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52| ❝ser parte❞

╰─────➤Usted no puede esperar
construir un mundo mejor
sin mejorar a las personas. Cada uno
de nosotros debe trabajar para su propia mejora.

M.C





                   EL AGUA CALIENTE cayendo sobre su cuerpo le trajo una calma inexplicable a su cuerpo, se tomó su tiempo, limpiando más que bien cada parte de su figura. Se tomó el tiempo de usar la maquinita de afeitar que le dejó Aarón, dejó básicamente una caja de esas para que tengan dos cada uno. Al aparecer, ellos se tomaban en serio la higiene. Había un kit para cada uno, con dos maquinitas de afeitar, un cepillo de dientes, un peine, desodorante y perfume. Escuchó la puerta abrirse y su burbuja reventó con un ¡Plop!. Se volteó molesta y vió como Grimes se colocaba frente al espejo.

—oye, tú ya te bañaste. Era mí momento del spa, anciano —se quejó y Rick la miró con cejas alzadas. La ducha era una caja de cristal empañado, donde podía ver la complexión desnuda de la mujer.

—solo te llevo once años —colocó sus manos en su cintura.

—Una década y un año, barbudo. Eres un asalta cunas —asintió Calipso sonriendo, de un humor más alto al estar limpia —ahora vete —señaló, cerrando la llave de la ducha —pero antes, pásame la toalla... Aún que estoy pensando en bañarme dos veces. —abrió la puerta y Rick tomó la toalla. —¿Donde esta Carl?

—entré en cuanto se fue. Por cierto, yo igual pienso bañarme dos veces, tal vez podemos bañarnos juntos para ahorrar agua —le tendió la toalla, pero cuando Calipso la iba a tomar, él la alejó.

—¿Y si te pego un tiro para ahorrar oxígeno? —espetó, abriendo y cerrando su mano extendida para que le dé la toalla —rapido, o me voy con uno de mí edad —bromeó divertida.

Grimes tiró de esa misma mano y la sacó fuera, la miró hacia abajo y él rodeó el cuerpo de Calipso con la toalla mientras ella sonreía divertida. Él quiso acercarse a darle un beso pero ella colocó su dedo índice en los labios ajenos.

—yo sé que una vez te dije que me encantabas con barba, pero creo que ya es suficiente ¿No? —acarició la crecida barba del ojiceleste. —tambien te vendría bien un corte.

—Lo que tú me pidas —aceptó acercándose al espejo —¿Me ayudas?

Grimes limpió el espejo, Calipso tomó la tijera y comenzó a recortar las greñas de su pareja, cada tanto Grimes se alejaba como reflejo y ella le pegaba un cachetazo suave de regalo haciéndolo reír, así entre chistes y bromas, Calipso acabó de afeitarlo.

Lo giró para que la vea, tomó entre sus manos el rostro del hombre y lo admiró con un brillo especial en los ojos. Hacía años que no lo veía sin afeitar, pero había cambios en su rostro desde que lo vió por primera vez, su mandíbula estaba más marcada por el ejercicio constante que era sobrevivir. Sonrió encantada y, sin contenerse, lo besó sonoramente logrando una sonrisa en él.

—eres jodidamente sexy —alagó mordiendo su labio inferior y él rió. —aun que me costó un poquito, eres toda una obra de arte —señaló lo costoso que fue sacarle la barba. Grimes la besó nuevamente, está vez, un beso más extenso, subiendo sus manos para tomar de la nuca a Calipso. —espera, tengo que cortarte el cabello, antes de que venga el resto, así te ven sensual —rió alejandose.

—Carl fue a buscarlos, están hablando unas cosas con Deanna, van a tardar —susurró, comenzando a besar todo el rostro de Calipso que carcajeó por la muestra tierna de amor.

—exacto, si aún quieres que nos bañemos juntos, porque recuerda que sigo en toalla...

—lo recuerdo bien —sonrió, bajando su mano para llegar la borde de la toalla y meterla debajo. Calipso sonrió sobre sus labios.

—bueno, cortaré tu cabello y nos vamos a bañar, así ya rejuveneces y no parece que asalté un asilo de ancianos para estar contigo —susurró alzando y bajando repetidas veces sus cejas —¡Por favor! Te ves menos rabioso arreglado —dió unos saltitos cortos —¿Quién sabe cuándo tendremos está oportunidad de nuevo? Una vez al año, como cuando Daryl se baña. Lo que es, obviamente, una vez al año —abultó su labio inferior un poco.

—si todo va bien, y logramos conservar este lugar, yo diría que todos los días podríamos tener estos momentos y que Daryl se bañé una vez al mes —le dió un casto —ya, rápido. Antes de que me arrepienta.

—¡Si! Hace mucho no hacía esto, antes le cortaba el cabello a Daryl, luego no me dejó más —tomó las tijeras y se puso detrás de él.

Calipso cortó lo mejor posible el cabello de Rick, pero no demasiado, ya que le encantaba los rulos que se le formaban al final del cabello, una vez terminó, sonrió.

—listo —chilló, en esa incontenible emoción, mordió el hombro de Rick que soltó en quejido.

—tu y tus demostraciones, caníbales, de amor —se quejó volteando, en un pestañeo, él soltó el nudo en la toalla de Calipso que cayó al suelo —ahora si —sonrió.

Calipso rió y le sacó los pantalones junto a la ropa interior de Rick, siendo que era lo único que tenía. Luego, él la tomó de las piernas y ella las enrolló en su cintura, besando a Rick que los entró en la ducha, abriendo la regadera.

[…]

Salieron del baño riendo, era como tener un peso menos encima, además, el estar solos implicaba poder mostrarse las demuestras de cariño más cursis que se guardaban a lo largo del día. Retrocedieron a pasos torpes ya que él tenía sus brazos al rededor de su cintura, abrazándola y repartiendo besos por todo su rostro, escuchando la melodiosa risa de la castaña. Parecían una simple y bella pareja.

Calipso volvió a besarlo, sus labios encajaban como un rompecabezas, sus manos ansiosas acariciaban el cabello mojado de Rick y él tenía las manos dentro de la camiseta grande de ella, sus manos rozaban con la piel de la espalda de ella, siendo de las únicas tres prendas que tenía Calipso. Estaban tranquilos, cayendo al sofá cuando escucharon toques en la puerta y se separaron al segundo cuando, por reflejo, Calipso tiró a Rick de encima de ella y él cayó al suelo.

—¡Perdón! —Calipso le susurró riendo y se levantó del sofá, tendiendole la mano al castaño que se levantó viéndola divertido. Los dos fueron tentados hasta la puerta, donde vieron a una mujer con una canasta en manos. Los dos llegaron allí y Calipso le abrió con el ojiceleste pegado a su espalda. Era extraño, como si vivieran una vida normal y alguien tranquilamente vino a tocar timbre. Un extraño que no quería matarlos.

—hola... —saludó la mujer, Calipso la miró, bajando poco a poco su sonrisa pero no su buen humor. —trabajo en la despensa, Deanna me pidió que les trajera esto a ustedes —mostró la caja con papeles higiénicos y demás. Se la tendió y Calipso se la pasó a Grimes que la tomó.

Calipso examinó a la rubia de sonrisa amable, tenía su encanto. No solo porque estaba limpia, sino que era en verdad linda, tenía una piel suave y rubor en sus mejillas, junto a una tierna expresión de pura amabilidad. Era extraño, se acostumbró a ver gente sucia, con heridas.

—Lo siento, estábamos... Arreglandonos —Calipso se excusó por sus pintas y Rick sonrió incómodo. No era cómodo para él estar sin camiseta y Calipso solo con una remera sobre su ropa interior frente a una desconocida que jamás despegó los ojos de Calipso.

—ya veo... —señaló el cabello que escurría sobre el suelo de Calipso.

—Si... No sé cómo vamos a limpiarlo, me preocupé más en cortarle el cabello a Rick —señaló al hombre —ahm, soy Calipso —tiró de su camiseta hacía abajo.

—Soy Jessie... —sonrió —¿Y tú tienes quien te corte el cabello a ti? —preguntó Jessie y Calipso hizo una mueca. —digo, antes de todo esto era estilista... Y unas doce cosas más, pero puedo cortarte el cabello si quieres, solo las puntas —ofreció torpemente.

—no, no... —negó, tomándola desprevenida —digo, ni siquiera nos conoces.

—si, si... —la contradijo Rick haciendo a Calipso flanquearlo. Jessie rió.

—Puedo cuidarme sola, Calipso —pronunció por primera vez el nombre de la castaña que la observó.

—no, gracias —negó detenidamente, tomando un mechón de su cabello.

—si —la contradijo el ojiceleste y miró a Jessie —pasa, pueden ir a la cochera o la cocina, dónde estén más cómodas. Yo iré a arreglar el baño para que vengan los demás —retrocedió mientras Calipso lo chitaba. Rick solo quería que Calipso se arregle.

—¡Grimes! —le gritó y él se fue. Calipso volteó a ver a Jessie sonriendo incómoda.

al parecer, te me entregaron en bandeja de oro —bromeó entrando y cerrando la puerta.

—si, bueno. Si se lo hubieras ofrecido a él, se hubiera puesto a negarse y a la defensiva, pero a mí me tira a los tiburones —refunfuñó, yendo a la cocina —acomoda y toma lo que quieras, ni si quiera sé que hay... Iré a... Vestirme.

Caminó a tomar uno de los shorts que les dejaron, las mudas de ropa eran de talles promedios, pero a Calipso le apretaban en las piernas y le costó subirlo, pensando en buscar luego ropa de su talle, ya que también le quedaba suelto de abajo. Se volvió a la cocina, colocándose las medias y poniéndose sus zapatillas.

—ahm, aquí —Jessie le señaló una silla y Calipso se sentó allí, la rubia comenzó a peinarla, creando una extraña sensación en Dixon —¿Cuántos son? Dijeron que más de diez, les dieron dos casas, ¿No?

Calipso trató de responderle, contándole de manera muy breve las personas del grupo, sin querer darle mucha información, pero era complicado con lo simpática que era Jessie. Hacía rato no veía a alguien tan dispuesta a conocerla y a ser amable sin querer nada a cambio, sin hacerle un interrogatorio. Una conversación común y corriente.

—¿Están juntos? —nombró al ojiceleste, Calipso negó luego de haberle contado de Carl y Judith —Yo también tengo dos hijos: Ron y Sam. Ron tiene la edad de tu hijo, podría presentarselo, si no les molesta a ti y a Rick.

—no, le vendría bien —admitió sonriendo un poco al imaginarse a Carl nuevamente con amigos —suena bien. Todo... Todo suena bien, raro, pero bien. Estupendo. —murmuró suspirando.

—va a ser complicado adaptarse me imagino —resaltó, sus manos pasaban por el cabello de Calipso y el sonido de las tijeras cortando resonaban en el cuarto. —a las personas extrañas...

—no solo a eso —Calipso sonrió con amargura —a la electricidad, ¡A las duchas! A los cortes de cabello, de por si, antes lo tenía poco, ahora no pensé que volvería —admitió inflando sus mejillas de aire y exhalandolo —con tenerlo poco me refería a los cortes de cabello y electricidad, duchas si tenía, no era tan sucia —corrigió y Jessie rió —Daryl puede ser.

—Daryl, tu hermano —afirmó y ella le dió la razón —si, bueno, con respecto a los cortes, cada que lo necesites me vas a tener, y con las personas: Me presento, tu vecina y nueva amiga, Jessie.

Eso fue otro golpe para Calipso que tragó saliva como si eso sacara la presión que sentía, trató de respirar para calmarse, pensando en que no debía acostumbrarse, que no volvería a la normalidad. Extrañamente, le reconfortaba saber que aún había caminantes del otro lado. Ella ya era parte de ese mundo.

—esta bien si aún te sientes incomoda, cielo —acarició su espalda y Calipso se sentó derecha —no me imagino por lo que has pasado —caminó hasta estar delante suyo.

—no tienes idea de cuánta gente perdimos —negó, con una pizca de enojo. Calipso quería mantenerse calmada, pero la idea de tomar las tijeras y clavarselas a Jessie, para luego ir a tomar a los Grimes, a sus hermanos y amigos para huir de ese lugar pasó por su mente. Esa idea de que aquello era todo una fachada, como lo de Terminus o Woodbury.

—no, no la tengo —tomó sus manos, despertandola de esa burbuja —pero ya llegaron hasta aquí, se merecen la electricidad, las duchas y los cortes de pelo —repitió haciendo bufar a Calipso y Jessie sonrió —mira el resultado de la electricidad, las duchas y el corte de pelo —tomó el espejo y se lo dió.

Calipso sonrió, su cabello estaba mucho mejor. Miró a Jessie y notó que tenía unos tatuajes en sus brazos, Jessie miraba las cicatrices expuestas de Calipso con disimulo.

—gracias, Jessie —se levantó, acomodando la silla. Jessie se encogió de hombros.

—de nada, cada que lo necesites, estoy —dejó las cosas a un lado y se dirigió a la puerta con Calipso —¿Te veo luego? —pidió, con una extraña necesidad de verla que a Calipso hizo sonreír, para ella, los "te veo luego" habían dejado de existir cuando se separaba del grupo y estaba el riesgo de no volver a verlos.

—te veo luego.

Jessie se fue, girando sobre su hombro cada tanto para sonreírle a Calipso que la saludó con un asentimiento de cabeza. Al otro lado de donde se iba Jessie, se asomó el grupo. Estos comenzaron a abuchear y a hacer sonidos extraños, Calipso los miró y todos parecían reírse de extrañeza al ver a Calipso limpia y renovada.

—idiotas —se quejó entrando y cerrando la puerta, ellos rieron pidiéndole que no los deje afuera.

Glenn, Damon y Maggie corrieron a despeinar y burlarse de Calipso que vió a Rick bajar de las escaleras para recibir al grupo, el ojiceleste la miró asintiendo satisfecho y alagando en silencio lo bien que había quedado Calipso.

—hey —volteó a ver a Daryl cuando Damon, Glenn y Maggie se alejaron por los empujones de ella —¿Qué carajos te hiciste?

—se llama “bañarse”, deberías probarlo —se burló con ironía. —oigan, oigan, dejen de toquetearme —se quejó ya que Maggie, Glenn y Damon no habían dejado de examinarla limpia —¿Por qué no van a ducharse ustedes?

—¿Podemos? —preguntaron al mismo tiempo, Calipso asintió —¡Yo voy!

—¡No, yo primero!

—¡Primero las damas, voy yo!

Entre los tres, fueron a empujones al baño pero al llegar, notaron que Rosita les había ganado y se quejaron. Calipso rió y fue donde estaba Tara con la bebé en brazos. Calipso la tomó sonriendo.

—hoy también hay baño para ti —le sonrió a la bebé que reía y aplaudía, feliz de estar con su mamá —yo sé que quieres.

—Deanna dijo que traerían las cosas para Judith en un rato —Tara le notificó y Calipso agradeció, saliendo afuera.

Notó como Carl iba a la casa de al lado, a la otra que tenían, a examinarla. Carol también fue con él. Daryl y Rick fueron a los al rededores para verificar su seguridad.

La menor de los Dixon miraba las casas vecinas, pudo notar a algún que otro vecino, asomado en su ventana para verlos. Tenía ganas de arrancarles los ojos y gritarles que se metan en sus asuntos, pero solo los ignoró y bajó las escaleras, jugando con Judith.

—son chusmas, chusmas, chusmas —le decía a la niña en tono meloso —debemos enseñarle lecciones a los chismosos entrometidos ¿No crees? —le contó, sonriendo.

Miró el espacio entre las dos casas, Daryl y Rick se acercaban desde allí y Carol salía de la casa vecina. Los cuatro se juntaron en la vereda, haciendo una pequeña ronda.

—estan una al lado de la otra pero... —Carol les comentó una vez se juntaron.

—no es suficiente —terminó, Calipso. Judith jugaba con su cabello.

—tomaron nuestras armas y ahora nos separan —se quejó, Rick, frente a Calipso. Todos asintieron —nos quedaremos en una misma casa.

—y que uno haga guardia en la noche —agregó la menor de los Dixon —nos dejaron mí arco, las dos ballestas y algún que otro machete, pero cero pistolas —refunfuñó viendo a Carol sonreír a la nada para mostrarse simpática.

—podemos con eso —Daryl asintió.

Se alejaron, los dos Dixon yendo hacia donde estaba Damon que bajó las escaleras pero tropezó en el último escalón y se cayó.

—auch. —y se levantó de un salto —ahm, ¿Quieres ir a caminar? —le preguntó a Calipso.

—diles al grupo que deje a Maggie, Glenn y a ti bañarse, así vamos juntos. Noah, Rosita y Tara también pueden venir —le pidió a Damon.

—si, mí capitana —subió las escaleras, yendo dentro de la casa donde estaba el grupo. Calipso le dió la bebé a Daryl que la tomó y fue dentro.

Calipso se quedó de brazos cruzados en la vereda, examinando el vecindario, se sentó en los escalones y se tomó el tiempo de procesar lo que estaba pasando.

Sumida en sus pensamientos, no se percató de que sus amigos ya estaban delante de ella, esperándola.

—tuvo coma cerebral —Escuchó a Rosita.

—entró en shock —obvió Glenn.

—tal vez se volvió loca, así como esquizofrénica —Tara opinó, los adultos de edades similares veían expectantes a Calipso que pensaba mentalmente lo idiotas que eran.

—oh, ¿Saben? El otro día cuando fui a cazar con Daryl —Damon habló —estaba pensando en que tal vez, una de dos, o estábamos en coma, o estábamos en un loquero. ¿Si nada de esto es real y solo somos esquizofrénicos imaginando un apocalipsis zombie? Nosotros somos pacientes, Carol con Sasha son enfermeras, Rick y Daryl son doctores, Abraham puede ser un guardia y así, pero en nuestra mente los metimos como personajes —contó sonriente y todos lo vieron ceñudos.

—tiene sentido —alagó Noah.

—¿Cómo vamos a estar todos en coma juntos? —obvió Maggie, incrédula.

—el tema acá es, ¿Cómo llegaste a esa conclusión? —Tara le preguntó a Damon.

—es que comimos orugas, no creo que haya sido bueno para mí cerebro —admitió el chico y Calipso soltó una risa baja.

—son tan inútiles —se quejó, extendiendo sus manos, Maggie y Rosita las tomaron y tiraron de Calipso para ayudarla a levantarse —vamonos.

Fueron a caminar mientras hablaban, estaban investigando el lugar donde estaban hasta que Deanna llegó frente a ellos. El grupo de veinteañeros frenó delante de la mujer.

—que bueno que están aquí —saludó amablemente —estuve el día organizando que haría cada quien, ¿Les gustaría saber los trabajos que tengo para ofrecerles?

Calipso compartió una mirada dudosa con sus amigos.

Casa y trabajo, oficialmente eran parte de Alexandria.

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