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30| ❝nueva vida❞

╰─────➤Toda noche,
por sombría que parezca, tiene su amanecer.


W.S




—NO VOY A dejar que ese hijo de puta se salga con la suya.

Estaban sentados, viendo a Calipso que les hablaba al pie de las escaleras del comedor del pabellón. Podían ver sus ojos y su nariz del tono rojizos, su rostro levemente hinchado y su voz rasposa. Daryl estaba sentado, a su lado. El ballestero ya les dijo lo que ocurrió.

—vamos a matarlo, no quiero que huyamos. No podemos huir cuando peleamos por este lugar —señaló, mientras veía a cada uno de ellos —voy a reventarle la cabeza, a él y sus soldaditos de juguete. Si aceptan, tengo un plan.

Se vieron entre ellos, temiendo por la gélida mirada de Calipso Dixon, hasta que finalmente, aceptaron. Rick estaba de brazos cruzados, apoyado contra el marco de la entrada del pabellón. Se relamió los labios ante esa versión de Calipso, sintiéndose mal porque, como la primera vez, se sentía culpable por lo ocurrido con Merle Dixon.

Los ojos de Calipso se fijaron en un punto de la pared, su tono oscuro parecía aún peor que una misma noche en medio de una tormenta, esa forma de mirar solo gritaba una cosa. Venganza.

[…]

Cuando el gobernador entró, abriendo fuego a los caminantes y las torres de vigilancia, tirando abajo las rejas, su gente y él bajaron. Siendo que el fuego no había sido respondido. Claro que todo era visto por Hershel, Beth y Carl que estaban en un auto, viendo que la primera fase del plan de Calipso había empezado.

Sin darse cuenta, el gobernador había limpiado los caminantes, que él mismo había puesto, de la prisión. Gastando la mayoría de sus balas en eso.

Fueron dentro con todas las personas, luego de revisar, se metieron a uno de los pasillos, al final de este, Daryl abrió unas puertas que dejó entrar a los caminantes que él había llevado con Michonne, siendo ella que le dijo que era un plan de Merle. A su vez, Carol y Rick, tiraron bombas de humo que hicieron a los intrusos retroceder hasta salir del nuevo al patio de la prisión.

Calipso se había centrado en dejarlos desarmados, con tantos caminantes que asesinar, la gente del gobernador se centró en eso.

Allí, Glenn y Maggie, con los trajes blindados de los guardias de la prisión puestos, salieron a dispararles, aprovechando su defensa que había bajado.

—¡Quiero que los echen de mi prisión! —les gritó Calipso a Glenn y Maggie, poniéndose el casco de guardia para tomar la ametralladora y comenzar a dispararles.

Los grupos de personas trataban de huir a sus autos de cuclillas, inconscientemente eran guiados hacia allí por los disparos de los tres jóvenes. Subieron a sus autos, saliendo veloces, pero sus ruedas habían sido pinchadas e irían desinflandose en su huida, seguramente quedando varados en algún punto.

Cuando salieron de allí, Calipso revisó que estuviese alguien, pero no, habían huido todos. Se quitó el casco, despeinando su cabello y miró a Glenn y Maggie.

—¿Lo conseguimos? —preguntó la granjera, también quitándose el casco.

—lo conseguimos —asintió, Glenn —¡Vamos, baja!

—hubo pequeños daños colaterales —murmuró, Calipso, al ver las torres prendidas fuego. Los demás salieron hasta estar detrás de ella —miren, nos dejaron un auto —señaló, sonriendo. Pero su sonrisa no era la misma que antes.

—lo conseguimos, los expulsamos —Rick, alagó, viendo a la mujer que admiró eso, pequeños segundos de paz que necesitó desde que conoció al estúpido gobernador.

—deberiamos ir tras ellos —Sugirió, Michonne.

—y acabar con esto —asintió, Daryl.

—ya se acabó, ¿No has visto como huían? —preguntó Maggie. Pues se habían quedado sin más ideas ya que el plan de Calipso se basaba en echarlos ¿Luego? No sabía. Comenzaron a discutir sobre eso.

—ya lo vemos en unos momentos —los frenó, Calipso, buscando con la mirada al resto.

—si, veamos cómo está el resto —aceptó, Rick.

Comenzaron a tratar detrás de él hasta ir dentro del comedor de su pabellón. Calipso se quitó el resto del traje del guardia, quedando en su habitual pantalón de mezclilla y su remera negra de mangas corta.

—¡Oigan! ¿Están aquí? —preguntó, Calipso. Beth se asomó a los segundos con Judith en brazos —que bien... —suspiró más calmada, acercándose a besar la mejilla de su amiga.

Beth le sonrió, tendiendole a Judith. Calipso la tomó en brazos. Detrás salieron Carl y Hershel. Rick se acercó a ella, para dejar un beso en la frente de la pequeña bebé y mirar a Calipso, la castaña solo evitó su mirada para ver a Carl, Rick se acercó a abrazarlo pero su hijo habló.

—Iré a Woodbury.

—Carl... —suspiró el hombre, poniéndose derecho.

—Hice mi parte allí afuera, como todos ustedes —se defendió el menor, llamando la atención de Calipso.

—¿Qué hiciste, Carl? —cuestionó, viendo con su entrecejo fruncido al niño.

—maté a uno de sus soldados —contestó, congelando cuál estatua a la chica con bebé en brazos. No, Carl era muy pequeño para asesinar vivos, no debería hacer eso, solo debía encargarse de los caminantes.

—¿Uno de sus soldados? El chico que estaba huyendo, se tropezó con nosotros —lo corrigió, Hershel, haciendo preocupar aún más a Rick y Calipso.

—¡Estaba con un arma!

—lamento que tuvieras que hacerlo —Rick, puso una mano sobre el hombro de su hijo.

—para eso estaba allí —Se sinceró el niño —ire con ustedes —se fue antes de que dijesen algo. Calipso miró con preocupación a Hershel que se puso delante de ambos mayores.

—el chico estaba asustado, estaba entregando su arma.

—dijo que los apuntó —bramó, Rick, acercándose. Pero Hershel negó —Carl dijo que fue en defensa propia.

—yo estaba allí, no era necesario disparar, no había motivo...

—quizas te pareció a ti, Hershel...

—¡Grimes! —lo calló, Calipso, el ojiceleste la miró. Notó la expresión de ella —Aun si los apuntaba, Hershel tenía un arma y es más sabio y responsable que Carl que tiene trece años. Aún más con un tema tan sensible como el asesinar a sangre fría.

—escuchala —le rogó, Hershel, llamando la atención del hombre —te estoy diciendo que le disparó sin razón.

Calipso comenzó a caminar hasta su celda con la bebé en brazos, dejó a la niña en la cuna y se sentó en su cama, apoyando sus manos sobre sus rodillas y comenzando a tratar de controlar su respiración.

—lo hiciste —Glenn, llegó hasta la puerta, viendo a su mejor amiga —funcionó tú plan.

—me hubiera gustado dispararle en la cabeza a ese idiota por lo que hizo —Murmuro, apretando su mandíbula. Pero luego pensó en Carl, en lo que Hershel le dijo que le hizo a ese chico ¿Y sus sus comentarios estaban haciendo efecto en el niño?

—por matar a Merle —le respondió, sentandose a su lado. Esa simple frase logró dejar sin aliento a si mejor amiga y él lo supo —sé que sabes que no me caía bien, pero... Era tú hermano y lo siento —tomó su mano y ella lo miró.

—Tambien eres mi hermano —se encogió de hombros, pero su voz temblorosa hizo a Glenn sonreír con tristeza.

—y por eso te voy a ayudar a vengarlo, porque somos una larga fila de quienes quieren matar al gobernador —murmuró, acercándose a abrazarla.

Calipso abrazó con más fuerza a su mejor amigo, cuánto necesitaba un abrazo...

—ltengo que ir a Woodbury, acabar con esto —terminó por decir, la chica.

Glenn se alejó, viendo esa llama de fuego en los ojos de Dixon, sabía que Calipso no estaría tranquila hasta que el gobernador estuviera muerto.

[…]

Daryl, Rick, Calipso y Michonne bajaron del coche. Los tres en medio de la carretera, pues habían visto uno de los vehículos de sus atacantes junto a muchos cadáveres. Acabaron a los caminantes y se quedaron allí.

—Oigan... —Calipso iba a hablar pero gritó agudamante cuando, detrás suya, una mujer golpeó el cristal dentro del vehículo, una mujer viva —¡Joder, no hagas eso! —le gritó, abriendo la puerta del camión —eres soldado del gobernador —dijo, retrocediendo mientras ella bajaba con las manos en alto y los demás la apuntaban.

Pero lo que les dijo los dejó sin palabras.

El gobernador, luego de su derrota en la prisión, se había desquitado con sus propios soldados, asesinandolos a todos, a excepción de Martínez y Shumpert, sus dos soldados más “fieles”. Ella se había salvado al ocultarse debajo de un cadáver, fingiendo que también estaba muerta.

Calipso terminó por darle un pañuelo para que se limpie la sangre y pedirle a Rick que la dejase ir con ellos, él aceptó y fueron con ella a Woodbury. Sabiendo que la gente no tenía idea de lo retorcido que era su líder, así que solo querían matarlo a él. No a los demás inocentes que fueron manipulados.

—Karen ¿Verdad? —susurró, Calipso, viendo a la mujer. Ella asintió. Las dos bajaron del auto, ya era de noche cuando llegaron a Woodbury así que comenzaron a caminar. Pero en cuanto se acercaron, comenzaron a dispararles así que se cubrieron, devolviendo los disparos a los guardias sobre el muro —Karen, ¿Puedes salir tú?

—si —asintió, levantándose con las manos en alto —¡Tyreese, soy yo!

—¡Karen! Karen ¿Estás bien? —le preguntó el hombre. Ella afirmó —¿Y el Gobernador?

—¡Le disparó a todos, mató a todos! —Le contestó la mujer —¡Ellos me salvaron!

—¡Vamos a salir! —anunció Rick y todos se levantaron, alzando sus manos en paz.

—¡Sin armas! —gritó, Calipso, avanzando con ellos hasta el portón del muro que se abrió. De allí, salieron dos morenos. “Tyreese” y una mujer. Su hermana.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó, el hombre en su dirección.

—veniamos a terminar con esto, hasta que vimos lo que hizo el gobernador —se sinceró, Rick. Todos bajaron las manos.

—¿Él mató a todos?

—si —respondió el ojiceleste, bajando la cabeza. Calipso no podía comprender lo demente que estaba el gobernador —Karen nos dijo que el gobernador saltó el muro, para ir a la prisión, nunca logró hacerlo. Podría seguir aquí.

Los dos asintieron, haciéndose conocer como Sasha y Tyreese, Calipso escuchó como ellos habían ido a la prisión, los mismos que le había contado Carl, pero que se fueron cuando Rick actuó como demente. Aún así, ambos, siendo demasiado buenos, los llevaron dentro de Woodbury hasta donde encontraron a Maggie y Glenn la última vez.

—oigan —Calipso les señaló un charco de sangre frente a una puerta.

—¿Podrías abrirla? —le pidió, Michonne. Calipso la abrió y los demás apuntaron rápido, pero solo vieron el cuerpo de Milton en el suelo.

Calipso suspiró, bajando la cabeza, pero se podía notar a otra persona allí, Michonne corrió y tiró su espada, agachándose a un lado de donde Andrea estaba herida. La menor de los Dixon hizo una mueca ante eso.

—quise detenerlos... —susurró la rubia, pero Michonne la ayudó a mover su chaqueta, mostrando una mordida en su cuello. Calipso aplanó los labios, con pena —Judith, Carl, el resto de ellos...

—nosotros —la corrigió, Rick —el resto de nosotros.

—¿Están vivos? —preguntó, mientras Michonne peinaba su cabello, llorando en silencio.

—si, están vivos —asintió, Rick. La rubia miró a Calipso que se agachó frente a ella.

—te ves horrible, rubia —murmuró haciendo reír a Andrea —tan inútil al creer que podrías ayudarnos ¿A caso aún no aprendiste? —sonrió con tristeza mientras inclinaba su cabeza de lado.

—no, tú tampoco aprendiste a ser menos idiota —rieron suavemente y Calipso tomó su mano —¿Podrías al menos dejarme morir con la paz entre nosotras?

—Te perdono, si me perdonas —Le dió un corto beso a su mano y la soltó, Andrea asintió.

—lo siento, estamos en paz —Sonrió, volteando a ver a Michonne —me alegra de que los hayas encontrado. Nadie puede sobrevivir solo —miró a Daryl.

—yo nunca pude —le dió la razón, el ballestero. La rubia miró a Rick.

—no quería que nadie muriera... Tengo que hacerlo yo misma, mientras pueda —habló de su muerte, Michonne negó pero la rubia miró a Rick —por favor, sé cómo funciona el seguro —él sonrió con tristeza ante eso, dándole el arma.

—me quedaré aquí contigo —estableció, Michonne.

Calipso le sonrió a Andrea antes de salir y suspirar con tristeza, se quedó unos segundos en la puerta con el resto, hasta que escucharon el sonido del disparo.

No encontraron rastro del gobernador, así que terminaron por salir al pueblo y hablarles, contarles la verdad de lo sucedido, la gente, ante las pruebas y seguridad que les otorgaban, terminaron por creerles, pero Woodbury ya no era su hogar, por lo que tomaron el autobús escolar que había y subieron a las personas.

Llevandolas a la prisión para formar una nueva vida juntos.

Calipso se quedó a un lado de la puerta del autobús, viendo a casi todos bajar y entrar para establecerse, miró a Rick que asintió y ella sonrió volteando a ver a la última persona salir del vehículo, un chico flaco de lunares y cabello corto, pero, al pisar el último escalón, tropezó y cayó.

—auch —se quejó, y desde la muerte de Merle, Calipso rió verdaderamente divertida agachando la mirada a él que se levantó veloz —Eso fue penoso.

—si —asintió sonriendo, el castaño estiró su mano.

—Damon Ferrara —Calipso la estrechó al oírlo.

—Calipso Dixon.

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