afirmo su agarre contra el respaldo del sillón, sintiendo el frío cuero negro haciendo contraste con su piel caliente.
Las manos de Steve recorrían su cuerpo a su antojo de un lado a otro al igual que sus labios se apoderaron del cuello del castaño dejando besos castos mientras la dureza de Steve se frotaba contra su trasero. Gimió por el contacto.
El rubio alzó su mano dejándola caer en el glúteo derecho de Stark, el multimillonario respingó arqueándose por un momento y sintiendo un escozor por el golpe y se alejo por un momento, yendo nuevamente a aquel estante dónde se encontraban las cosas que había comprado en aquella tienda para adultos.
Tony aprovecho girando su vista hacia el gran espejo. Sus piernas estaban abiertas, sus rodillas eran apoyadas en cada uno de los brazos del sillón dejando expuesto su respingado trasero y a su vez, las marcas coloradas de las manos de Steve debido a las nalgadas propiciadas por este. Su piel brillaba debido al sudor de la actividad que estaba realizando y mordió sus labios por unos segundos.
Se miraba tan caliente que inclusive pudo sentir que su miembro comenzaba a despertar nuevamente.
Se encontró con la mirada salvaje de Steve a través del espejo y le sonrió, el rubio le devolvió aquella sonrisa con un aura más obscura.
Él tembló.
El soldado volvió a él recorriendo la nuca de Tony con sus labios. El castaño se perdió por el contacto de la boca del mayor cerrando sus ojos casi de inmediato y disfrutando de los húmedos besos que su esposo le daba.
Disfruto tanto como pudo hasta que sintió un frío metal apresar sus manos, quitándole un poco su libertad. Las esposas plateadas se aferraron a sus manos siendo retenidas en un tubo de fierro que sobresalía de la pared. Él trato de girar su cuerpo dándole una mirada furiosa a Steve que el soldado simplemente ignoró.
—¡Mierda, Steve! Sabes que odio esto—protestó furioso—. Quiero tocarte—se quejó.
—Lo harás, pero todo a su debido tiempo cariño—susurró despacio en su oído.
Volvió a recorrer el cuerpo del castaño, siguiendo su camino de besos húmedos en la columna del ingeniero mientras este seguía un poco furioso por la acción antes realizada por el soldado. Su molestia se desvaneció luego de que Steve llegara finalmente hasta su objetivo: la entrada de Tony.
—Mírame—demandó con su voz dura y autoritaria que lo hacía perder el juicio.
Jugueteó un poco con los redondos glúteos de su marido, besándolos y mordiendo a su antojo, como si de un manjar se tratase. Tony suspiró al sentir la boca de su marido llegar hasta su pequeño y húmedo agujero.
Gimió con desespero al sentir la cálida y húmeda lengua entrar sin previo aviso, degustándolo de primera mano. Steve movió su lengua con movimientos torpes al principio pero eso a Tony no evito que lo disfrutara. Devoró con gula la entrada del castaño, dando lengüetazos lentos, desesperando al ingeniero. Cambió de ritmo cuando escucho sonar las esposas contra el metal, al mismo tiempo que Tony gemía su nombre angustiado pidiendo por mas, restregando su trasero contra su rostro.
El castaño lo observo por el espejo, aquella imagen de Steve tan concentrado comiendo su culo era una tremenda obra de arte, un poco obscena pero que le encendía hasta los huesos.
Cuando el rubio dejo aquella ardua tarea, él no pudo evitar quejarse al no sentir más el contacto de la cálida lengua de su marido comiéndoselo, sin embargo, Steve ni siquiera dio tiempo para que protestara lo suficiente. A penas se puso de pie, afirmo su agarre de la cadera del castaño y lo penetro de una sola embestida.
Tony sintió que le falto el aire cuando lo sintió completamente, llenándolo con su hombría hasta sentirse satisfecho.
—¡Ste-ve!—gritó volteando hacia el espejo y recibiendo aquella erótica imagen de su marido cogiendoselo.
El capitán gruñó cuando sintió el estrecho recibimiento que su marido le dio a su pene. La cavidad anal lo apretó con deseo sintiendo el calor y la humedad que emanaba. Ser rodeado por el interior del castaño era una sensación extremadamente satisfactoria.
Comenzó moviéndose lento escuchando los quejidos de Tony a la vez que susurraba su nombre anhelando por más de él.
Empujo hasta subir de ritmo. Lentas embestidas que pronto comenzaron a ser bruscas y violentas, al mismo tiempo que jalaba el cabello de Tony para que dirigiera su mirada al espejo y viera como lo penetraba impúdicamente.
—St-e-ve—gimió Tony abriendo sus ojos al sentir como Steve golpeaba una vez más en esa noche su próstata con la punta de su pene—. ¡S-í!
Echo su cabeza hacia atrás virando los ojos por el placer recibido. Su miembro palpitó reclamando atención a su vez que sintió el líquido preseminal chorrear, escurriéndose por entre sus piernas.
—Eres hermoso Tony—las palabras de Steve mezcladas entre la voz ronca y los gruñidos que salían de su boca lo hacían derretir.
El golpeteo de las pieles mientras sus fluidos se mezclaban provocaban un intenso sonido que solo los excitaba aún más, sobre todo por esa vista placentera de ver como el pene de Steve salía y entraba de su cuerpo con facilidad, sus redondas nalgas siendo golpeadas por los testículos del capitán le provocaban múltiples descargas de placer en su espalda baja.
La mano del rubio envolvió su miembro, delineando las venas formadas a lo largo del falo, aprisionándolo entre sus dedos, subía y bajaba en sincronía a las embestidas que estaban torturando la entrada del castaño.
Bajo su vista encontrándose con la erótica imagen de su miembro entrando en el estrecho agujero de su amante y solo lo alentó a ultrajarlo con más fuerza.
—Mier-da Tony—gruño.
Siguió embistiendo, explorando todo su interior. Recorriendo el cuerpo ajeno sumiso bajo sus caricias y besos. Marcando sus hombros con sus dientes, apoderándose por completo de él.
Los gritos de placer que Tony daba eran por sentir su próstata ser golpeada y la gran mano de Steve envolviendo su miembro masturbandolo. Sentía fuego en sus venas, se estaba volviendo loco de tanto placer.
Los espasmos en su cuerpo eran cada vez más constantes. De vez en cuando abría los ojos y veía el rostro cínico y lleno de placer de su marido, por tenerlo sumiso bajo él pero, no le molestaba del todo verse así.
—¡Joder! Steve...—no podía soportar un minuto más. No cuando las embestidas que el soldado le propiciaba eran cada vez más rudas.
Nuevamente sintió la presión en su próstata haciendo que sus piernas se sintieran débiles y perdiera un poco esa firmeza de su agarre. Al mismo tiempo voz comenzaba a apagarse por todo lo que ya había gritado esa noche.
Un par de segundos más y lo que hizo culminar su encuentro fue la mano traviesa y autoritaria del rubio apresando sus testiculos, masajeándolos lentamente.
—Ahh—soltó un gemido desesperado—. Ste-v-e.
Arrastro su nombre mientras sus semen salía a chorros manchando el sofá. El rubio bajo el ritmo de sus embestidas mientras seguía masajeando sus testiculos, como si quisiera que ninguna gota de su esencia quedara en su interior.
—Vamos cariño—gruño en su oído—. Córrete todo para mi.
Conecto su vista frente al espejo y Tony se sintió tan vulnerable. El capitán bajo su vista encontrándose con el sofá manchado por la semilla de su consorte mientras seguía saliendo lo último de su orgasmo.
Tony cayó inclinado hacia delante, rendido ante al cansancio. Su rostro estaba pegado al respaldo del sofá y sus labios estaban ligeramente abiertos dando un último suspiro.
Eso incito a Steve a orrerse en su interior, casi de inmediato. Su semen salió disparado en el interior caliente de Stark. Gruñó mordiendo el lóbulo de la oreja de su marido.
—Esto es lo que provocas Anthony, me vuelves loco, un desquiciado—susurró.
—Steve...—su nombre entre los labios del castaño se escucho tan bajo.
—Shhh cariño.
Disfrutó de sus respiraciones agitadas y los suspiros por un par de segundos recargando su cabeza en el hombro de Tony mientras repartía un par de besos en su mejilla.
Luego de compartir aquella tranquilidad quito las esposas de las manos del ingeniero y lo tomo en brazos para depositarlo en la mullida cama.
Tony mantenía los ojos abiertos observando a su marido, en silencio. Steve se recostó a su lado, respondiendo a la mirada inquisitiva del castaño.
—Cariño...—el rubio acaricio las hebras despeinadas castañas del menor, este solo cerró los ojos al sentir el delicado contacto—. No me importa si tú haz salido o haz estado con alguien más... yo... sí tu quieres terminar con esto...—estaba tan nerviosa pero si Tony no quería estar más allí, lo entendería.
Sabía que su marido era amante de la libertad, tal vez jamás había sido suyo pero esa noche había confirmado en sus sueños guajiros que lo era. Sintió como tembló en sus brazos, como correspondió a su amor pero, tal vez eran solo espejismos de lo que él quería que fuera su vida.
El silencio se prolongó por unos segundos dejando un sabor a despedida profunda y dolorosa que mallugó su corazón.
—Lo siento Steve...
**************
Me di cuenta que tenía este capítulo desde hace meses solo me faltaban 2 párrafos para terminar este capítulo lol
¿Alguien sigue esperando a que termine este fanfic?
NO OLVIDEN LAVARSE LAS MANOS Y QUEDARSE EN CASA.
SALGAN SOLO SI ES NECESARIO.
Cuídense, los quiero mucho. ♥️
Xoxo,
L🥀.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro