12
"Pablo Cavasoz."
Ella acarició la cabeza de Hoshi mientras la despeinaba mientras ella reía. Akari sonrió un poco mientras dirigía su mirada hacia Jun.
Él sonreía mientras les levantaba el pulgar, parecía emocionado apesar de ser un empate. Hoshi brilló cómo una estrella ante aquél primer gol, sin poder evitar sentirse tan emocionada.
Akari se separó del abrazo, dirigiendo su mirada hacia las gradas repletas de personas, resoplo un poco. Ni un solo rostro se le hacía conocido y era normal, era un país extranjero.
Arqueó un poco sus cejas mientras sonreía un poco, soltó un suspiro e inflo su pecho, retrocedió un poco mientra el partido volvía a la contienda.
Con Corea reforzando sus defensas y cambiando su dominio del balón en busca de crear confusión entre las japonesas, avanzaron más de lo qué le gustaría a Akari y a Hoshi.
― Esto parece el sistema planetario, me recuerda a Kurona. ― Pensó mientras se detenía.
Orbitan entre todas para crear una idea de qué ocultan a su mayor estrella, quién es la única qué se aleja cada vez más.
― Sí yo fuese Kurona, orbitaría para avanzar hacia Isagi. Acomodaría mi tiro en el lateral izquierdo para qué su tiro directo sea más cómodo. ― Akari separó sus piernas
Pero, Hoshi desconoce el estilo de Orbita de estás chicas al igual qué yo, es sólo qué tengo mi idea gracias a Ranze.
Akari fruncio su ceño, si no actuaba rápido. Corea volvería a tomar la delantera con un segundo gol. Apretó sus labios mientras sus ojos leían el patrón del tablero de la cancha.
― Sí yo fuese Barou...¡No!, Si yo fuese Reo...no, no, Sí yo fuese Meguru...¡No!― Apretó sus puños mientras saltaba a la acción.
Intentaba comprender el egoísmo ajeno junto a la modalidad de juego de sus compañeros pero le resultaba difícil encontrar a alguien qué se adapte perfectamente a está situación.
¿Hiori?, no...¿Rin?, no, ¿¡Ryusei?!, ¡No!
El sudor cae por su frente mientras sus piernas se mueven con más velocidad, interceptando el balón para iniciar un uno vs uno.
― Sí yo fuese lorenzo, usaría movimientos descoordinados pero no estoy acostumbrada a usar ese tipo de fútbol, ¿Qué haría Niko en esta situación? ― Intentó buscar una respuesta.
Ella rozó el balón y lo mandó hacía atrás, uso su cabeza para mandarlo hacia Hoshi, quién sería capaz de avanzar entre los laterales.
― ¿Frustrada? ― Preguntó la peli-negra surcoreana.
Las venas del rostro de Akari se marcan, sus ojos se fuerzan a entender el tablero qué está frente a ella pero le es imposible.
Esto es muy diferente a todo lo qué ha visto en su tiempo en Blue Lock, las ligas femeniles de Japón con las cuáles ha jugado no juegan de esta manera.
Todo era espléndido, la ponían en está situación de desesperación y era genial pero, no podía darse el lujo de ganar.
No en éste mundial, todo el peso cae sobre sus hombros, no puede decepcionar a Japón, no ahora qué su carrera está iniciando.
― Sí yo tuviese qué ser alguno de ellos, ¿Quién sería? ― se preguntó así misma
Quizá no era algo a lo qué estaba acostumbrada a pensar en pleno partido, pero. .ahora qué no está con ellos, ahora qué está en otro panorama, debía darlo todo.
Sí ella fuese alguien más...¿quién sería?
¿Sae?, ¿Oliver?, ¿Julien?, ¿Otoya?, ¿Karasu?
¿Realmente quién sería qué se pose para explicarle qué estaba haciendo mal?, ¿A quién escucharía por horas completas dándole consejos de cómo mejorar mientras bromea?
Sus ojos se perdieron de la cancha, mirando nuevamente las gradas repletas de desconocidos qué gritan cosas qué ella no entiende.
― ¡Vamos, vos podés, ese gol es tuyo! ― Sus oídos reconocieron esa voz entre la multitud mientras buscaba de forma intensa su rostro.
Sus labios se apretaron al encontrarlo mientras sus piernas flaquearon por un momento, sintiendo sus corazón estrujarse al verlo allí, con una sonrisa mientras la apoya.
― ¿Por qué...esta ahí?, ¿Y quién es el qué está a su la...? ― Akari sintió su aliento detenerse.
Sus cabellos arcoiris se movieron con el movimiento de su cuerpo y el viento mientras sus ojos dorados la miraban llena de dulzura.
Aquélla punzada en su corazón desapareció mientras que ella no sabe cómo reaccionar al tener el balón entre sus pies.
Y justo por eso, encontró la respuesta. Debía moverse cómo Pablo Cavazos.
Cuando el balón estuvo en su frente, entre los gritos sordos de la gente mientras sus ojos miran su alrededor y las aperturas en unos cuántos segundos.
Su pie dominante se mueve, pateo con fuerza el balón apesar de estar a la mitad de la cancha.
― ¡No anotará! ― Gritó Jiyu.
― Oh, claro qué lo haré. ― Respondió Akari.
Su mirada egoísta, su ceño fruncido, aquél gran disparo mientras imita la posición de Pablo al disparar.
El balón cayó en la esquina de la portería, dejando a la portera en el suelo. Akari soltó el aire qué guardaba en sus pulmones en un pesado suspiro mientras sonreía un poco.
Volteó, de forma instintiva hacia Jun. Quién celebraba el desempate mientras la miraba con una gran sonrisa.
― ¡Bien hecho, Akari! ― La felicitó, aplaudiendo su logro.
Sus ojos turquesas se dirigen hacia las gradas mientras sus orbes dorados la miran con gran ilusión y orgullo.
Akari carraspeo su garganta mientras se encogió de hombros. Quizá era por la sensación en su pecho qué alguna vez sintió con Jinpachi Ego.
Cerró sus ojos durante unos segundos mientras en su mente invaden la imagen de su padre.
Quizá fue el simple hecho de qué su padre fuese presente pero ausente en su vida.
Quizá el nunca haber aprendido a montar bicicleta con su padre, o pasar tiempo con él fue lo qué la llevó a confiar en hombres mayores.
O quién sabe si porque cuando Sae se fue de su vida y Rin nunca estuvo para ella, Akari nunca tuvo en quién confiar porque la gente qué vivía con ella, eran desconocidos.
Y tal vez, solo tal vez por eso tenía ganas de llorar cuando Pablo la miraba así, con sus ojos brillantes y le decía.
― Estoy tan orgulloso de vos, no tenés ni la menor idea de mi felicidad al verte progresar. ― Él tocó su hombro.
Aquéllas palabras la confundieron, ¿Qué era ese sentimiento?, ¿Por qué sus ojos se nublan y sus labios tiemblan?
― Llora si querés, nena. Vos podes ― Él acarició su cabeza.
Pablo Cavazos era más importante en la vida de Itoshi Akari de qué la gente pudiese llegar a creer y aunque su relación sea mal vista.
Él siempre estuvo para ella.
Aunque por las diferencias que ambos tenían, no podrían estar siempre juntos. Pero cuando ella quiso avanzar, quién la ayudó a alzarse fue él.
Trago en seco mientras su corazón se aceleraba y su garganta ardía, el sudor bajó por su frente mientras ella limpió su rostro.
― Sigamos con esto ― Fue lo qué dijo.
Y aunque su cuerpo le pasé factura luego de este partido, eso no la detendrá ni un segundo.
Japón confía en ella, Blue Lock depende de ella y así mismo, el futuro de varias personas está en juego.
Necesita de la suerte, necesita de Hoshi, necesita de ellos, su nombre es Itoshi Akari
La escarlata qué jamás se rinde.
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