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21

“ Cabeza hueca. ”

Akari miró el paisaje por la ventana del auto, parecía más distraída de la cuenta.

El consumo de sus pastillas la dejaba ciertamente en el aire, se sentía lejos de la realidad y de los demás. Dejando su cabeza totalmente hueca.

Lejos de pensamientos complejos o inseguridades, simplemente la dejaba en blanco.

Cómo un zombie, al cuál era mejor dejar en paz para qué el efecto de las pasillas pudiese funcionar al cien por ciento. Siendo el único método para hacerla sentir aliviada.

¿Cómo había llegado a este punto de usar medicamentos?, la asociación de fútbol había contratado a un profesional qué terminó por darle pastillas para calmar las voces en su cabeza y cualquier otra cosa qué la molestará.

Ella recostó su cabeza mientras cerraba sus ojos, sus párpados pesaban, se sentía cansada.

Tenía ganas de dormir, mantuvo su cuerpo relajado mientras intentaba conciliar el sueño. Pero una imágen apareció en su cabeza.

Llevó una mano hacia su rostro, soltando un suspiro.

︈─ ¿Todo bien, Akari? ︈─ preguntó Jun.

︈─ Sí, sí. ︈─ respondió rápidamente.

Justamente su celular empezó a vibrar, al sacarlo notó de quién se trataba.

︈Ella simplemente soltó su teléfono hasta Jun, quién fue qué atendió la llamada. Akari se sentía demasiado lejos para poder hablar algo coherente.

Se sentía aliviada, se sentía tranquila gracias a aquellas tontas pastillas qué no hacían más qué embobar su cerebro.

Al separar sus labios, intentando soltar un suspiro para relajarse, se quedó allí.

Sus ojos miraban el hotel en el cuál se estaban quedando, cuándo ya era por fin, hora de bajarse del auto solo habían más paparazzis.

Sus ojos turquesas se desviaron a los enormes letreros con su nombre por fans, cuándo su puerta se abrió, parecía una alfombra roja debido a las múltiples luces qué cegaban sus ojos.

Era la vida qué quería, nadie la subestimaba y todos la amaban.

Caminando hasta entrar al hotel, ignorando preguntas sobre ella y su futuro, sobre cómo se sentía al estar en la cima.

Sus respuestas serían vacías, cómo estaba ella. Respuestas huecas cómo su vida.

Ella caminó hasta su habitación junto a Hoshi quién apenas podía mantenerse de pie por el cansancio.

La pelirroja decidió caminar hasta su cama, se quitó los zapatos y se acostó tranquilamente, cubrió su cuerpo con las sábanas y cerró su ojos.

Antes de dormir, extendió su mano hasta el cajón y tomó torpemente el frasco de pastillas.

Se acaba de medicar para poder dormir una noche completa, llevó hasta su boca las pastillas que necesitaba.

Las trago sin necesidad de agua y volvió a acostarse. Se había dormido de forma inmediata.

Sin pensamientos intrusivos, sin pesadillas, sin voces, sin nada.

Era lo qué necesitaba, tener su cabeza totalmente hueca.

Las horas pasaban y Akari se mantenía en un profundo sueño, el efecto de las pastillas para dormir habían logrado su cometido.

En la cama qué estaba a la derecha se encontraba Hoshi, quién dormía de igual forma. Disfrutando de la gran comodidad del hotel.

Sin embargo, la pelirroja se levantó una vez qué el efecto de las pastillas para calmar las voces en su cabeza había vencido.

Se sentía mareada, combinar más medicamentos de la cuenta le estaba pasando factura. Empezó a toser y caminó hasta el baño para encerrarse.

Quizás un baño logré calmarla, tomó aire y se miró en el espejo. Agachó su cabeza para ver sus raíces.

Su cabello había crecido de una forma más notable, empezaba a rozar con sus hombros y eso hacía que sus raíces se vieran verdosas.

Ella empezó a quitarse su ropa, dejándola en el suelo. Abrió la ducha y dejo qué el agua cayera.

Pero no podía despegar su mirada del espejo, viéndose. Sus dedos tocaron parte de su clavícula y luego sus hombros.

Tocó su rostro, sintiendo sus manos temblar mientras un sentimiento de repulsión se apoderaba de ella, decidió despegar su mirada y meterse a la ducha.

Al sentir el agua fría caer encima de su rostro, las ganas de vomitar se hicieron más intensas.

Empezó a toser, sintiendo qué se ahogaba. Al llevar su mano hasta su boca, lo soltó.

El líquido carmesí con sabor metálico se apoderó de su boca, manchando su mano mientras su cabeza empezaba a doler.

Su nariz dejó caer el mismo líquido carmesí, terminó de toser la sangre manchando el suelo de la ducha.

Apesar de que la sangre se iba junto al agua, los ojos de Akari miraban aterrados la sangre.

Su salud podía afectar su rendimiento en la cancha y sí eso volvía a pasar, la enviarían a casa para mandar el equipo completo de Nadekashi.

Ella sería reemplazada, Ego perdería todo al igual qué Anri y ella se quedaría en el olvido.

Volvería a casa, sus padres le iban a recalcar qué tenían razón. Lo perdería todo

Sus piernas temblaron al imaginar las miradas juzgadoras, las voces de las personas criticandola por no ser lo suficientemente fuerte.

Akari cerró la ducha mientras sus manos temblaban, salió cómo pudo y abrió la puerta, buscó de forma desesperada sus frascos de pastillas.

Al encerrarse nuevamente en el baño, decidió cerrar con seguro.

Miró su reflejo en el espejo durante unos segundos, las ojeras se remarcaban bajo sus ojos, justo cómo los de Sae.

Las palabras de su madre resuenan en su cabeza hueca, qué sólo sabía jugarle en su contra.

Ella abrió desesperadamente los frascos de pastillas, y los tomó.

Bebió agua con desespero, en busca de sentirse aliviada. No podía dejar qué su salud empeorará, ella debía ganar este mundial.

Cueste lo qué le cueste, ella va a ganar. Ella le va a demostrar a todos qué ella es un genio.

Qué Itoshi Akari no sólo es la hermana menor de Itoshi sae.

Ella es un prodigio, ella merece ganar esa copa.

Akari mordió su labio inferior mientras las lágrimas se asomaban, resbalando por sus pálidas mejillas qué alguna vez, tuvieron ese color carmín.

Ella buscó su teléfono, marcando con desespero aquél número.

Sonó y sonó, hasta qué porfin, contestó.

︈─ ¿Hola?

...

︈─ ¿Mini pestañistas?, ¿Estás ahí?, holaaaa.

Un sollozo escapó, al escuchar su voz. Sus manos temblaron, dejando caer el teléfono al suelo.

︈─ ¿Todo bien?, ¿Akari?, ¿Por qué no hablas?

Ella se dejó caer al suelo, tomando el teléfono entre sus temblorosas manos.

︈─...Te amo, ryusei.

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