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O5

" Efecto Akari. "


Ambos se miraron a los ojos durante unos minutos mientras el silencio inunda la sala. Las asperas manos de Kunigami la sostienen con firmeza mientras la mira con intensidad.

― Tú...ni siquiera puedes salvarte a tí misma y quieres salvar a otros. ― Dijo con un tono de molestia.

― Digo lo mismo de tí, comodín. ― Ella frunce su ceño mientras mantiene una sonrisa.

Ambos chocan sus intensas miradas cómo si expresasen una rivalidad, de alguien qué desea salvar y otro qué no desea ser salvado.

¿Pero quién es quién?

― No tengas miedo de qué alguien cómo yo te salve, Ku...― Akari fue interrumpida por el propio Rensuke.

Está vez es él quién la toma por la nuca y choca sus labios contra los suyos, mientras la mantiene aprisionada entre sus fuertes brazos.

Sus cuerpos mantienen una intensa cercanía mientras sus labios se mueven de una forma brusca, sin tener un mismo compás.

El cuerpo de Akari fue acorralado contra la pared del pasillo por el gran y musculoso cuerpo de Rensuke, hasta separarse por falta de aire.

― Qué te quede claro qué no necesito de tú ayuda, princesita. No eres nada comparado conmigo, puedo destrozarte una y otra vez. ― Su tono es bajo pero muestra un toque de desesperación y notable molestia.

― Todos dicen eso al principio. ― Ella sonríe burlonamente mientras se desliza para pasarlo con facilidad.

Akari se va dejando a Kunigami callado, quién observa su espalda hasta qué ella desaparece al entrar al comedor.

caminó hacia la máquina expendedora para recibir su cena. Al tener su bandeja se dirige hacia una mesa.

Al empezar a comer en el profundo silencio, se mantuvo pensante. En aquél beso de Kunigami, en el beso de Ryusei, en el de Otoya. Sus mejillas empezaron a arder mientras sus manos tiemblan, soltó un suspiro tembloroso mientras baja su mirada.

― No puedo creer...qué aun así quiero más. ― Llevo sus manos hacia su cabeza mientras intenta buscar alguna solución para este problema.

― Querer más nunca está demás. ― Akari suelta un chillido ante la repentina voz de Hiori.

― ¡H-hiori!, qué susto me diste. ― Dijo mientras ríe un poco.

Él se sienta a su lado, cómo en los viejos tiempos. Empezando a conversar.

Aquélla comodidad qué le brindaba Hiori, sin duda le hacía sentir muchísima paz.

― Lamento lo del partido contra Ubers. Me sentía realmente patética. ― Ella se burla de sí misma.

― Aún sintiendote patética, te seguías viendo muy hermosa. ― Hiori la miró con una pequeña y dulce sonrisa mientras Akari voltea a mirarlo.

― Creo qué me veía más qué demacrada...no tienes que mentirme.― Akari ríe nerviosamente.

Hiori niega, manteniendo la pequeña sonrisa mientras acerca su silla para estar más cerca de Akari.

― Para mí, te seguías viendo cómo el primer día en el qué te ví. Muy hermosa. ― Las palabras del peliceleste hace qué la pelirroja desvíe su mirada, totalmente nerviosa.

Aquéllo le hace gracia, haciéndolo reír un poco mientras mantiene su mirada en ella.

― Me gustas, Akari. ― Dijo suavemente.

El corazón de la pelirroja late con intensidad y fuerza mientras sus manos tiemblan de los nervios, al voltear a ver a Hiori, su rostro no es más qué un simple tomate.

Las manos del peliceleste retiran los mechones qué cubren parte del rostro de Akari para ponerlos tras sus orejas.

― Hiori, realmente yo...― Pero Hiori lleva su dedo índice hacia los labios de Akari.

― Ya sé qué estás confundida y te sientes mal por eso. Pero quiero qué sepas, qué cuando estés lista, yo seré todo oídos. ― Él sostuvo las manos de Akari con suavidad.

Ambos se miran a los ojos, él sonríe al ver cómo aquellos orbes turquesas brillan cómo dos soles.

Ella se suelta para irse rápidamente, llena de nervios por la confesión de Hiori. Soltó un gran suspiro mientras su corazón parece no soportar más.

― A tí te estaba buscando. ― La voz de Aiku la hace voltear.

― ¿Ahora qué quieres, God Snake?  ― Preguntó mientras toma aire para borrar todo sus nervios.

― Woah, más abajo esa defensa. Solo quería desearte suerte. ― Ambos empiezan a caminar hacia la habitación de Akari.

Sus demás compañeros estaban en entrenamiento, al parecer. Pronto sería el partido contra el PXG, debían esforzarse los qué no habían logrado ser titular.

― Ah. Lo siento, muchas gracias. ― Ella ríe un poco.

― ¿Nerviosa por conocer francia? ― Preguntó con un tono burlón.

― Seh. Supongo qué un nuevo ambiente no cae mal pero igual, es otro país y estar lejos de ustedes es algo, nuevo y complicado. ― Ríe un poco, de forma incómoda.

― ¿Segura que es solo eso? ― Él se sentó a su lado.

Akari bajo su mirada mientras Aiku llevó su mano hacia su espalda, dándole ánimos.

― Aiku...¿Yo te gusto? ―Preguntó en voz baja.

― ¿Quieres la verdad o lo qué deseas escuchar? ― Él la mira con una pequeña sonrisa.

― Dime...la verdad, ¿Te gusto?

― Sí, me gustas. Pero sí te sientes agobiada, no me gustas. ― Aquéllo hace reír un poco a ambos.

― Tú también me gustas...me gusta Hiori, me gusta Shoei, me gusta Shidou..¡Me gustan todos! ― Ella se desespera mientras sostiene su cabeza.

― Hey, tranquila fiera. El tiempo decidirá a quién tu corazón desea elegir. Tal vez algunos se vayan, otros nos mantendremos esperándote hasta qué estés lista. ― Aiku la toma de los hombros para verla con una sonrisa.

Akari sonríe, sintiéndose mejor por las palabras de Oliver.

― Gracias, chico problema. ― Ambos se miran a los ojos durante unos minutos

― Mira quién habla, la señorita mundial de problemas. ― Ella lo golpea suavemente.

― Al menos a mí no me cachetean en el karaoke. ― Ambos ríen al recordar esos momentos.

― ¿Ah sí?, a mi al menos no me besaron mientras me reía cómo foca.

Ella dejó de reír de inmediato, arqueando su ceja.

― A mi nunca me han besado mientras m..― Aiku se inclinó para darle un beso, al separarse Akari se quedó paralizada.

― Ssss. ― Imitó el ruido de serpiente, ella golpeó con la almohada la cabeza de Oliver.

― ¡No uses tus trucos baratos conmigo, Oliver! ― Gritó molesta.

― Ay ya, es un truco viejo pero infalible. ― Él ríe mientras deja de cubrirse de los almohadazos.

― Pues tu truco no le llega ni a los talones a Shoei. ― Ella ríe un poco mientras se cruza de brazos.

― ¿¡Ah?!, Estoy muy seguro qué ese Rey no sabe besar bien. Ha de morder y chocar dientes. ― Se burló.

― Fíjate qué no, besa mejor qué tú. ― Akari es tirada por Aiku a un lado de la cama mientras él aprisiona su cuerpo con el suyo.

― ¿Quieres qué te demuestre qué beso mejor que él? ― Preguntó de forma retadora.

― Serpiente tentadora. Tu veneno no  se compara nisiquiera a una gota de su veneno. ― Se burló mientras lo mira de forma retadora.

La serpiente saca su lengua, sacando sus colmillos para atacar a su presa. Apretando su cuerpo con fuerza mientras su lengua va profundo hasta exparsir sus gotas de veneno.

Oliver desliza su lengua por la cavidad bucal de Akari mientras sus labios se mueven de una forma tan diferente.

Sus manos se deslizan por debajo de su ropa, mientras las yemas de sus dedos acarician su piel cómo si fuese seda.

Al separarse, sus labios mantienen un hilo de saliva mientras ambos mantienen sus lenguas fuera de su boca, la cayosa mano de Aiku sostiene con fuerza el cuerpo de Akari para cambiar su lugares cómo si nada.

Ella une sus labios con los del pelinegro de ojos heterocromaticos, mientras él desliza sus manos por sus muslos.

Se recostó encima de él, apegandose hasta sentir su calor y algo más. El endurecimiento de Aiku no tardó demasiado en hacerse sentir, mientras él sostiene con firmeza sus muslos.

Al separarse del beso, ambos se miraron a los ojos, mientras el arquea su ceja con una sonrisa coqueta.

― ¿Y ahora? ― Preguntó burlón.

― Shoei sigue siendo mejor. ― Ella le sacó la lengua en forma de burla.

[...]

― Su nueva estadísticas de salud ha demostrado qué ha mejorado desde la última vez. Su ritmo cardíaco es normal y no hay ninguna anormalidad. ― Informó Anri.

― Veo qué sus músculos se han ido desarrollando mejor qué antes. La medicina está funcionando y está siguiendo la dieta. ― Ego continúa comiendo fideos.

― Sin duda alguna, Akari ha estado mejorando bastante. Para sus partidos en el mundial no habrá ningún problema. ― Anri sonríe mientras observa a la muchacha qué se encontraba en la cápsula.

Respiraba con una máscara de oxígeno mientras mantenía sus ojos cerrados.

― ¿Y bien?, ¿Algo más? ― Dijo ella.

― Concentrate en ganar. No empatizar. ― Dijo Ego.

― Hoshi Kamakura es tú sirviente, tu marioneta. No tú amiga. ― Volvió a hablar.

― Pero...― Intentó decir algo.

― Un jugador egoísta no necesita empatizar con alguien inferior.― La mirada de Jinpachi sobrecae sobre la pelirroja.

Anri se queda callada al notar cómo Akari abre sus ojos, al cápsula se abre, Anri la ayuda a retirarse todos los cables y la máscara de oxígeno, además de pasarle ropa.

― Ya tengo suficiente con tus estúpidos problemas amorosos, no causas más baches en tu camino. ― Akari baja su mirada ante las palabras de Jinpachi.

― Entendido. ― Respondió en voz baja mientras se cambia.

― Más te vale. ― Cuando Akari termina de cambiarse, sale de inmediato de la habitación.

― Lo siento, Hoshi....





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