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❪ 🧿 ❫ 13. 𝗿𝗲𝗱𝗲𝗺𝗽𝘁𝗶𝗼𝗻

;; 𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄 ▪
♯ chapter thirteen :
redempion ଽ
ꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋꞌꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋ

ᝰ.ᐟ        POCAS VECES MAERYS se arrepentía de las decisiones que tomaba, usualmente ella hacia todo lo que quería sin importarle en absoluto las consecuencias de sus actos, sin embargo parecía que eso iba a cambiar pues desde aquella noche con la hija de Daemon, Maerys parecía más distante y pensativa, incluso había dejado de visitar a su hermano Jacaerys.

Por primera vez después de un tiempo Maerys comprendió que tal vez había sido un poco mala con su prometido y hermano Lucerys pero él también se lo había buscado, o al menos eso se decía Maerys en su mente.

Recordó que él siempre fue bueno con ella y aún que no lo admitiera, Rhaenyra había sido una buena madre para ella, claro, no era perfecta como lo era Maerys pero a pesar de todo y de las negaciones de Eris, Rhaenyra nunca fue mala, soportaba sus berrinches sin decir nada, la apoyaba siempre que se enamoraba de algún Lord e incluso fue ella misma quien después de darla a luz eligió el huevo de su ahora dragona Maelyaxes para su primera hija.

Maerys nunca lo aceptaría, pero fue una idiota con todo y con todos a su alrededor.

—El príncipe Lucerys ha regresado su regalo, mi princesa —Willow anunció con la mirada gacha mientras que Maerys estaba sentada y su cabello era cepillado por una criada.

—¿Le dijiste lo que era? —Maerys se giro a mirar a su sirvienta—, Luke siempre...

Willow la interrumpió—, El príncipe sabe lo que es —la joven miró a la princesa con vergüenza—, ha dicho que no desea ningún tipo de regalo de su parte.

Maerys proceso la información y después de empujar lejos a la sirvienta que le cepillaba el cabello se puso de pie, dejando la habitación a paso rápido dirigiéndose a la de su hermano, tratando de gestionar sus emociones, pues a pesar de todo necesitaba su perdón y Driftmark.

—Es una nueva montura para Arrax —Maerys abrió la puerta de la habitación de su hermano—, tiene cuero de la mismísima montura de Balerion, el dragón de Aegon el conquistador —explicó la princesa buscando la mirada de su hermano que estaba concentrado en leer uno de sus libros.

—No la quiero.

—¿Por qué? —inquirió Maerys sentándose junto a su hermano—, vale más que cualquier otra montura.

—Dije que no la quiero —Lucerys respondió esta vez levantando la vista para mirarla con molestia—, lárgate ahora.

Maerys trago saliva y suspiro—, Luke, yo...

—No quiero escucharte, Maerys —el príncipe la interrumpió volviendo su vista a las letras del libro de historia frente a él.

—Luke, por favor... —Maerys se acercó lentamente después de tragarse su orgullo al decir la frase "por favor" con un tono tan débil y frágil que le hizo sentir náuseas—, necesito hablarte —la princesa lentamente puso su mano en su hombro.

—No me toques —Lucerys se puso de pie bruscamente apartando su toque de su hombro dando un paso atrás—, no cuando de seguro te revolcaste con Jace antes de venir.

—¡Yo no lo hice! —ella se defendió de inmediato y apretó sus puños tratando de controlarse y no sobresaltarse como de seguro lo habría hecho semanas atrás—, yo no he visitado sus aposentos, desde hace mucho.

—¿Y piensas que te creo? —Lucerys se cruzo de brazos.

—Luke, tienes todo el derecho de no creerme —Maerys intento tocar su mejilla—, tienes todo el derecho a odiarme, todos tienen derecho a odiarme —ella cerró los ojos y detuvo su mano de tocarlo, corrigiendo su postura y mirándolo a los ojos—, pero te prometo que he dejado de ver a Jace, quiero cambiar, quiero cambiar para ti...

—¿Tu crees que soy idiota? —Maerys estuvo a punto de responder con una afirmación sarcástica, tuvo que morderse el labio para no hacerlo—, ustedes dos desaparecieron del desayuno y la cena, como siempre.

—Tu sabes que yo no desayuno y que no ceno —Maerys respondió con extraña sinceridad y verdad en sus palabras. Desde que tenía trece años y se juntaba con otras damas de la corte, aquellas jóvenes le habían instruido en el arte de mantenerse delgada en base a no comer absolutamente nada por la mañana o la noche.

Lucerys suspiro y apartó la mirada con fastidio sin poder rebatir su argumento—, ¿Qué es lo que quieres?

—Ya te lo dije —sus dedos se entrelazaron entre ellos jugando con los anillos de oro con perlas y gemas hermosas en ellos, adornando sus manos—, solo quiero hablar.

—Estoy ocupado.

—No es verdad.

—Deja de insistir.

—Luke... —habló algo fastidiada con la terquedad de su prometido acercándose a él nuevamente—, se que he hecho cosas imperdonables, se que te he herido pero no te portes así conmigo, ¿sí? —ella susurro acariciándole las mejillas a su hermano suavemente con sus manos frías al tacto generandole escalofríos al heredero de Driftmark tan solo hicieron contacto con su piel.

—No me toques —repitió el muchacho intentando apartarse aun que sus piernas no se movieron y sus manos no la alejaron.

—¿Por qué? —inquirió Maerys suspirando y acercando más su rostro al suyo, mirando sus labios y luego sus ojos—, no seas terco —ella hablo en susurro y cuando estaba a punto de besarle, la apartó.

—Escuché lo de Rhaena —Lucerys le dio un empujón para alejarla unos pasos más—, escuché lo que hiciste con ella.

Carajo, pensó Maerys—, ¿Quién te lo dijo?, tendré su lengua por ello —ay, cruel, desquiciada y perturbada Maerys, haz regresado y vuelto a demostrar quien eres.

—No lo niegas —Luke soltó una risita irónica y decepcionada—, es la primera vez que aceptas algo en tu vida —él negó con la cabeza—, no puedes fingir ser amable, tu fachada se cae en segundos, ahora lárgate.

—¡Cierra la maldita boca! —Maerys le grito perdiendo el poco autocontrol qué le quedaba, explotaba tan rápido que era casi cómico, no podía pasar más de diez minutos antes de que regresara a su estado cruel y natural.

—¡Lárgate! —insistió el príncipe quien ahora estaba mucho más acostumbrado a rebelarse y no dejarse intimidar por su prometida.

—¡Carajo, Lucerys! —las palabras de Maerys fueron acompañadas por una fuerte bofetada que resonó por todo el bendito lugar e hicieron callar al muchacho pero también rabiar.

Sin embargo, el silencio y la mejilla roja de Lucerys no fueron las únicas cosas que trajo el fuerte golpe a su carne si no una rara sensación que se esparció por el cuerpo de la joven princesa, la cual comenzó a sentirse mareada teniendo que sostenerse de una silla para no caer al suelo ahí mismo.

—¿Te sientes bien? —cuestionó Luke , pues a pesar de estar furioso con ella se preocupó por su repentino cambio de actitud.

—Sí, yo sólo tengo que... —Maerys se interrumpió a si misma cerrando los ojos para procurar que esa sensación desapareciera, tendría que visitar al maestre pero podía esperar, había tenido esos síntomas días antes, al igual que vómitos desde que había comido algunos pasteles de limón y a pesar de los vómitos ella seguía con la rutina de no desayunar ni cenar lo que la hizo sentirse cansada, Lucerys se sorprendió al percatarse de eso tan tarde, era muy notorio, tenía ojeras prominentes y se veía demasiado pálida.

Lucerys no tardó en reaccionar cuando su hermana se desmayó y aun que intento evitarlo Maerys cayó al suelo lo que provocó su pánico inmediato.

Tal vez si no hubiera sido por una sirvienta que pasaba por el lugar Lucerys no habría podido salir del shock y el pánico a tiempo para llamar a un maestre.

La medicina en los siete reinos no era algo excelente, a menudo daban diagnósticos erróneos a las enfermedades que presentaban los hombres y las mujeres del reino, sin embargo a veces en muy contadas ocasiones acertaban con el padecimiento de una persona, así que cuando Maerys despertó los maestres con la recién llegada Rhaenyra explicaron lo que sucedía.

—Me encantaría decir que la princesa esta sana —comenzó a hablar el maestre cuando Daemon abandonó la sala por petición de la reina—, pero debo admitir que deberá empezar a comer como es debido —el maestre miró a Maerys, luego a Luke y por último a Rhaenyra—, tiene un grave grado de desnutrición y eso no es bueno, ni para ella ni para el bebé que está en camino.

Silencio.

Sólo silencio.

Maerys miró a su prometido dándose cuenta que sus planes de arreglar las cosas estaban arruinados por llevar a un bebé en su vientre que no era de su prometido si no de otro hombre. A Maerys no le importó su salud si no la expresión en el rostro de Lucerys, no era enojo ni odio como esperaba, solo había decepción en sus ojos, algo que era mucho peor.

—Lucerys yo... —su reacción fue peor de lo que ella esperaba, hubiera preferido que Lucerys le gritara como su madre ahí presente seguramente quería hacer pero no lo hizo, Luke no habló y en completo silencio abandonó la habitación.

Y a pesar de que Rhaenyra no sabia la aventura de Maerys y Jacaerys el simple hecho de pensar que ella y Lucerys ya habían consumado el matrimonio antes de la boda, la preocupaba, no por que le importara la virginidad de sus hijos si no por que conocía de lo que era capaz Maerys y tenía pavor por el hecho de que su hija mayor, ahora también  tenía el diagnóstico de una grave desnutrición, hubiera podido hacerle algo sin su consentimiento a Lucerys.

Rhaenyra, como siempre, se preocupo más por Luke lo que junto a las siguientes palabras del maestre hicieron enfurecer y hacer salir casi corriendo de la habitación a Maerys.

—Felicidades, princesa, está embarazada.















































...

no pues está kbron.

quiero agradecerles a mis bebés: nanyhappy22 , lukiite y @AirSunshine_ que me apoyan demasiado y me apoyan a poder seguir escribiendo esta historia que cada vez se acerca más a su final, muchas gracias, beibis, besos en la cola.

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