34| ❝enfermos❞
╰─────➤El porvenir no
me inquieta; lo que es duro
a veces es el presente.
J.V
RICK Y CALIPSO estaban jugando con la pequeña Judith, los dos de pie fuera de las celdas. El ojiceleste tenía en brazos a la bebé mientras ella le hacía muecas divertidas que lograban la risa de la niña, ese sonido tan angelical que ponía de buen humor a ambos. Si es que su buen humor podría mejorar con la increíble noche que habían tenido.
La alarma sonó, sacando de su ensueño a ambos. Calipso tomó en brazos a Judith y Rick le dió un casto beso antes de ir a la celda de Damon para levantar a Carl.
—buenos días —la saludó el niño, Calipso sonrió.
—días, porque buenos no son —contó, mientras iba a las celdas —no son buenos si ves a Grimes mayor de mañana —miró con burla al ojiceleste que negó sonriendo.
—tampoco es bueno verte de mañana —fingió molestia.
—es muy temprano para que peleen ¿No? —rió el niño, los dos se encogieron de hombros.
Calipso fue con Beth, la chica estaba recién levantando, le dió a Judith y tomó su ballesta para ir a hacer guardia. Cuando guió sus pasos a la salida, escuchó bastante ruido. Miró el otro pabellón y luego miró atrás donde los demás recién despertaban, decidió ir a averiguar qué sucedía.
Si había alguna pelea o discusión en uno de los bloques, lo más sensato sería que algunas personas cambien de celda, así que quiso ir a solucionar el problema. Llegó hasta la reja que separaba ese pabellón del pasillo y quedó congelada al ver lo que sucedía.
Había al menos tres caminantes dentro y personas tratando de salir o protegerse, ninguna estaba armada ¿Cómo lo estarían? Si se suponía que ningún caminante lograría ir hasta allí sin que nadie se diese cuenta. no tuvo tiempo para pensar en eso, simplemente se giró para gritar.
—¡Daryl, Sasha, Tyreese, caminantes —gritó, tan alto como pudo, abriendo la reja para entrar.
Dejó su ballesta a un lado, decidiendo sacar la pistola de su bota para hacer ruido, así llamaría la atención de quienes no escucharon el ruido que estaba ocasionando el desastre.
—¡Encierrense en las celdas vacías m! —gritó mientras trataba de avanzar hasta los caminantes.
Segundos después, entraron el resto del consejo para ayudarla.
—¡Entren a las celdas vacías! —repitió mientras subía al piso de arriba, fue de la última a la primera, revisando.
Encontró un caminante en la última, comiéndose a otra persona del grupo, le disparó en la cabeza y luego se acercó a dispararle al otro. Retrocedió sorprendida, movió sus cuerpos para ver sus rostros y eran de ese pabellón. Ninguno era un caminante de afuera, no se había infiltrado algún muerto.
—¿Todo despejado? ¿Estamos a salvo? —escuchó a Rick en el piso de abajo —¡Calipso! —salió de allí, asomándose para ver hacia abajo donde estaba él —¿Estás bien?
—si —se pasó la mano por la frente, manchandose un poco de la sangre ajena —¿Todos bien? —se refería a su círculo más íntimo.
—todos bien —Damon salió de una celda a su lado, ella se acercó a ver al chico de lunares —tranquila, tranquila. Estoy bien —se mostró en perfecto estado, revisando también a la castaña que se encontraba bien.
Pero ambos giraron de golpe cuando Glenn salió en la siguiente celda, con un caminante encima. Calipso corrió a tomarlo y separarlo, Damon tomó a Glenn y Daryl le disparó de lejos, con una flecha, logrando acabarlo. Calipso dejó caer el cuerpo, viendo preocupada al asiático que mostró que estaba bien. Los cuatro vieron el suelo.
—es Patrick —murmuró con una mueca, Daryl. Era solo un niño de lentes, tierno e infantil.
Calipso salió de allí, comenzando a ir celda por celda para sacar a la gente de ese pabellón y rematar a los caminantes para asegurarse. Habían tenido grandes bajas y Hershel revisaba que no haya heridos. Sin dudas, fue un golpe duro para todos. Hacía tiempo que no tenían un momento tan doloroso e inesperado como ese, tantas muertes en su grupo.
—¿Estás bien? —Volteó a ver a Karen que abrazaba a Damon. La mujer estiró su mano y Calipso la tomó dándole un apretón.
—si, tranquila —suspiró, yendo a la celda donde Daryl le hacía una seña —¿Qué pasó?
—¿Tú qué crees? —preguntó, viendo a Hershel y Rick que entraban con Dr. Subramanian.
—no había ningún caminante de afuera —admitió, encogiéndose de hombros —saben lo que significa.
—si, yo también lo creo —Grimes, se agachó a un lado del cadáver de esa celda —no hay mordidas, ni heridas. Creo que simplemente murió —el doctor le dió la razón.
—se ahogó con su sangre hasta morir —señaló, Hershel. Calipso veía el líquido rojo salir de los ojos y nariz del cuerpo —por eso esas cosas en su cara.
—Grimes, ¿Recuerdas el caminante de ayer en la mañana? —Murmuró, la castaña, viendo al ojiceleste. Él asintió.
—¿Qué caminante? —Les preguntó, Daryl, frunciendo sus cejas.
—la hemos visto en los caminantes de detrás de la reja —Le respondió, el ojiceleste.
—las ví en Patrick también —Señaló, el ballestero, su hermana le dió la razón. El doctor comenzó a explicarles el suceso de muerte.
—¿La enfermedad proviene de los caminantes? —preguntó, Calipso, cruzandose de brazos.
—no, esto viene de antes de que aparecieran ellos. Puede ser neumocócica, lo más probable es que se ponga peor con el tiempo.
—diablos, comió una barbacoa ayer, ¿como alguien puede enfermarse en un día? —preguntó, Daryl.
—yo tuve un cerdo enfermo, murió muy rápido —contó, Grimes. Nombrando a Violet —y ví un jabalí enfermo en el bosque.
—cerdos y pájaros, así se extendían estas cosas —asintió, Hershel —tenemos que hacer algo con esos cerdos.
—pero yo los traje con Damon... —susurró, Calipso, con cara triste. Hershel puso una mano sobre su hombro, acariciándola con pena —solo fueron dos casos ¿No?
—si, pero todos nosotros aquí estuvimos expuestos —Negó, el anciano. Eso hizo preocupar a todos.
Calipso suspiró con tristeza, saliendo de allí. Desde que el grupo se expandió, sin dudas, ese era uno de los mayores retos que estaban por enfrentar.
[…]
Calipso estaba sentada con la silla dada vuelta mientras jugaba con sus manos, nerviosa. Estaban en la biblioteca, en una reunión del consejo.
—Patrick estaba bien ayer, y murió durante la noche —comenzó a hablar, Carol. Sentada en la mesa como la mayoría —¿Tres personas murieron así de rápido? Debemos separar a los que estuvieron expuestos.
—¿Una especie de cuarentena? —preguntó, Calipso, Carol asintió.
—pero sería todo el pabellón —Daryl, continuó —todos nosotros y quizás más.
—sabemos que está enfermedad puede ser letal —habló, Hershel —no sabemos que tan fácil se propaga ¿Alguien más está mostrando alguno de los síntomas?
—no podemos esperar a ver. Hay niños —se quejó, Carol.
—pero tampoco podemos ir adivinando —bufó, irónica, Calipso —ni siquiera supimos que pasaba hasta que murieron porque pasó en las ocho horas que todos dormían. Estoy de acuerdo con la cuarentena, pero si es por los niños, entonces que no se queden en el pabellón D.
—podemos usar el pabellón A —sugirió, Carol.
—no creo que ese sea un lugar mejor —murmuró, Glenn.
—esta limpio, eso será mejor —Admitió, Daryl —¿Crees que le servirá al doctor S?
Escucharon un sonido y se levantaron rápido para salir, viendo a Karen toser, y a Damon y Tyreese llevarla. Calipso miró preocupada al chico de lunares.
—Damon, aléjate —Se acercó a tomar el brazo del chico —tú también, Tyreese.
—wow, ¿Qué pasa? —preguntó confundido —tranquila, es cómo mí mamá, lo sabes —rió, Calipso soltó su brazo —la estábamos llevando a la celda de Tyreese para que pudiera descansar.
—esa no es una buena idea —negó, Hershel.
—¿Por qué? ¿Qué sucede ahora? —cuestionó, Karen, sin entender.
—creemos que es una gripe nueva. Así es como murió Patrick —le contestó, Glenn, intercalando su mirada entre Damon y la mujer.
—Judith está en ese pabellón, es vulnerable —Recalcó, Hershel —todos los que están enfermos o pudieron estar expuestos deben aislarse. No entren en pánico, lo solucionaremos. Mientras tanto, deben estar separados. Caleb los va a revisar, veremos qué medicinas podemos usar.
—David ha estado tosiendo también —nombró, Karen. Glenn fue en busca del hombre.
—Vamos a preparar tú celda —pidió, Sasha, a Karen.
—Pero... —Damon quiso avanzar y Karen lo frenó.
—tranquilo, estaré bien. Dejaremos la noche de juegos para cuando me recupere ¿Si? —Tomó su mano y le sonrió, el chico asintió quedándose a un lado de Calipso —cuidate, Damon.
—si, Karen —susurró, sintiendo las caricias en el brazo de Calipso. La mujer se fue con los hermanos, Sasha y Tyreese. Dejando nuevamente a los otros solos.
—tendremos otra reunión más tarde —avisó, Hershel.
—ire a enterrar a los muertos...
—usa guantes y máscara —le pidió el anciano a Daryl que afirmó.
—nosotros limpiaremos el pabellón ¿Si? —Calipso le avisó a Hershel, mirando a Damon que aceptó —ven, vamos.
Los dos salieron de allí. Calipso trataba de tranquilizar al chico que se moría de nervios, pero él la había hecho reír con Glenn cuando pasó lo de Merle, no podía dejar que se preocupara por Karen, iba a estar ahí para su amigo.
[…]
—¡Calipso, Damon!
La chica giró, dejando la bolsa con basura en el suelo, Damon igual. Los dos observaron a Daryl y Rick que les gritaban, corriendo a la valla con Maggie. Los dos chicos observaron como la valla era golpeada por un gran número de caminantes, haciéndola temblar y comenzar a doblarse por el peso de estos.
—¡Carajo, corre! —Calipso, tomó la camisa del chico.
Los dos corrieron tan rápido como pudieron, tomando un machete y una palanca en el camino para ir con el grupo a matar a los caminantes a través del alambrado, tratando de que estos no tiren el muro hacia abajo. Calipso comenzó a ir hacia un costado mientras clavaba el machete en sus cráneos, pero pisó algo pegajoso.
Retrocedió por incercia pero tropezó y cayó, llamando la atención de los demás que se preocuparon, mas solo vieron como Calipso hacía una mueca de asco, horrorizada. Siguieron su mirada para ver ratas en el suelo.
—¿Alguien les está dando de comer? —preguntó, Sasha, mientras le extendía su mano a Calipso que se levantó.
—hay un puto enfermo mental en el grupo —recalcó, asqueada.
—¡Cuidado!
Tuvieron que dejar eso a un lado para tratar de sostener una parte de la reja que estaba cediendo, casi desmoronandose. Calipso trataba de sostener la valla con su machete, lo suficientemente alto para que no mordieran sus manos. Estaba inclinada hacia adelante, tratando de empujar con sus piernas para no irse hacia atrás por el peso.
—¡Todos atrás, ahora! —Pidió, Daryl, viendo que se les complicaba.
—¡Si la reja sigue así, los caminantes van a entrar! —Señaló, Sasha. Calipso veía a Damon golpear su cabeza, tratando de pensar.
—¡Ellos vinieron hasta aquí porque los llamaron para alimentarlos! ¡Con ratas! —señaló, el de lunares, asustado. Calipso abrió los ojos sorprendida.
—eres un genio —miró al chico que frunció su rostro y luego vio a Rick —necesitamos llamar su atención, sacarlos de aquí. Comida y ruido —el ojiceleste miró dónde estaban los cerdos y la volvió a ver.
—Daryl, trae el camión. Tenemos una idea...
Calipso, Daryl, Damon y Rick salieron en el vehículo, el ojiceleste metió a los cochinitos en una caja en el trailer enganchado a la camioneta, iba detrás con Calipso, a su vez, Daryl y Damon iban delante. Se dirigieron hasta el lado donde estaban los caminantes.
—¿Listos? —preguntó, Daryl.
Calipso se levantó con la olla y el machete, Damon con dos sartenes, comenzando a hacer ruido y gritando. Llamando la atención de los caminantes.
—¡Va uno! —le avisó Daryl a Rick sobre el ruido de Damon y Calipso.
Rick tomó un cochinito que comenzó a chillar, por ende, Calipso se calló mientras hacía una mueca de pena. Sabía que Grimes no quería hacer eso, pero no les quedaba de otra. Él tomó su cuchillo y cortó la pata del animal para que no puediese correr, dejandolo en el suelo para los caminantes.
—¡Arranca!
En eso, los demás aprovecharon para reparar la valla y ellos repitieron el proceso con los últimos cerdos, alejando a los caminantes. Damon tapaba sus oídos para no escuchar el llanto de los chanchitos y Calipso se tapó el rostro cuando Rick se manchó toda la cara con sangre del último animal. Se sentó en el tráiler, Rick se sentó a su lado.
Si, ese había sido de sus peores días.
Calipso miró la mano de Rick y estiró la suya, tomando su meñique con el suyo para reconfortarlo. Ese pequeño gesto hizo calmar el intranquilo corazón del ojiceleste que miraba a los caminantes.
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