FELIZ CUMPLEAÑOS KULONA💦💦💦❗❗❗

Kurona está totalmente enamorado de la hermana menor de Itoshi Sae y Itoshi Rin.

Akari es la chica de sus sueños, tiene todo lo que él busca en alguien...o simplemente, Ser Akari es su tipo ideal.

Si no eres ella, entonces estás lejos de cumplir sus expectativas. No es qué lo disimule bien cuando esta cerca de ella, su sonrisa se curva más de lo normal y sus mejillas no pueden evitar ponerse de un lindo rosado, sus manos llegan a sudar y temblar tan solo por verla sonreír.

Tampoco es que disimule muy bien cuándo está celoso cuando la ve abrazar a alguien más, o cuando se enoja cuándo ella también se enoja, técnicamente Kurona se molesta con todo aquel que lastime o haga sentir mal a la chica que le gusta.

¿Era malo alegrarse al saber que ya no tenía que competir con Isagi por el amor de Akari?

La figura de Akari es atractiva, su mirada es penetrante y escalofriante. Parece que sus ojos no tienen vida pero aun así, parecen ver todas tus vidas pasadas y aun más profundo de tu ser. Sus manos llegan a ser bastante suaves pero su agarre es firme, cuando ella se queda parada mientras el sudor baja por su frente..

Es cómo ver a la preferida de Afrodita, Atenea y Ares, incluso su rostro demacrado es hermoso, cuando ella le da la espalda no puede evitar admirarla.

Itoshi Akari tiene una energía que lo atrae cómo si fuese un simple perro al ver un filete.

Ella es perfecta.

―Kurona, Feliz cumpleaños. ― Su suave voz llegó a los oídos

Al darse la vuelta, Akari sostenía un ramo de rosas y en su otra mano tenía una rebanada de pastel, la vela tenía la figura de un pequeño tiburón de color rojo.

La emoción no tardó en aparecer, sus ojos se iluminaron mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro.

¿Acaso está soñando?

―Te has...¡Te has acordado, muchas gracias, Akari! ― Gritó con emoción.

―Lamento no haberte dado un regalo más elaborado, Ego no me dejo salir de aquí para poder comprarte algo. ― Se disculpó, le entregó con cuidado las rosas.

―Pero..no te preocupes, esto..esto es perfecto. ― Responde nervioso.

Akari sonríe un poco, contenta al ver cómo a Kurona le gustaba su regalo. Poco después, sus demás compañeros llegaron para celebrar su cumpleaños.

Kurona busco a Akari entre sus demás compañeros pero ella ya se había ido, aquello le bajó un poco los ánimos pero aun así, intentó disfrutar al máximo aquella pequeña celebración.

Akari observó desde la salida la gran y hermosa sonrisa del pelirrojo, no tardó en marcharse mientras veía su teléfono, marcó a uno de sus contactos.

―¿Tienes lo que te pedí? ― Preguntó ella.

―Sí. ¿Para qué demonios quieres un peluche tan grande de tiburón?

― Eso no te interesa, tú solo traelo. ― Dicho esto, colgó.

Media hora después, Kurona entró a su habitación junto a los demás pero justamente en su cama había una caja bastante larga y grande.

―Oh, es un regalo..y tiene una nota. ― Señala Yukimiya.

Kurona se acerca a su cama, tomó la nota y la leyó.

Feliz cumpleaños, Shark boy.
Te compré esto con mucho cariño. ;)

Encuentrame
a las 9:30 en la cafetería.

Att: Lava girl.

―¿Lava girl?, ¿Quién es? ― Pregunta Isagi.

―Te ha dicho Sharkboy, ¿Es un tipo de apodo o código? ― Preguntó Hiori.

Kurona abre el regalo con cuidado para encontrarse con la gran sorpresa..de un enorme peluche de tiburón de color rojo, a un lado tenía una pequeña carta sellada, también...

¡Una pijama de Tiburón!

―¡Vaya, cuántos regalos! ― Se impresiona Isagi al ver cómo kurona sacaba y sacaba más cosas sobre tiburones.

Los ojos de Kurona se cristalizan mientras su rostro se torna del color de su pelo ante tantos regalos de parte de ella, su sonrisa aparece en su mente mientras su risa inunda su cabeza, las imágenes mentales de su rostro lo ponen aún más nervioso.

―Eh...¿Kurona?, ¿Estás bien? ― Pregunta Hiori.

―Oh, deberías darte prisa, ya son las 9:28 ― Informa Yuki al ver la hora en el ipad.

Kurona vuelve a la realidad cuando Yukimiya dice la hora, dejó con cuidado sus regalos en su cama y no tardó en salir corriendo hacia la cafetería.

―¡Ya llegué, ya llegué! ― Gritó él.

―Ya te vi, no tienes que gritar.

Kurona dirige su mirada hacia ella, Akari estaba de brazos cruzados mientras estaba recostada de la pared.

―¿Te gustaron los regalos? ― Preguntó, sus labios formaron una pequeña sonrisa.

―¡Sí!, digo, sí. . me han gustado mucho, muchas gracias..otra vez. ― Bajó su mirada nervioso.

―No agradezcas, es lo mínimo que pude regalarte, quería darte unos boletos para la inauguración del nuevo acuario y que pudieras nadar con algunos tiburones martillo. ― Ella se adentra en la cafetería.

―Pero..eso debe ser muy caro, no te preocupes..¡Los otros me han gustado mucho!

―¿Caro?, no seas tonto, nada es caro cuando es un regalo para ti. ― Ella ahoga una pequeña risa mientras sostiene una bandeja.

La bandeja tiene un pequeño pastel, ella lo extendió hacia él, Kurona se queda callado mientras no sabe que responder ante las palabras de Akari.

―Pero Akari, no es necesario todo esto..primero las rosas, el pequeño pastel, todos esos regalos..muchas gracias pero no era necesarioo..yo..

―Aún no he terminado de darte mis regalos.

―¿Hay otro más?, ¡Te lo juro, no es necesario! ― Responde rápidamente, con los nervios hasta la cabeza.

―¿No quieres mis regalos? ― Preguntó.

―¡No es eso!, ¡Claro qué los quiero, es solo qué..!

Kurona se quedó con las palabras en lo más profundo de su garganta.

Akari llevo sus manos hacia los hombros del pelirrojo, no tardó en inclinarse y callarlo con un beso, los ojos de Kurona se abren con gran sorpresa.

Su rostro no tarda en enrojecer mientras sus manos sostienen con fuerza la bandeja con el pastel para no dejarlo caer.

Los labios de Akari se movía con suavidad y lentitud, sus manos se deslizaron hacia las mejillas del pelirrojo para acariciar su piel con delicadeza. Los labios de Kurona apenas podían continuar su ritmo debido al nerviosismo.

Ella se separó del beso, no tardó en soltar una pequeña risa nasal al verlo paralizado, relamio sus labios para luego sonreír.

―Feliz cumpleaños, Kurona. ― Felicitó por última vez en aquella noche.

Su voz no salía mientras la expresión en su rostro era algo inexplicable, tan solo..parecía una simple estatua.

Ella se dio la vuelta y se despidió con la mano, desapareció del campo de visión de Kurona quién no dejaba de temblar mientas su rostro estaba totalmente rojo.

―Ella...ella....ella....ella ―Incapaz de completar la frase, hundió su cara en el pastel.

―Ow, yo quería pastel...― Murmura Kiyora mientras se limpia una lágrima de su mejilla.

FELIZ CUMPLEAÑOS MI KULONA, RAGHHHH