“ Amo cómo mientes.”

Una niña pequeña miró con notable aburrimiento las caricaturas qué pasaban en aquél canal, a diferencia de su hermano Rin. Él se concentraba mucho en ver las caricaturas en especial dónde los monstruos y los héroes pelean.

Ella volteó para ver a Sae, quién jugaba un poco con la pelota de fútbol. Sus ojos se iluminaron y decidió arrastrarse hasta él.

︈── Nii-san es el mejor, ¡Yo también quiero jugar cómo él! ︈── miró con gran ilusión a su hermano.

Sae tenía una increíble disciplina, Akari admiraba eso e intentaba hacer lo mismo, solo qué a diferencia suya, a sae no le estorbaba su pancita.

Y tampoco era tan perezoso cómo ella, Akari le gustaba mucho dormir. Después de todo, mayormente estaba sola en casa.

Poco después, miró como Rin y Sae se fueron por aquella puerta sin decirle a nadie. Sin llevarla a ella.

Akari no entendía muy bien eso de ser excluida a tan temprana edad, su madre siempre le hizo entender que sus hermanos eran niños y ella una niña.

Y por eso, ellos tenían más libertad, podían salir cuándo quisiesen, tener un espacio para chicos y akari no podía meterse.

Porque ella era una niña.

Aunque la niña se sintiera sola, jugando con una pobre muñeca en su habitación mientras esperaba algo interesante.

...

︈── ¿Por qué estoy recordando algo tan estúpido cómo eso? ︈── se preguntó así misma.

Soltó las mancuernas mientras recostaba su espalda del asiento. Tomo un sorbo de agua y decidió seguir con sus ejercicios.

Su alarma sonó para indicar que su horario de ejercicio terminó, salió para dirigirse a su habitación para darse una ducha.

Soltó un pesado suspiro mirando su celular, una llamada pérdida de charles.

Miró, no había ningún mensaje de alguien más qué no fuese barou.

Soltó su teléfono en su cama y decidió dirigirse a la ducha, quitando su ropa e inmediatamente colocarse bajo la regadera.

Empezó a ducharse mientras se mantenía en un frío silencio, frustrada por haber recordado tontos e innecesarios fragmentos de su pasado.

Es una perdida de tiempo mantenerse aferrada al pasado de aquella familia. Sí es qué pudiese llamarla así.

Apretó sus puños nuevamente al recordar a Sae y golpeó la pared con fuerza.

︈Akari aplastaría a cada una de ellas, luego subiría cada vez más hasta destruir al real por completo.

Porque ella aún amaba cómo él le mentía.

Ella aún lo ama a él.

Ama a Sae.

︈── ¿Esto era parte de tu “plan”, Sae? ︈── preguntó a la nada, mientras recostaba su espalda de la pared fría mientras dejaba caer el agua.

Llevó una mano a su frente mientras no podía comprenderse así misma.

¿Por qué seguía aferrándose a Sae?, pensó que lo había superado pero solo hacía aferrarse más a él.

A su idea de que está sufriendo y ella puede hacer algo para ayudarlo.

Sus uñas se aferraron a la pared y arañaron con fiereza mientras apretaba su labio inferior, atrapando con sus dientes con fuerza hasta hacer caer aquél líquido carmesí.

El agua fría caía encima de su cuerpo mientras el frío empezaba a recorrer desde sus pies hasta su cabeza.

Aquel horrible frío tan despiadado qué generaba su soledad. Sus brazos temblaron mientras volvía a golpear la pared con fuerza, llena de impotencia.

Sus orbes cayeron al suelo mientras el agua se hacía una con la humedad que dejaba escapar sus ojos mientras sus uñas se clavan en sus brazos.

Inútil hermana menor.

« Diré que eres mi hermana cuando dejes de ser una inútil. »

Sae, Sae. Sae

Siempre fuiste tú, Sae.

Apretó sus cabellos mientras intentaba respirar, empezando a tener un ataque de pánico mientras la imagen del pelirrojo consumía su cabeza.

Su espalda quedó contra aquella húmeda pared mientras su cuerpo cae con lentitud hasta quedar en el piso.

« Este dolor debía de ya no existir, Sae. »

︈── Estúpido y maldito hermano mayor, te odio, te odio, te odio.

Su voz se quebró, mientras sus ojos ya no veían nada claro, todo era borroso por sus lágrimas, las cuáles resbalaban por su rostro junto al agua de la ducha.

« Un pedazo de mí »

Akari miro la espalda de Sae mientras él se alejaba cada vez más luego de su derrota en el partido contra Blue Lock Eleven.

¿Por qué ella siempre debía de ver la espalda de su hermano?

Su nombre en aquella camiseta, su número y simplemente su espalda.

Viendo cómo se marcha cada vez más hasta desaparecer entre la oscuridad de aquél pasillo hasta ya no ver más.

Mientras ella, está encima de los hombros de sus amigos, pero el vacío se ha quedado dentro suyo.

Le ganó, lo venció cuándo sus pies tocaron ese balón antes qué él pero...no generó nada.

Porqué ella quería escuchar te amo, Akari.

Eres mi linda hermana menor y estoy orgulloso de tí.

Sae se llevó consigo una gran parte de lo qué fue “Akari” y dejó a “Itoshi Akari” entre las lágrimas de un corazón destrozado.

Pero sí Sae vuelve a ella y le dice “te amo” ella le creerá, volverá a sus brazos y llorará.

Porque ella ama la forma en la que él le miente. Ella ama todo de Sae a pesar de todo, porqué se dio cuenta que lo único qué necesita.

Es a su hermano mayor.

Julien Loki siempre ha sido un hombre qué siempre se ha guiado de la lógica, nunca ha perdido los estribos y se ha mantenido recto a lo largo de su carrera cómo profesional

Pero su mente lograba desviarse sin qué él pudiese controlarlo. Los cabellos pelirrojos y ojos turquesas de aquella chica lograban confundirlo.

Hacerlo sentir acelerado, veloz. Cuándo ella levantaba su mirada para verlo, cuándo ella reía junto a él.

Cuándo su mano tocó la suya por accidente, cuándo sus miradas chocaban por minutos que parecían horas.

Ella ríe nerviosamente la primera vez que chocaron por accidente, con notable vergüenza al darse cuenta qué era él.

El corazón de la Itoshi se aceleró con fiereza mientras él notaba su nerviosismo ante su cercanía, dándole una sonrisa.

“ La chica creatividad.”

Sus mejillas enrojecieron hasta tener un color similar a su cabello rojizo, mientras sus labios titubeaban mientras sus cejas se alzaban.

Otra risa nerviosa con palabras torpes mientras ella intentaba marcharse.

¿Por qué le gustaba notar sus sentimientos?

Le parecía tan linda y encantadora qué le parecía una ofensa qué fuese Noel Noa quién la tuviera en su equipo.

Akari parecía espantarse cada vez qué Julien se acercaba a ella. Hasta qué confesó su gusto por él.

« Eres mi jugador juvenil favorito. »

Pero más allá de una simple admiración, aquellos sentimientos se entrelazaban con cada mirada.

Hasta aquel beso, todo pasó de un momento a otro.

︈── ¿Me ayudas a practicar mi francés? ︈── preguntó ella, algo avergonzada.

Él dejó los papeles en su escritorio y asintió.

︈── Claro, ¿por qué no? ︈── aceptó, sonriente.

Todo empezó con un « Bonjour comment allez-vous? » y terminó en « Laisse-moi t'embrasser encore une fois »

Sus ojos miraron aquellos orbes tan cautivadores mientras su cuerpo se recostaba contra aquel escritorio, sus manos se deslizaron hasta sostener su rostro, mientras las manos ajenas se aferran a sus mangas.

Sus labios chocan con pasión mientras sus lenguas se vuelven una sola.

cuándo por fin logran separarse, el aire volvió a sus pulmones mientras su rostro enrojecía cada vez más.

« Tan sensancional, parece de otro mundo. »

Quería infectarse con su amor, volver a ser su víctima, ser infectado por su veneno.

Ella es una alienígena, su tacto es de otro mundo. Sobrenatural, Extraterrenal.