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29. Tiempo
Portofino, su lugar de escape, donde había descubierto que estaba embarazada y donde hace dos días había decidido comprar una casa.
—Camille, mon amour corre con cuidado por favor— le pidió su madre a la menor quien iba detrás del perro que también había decidido comprar hace dos días.
—¿compraste un perro?— preguntó sorprendida Eva del otro lado de la llamada.
—Compré un perro—respondió—Camille necesita compañía.
—¿y tu solución fue un perro?
—Extraña a Roscoe—explicó—pero te llamé para que me expliques qué mierda haces con Charles.
—Somos novios.
—y yo nací ayer, ¿qué está pasando?
—tenemos un tiempo viéndonos en secreto y simplemente decidimos oficializarlo— defendió la pelinegra.
—qué coincidencia que su agente le pedía que tuviera una novia, a mi no me engañáis—rio—solo espero que os cuidéis, esto puede salir muy bien o muy mal.
—esperemos que sea la primera, no puedes decirle a nadie que esto falso Silv.
—no le diré a nadie, puedes estar tranquila.
—¿has hablado con Lewis?
—Ayer llamó para hablar con Camille—dijo—no lo vi molesto.
—creo que entiende que necesitáis esta distancia, os hará bien.
—eso espero—confesó— dos días aquí y ya quiero quedarme toda la vida.
—nunca entenderé cómo todas decidimos tener una vida sin privacidad.
—estamos locos—rio la chica—bueno, te felicito por tu nueva relación y te dejo que prepare la cena.
—besitos a mi sobrina favorita.
—es la única que tienes.
Silver se levantó yendo a la cocina—hoy pasta, ¿te parece?
Camille asintió jugando con el perro—lo llamaré Rayo.
—¿perdón?
—por el rayo mcqueen mamá— explicó con obviedad la menor—¿cuándo vendrá papá a vernos?
El corazón se le estrujó a Silver—creo que debemos de sentarnos a hablar un poco cariño— tomó la mano de su hija dirigiéndose al sofá— mamá y papá necesitan un poco de espacio, así que no verás a papá por algunos días.
—¿papá se fue de nuevo?— cuestionó con lágrimas en los ojos.
—¡no, no!— negó de inmediato— papá no va a irse nunca, es solo unas semanas, ¿no te parece? Tú y yo como antes.
La pequeña lo pensó unos segundos viendo al perro correr una vez más—está bien— dijo sin más— rayo no puedes subirte al sofá.
Silver rio volviendo a la cocina a preparar una pasta roja para ambas.
(...)
Eran las tres de la mañana cuando recibió una llamada.
—¿Lewis?—preguntó adormecida—¿sucede algo?
—te extraño— decía el hombre del otro lado del teléfono, por cómo arrastraba las palabras parecía estar borracho— os extraño, nos extraño—continuaba— perdonnnnn Silver.
—Lewis son las tres de la mañana, ¿bebiste de más?
—eso no importa, importa que te extraño.
Silver se maldijo, esas palabras la derretían—escucha, ve a dormir y bebe agua, mañana te arrepentirás de llamarme.— dijo—también te extraño—susurró antes de colgar, sabiendo que probablemente no recordaría aquella llamada mañana.
La chica volvió a ver la hora sabiendo que no podría reencontrar el sueño, se levantó y fue a la habitación de Camille, encontrándola profundamente dormida junto a Rayo.
Siguió hasta la cocina, sacando una piña y comenzando a comerla.
—Odio esto—murmuró yendo al sofá para encender la televisión y colocar la repetición de la carrera del día anterior, Lewis había ganado.
Tomó el teléfono para enviarle una foto a sus amigas y explicándoles lo que había sucedido hace segundos.
Y recibiendo una llamada de Charles al rato—¿hola?
—Lewis está borracho y no para de pedirnos que te llamemos.
—si, ya me ha llamado.
—no sé ni cómo ha ganado ayer, está hecho un desastre.
—necesito tiempo Charles, no sé qué más decir.
—lo sé, solo quería decirte cómo estaban las cosas y Soph me ha dicho que ya sabes.
—¿Soph?
—es mi apodo para Eva.
—Oh por dios, te gusta.
—¿qué?
—te gusta.
—físicamente si, pero no sé de qué hablas.
—espero ser la dama de honor en la boda—sonrió—Bueno por favor asegúrate que el padre de mi hija llegue sano y salvo a casa.
—no prometo nada—bufó el monegasco viendo a Lewis llorar mientras decía cuánto extrañaba a Silver.
La chica no paraba de pensar, pensar en que lo de Lewis había sido un error inocente y que solo estaba preocupado por su hija en primer lugar.
Que tal vez en la misma situación ella hubiera hecho lo mismo.
Pero solo el tiempo lo decidiría.
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