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𝟎𝟑𝟏. swimming pool

CAPÍTULO TREINTA Y UNO,
PISCINA
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN

Con una mano sostenía el recipiente repleto de agua, con la otra una pastilla para bajar la presión arterial. Llevó una y después la otra, tragando despacio para no lastimarse la garganta de una forma tan tonta. Tosió un poco por llevarse tanta agua junta, recibiendo leves palmadas sobre sus omóplatos para evitar que se ahogara. Sonrió levemente, sintiéndose mejor que unos días antes.

Habían pasado cinco días desde los exámenes.

Cinco días desde que descubrió que por forzar su poder en un momento de baja autoestima y negatividad, había con ello comenzado un problema cardíaco ante situaciones de presión y estrés. No había asistido a la escuela por consejo médico, y había terminado conociendo sus resultados gracias a sus compañeros.

Pero en ese tiempo libre, había llegado a su nueva casa, y por fin era la verdadera. Sus padres ya habían comenzado la mudanza, empezando con el primer piso por su propia cuenta, y dejándole a unas personas contratadas lo que era la cocina, baños y la instalación de las camas.

El cuarto de Hachiro era un lugar muy hermoso. Su cama no era la típica, estaba en forma circular, pero incrustada a la pared. Tenía por encima un velo oscuro para cubrirlo por las noches. Por otro lado, un espacio para su play y otros juegos más. Un escritorio preparado para su computadora, lugar para álbumes y discos de vinilo (de los cuales algunos adornaban la pared). Era la descripción del estilo grunge, lo de los noventas traído al futuro.

Así que ahora, en su espacio de confort, estaba con el pecho descubierto y unas bermudas oscuras, mientras que a su lado Shoto Todoroki miraba su celular con atención, vistiendo una remera blanca lisa, y unas bermudas de colores más claros.

Hachiro estaba aburrido, extrañaba escuela y no había estado para el cierre por vacaciones por su presión arterial altísima, así que se había perdido de todos los chismes. Aunque se enteró por Todoroki que cierto rubio estúpido había terminado desmayado por el enfrentamiento con All Might.

Suspiró, mientras estiró su cuerpo. Dejó caer su cabeza en el regazo de Shoto, intentando ver lo que tan ensimismado lo traía en su teléfono. Achinó sus ojos forzando su vista, sintiendo felicidad cuando Todoroki acercó el móvil a su rostro para que pudiera leer. Le dio una gran sonrisa expresando aquello que sintió necesario mostrar, mientras leía el nombre del grupo de la U.A, dónde estaban únicamente los hombres. Claro que no era la excepción, así que tomó su propio móvil para leer los mensajes.

─¿Izuku pidió la piscina para entrenar?─preguntó con tonalidad baja, mientras miraba los bonitos ojos heterocromáticos de su mejor amigo con confusión. Este asintió, regresando brevemente la vista a su pantalla.

─¿Quieres ir?

Hachiro hizo una mueca.

No quería ir, se sentía muy bien por el momento consigo mismo, había tenido una mejora notable al estar siendo apoyado por amigos y familia esos días previos, así que no quería que todo se vaya abajo por culpa de un estúpido que ni siquiera estaba entre ellos.

Antes de contestarle a Todoroki, leyó las demás respuestas. Todos iban a asistir, por lo que sería un poco extraño si ellos no asistían, pero no estaba en sus planes pasarla mal. Sin embargo, volvió a sentir un bajón emocional cuando encontró un mensaje de Kirishima avisando que él y Bakugo estaban en su casa, que luego irían. Abrió su teclado y comenzó a escribir: "Yo paso chicos, está cómoda mi cama". Envió el mensaje rápido, sintiendo ahora los ojos heterocromático de Shoto sobre él, pero lo dejó pasar sabiendo que no era muy significativo.

Casi se atragantó con su saliva cuando vio el siguiente mensaje de Todoroki, enviando una foto suya acostado en su regazo con el celular, con los cabellos peinados hacia atrás de una tierna forma. Hizo un puchero mientras leía el mensaje que puso debajo. "Si vamos a ir", escribió Shoto, sonriendo muy leve. De alguna forma, supo que aquello lo había hecho adrede al ver la mueca que puso el azabache cuando se enteró de que su amor platónico estaba con su mejor amigo, el cuál era mucho mejor partido que él.

─Shoto... No quiero.─dijo con un tono más serio Hachiro, mientras levantaba de la cama, moviendo su cabeza del regazo del bicolor, para mirarlo fijamente a los ojos.─No me gusta el agua profunda, ya lo sabes.─advirtió, cruzándose de brazos en señal de que no aceptaba la idea.

─No es necesario que te metas. Últimamente estás pálido, supongo que es por lo del examen. Me quedaré contigo si quieres, solo no quiero que estés encerrado aquí.─habló con parsimonia el de cabello bicolor, sonando tan pacífico como siempre.

A veces Hachiro quería llorar cuando estaba con Shoto. Era el mejor amigo que le podría haber tocado, estaba orgulloso de él. Siempre pensando en los demás, sin demostrarlo quizás, pero agradecía que pudiera expresarse en su presencia y tratarlo con cariño. Le dio una sonrisa amigable, absteniéndose de abrazarlo a sabiendas de que esos gestos podían asustarlo, así que solo tomó su mano con cuidado.

─Está bien.─musitó con suavidad, sintiéndose tranquilo.─Gracias por todo, Shoto. Eres de las mejores personas en mi vida.─vio la sorpresa en los ojos del bicolor, que tenía un leve sonrojo en sus mejillas. Hachiro bajó la mirada.─A veces me siento inseguro, porque no sé si yo soy muy atento a ti. Pero estoy orgulloso, de que domines tu fuerza como propia, dudo mucho que la gran persona que eres desaparezca solo por tu kosei.─volvió a subir sus ojos platinos, que brillaban más que de costumbre.─Ambos lados de ti, Shoto Todoroki, son perfectos. Gracias por ser mi amigo.

Vio una pequeña y significativa sonrisa surcar los labios del bicolor, quien se había puesto más nervioso que de costumbre, tartamudeando un poco las palabras.─Eh... Y-yo. No sé que decir, Hachiro. Si eres atento... Yo-...

Morikuro lo detuvo, haciendo una seña.─No digas nada, ya sé todo. Si quieres ir a la piscina, espero que no me obligues a entrar.─con esas palabras, Hachiro se impulsó fuera de su extraña cama, más parecida a un nido por el desorden de la cantidad de edredones. Con pereza, caminó hacia su armario, buscando donde tenía sus bermudas y mallas.─Supongo que tendré que prestarte ropa.

─Debemos usar los del uniforme.

Hachiro suspiró, ya comenzaba a retractarse.

Cuando sus pies descalzos tocaron las baldosas cálidas por el tacto del sol de verano, ahogó un grito interno, sintiendo la necesidad de brincar para evitar quemar las plantas de sus piecitos. Obvio, suprimió aquello y siguió caminando detrás de Shoto Todoroki, escondiéndose de cualquier persona que volteara a observarlo. Y servía bastante siendo su estatura mucho menor a la del adolescente de cabellos bicolores.

Llevaba una camiseta con mangas hasta los hombros algo holgada, de colores oscuros claramente. Su cabello estaba atado en una coleta baja, dejando mechones esconder sus platinados ojos. Estaba algo nervioso, pues habían llegado algo tarde. Aparte, ver la piscina y a las chicas dentro le revolvió el estómago en dos sentimientos bastante conocidos: envidia, por la naturalidad con la que se movían por el agua, y miedo.

Miedo por el reflejo que daba el cristalino líquido.

Sintió un apretón en su mano, mirando sorprendido la zona por ser inesperado. Todoroki entrelazó sus dedos mientras lo llevaba casi a rastras debajo de las sombras, haciendo que se tropezara un tanto por la velocidad con la que lo alejaba de ese lugar. Agradecía que estuviese atento a sus traumas raros, aunque no le hubiera contado toda la historia detrás de un simple miedo.

Todoroki le señaló un lugar, haciendo que se sentara con algo de timidez impropia de sí mismo. Pero justamente, tenía miedo y estaba inseguro, así que le tocaba tener que aguantarse a un Hachiro sumiso y sensible, muy distinto al determinado, perspicaz y a veces brutalmente sarcástico chico que siempre solía ser. Sin olvidar el detalle que sus insultos iban más coquetos que furiosos.

─¡Todoroki-kun, Morikuro-kun!─exclamó feliz Midoriya, acercándose a los chicos con una sonrisa tierna.─Uhm... Lo siento, Hachi-kun.─se corrigió, llevando a su cuello su mano izquierda, rascando la zona con pena por haberse equivocado de apodo.

Sin embargo, Hachiro abrió grande los ojos, reconociendo que nadie lo había llamado así nunca. Siempre le habían dicho Hiro, o algún apodo tonto. Así que prácticamente era imposible que Izuku Midoriya se sintiera tan confiado de inventarle un nombre qué-

Oh, si recordaba.

Las memorias del primer día de estudio con Bakugo y Kirishima llegaron a su mente, y cómo el rubio le había dicho "Hachi de mierda". Hizo una mueca incómodo, mientras clavaba sus orbes platinos en los verdosos brillantes del adolescente más bajo, cuestionándose cómo y por cuales medios llegó ese apodo a su boca.

─¿Hachi-kun?─indagó el azabache, alzando una ceja. Un sonrojo se extendió por el rostro de Izuku, que comenzó a hacer maniobras raras para taparlo, llamando la atención de varios en el lugar por su rara actuación.

─¡E-E-Etto!─con nerviosismo empezó a balancear su peso de una pierna a otra, comenzando a hablar─¡Kacchan te llamó Hachi cuando preguntamos por ti, y cómo le pone apodos así a todos pensé que p-podría decirte así! L-Lo siento.─se inclinó sobre su cuerpo, haciendo un reverencia leve.

─No hay problema. Creo que... Me gusta.

Sí, el apodo era bonito después de todo. Aunque chico tan grosero e idiota lo hubiese inventado. Pero no había forma de que siguiera demostrando la debilidad que tenía por él, no lo necesitaba para su principal camino de convertirse en héroe. Y menos que menos volvería arrastrándose sobre el suelo a rogarle su atención.

Izuku le sonrió, otra vez siendo la ternura que siempre resultaba.

─Vamos, los demás están allá. Los estamos esperando.─añadió con más confianza el chico de cabellos verdes. Sin embargo, fue solo Shoto quien comenzó a caminar, dedicándole una corta mirada a Hachiro.

─¿Esperas aquí?

Hachiro hizo un puchero pequeño.─Sí, no te preocupes. Yo voy a...─hizo una pausa, mordiendo con suavidad su labio inferior, buscando a los alrededores algo que hacer.─... voy a dormir, que mierda.

Se dio la vuelta, dándole la espalda a Todoroki mientras se acomodaba en el asiento, sintiendo un feo sentimiento de vacío en su pecho. Era complicado de describir y ya lo venía sintiendo desde antes: tristeza acumulada, provocaba que un dolor agudo escalara su garganta y se instalara en el comienzo de su estómago, como si quisiera rodear su corazón y no encontrara los vasos sanguíneos de entrada.

Shoto hizo una mueca, pero prefirió dejarlo un rato solo para no hacer una escena. Bastó darle una mirada a Midoriya para que no hiciera preguntas sobre su decisión, y comenzaron a caminar lejos. O eso supuso Hachiro cuando escuchaba los pasos alejarse.

─¡Hablamos después, Hachi-kun!

Un gruñido en respuesta recibió el de rizados cabellos, que ni siquiera oyó por la lejanía.

Sacó su celular del bolsillo de su bermuda, comenzando a revisar las redes sociales más polémicas por el aburrimiento. Quizás algún meme poco elaborado y con palabras al azar lo hacía reír más, lo cual era patético si lo pensaba mucho. Pero solo encontraba discusiones sobre héroes y actos criminales, demasiado aturdido como para interesarle pelear con algún ignorante cegado por el fanatismo.

Estar en silencio cuando estaba triste no era lo más preferible. Aparte, se estaba recriminando a su "yo" del pasado por no haber preparado alguna libreta para dibujar, así al menos no se aburría. Pero el traidor de Todoroki se había ido como perrito detrás de Midoriya tan pronto como apareció, así que no le quedaba otra que aguantársela. Tenían grupos distintos de amigos, pero en especial sabía que no era el único cercano al heterocromático.

Y bueno, de su grupo de amistades Hachiro se llevaba bien con todos. Mina era muy extrovertida, pero no se le acercaba mucho por culpa de que Kirishima la arrastraba a otro lado. Kaminari y Sero siempre lo molestaban, o le hacían bromas tontas, pero era más unido al chico de kosei eléctrico. Kirishima era un pan de dios, el chico perfecto y soñado, con una obsesión poco heterosexual a la masculinidad. Y después estaba Bakugo.

Quería gritar de rabia con tan sólo pensar su nombre. O escupirle, lo que primero pudiese hacer.

Iba a caer dormido de no ser por el celular que, al estar boca arriba, cayó directo a su cara, golpeando su nariz en el impacto. Soltó un bufido de frustración, comenzando a perder la paciencia de su propia existencia, hasta que escuchó una suave risa aproximarse.

─¡Hachi!─exclamó Kirishima, acercándose para darle un abrazo, casi tumbándose encima suyo, sacándole el aire en sus pulmones.

─¿Tú también me vas a llamar así?─Hachiro logró murmurar, causando que su compañero y amigo pelirrojo asintiera, sonriente.─Por favor, por el bien de mi salud mental, sal de encima mío o me voy a ver obligado a pensar que me estás coqueteando.

Kirishima rio nervioso, prácticamente saltando para alejarse.

Hachiro suspiró, ese chico en serio era imposible de odiar. Era tan perfecto, en cada pequeño aspecto. Entendía bien porque su cercanía con Bakugo, y empezaría a respetarlo. Sonrió triste, casi imperceptible, a sabiendas de que Eijiro era un buen partido.

─Vamos a competir y necesitamos un árbitro, ¡por favor!

Estaba aburrido, por lo que no costó acceder.

─¿Pongo las reglas?─preguntó neutral, desinteresado, volviendo a su capa normal de adolescente cansado de interacción social. Kirishima asintió. Hachiro llevó su mano a su barbilla, retirando sus ojos platinos del pelirrojo para clavarlos en el resto de los estudiantes, que miraban expectantes a que accediera.─Bien. Hagan tres grupos, los ganadores compiten una final, y el que gana... No sé si quieren un título, un beso, un diploma por ganar una competencia, no le veo diversión.

Izuku hizo acto de presencia, consternado por sus palabras.─¡Es divertido, Hachi-kun! ¡Por favor, solo mira quien pasa primero y determina si es válido!

Para su sorpresa, Bakugo chasqueó su lengua, preparándose para decir algo. Pero el nerviosismo le ganó a Hachiro y asintió, levantándose de su lugar con seguridad fingida.─Empiecen antes de que me arrepienta.

Se escuchó un «gracias» general, y el primer grupo comenzó a ponerse en la zona de partida de la piscina.

Hachiro suspiró con pesar. Debía mantener la calma y no mortificarse. Solo era un poco de agua y cuerpos sumergiéndose, no le podía traer tan malos recuerdos algo simple. Iba a poner su mayor empeño, aunque estuviese más que negado a desafiar su propio miedo. Si iba a ser un héroe, debía estar preparado a esas situación, nunca sabría cuando una víctima podría estar ahogándose y tuviese que recurrir a un rescate manual.

Pero mierda, para eso tenía su kosei telequinético.

Cuando vio al primer grupo prepararse, llevó el silbato que le habían tirado a sus labios. Las chicas observaban desde el otro lado del complejo, en las sombras, cuchicheando entre ellas. Tokoyami, Mineta, Kaminari y Bakugo se pusieron en posición.

Hachiro sonó el silbato, dejando salir un escandaloso ruido que dio por inicio la dinámica. Sus compañeros, a excepción del excéntrico rubio cenizo, se lanzaron al agua con rapidez. Hizo una mueca al escuchar el chapoteo de los cuerpos contra el líquido, reteniendo las ganas de quitar la vista de ellos.

─¡Turbo explosivo!

Boom, una explosión y Bakugo del otro lado de la piscina, en la meta, sosteniendo una arrogante sonrisa y sin una gota de agua encima.

Las quejas no tardaron en llegar.

─¡Es estilo libre, extras!─exclamó el pelicenizo con claro enojo por las palabras de los demás abucheándolo. Hachiro rodó los ojos, aprovechando su puesto de árbitro como si fuera una dictadura, sonando el silbato con tanta fuerza que hasta sus mejillas se pusieron rojas.

─Fue mi error no especificar el "naden".─Hachiro viró los ojos, mientras se volvía a sentar en el sillón debajo de la sombra, con una sonrisa igual o más arrogante que la de Bakugo. Para variar, añadió:─Pero si son tan inservibles como Bakugo-san y no tienen ni un mínimo de habilidades atléticas, adelante, les permito usar sus koseis.─dijo aquello con tanto veneno al pronunciar el nombre del cenizo que hizo a todos incomodar.

─Tú, pedazo de mierda inservible...

─¿Usted no puede tomarse ni una puñetera broma bien?─espetó con asco sincero cuando vio al pelicenizo acercarse a él con furia. Ni siquiera se iba a gastar en enfrentarlo, pues sólo lo quería tener lejos. Pero sus palabras no hacían más que enfurecerlo.

─Vamos a hablar.─especificó Bakugo haciendo pausa en cada una de las palabras, con una sonrisa llena de cinismo y un tik nervioso en el ojo. Hachiro alzó ambas cejas, mirándolo de arriba a abajo, buscando algún indicio de importancia en su ser como para perder el tiempo hablándole.

─Lo siento, no hablo el idioma de los perros.─Hachiro se defendió, mirando hacia otro lado con desinterés.

Oh, y cuanto detestó a sus compañeros por no darle una mano cuando sucedió la desgracia.

Katsuki Bakugo tomó su cuerpo entre sus brazos, haciendo una maniobra graciosa para poner el estómago de Hachiro sobre su hombro izquierdo, cargándolo como una bolsa pesada. Antes de poder dar una patada y liberarse, como fácilmente pudiese haber sido victorioso, los brazos encapsularon sus piernas con una fuerza que hasta le provocó dolor.

─¡Bájeme, Bakuperro! ¡Bájeme!

Y así fue arrastrado hacia una parte alejada del complejo, dónde los demás no podían ser partícipes de la conversación que se venía entre ellos dos.

Hachiro selló sus labios, no estaba dispuesto a decir ni una sola palabra, menos dirigirle la mirada al rubio arrogante que lo cargaba sin cuidado. Su orgullo era grande, y ya había dicho que no iba a arrastrarse para volver a un circulo vicioso de amistad tóxica con ese chico. Simplemente, no podía verlo como un amigo cuando le gustaba tanto, no quería ser ese idiota ilusionado, y menos pasarla mal por su inmadurez y su complejo idiota de superioridad.

A tal punto, su cuerpo fue arrojado sin cuidado contra una pared, siendo acorralado por los brazos de Bakugo a cada costado de su rostro para evitar escapar. Se mantuvo firme, lejos de mostrar el miedo y el nerviosismo que sentía por lo que pudiese estar por decirle el chico de kosei explosivo, pues sabría que le harían doler hasta la última célula de su cuerpo.

─¿Qué carajos te sucede?─preguntó apretando los dientes el pelicenizo de orbes carmines frente suyo, mostrando la furia contenida con palabras dóciles. Hachiro apretó los labios, evitando a toda costa el contacto visual.

«El amor te va a matar, pero el orgullo será tu perdición.» Recordó brevemente, sintiendo ese vacío en su pecho.

─¡No me ignores, mierda!─Bakugo volvió a exclamar, golpeando la pared al lado de su cabeza, evitando hacer una explosión que pudiese herir nuevamente los oídos de Hachiro. Muy considerado para la situación en la que estaban.

─No quiero hablar usted, Bakugo-san.─contestó frívolo, cortante. Katsuki ya se notaba harto de su comportamiento.

─¡Deja de tratarme así, ya no es gracioso!─sus gritos estaban incrementando su volumen, preocupando un tanto a Hachiro. Si seguí haciendo un escándalo iba a llamar la atención del resto, y no tenía emoción por tener a todos como perritos detras suyo preguntando de que hablaron.─¡No sé que hice, pero perdón, maldita sea! ¡Solo deja de comportarte así!

Hachiro no podía abrir la boca y contestar, simplemente estaba en blanco.

Podía ver y sentir el enojo encapsulado de Bakugo arrasar sus palabras y controlar sus acciones. Por la manera en que sus cejas se arrugaban, o por como sus ojos transmitían cada sentimiento dentro de su corazón. Tragó saliva duramente, intentando cortar el contacto visual por completo.

─¡No sabes... Lo frustrante que es haber visto como tu cuerpo se ponía negro por tu mierda de kosei en el examen y no haber tenido siquiera oportunidad de preguntar cómo estabas!─Hachiro se quedó sin palabras, manteniéndose en un silencio sepulcral. No se lo esperaba.─ ¡Desapareciste y ahora llegas todo superado, hablando mierda y humillándome frente al resto!─una explosión escapó del control del pelicenizo, que ahora tomó un fuerza el antebrazo de Hachiro, sacándole un jadeo de dolor.─ ¿Qué hice, eh?─el agarre se intensificó, y un jalón lo hizo acercarse peligrosamente a Bakugo.─¡Dime qué carajos hice para que me trates así!

El grito lo asustó, la pose lo asustó. El moretón que a futuro tendría en sus brazos lo asustó. Así que, perdiendo la postura por completo, las lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

─A-Aléjate. Aléjate Katsuki, te tengo miedo.─espetó con voz temblorosa, rompiéndose al final en miles de pedazos. Su corazón imitó la acción cuando Bakugo lo soltó con sorpresa y una expresión muy cercana al dolor, sintiéndose culpable por haber dicho solo la verdad.

Bakugo asintió, alejándose sin decir ninguna sola palabra, con su rostro sorpresivamente inexpresivo. Solo le dio la espalda y caminó de regreso a la piscina, seguro para poder terminar la competencia que habían empezado con el resto del curso. Y Hachiro lo miró, con enojo y frustración, pero más que nada con los dos sentimientos profundos de tristeza y miedo que tanto lo perseguían, mientras que con sollozos se secaba las lágrimas fuertemente.

Se volvió solo a casa, pasando por una salida secundaria del complejo de la piscina. Le dejó un mensaje al celular de Todoroki, avisando que se iba a ir antes porque se sentía mal, que esperaba que lo disculpara por ello. Y ciertamente, era una verdad imperdonable, que prefería pasarla mal sólo, antes que tener lástima ajena. A nadie le gustaba eso.

Cuando llegó a casa dejó sus zapatillas en la entrada, subiendo las escaleras lo más rápido que pudo. Sus papás no estaban allí todavía, lo cual agradecía internamente, siendo que no deseaba que lo tomaran para la charla y comenzaran a atacarlo con preguntas sobre su relación con Shoto, o si tenía algún amigo (o amiga) que fuera más cercano a él. Solo no estaba de humor para esas cosas.

Iba a dormir, esperando que el sentimiento desapareciera pronto. Y en eso estaba cuando su celular sonó, mostrando una nueva notificación en sus mensajes. Frunció el ceño y procedió a quitarse la camiseta antes de chequear quien le había escrito.

Apretó los labios viendo el chat de Bakugo.

"Abre la ventana." Decía el mensaje. Un sentimiento extraño se plantó en la boca de su estómago, sintiendo sus manos sudar de repente por los nervios. Se preguntaba miles de cosas, entre ellas a qué se refería con abrir la ventana.

Lo comprobó por su cuenta, abriendo la gran ventana de su cuarto, saliendo al pequeño balcón que poseía, y apoyando sus manos sobre el barandal.

Cerró los ojos con fuerza cuando vio al idiota de pelos rubios esperar abajo, cruzado de brazos y con una expresión clara de molestia.

─¿Cómo sabes dónde vivo?─indagó Hachiro, poniendo esfuerzo extra en no temblar. Pues sus piernas estaban haciéndolo, por el nerviosismo de sentir su propia privacidad violada, y de estar inseguro en su propio hogar.

─El imbécil mitad-mitad.─fue su corta y molesta respuesta.

Hachiro entrecerró los ojos, mordiendo su labio suavemente mientras pensaba en lo que haría al respecto cuando se encontrara con Todoroki.─¿Y qué quieres?─ahora le tocó a él cruzarse de brazos y hablar con molestia.─¿Hablar de vuelta? ¿O quieres que me ponga a recitar Shakespeare?─tomó una bocanada de aire antes de empezar y sonrió falsamente:─¡"Oh, Romeo, Romeo"!

No pudo terminar la frase célebre de Julieta, ya que una explosión adornó el lugar y ensordeció sus oídos por breves segundos. Pero aún así, aunque su instinto y lógica le decían que de la vuelta y se esconda para no ser herido, se mantuvo firme y estático en su lugar, esperando que el ahumadero producido se disipara.

Pronto, reveló el rostro de Katsuki a cortos centímetros de distancia del suyo, subido al barandal y sentado sobre este con una sonrisa que cruzaba el limite entre la arrogancia y el cinismo.

─No me hagas perder la puta paciencia.─susurró Katsuki Bakugo, sin cambiar su extraña expresión. Sus ojos carmines analizaban la situación meticulosamente, y señalaba la distancia como un punto a su favor.─¿Es por lo que pasó en los vestidores, verdad? ¿El motivo de que esté tan insoportable? Te molestó que diga que no me importas.

Hachiro rodó los ojos, tragando saliva con nerviosismo. No valía nada seguir ocultando la verdad si Bakugo era tan bueno descifrándola, así que solo se encogió de hombros para restarle importancia.─No te creas tan importante.─musitó en un tono más bajo, con molestia.

─No, imbécil, tú no te creas tan importante.─Katsuki espetó, hundiendo su dedo índice en el pecho descubierto del azabache. Y sin ningún pelo en su lengua, comenzó a pronunciar aquellas palabras que dejarían un vacío nuevo en el pecho de Hachiro:─No voy a soportar que me faltes el respeto frente al resto. No me importas, nada de ti lo hace, solo eres un extra más en el camino. Así que deja de pretender que debo tomar responsabilidad de ti.

La mente de Hachiro quedó en blanco.

Sus ojos platinos se cristalizaron a una velocidad indescifrable, siendo testigo el nuevo ocaso en el cielo de como las lagrimas comenzaban a caer en descontrol. Tan pronto tocaban los poros de su piel, se convertían en gotas espesas y saladas, dejando tras su paso marcas similares a las de tinta salpicando un blanco trozo de papel.

"Mientras esté aquí, no tendrás miedo. Ahora eres mi responsabilidad." Recordó las palabras que Bakugo le había dicho esa noche lluviosa donde le contó su pasado, dónde abrió su corazón confiando ciegamente en él por ser el primero en acercarse en un momento de debilidad. Esa mentira ponzoñosa le dejaba un mal sabor en la boca, sintiéndose muy estúpido por ser un ingenuo.

─¿E-Era eso o te faltó algo más?─logró indagar, con la voz ronca y lastimada por las lágrimas que brotaban a montones, manchando sus mejillas con el espeso líquido negruzco. No levantó la mirada, sólo la clavó en el suelo para evitar seguir viendo el asco en los ojos ajenos.

Pero Katsuki estaba arrepentido, demasiado. Empeoró cuando escuchó los sollozos de Hachiro.

─No llores.─pidió tomando sin cuidado el rostro del azabache, pero sus palabras fueron ignoradas.─No, no llores, basta.─Bakugo comenzaba a ponerse nervioso. Mientras que con sus manos acunaba sus mejillas, con los pulgares quitaba las lágrimas con delicadeza.─Estaba bromeando, deja de llorar. ¡Lo siento!

Hachiro lo empujó, separando sus manos de su rostro. Limpió sus propias lágrimas con el antebrazo, envuelto en una furia que ya no iba a controlar.─Vete... ¡Si es verdad, salta y quítate de mi camino de una buena vez!─exclamó, sintiendo un disgusto en su lengua por el dolor que le provocaba decir aquellas palabras.─¡Si en serio me ves así, solo vete! ¡Pero no creas que cuando se te pase, voy a aceptar que vengas y pidas mi amistad de nuevo!

─No.─fue la única respuesta.

Hachiro frunció el ceño, completamente enojado, quizá como nunca antes.─¡¿"No" qué, idiota?!─le exclamó en frente de su rostro, subiendo el volumen de sus gritos apropósito.

Katsuki Bakugo también se enojó y lo tomó de los hombros, empujándolo contra el barandal, cambiando las posiciones de ambos.─¡¡No me voy a ir!!─lejos de ser un grito, fue más bien un rugido lo que escapó de los labios del pelicenizo. Ahora aprisionaba a Hachiro fuertemente contra su propio pecho, siendo detenidos de una fea caída por la barra del balcón a sus espaldas.

Por reflejo, Hachiro no se aguantó más.

Enredó sus brazos en la cintura de Katsuki, dando un abrazo profundo, en el que su rostro se escondió en el pecho del pelicenizo. Los sollozos había desaparecido por completo, dejando en el lugar solo el sonido de sus respiraciones erráticas fusionadas. Pudo suspirar tranquilo cuando Bakugo correspondió su abrazo, sintiendo su nariz enterrarse en su cabello e inhalar el olor fresco proveniente de este.

─Se supone que somos amigos.─murmuró Hachiro mientras sentía sus párpados cerrarse. Estaba agotado.

─Lo sé.

Silencio, latidos desenfrenados.

Le tranquilizaba.

─¿Por qué duele tanto?

─No lo sé.

Claramente no lo hacían.

Eran dos niños jugando a ser héroes, que iban cayendo enamorados. Porque perdían lo más importante de si mismos: intentando salvar a otros se olvidaban de que poco a poco se destruían mutuamente.

Con ese abrazo y ese sentimiento, comenzó el cambio.


o-okey... casi 5000 palabras, no me odien. yo me odio. pero no hablemos de esto dea, solo miren la portada y vean que está bien linda jajdjs. me va a dar un panic attack, perdón por escribir esto, los amo. ya se viene lo más doloroso de relatar.

diganme si quieren especial por 5k de lecturas (boe buscaba especial para todo ysi), pero denme ideas porque sino sale Yandere.

NO ME IGNOREN LPM

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