Cuadro de Marc Chagall en galería 👆

Las visitas de Jude se volvieron más frecuentes, teníamos conversaciones interesantes como aburridas, no sabía cómo lo hacía, pero podía ponerme al día con mi trabajo, mientras que a mi me gustaba ver como Jude ocupaba mi sala para hacer sus tareas. 

Todo este tiempo que he pasado con ella me han hecho sonreír más que los años que pasé casado con Ginger, es casi como una rutina estar con Jude, una rutina muy...complaciente.

Su cara de concentración no la quitaba nadie, la observaba con bastante fijación, sus labios se movían con algo que esté repasando ¿no le gusta pasar en su casa? Tenía una incertidumbre, tal vez sus padres no sepan que hace cada que sale de clases, siempre la veo llegando a mi oficina con su rostro colorado por el sol del medio día, y con una botella de agua.

Hola, hola

Ese es su saludo cuando la veo, mis labios se estiran en una sonrisa automáticamente, es tan espontánea, Jude suelta un bufido llamando mi atención, se pasa la mano por la cara frustrada, ella me había confiado su libreta de dibujos el día anterior, la revisé esa misma noche, pero no le he dicho nada desde que llegó y sé que espera que le comente algo al respecto.

─ ¡Odio esta mierda! ─alzo mi mirada, sorprendido, tenía sus brazos cruzados desparramada en el sillón como un año viejo. Sonreí de lado parándome para ir a su ayuda.

─ ¿Pasa algo? ─pregunto suavemente.

─Odio las matemáticas, odio el colegio ─murmura entredientes. Está enojada.

─Bueno, todos odiamos alguna vez el colegio y las matemáticas ─reí, ella me miró con la cara fruncida, vale, no está de humor─ okey, ¿quieres que te ayude?

─Está bien ─fue algo divertido ver su cara de "no entiendo nada" pero la pasamos bien, toda la tarde me gustó estar alado de ella viendo como resuelve los problemas matemáticos, su cara de concentración, la de aburrimiento, y la de ya me quiero morir.

Los días con ella pasaban muy rápidos, si pudiera disminuir la velocidad lo haría, así tal vez podríamos estar más tiempo riéndonos de lo que sea. Pero no había como, así que lo aprovechaba cuando estaba conmigo, es decir, todos los días.

Jude cerró de golpe su libro y cuaderno de matemáticas, masajeo su frente y suspiró.

─Espero volverme Einstein con lo que me has enseñado. ─solté una carcajada.

─Debes pasar ese examen ─le señalé con un dedo poniéndome de pie para ir a la cocina por agua.

─ ¿Podemos ver una película? ─miré el reloj preocupado, era las seis de la tarde.

─ ¿No te dirán nada tus padres porque llegues tarde? ─pregunté preocupado.

─Nop, no están en la ciudad así que ¿vemos o no? ─evadió el tema.

─Vale, las películas están... ─me quedé callado cuando la vi de rodillas escogiendo una película. Negué con la cabeza y fui a ver si tenía algo de comida, nunca como en casa así que la cocina por lo general pasaba vacía y limpia.

─ ¿No tienes comida? ─su voz se escuchó a mis espaldas, Jude miraba todo con curiosidad, solté una risa viéndola descalza.

─La verdad es que no, se comer fuera

Vi ese brillo en sus ojos cuándo tenía una idea retorcida.

─No ─dije antes de que hable. Jude abrió los ojos riéndose.

─ ¡Ya! ¡Ni me dejas hablar! ─salí de cocina con mi botella de agua─ ¡¿acaso te alimentas de agua?! ¡No me dejes hablando sola! ─escuché que rebuscaba en los gabinetes, buscaría en vano, no tenía nada. Me fui a mi habitación para ponerme algo cómodo escuchando que Jude decía algo que sinceramente no escuché.

Jude acostumbraba a hablar sola muchas veces –me acostumbré–, saqué de mi armario un pantalón de algodón y una camiseta, pasar con el traje de oficina era algo incómodo, me saqué la camisa estirando mis brazos y cuello, joder, necesito darme una ducha de agua fría, la colección de verano me tenía algo estresado –por no decir mucho–, estaban a unos días de salir al mercado y sé que Sune, la chica que es encargada de confeccionar los atuendos de mi empresa se pondría como una histérica cuando le diga que quiero incluir un nuevo diseño a la colección de verano.

─ ¡Ya sé que podemos...! ─el grito de Jude quedó flotando en el aire cuando cruzamos miradas, sus ojos recorrieron desde mi rostro hasta mi abdomen ─ Oh, sí que haces ejercicio ─murmuró con los ojos abiertos algo ida.

Me puse la camiseta rápidamente, las mejillas de Jude se tiñeron de rojo, sacudió la cabeza esfumando algo que pensó, me supongo.

─ ¿Qué decías?

─ ¿Eh? ─alcé las cejas queriendo reír─ ha si, decía que ya sé que debemos comer ─sonrió─ pizza, comamos pizza con gaseosa.

─Mucha grasa, Jude.

─ ¡No seas amargado!

─No hay necesidad de gritar, ruidosa ─le miré mal.

─Pizza ─insistió─ pizza con gaseosa, pizza ─repitió como una niña.

Rodé los ojos dándole la espalda. Escuché un berrinche a mi espalda, preferí ignorar, cogí mi pantalón y me metí al baño.

─ ¡Eres muy malo! ¡¿Lo sabias?!

Pero qué mujer más gritona. Me reí mientras me ponía mi pantalón de algodón, escuchaba murmullos en mi habitación, también oía cosas moverse, abrí la puerta lentamente teniendo como vista a Jude con algo en sus manos. Me acerqué despacio, lo que tenía era un pequeño cuadro.

─Es muy...bonito, siento que debe tener un significado de por medio ─murmuró─ me gusta encontrar significados a las cosas.

─Los amantes en las lilas, de Marc Chagall ─me senté en la cama─ no es una obra original, es una réplica que tuve la suerte de encontrar en un mercado en Lyon.

─Es muy interesante, especialmente porque tiene el porte de un retrato, de este porte quedan bien en todo lugar ─sonrió─ Los amantes, ¿Sabes que significa?

─Marc Chagall, fue reconocido porque en sus pinturas siempre trató de transmitir el amor a su esposa y la excelsa relación con su madre. Su trabajo tuvo un estilo muy personal ─Jude se paró frente a mí con el cuadro en manos ─ y en esta obra quiso demostrar el amor, de unos profundos enamorados ─sonreí─ Marc Chagall una vez dijo "A pesar de todos los problemas de nuestro mundo, en mi corazón nunca abandoné el amor en que fui criado o la esperanza del hombre en el amor"

Siempre me pregunté porque la compré sin pestañear ese día en Lyon, hasta que Jude hizo esa pregunta.

─ ¿Tuviste una razón para comprarla? ─susurró en pregunta.

Pensé muy bien la respuesta.

─Tal vez... Porque en el fondo quise experimentar una... sensación de ese amor que él siempre quiso transmitir, ese apego a su madre... Puede que yo quisiera sentirme de tal manera, y sentir ese amor a mi esposa, así como Marc Chagall lo hizo. ─murmuré con mi cabeza por otro lado, no me percaté que Jude me veía expectante.

Dejó el cuadro en mi mesita de noche. Observó todo con intensidad.

─ ¿N-no tenías una buena relación con ellas? ─no me di cuenta de la corta distancia que había entre nosotros, sus rodillas desnudas por su falda tocaron las mías.

─No ─me límite a contestar, no quería profundizar en el tema, aparte que tenía un cosquilleo por mi cuerpo, Jude contrajo los hombros, incomoda, lamí mis labios, indeciso, no quería que se sienta así y decida irse, ella iba a hablar, pero me adelanté─ mi infancia no fue tan buena que digamos ─ murmure, me miró con cautela─ se puede decir que no tuve una madre, sino una mujer que solo se casó con un señor al que no amaba, y que por consiguiente un hijo al que no deseo tenerlo.

Guardamos silencio un momento.

─ ¿Y tu padre? ─susurró.

─Murió cuando tenía ocho años, fue el comienzo de mi infierno ─me incliné hacia atrás siendo mis manos soporte en la cama, podía ver a Jude por completo.

─ ¿Ella te maltrataba?

─No ha golpes, pero psicológicamente, sí.

─Yo sufrí por mi hermana ─murmuró bajito, alcé una ceja, sorprendido. Podía ver como se retorcía los dedos nerviosa, sin pensar, me incorporé y puse mis manos encima de las suyas.

─No lo hagas, no te presiones solo porque decidí contarte lo mío ─susurré, di un apretón a sus manos, ella me sonrió y sé que en su rostro se percibió el alivio. No había sentido unas manos tan cálidas y pequeñas.

─ ¿Sabes que puedes contar conmigo? No tengo tu edad, pero siento que puedo entenderte, así que estoy aquí para ti ─me aseguró, sonreí de lado sacudiendo su cabello. Jude hizo una mueca divertida.

─Yo también estaré para ti siempre Jude ─sonrió mostrando sus dientes, sus ojos brillaron de emoción─ ¿pizza y gaseosa?

─ ¡Pizza y gaseosa! ─gritó riendo y se encaminó de espaldas mientras me miraba─ te espero en la sala, pondré la película. ─asentí mirando como la luz de la lámpara pegaba en su perfil, su cabello negro como la noche brillaba haciéndolo ver algo claro, sus lindos ojos junto a la luz amarilla contrastaron dejando ver un brillo inexplicable.

Mi pecho se encogió, resultando verla muy... bonita, hizo un gesto con la cabeza, haciendo que me levante yendo tras ella.

─Te van a doler los pies si sigues descalza ─murmure viendo cómo iba dando saltitos a la sala. Solté una risa nasal mirando mis pies, sentía esas famosas mariposa en el estómago y no quería sentirlo.

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Vaya, no me he dado cuenta de que me gusta mucho esta historia jaja

Espero que les haya gustado este capítulo :3

¿Qué les parece? 

Bay, bay 🐞

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