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38| ❝solos❞

╰─────➤A todos les
gusta seguir su propio
camino: elegir su propio
tiempo y devoción.



J.A





EL SONIDO DE las ramas crujir por el peso de las personas que lo pisaban, al compás de sus manos mover las hojas, de sus respiraciones tranquilas y el tarareo de Calipso era algo tranquilizante para Judith. La bebé iba en brazos de Calipso que lideraba el camino, detrás iban Mika junto a Lizzie, y respaldando a las niñas iban Damon y Tyreese.

Ella no los miraba, esperando a que sus ojos dejen de llorar, ya que ellos se lamentaban en silencio, su cuerpo parecía en automático ya que su alma solo tenía ganas de caer, gritar y llorar con fuerza, eso era lo que hacía en su mente, pero se mantenía tarareando, tratando de no caer en las imágenes de su familia, que su imaginación no le juegue una mala pasada mostrándole a todos como caminantes, mostrándole que estaba sola. Que nuevamente era una Dixon, y los Dixon estaban destinados a estar solos, eso le dijo su padre y tal vez tenía razón.

—oscurecera pronto ¿A dónde vamos? —Le preguntó Lizzie a Calipso que paró. Detrás de ella frenaron los hombres y Judith miró a Calipso por dejar de cantar.

—Aun estamos cerca —Habló, Tyreese, aún llevando a Damon —pero no creo que pueda seguir sin que le examinemos la herida.

—Exploré estos lados por arriba con Daryl, pero sé que cerca debe hacer unas vías del tren. Con frecuencia encontramos cabañas apartadas, si tenemos suerte, tal vez encontremos una —Calipso habló, acercándose —¿Aún puedes caminar, Damon?

—Si —afirmó, seguro.

—Fijate si tiene orificio de salida —le pidió, Calipso. Tyreese soltó a Damon que se sostuvo de Mika, la niña le sonrió al chico y él hizo una mueca cómica para no preocuparla.

—si tiene —afirmó el moreno.

—entonces podremos curarla al llegar —habló, acomodando a Judith —Con suerte, podremos encontrar algo antes de que se haga de noche.

—vamos —les pidió, Damon. Tyreese volvió a ayudarlo a caminar y siguieron detrás de Calipso que volvió a tararear para que Judith no llore —¿Cómo haremos para alimentar a...

—¿Murieron todos? —Damon fue interrumpido por Lizzie. Volvieron a frenar el paso y voltearon a ver a la niña.

Calipso la miró inexpresiva, porque si hacía alguna mueca, comenzaría a llorar y no quería mostrarse débil, no cuando no estaban a salvo, necesitaba mantenerse fuerte. Más que nunca.

—seguramente, Lizzie, ahora camina —le pidió, volteando para recuperar la marcha, Mika trotó hasta llegar a un lado de Calipso y tomar su mano —rapido, si puede ser.

No hablaron más en el camino, mucho menos después de que se hizo de noche y no encontraron refugio alguno. Calipso terminó por pedirles hacer una fogata no muy grande y sentarse en una ronda. Dejó a Judith acostada sobre una manta y comenzó a revisar el hombro de Damon.

—Bien, no tengo con qué desinfectar, puedo lavarlo solo con agua y taparlo con telas. Pero no más, Damon —suspiró, comenzando a vendar su hombro —Necesitamos encontrar algo...

—No podemos dormir, no es seguro, aún seguimos cerca —comentó, Tyreese, vendando su brazo.

—seguiremos cuando yo diga que seguiremos —decretó, cansada. Luego sacó una botella de agua y se la dió a Damon.

—ya bebí la mía, esa es tuya —negó el castaño.

—¿En serio? No me di cuenta —exclamó irónica —tomala, toda. Necesitas hidratarte, perdiste mucha sangre, en la que me contradigas, te apretaré la herida —amenazó, y Damon se resignó a tomar la botella con una pequeña sonrisa. Judith comenzó a llorar.

—van a oírla —susurró, asustada, Mika.

—ya voy —Calipso tomó a Judith —ya, nena, ya... Sh, Sh —comenzó a meserla —Lizzie, pásame su mamadera.

Calipso comenzó a alimentar a la bebé, admirando los ojos celestes de Judith, tuvo que apartar la mirada al ver a Carl y Rick en ellos, con solo pensar en ellos, ya asociaba sus nombres a la muerte, a los caminantes. Y pensar en ellos, la hacía pensar en Daryl. Su respiración poco a poco se volvía errática al imaginarse a Daryl como un caminante, al darse cuenta que ahora ya no tenía a nadie de las personas con las que había comenzado.

—¡Caminantes! —aviso, Mika, tomando el brazo herido de Tyreese al escuchar ramas crujir.

—Calipso —le rogó, el moreno.

—¿Damon? —la chica miró al castaño que cerró la botella, afirmando que podía seguir —bien, vamos.

Tyreese ayudo nuevamente a Damon y volvieron a emprender viaje en la oscuridad del bosque.

[…]

—¡Mira, uvas!

Ya era de día, Calipso iba con Judith dormida contra su pecho, caminando a un lado de Tyreese y Damon, el castaño estaba un poco más pálido, y necesitaban encontrar recursos o un lugar seguro rápido. Pasaban en medio de árboles y arbustos cuando Mika señaló la planta con frutas.

—¿Podemos comerlas? —le preguntó a Calipso que se acercó a tomar una para examinarla.

—creo que si —le dijo Tyreese al ver cómo Calipso se llevaba una a la boca.

—si —asintió la castaña —estan buenas.

Mika rapidamente tomó varias y Calipso tomó algunas para acercarse a Damon y dárselas, el chico abrió la boca y ella se las lanzó a la boca, él pudo atraparlas y las masticó, sonriendole a la chica que resopló divertida.

Judith despertó de repente, comenzando a llorar.

—Ya se hizo —habló, Calipso.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó, Lizzie, ya que no se había ni siquiera asomado a revisar el pañal.

—la he cuidado desde que nació, sé cuándo se hizo —Se limitó a contestar —pasame un pañal, por favor. Y con la manta.

Calipso se arrodilló en el suelo, acostando a Judith para comenzar a revisarla, pero la bebé se llevó las manos a la boca, llorando.

—van a oírla —Se quejó, Mika.

—si, ya lo sé —le contestó, en un tono amable pero cansado, la mujer —pero también le están creciendo los dientes, le duele. No trajimos su chupete y tiene hambre —Terminó de cambiar su pañal —ya está, mamá, ya está —le susurró, tomándola de nuevo en brazos. Le dió el pañal viejo a Lizzie que hizo una mueca de asco y lo lanzó lejos.

Escucharon un sonido fuerte y Milka agarró nuevamente el brazo herido de Tyreese, rasguñandolo.

—¡Ya escuché, Mika! —le gritó el hombre, soltando un quejido de dolor.

—¡No grites, ella no entiende a los caminantes! —le gritó, Lizzie, al moreno.

—¡Tú eres la que no los entiende, Lizzie! —negó, Mika.

—¡Ya dejen de gritar! —las regañó, Calipso, chitando a ambas —suficiente tenemos con Judith. Mika, no hace falta que avises por cada ruido, nosotros también tenemos oídos. Damon, ¿Puedes tener a Judith? —le pidió al chico que tomó, con esfuerzo a la bebé. Calipso tomó su arco y se acercó a los arbustos.

Justo cuando salían aves en un movimiento fuerte, Calipso movió rápido sus brazos, en un rápido reflejo, y le disparó a un pájaro que quedó incrustado en un árbol con la flecha en la cabeza.

—¡Mica! —le gritó, Lizzie y Calipso volteó, notando que la rubia menor había huido —¡Mika!

—¡Espera! —Tyreese fue detrás de ellas.

Calipso suspiró pero solo caminó hasta acercarse a saltar el árbol y tomar el ave y su flecha, la guardó en su caraj y se acercó a tomar a Judith en brazos de Damon.

—Te juro que detesto a los niños —se quejó, Calipso, dándole el pájaro a Damon. Los dos comenzaron a caminar a paso rápido por dónde se habían ido los otros tres.

—sin embargo siempre cuidas de ellos —Damon se burló —Carl, Judith, ahora Mika y Lizzie.

—ninguno fue por elección, bueno, menos Carl y Sophia —murmuró, Damon la miró extrañado.

—¿Quién es Sophia?

Calipso se calló, le había salido de manera inconsciente, pero la chica siguió los pasos de los demás hasta que los vió hablando.

—¿Están bien? —les preguntó, Damon.

—si, lo siento —se disculpó, Mika —sé que no soy como Lizzie.

—no lo sientas, ustedes hacen las cosas a su manera, pero las hacen —Negó, Tyreese. Calipso subió un poco más a Judith que comenzó a jugar con su cabello.

—¿Cómo tú y Sasha?

—tú no eres como Sasha —negó, Lizzie. Calipso miró a la niña ceñuda.

—¿Por qué no?

—porque sigues aquí, y Sasha no.

—¡Lizzie! —la calló, Damon. Calipso vió de reojo a Tyreese apartar la mirada con los ojos cristalizados y se sintió igual que el hombre, ella estaba ahí y Daryl no —como Mika no debe correr, tú no debes decir eso. Tal vez Sasha está viva, tal vez Maggie esté viva... tal vez Beth esté viva... —se le quebró la voz y Calipso bajó la cabeza.

—¿Entonces por qué no volvemos a buscarlos? —preguntó, Lizzie.

—Porque es un “tal vez” y en este mundo el “tal vez” es muy arriesgado. Debe ser un si o un no —le dijo, Calipso.

Escucharon unos gritos y voltearon a todos lados.

—debemos ir —Tyreese le dijo a Calipso —¡Puede que sean de la prisión!

—¡No podemos ir con ellas! ¡No arriesgare a Damon! —negó, señalando.

—Damela, Cali —pidió, Damon, señalando a Judith —¡Házlo! Si es alguien de la prisión y podemos ayudar... —la miró suplicante.

—mierda. —le dió a Judith y Tyreese acomodó a Mika y Lizzie espalda contra Damon.

—¿Nos van a dejar? —gritó, aterrada, Mika —¡Los necesitamos!

—Mika, dobla la camisa detrás del cuchillo, así lo agarraras mejor —aconsejó su hermana, Calipso la miró sorprendida —estaremos bien.

—muy bien —Asintió, señalando a Lizzie. Tyreese le dió su arma a Damon —Damon, cuida de Judith —le suplicó, para la menor de los Dixon, era muy difícil alejarse de la última Grimes que quedaba en su vida.

—cuidaré a tú hija no-hija —le sonrió y Calipso suspiró —ve ¡Ahora! Yo las cuido.

—¡Vamos! —Tyreese le pidió a Calipso —¡Quédense aquí hasta que volvamos!

Calipso corrió con Tyreese. La menor de los Dixon iba con el miedo cargado en su pecho, colocó una flecha en su arco y sentía las ramas arañar su rostro por ni siquiera molestarse en correrlas.

—¡Por allá! —Tyreese señaló un costado y salieron de entre los árboles, dejando a la vista las vías —tenías razón.

—siempre tengo razón —murmuró, pero su vista se dirigió a dónde dos hombres luchaban a duras penas contra un grupo de caminantes, solos, con un bate y una escopeta.

Calipso levantó su arco y le disparó al que molestaba al señor, Tyreese corrió y clavó su martillo contra la cabeza de otro. Calipso tomó otra flecha y le disparó a otro, luego volvió a disparar pero era tarde. Ya habían mordido a ambos. Entonces, se escuchó un disparo proveniente de donde habían dejado a Damon y las niñas.

—¡Tyreese! —le gritó, Calipso, queriendo volver. El hombre mató al último caminante y Calipso corrió a tomarlo del hombro —¡Ya vámonos!

—¡Calipso!

La chica volteó a ver a Carol que llegaba con Mika y Lizzie, Damon iba con Judith en brazos, parado a unos dos metros alejado de Carol. La de cabello corto había llamado a la menor de los Dixon que la miró con los ojos brillantes, cristalizados, feliz de ver a alguien, feliz de ver a Carol.

—¡Carol! —corrió hasta abrazar a la mujer de cabello corto que la abrazó con la misma fuerza —estas bien, estás bien... —susurró, nunca tan feliz como antes de verla.

Se alejó para mirar que estén bien las niñas y limpió rápidamente sus mejillas, siendo que no había podido contenerse a derramar dos lágrimas, luego miró a Damon que se notaba incómodo y se acercó a tomar a Judith.

—¿Estás bien? —Puso una mano en la mejilla del castaño que afirmó con su cabeza, ella asintió y se giró a ver a Tyreese que abrazaba a Carol.

—¿Cómo nos encontraste? —le preguntaba el moreno, sorprendido y agradecido.

Pero escucharon el llanto del hombre que había sido mordido y se acercaron a él. Calipso besando repetidas veces la pequeña cabeza de Judith, más aliviada de tenerla en sus brazos. Sentía que solo estaba segura así, si ella la tenía.

—quedense en las vías. Ha sido mí error —habló el hombre de rodillas, ensangrentado.

—en el bosque es mejor —Habló, Carol.

—no, tú no lo entiendes —negó, nuevamente, el desconocido —hay un lugar, al final de las vías, es seguro. Puedes llevar a los niños allí.

—¿Hacía qué lado? —le preguntó, Calipso, frunciendo ligeramente su entrecejo.

—hacía allá —señaló, débilmente con su mano —confía en mí. Por favor, sigue las vías... —Calipso miró a los tres adultos detrás de ella y les hizo una seña con la cabeza para que bajen a las vías, luego miró al hombre.

—¿Necesitas ayuda? —susurró con duda.

—si... —suplicó, cargando la escopeta y tendiendosela —te lo suplico.

Calipso le sonrió y luego, con su cabeza, acaricio ligeramente la de Judith para que mire por sus espaldas, después le disparó al hombre.

Se giró sobre sus pasos y comenzó a caminar hasta donde la esperaba el pequeño y peculiar grupo. Calipso le tendió el arma a Damon que la tomó.

[…]

—Carol, ¿Podrías revisar la herida de Damon?

Calipso llevaba dormida en sus brazos a Judith, seguían el camino a través de las vías, ella delante, con Carol a su lado, detrás iban Tyreese que ayudaba a caminar a Damon, al lado del moreno iba Mika y a lo último Lizzie.

—...sé que Hershel te entrenó en el tema de enfermería —siguió, Calipso, sonriendole a la mujer.

—si, pero necesitara agua, pareció perder mucha sangre, llevo en mí mochila —ofreció, quitandose la mochila.

—No quiero. —Negó, Damon, sin querer dejar de caminar pero Tyreese lo frenó. Calipso miró extrañada a su amigo.

—lo necesitas —murmuró, Carol, sin hacerle caso —ademas, también tengo comida —miró a los demás.

—Ya comí pájaro —negó, Damon; Calipso lo miró ceñuda.

—Tiraste el pájaro de Calipso —Mika lo miró con inocencia y Calipso miró boquiabierta al castaño.

—si no lo querías, me lo dabas —le recriminó al castaño que tiró del cabello de Mika, haciéndola quejarse mientras reía. Tyreese soltó a Damon y sacó el agua para darle a las niñas —¿No tendrás leche de casualidad?

—no, lo siento —negó, Carol, sonriendo al ver cómo Calipso llevaba en brazos a ala dormida bebé.

—no te vi escapar, creí que tú... —Tyreese le habló a Carol.

—no estaba allí, aún no había vuelto —Negó, Carol —Rick y yo encontramos un auto, él llevo todo lo que habíamos encontrado, y yo... Seguí buscando.

—¿En serio? —habló, Damon, con tono irónico.

—si —Carol ni siquiera lo miró.

—¿Lo viste? —siguió, Tyreese, sin notar como Calipso veía al tenso Damon.

—vi el final. Luego los vi corriendo hacia el bosque, estaban lejos, los perdí pero...

—nos encontraste —terminó, Mika, sonriendo. Lizzie le ofreció agua a Damon que negó, pero Calipso levantó su mano, amenazando apretar su herida y el chico terminó por tomar el agua a regañadientes.

—sabia que lo harías —Lizzie habló y Carol acaricio su mejilla asintiendo. Damon terminó de beber y le dió a Calipso lo que quedaba, la chica bebió el agua y le dió a Tyreese para que la guardase en al mochila de Carol.

Calipso comenzó a caminar con Damon a su lado, mirando al chico que tropezó con las vías, cayendo al suelo.

—¡Damon! —Calipso lo miró preocupada, en cualquier momento se reiría, pero él estaba herido. Carol se apresuró a querer ayudarlo a levantarse.

—¡Puedo solo! —Alejó la mano de Carol que suspiró. El chico se levantó con ayuda de Tyreese que lo miró preocupado —estoy bien...

—¿Seguro? —Calipso lo miró, extrañada por su actitud con Carol.

—Miren —Lizzie los interrumpió, señalando el cartel.

“Santuario para todos. Comunidad para todos. Los que llegan sobreviven.” Terminus.

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