
|12| Kiritora reta tsubasa
Volvió a abrir los ojos con pesadez.
Se sentía cansado, con la cabeza adolorida y dolor en el cuerpo.
Quería seguir durmiendo y no despertar.
Ni siquiera de levantarse de la cama. Volvió a cerrar los ojos y se volteó, obligándose a volver a dormir.
Una voz le habló, era Niwa.
—Ya te vi, levántate. Hoy tenemos labores que hacer.
—No quiero. —Habló, su voz sonaba ronca y sentía la garganta seca por las horas de sueño.
El joven tarareó, se sentó a su lado y le acarició el cabello.
—Sabes que no puedes quedarte, ¿verdad? —No, no lo sabía.
No sabía nada de Haku, no sabía quién era él para Niwa, no sabía que solía hacer, no sabía su edad, no sabía cómo era su personalidad antes de ser él, no sabía su apariencia.
No sabía nada, sin embargo, tampoco tenía ánimos de averiguarlo.
—¿Qué te parece si después de ir a las prácticas te hago Udon?—preguntó suavemente.
¿Udon? Haku, solo emitió un pequeño sonido en respuesta.
Niwa, frunció el ceño preocupado, usualmente cuando él mencionaba que lo haría Haku inmediatamente se alegraba. Era su comida favorita después de todo.
No entendía, ayer él se encontraba bien.
—Mm... —pensó Niwa, un día libre no le haría mal. —¿Qué tal si paseamos?
Sintió un pequeño deje culpa por saltarse las prácticas, pero estaba preocupado por su hermanito.
Haku vaciló, ciertamente, no tenía ganas de nada, ni de comer o salir. Pero tampoco quería preocupar a Niwa, parece estar intentando con todas sus fuerzas que se sintiera mejor.
Finalmente asintió, levantando su cuerpo con pesadez y mala gana, sentándose. Niwa solo mostró una pequeña sonrisa de alivio, y revolvió los cabellos albinos de Haku.
—Toma tu tiempo de prepararte, haré el desayuno. —Este se levantó y se fue, no sin antes darle una última mirada al menor.
Haku miró a la nada unos minutos, y se levantó bostezando. Salió de la habitación y miro a sus alrededores para buscar el baño, sorprendentemente, este tenia un espejo y pudo mirar mejor su apariencia actual.
Un poco más y fácilmente podría decir que era Kazuha, su cabello, y el pequeño mechón rojo a su costado. Lo único que se diferenciaba era que él tenía pecas y sus ojos eran marrones.
Ciertamente, era atractivo a pesar de que probablemente tenía unos doce años, y su apariencia no era la mejor. Su cabello parecía un nido y tenía unas notables ojeras que harían competencia con las de un mapache.
Supongo que tendré que acostumbrarme.—pensó.
Su mente volvió a cuando aún seguía en Khaenri'ah, recordó a sus padres y a Dainsleif. Literalmente ayer estaba con él, ayer lo abrazaba, ayer hablaba con él, ayer sentía su mano junto a la suya.
Sus ojos volvieron lagrimear, lo extraña. Sabía que no debía apegarse a él, y aún así su cerebro ignoró esa orden y solo le hizo caso a su corazón.
Intentó vagamente de secar sus lágrimas que aún bajaban como si no se hubiera deshidratado en la madrugada, como si hubiera tomado mucha agua.
¿Cómo estaba Dainsleif? ¿Albedo? ¿El niño? ¿Sus padres realmente murieron? ¿Por qué renació en un lugar tan lejos? Dainsleif ni siquiera se ha convertido en un viajero... Realmente, ¿ya no podrá verlo..?
Tantas preguntas en su cabeza, mas no había respuesta para ninguna de ellas.
Sus ojos recorrieron el paisaje, se escuchaban algunas voces a su alrededor, algunas personas los saludaban, y este sin conocerlas solo agitaba su mano vagamente a su dirección. Niwa, en cambio, algunas veces paraba para conversar con los conocidos.
Era agradable ver Tatarasuma sin la tormenta eléctrica que solía rodearlo en el juego. Se veía "saludable", por lo que podía suponer que aún no había llegado Dottore, además de que Wanderer no estaba por ningún lado.
Sus ojos se sentían pesados por haber llorado. En el desayuno, Niwa se percató de esto, pero no habló al respecto y solo comieron en un silencio incómodo.
Por suerte, esta salida no sé sentía así, podría decirse que estaba mejor. Distraerlo de lo que había pasado, se sentía bien. Su mente, era su mayor enemiga, como siempre.
Llegaron a las costas de una playa y se sentaron en un tronco.
—Es relajante, ¿no? —Habló el mayor mientras agarraba dos calavandas de un árbol cercano para luego tenderle una a su dirección, este la tomó sin saber cómo comerla, lo miro dudoso.—¿Quieres que la abra como cuando estabas más pequeño? —dijo con un toque de burla.
Haku solo asintió dudoso y le devolvió la calavanda, Niwa carcajeó.
—Ayer estabas diciendo que podías hacer las cosas tú solito y mira, no puedes vivir sin mí. —comentó riendo ya con la calavanda pelada y se la dio. Haku la tomó y dio un mordisco a la fruta.
No sabía mal, era bastante dulce.
—Es solo porque estoy cansa..do.—Costumbre...
—Sí, sí, lo que digas. —se burló sin creerle.
Ambos quedaron en silencio comiendo la fruta mientras miraban el mar. Haku, no sabía si hablar o no. Volver a tener voz de chico, se le hizo extraño.
—Niwa, gracias. —Murmuró audible para el chico a su lado sin mirarlo. Este lo miró extrañado, pero sonrió suavemente y acarició bruscamente el cabello al pequeño.
—¿Niwa?, yo me llamó hermanote o hermano mayor, hermanito. —bromeó.
¿Hermanos? Esta vez, Haku lo miró, nunca había tenido un hermano.
Siempre era solo él...
—¿Quieres un abrazo? —soltó el mayor de la nada, su hermano solo le gustaba abrazarlo a él.
Ya habían terminado de comer sus calavandas, Haku se limpió los restos que quedaban en sus labios y se levantó.
Niwa imitó su acción mirándolo confuso, hasta que río nuevamente al ver a su pequeño hermano abrir los brazos sin decir una palabra.
—Ven para acá—. lo abrazo bruscamente. Su hermanito se estaba creciendo, su cabeza ya llegaba a su cuello. No entendía qué lo tenía tan deprimido, pero no quería presionarlo para hablar.
—Gracias hermanote—. Haku volvió a hablar. A esto, Niwa lo abrazó con más fuerza mientras se reía del "apodo". Él se separó y miro al menor con una sonrisa cariñosa.
—Oye, no sé que te tiene tan triste. Pero recuerda que siempre, siempre estaré para ti, ¿sí?, y estaba bromeando, no es necesario que siempre me llames así—. Habló en voz baja como si de un secreto se tratace.
Al escucharlo, Haku lo miró atónito, sintió miedo.
¿Por qué las personas que le decían eso, al final... Siempre pasaba algo?
Él no pudo contestar nada y solo volvió a abrazarlo, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.
Mentiroso. Probablemente, no pueda salvarte a ti tampoco.
No puedo hacer nada, no pude hacer nada por mis padres, por Dainsleif, por los niños—. Pensó mirando a un costado sintiendo una lágrima resbalar por su mejilla y caer finalmente por su barbilla.
¿Cómo puedo seguir viviendo así?
"Si vuelves a renacer, haz tu vida."
Recordó las palabras de Dainsleif.
Una voz en su cabeza habló: "Él no estaría contento por como estás ahora mismo." Lo sabía. Lo sabía perfectamente. Pero no podía evitar sentirse de esa manera.
A esto, la voz de su cabeza volvió a hablar: "Debes cambiar." Como si tuviera una idea, y por primera vez, sintió que su cabeza no pensó cosas malas.
Recordó haber leído: "De todas las cosas que me pasan y aún sigo aquí, es porque debo ser el protagonista."
¿Protagonista?, ¿Ya era su turno?, Si haré caso a sus palabras. Entonces que así sea.
Seré el protagonista de esta historia, voy a proteger a los que me importan. Aún si debo morir más veces de las que quisiera vivir.
Atesoraré los momentos en el presente.
Se separó del abrazo de su hermano.
—Volvamos a casa.—dijó, tendiendo su mano al menor.
Tengo un hermano... Debo protegerlo.—Pensó.
—Sí, hermano. —Asintió con una sonrisa y tomó la mano del mayor.
Mientras cambiaba Haku solo miró a su hermano. Él parecía feliz y le hablaba de temas al azar. Parecía como si fuera radiante...
No dejaría que nadie lo apagara.
Si no comentar no actualizar.
¿Qué tal el capítulo?
¿Algo que comentar sobre Haku?
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