𝟎𝟐𝟓. that villain
CAPÍTULO VEINTICINCO: ESE VILLANO
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN
─Vamos, Shinso. A entrenar ese culo.─seguido a sus gritos, explotó el confeti en la cabeza del peli morado, haciéndolo gruñir de rabia y que se diera vuelta con la intención de golpearlo. Sin embargo, era una suerte que Aizawa estuviera para detenerlo.
─¿En serio tiene que estar aquí?
─Es mi bendición por el momento.
Si, ahora era la bendición de Aizawa. Tras pasar quizás dos horas metido en el auto con una acalorada discusión por parte de su madre, esta le dejó en claro todo lo que opinaba de su comportamiento irresponsable y de cómo nunca debió separarse de Endeavor para ir a hacerse el héroe en algún callejón desolado donde obviamente podía estar el psicópata de Stain. Por supuesto, que sus retos y maldiciones entraban por una oreja del pelinegro y salían por la otra.
Todavía conservaba la bandita de Shoto, y eso lo tenía levemente feliz.
La decisión parcial de sus padres, la muy brillante decisión, había sido que Hachiro se quedara lo que restaba de días para que ellos se mudaran a Musutafu, con Aizawa. Esto debido a que con el ataque al villano más aclamado entre los criminales y asesinos, sería una carnada fácil al reconocerlo por la calle y cualquier loquito que se quisiera vengar podría acabar con él en un instante. Así que por su "irresponsabilidad" había perdido no solo su departamento, sino la libertad de su privacidad.
Ahora tendría a Aizawa controlándole hasta los horarios de su ducha.
No podría verse con sus amigos en su departamento, ahora se arrepentía de no haberlos invitado con previedad más veces.
En esos momentos, estaba acompañando a Shota con sus pasantías junto a Shinso Hitoshi. El peli violeta que le había coqueteado indirectamente y de forma descarada cuando fue a presentar su declaración de guerra al curso. Por supuesto que este también parecía arrepentido al ver que el pelinegro se desprendió de su retraída forma de ser para molestarlo libremente.
Hachiro estaba en el suelo, con el torso fajado por la operación, siendo que su lado derecho dolía demasiado al caminar. Siempre era aquél el que se llevaba los peores daños, odiaba su derecha.
Esa tarde tenía una sesión con Recovery Girl, donde evaluarían que daño podía reparar con su singularidad.
Y por ahora, Hachiro se rehusaba a quitarse el parche en su ojo. Después de semanas desde que entró a la U.A teniendo la suficiente confianza en sí mismo como para mostrar esa imperfección que parecía gustarle a los demás por ser diferente, volvió a su caparazón inseguro de como su rostro se veía afectado de manera estética.
Ahora si se consideraba más feo que nunca.
Aunque no siempre le importaron los estereotipos de belleza, indirectamente si se trataba de él mismo, incumplir las normas de la sociedad era motivo suficiente para poder llorar en las noches.
Aparte, Stain dijo "Vamos a agregarle otro trauma a la lista", y se encargó de dejar una marca también visible en el cuello del menor. Como si el daño psicológico que una vez su hermano provocó, ahora por fin pudiese ser apreciado.
─Shinso, ya terminamos por hoy. Mas tarde saldrás a hacer patrullaje conmigo.─el de cabellos y ojos violetas asintió, encargándose de guardar mientras las armas de captura que había tomado para practicar.─Hachiro, eso no significa que puedas meter a alguien a mi casa.
─Si tuviera amigos lo haría.
─Tú eres el que no contesta sus mensajes, estoy cansado de tener que responderle a un alumno el estado de un idiota.─tan pronto como Aizawa dejó de hablar, Hachiro recibió un golpe leve en su cabeza de este, seguido de una caricia suave en su cabello.─Hiro, enserio deberías hablar con ellos.
─Solo quieren confirmar los rumores.─el pelinegro murmuró apenado. Por supuesto que le había contado todo a Aizawa, completamente todo. Alguien tenía que explicar porque tenía una operación por una única costilla perforando su pulmón, cuando las otras estaban intactas.
Aizawa suspiró desganado por la desconfianza del chico, y sólo lo ayudó a levantarse del suelo.
El resto de la tarde pasó relativamente lento. Aprovechó las horas que tenía Shinso para ir a su hogar y ducharse antes de volver a salir a patrullar, para pedirle a su padrino que por favor lo acompañara a comprarse un nuevo celular que obviamente podía pagar gracias a los ingresos de su familia. Claro que el adulto no se lo negó, pues le alegró que quisiera intentar comunicarse con sus amigos. Ya siendo viernes, quedaba el fin de semana y luego las clases volverían. Lo más probable era que para esas alturas Hachiro pudiese caminar debidamente y que la herida en su cuello desapareciera.
Cuando al fin llegaron al departamento, Hachiro se lanzó en la cama que había en el cuarto de invitados, pues no quería irrumpir en el cuarto de Aizawa. Quería mucho a su padrino, pero le causaba cierta gracia que este hablara de "casa" cuando vivía en un departamento. No lo juzgaba, era soltero, con un trabajo de tiempo completo, y no tenía hijos. Lo más cercano a uno era el pelinegro adolescente.
A veces deseaba saber la historia entre su familia y la suya. Decían que su papá era amigo cercano a Shota, pero cuando cruzaban miradas podía sentir a su padre querer sacarle la cabeza de un tirón. Y no bromeaba cuando decía que era un observador nato, pues sentía que había cierta historia entre su madre y padrino.
Agradecía en parte no tener algún kosei fuera de su compresión familiar porque su cabeza estallaría con la simple idea de ser hijo de Shota. Era imposible, lo único que parecían compartir eran las ganas de morir o dormir, lo que sucediera primero.
Y hablando de Aizawa, a las horas de ver que el adolescente no soltaba su celular, le lanzó una ojota en la cabeza para que le prestara atención. Las quejas de Hachiro fueron nulas, acostumbrado a que su madre le arroje cosas peores.
─Salgo ahora. Recuerda lo que te dije. No jodas al gato.
El gato, casi lo olvidaba.
─Suerte.─Hachiro le sonrió a su padrino con cariño, recibiendo un gesto similar que el adulto intentó esconder.
Cuando escuchó la puerta cerrarse, se levantó rápido a buscar al felino por toda la casa. Aizawa tenía un bonito gato negro de ojos misteriosamente verdes. Era un animal muy hermoso, de un pelaje que hasta para Hachiro siendo humano le resultaba envidiable. Encontró a la mascotita de su padrino arrecostado en el sofá de la sala de estar del departamento. Estaba ronroneando por el contacto cálido de los cojines.
Hachiro amaba a los gatos. Cuando vivía con sus padres en Tokio, tenía dos de pelaje grisáceo y blanco, eran unos bonitos gemelos. Le dio una caricia detrás de las orejas, y cuando ronroneó y maulló mas fuerte, no evitó darle un pequeño besito en su frente peluda.
Se hubiese quedado más tiempo jugando con el felino, de no ser porque su estómago empezó a rugir señalando que tenía hambre.
Al final, no fue a ver a Recovery Girl por pura terquedad. Tenía tiempo, pero necesitaba un nuevo celular. Los mensajes de sus amigos eran miles, preguntando cómo estaba y si se había recuperado de su cirugía. Pues los rumores volaron rapidísimo sobre el encuentro de los cuatro adolescentes dentro del curso, ya que se sabía que iban a estar en Hosu. Se había encargado de ignorar todos y cada uno de ellos, tendría la oportunidad de hablarles cuando fuera a la escuela. Aparte, no estaba feliz con los resultados como para andar repitiendo la historia chat por chat. Ni siquiera tres mensajes de Bakugo fueron suficientes para que se dignara a contestar.
Un simple "Idiota de mierda", acompañado luego de un "Contéstame cuando puedas", y finalizado con un "Quiero llamarte". Estaba rechazando una llamada del rubio, y no sentía culpabilidad alguna. Debían entender que lo último que quería era andar de sociable.
De todas formas, cuando abrió la heladera y encontró puros vegetables y alimentos específicamente hechos para preparar la cena, se disgustó. Quería algo dulce que comer en el momento, después se encargaría de preparar algo para Aizawa y para él. Supuso que no habría problema si salía unas cuadras a comprar algún snack al supermercado más cercano.
Todavía tenía los puntos y su torso fajado, pero seguía siendo una persona calma y paciente para sí mismo. Aun con sus saques de ira.
Tomó la llave del departamento de Aizawa, pero antes de salir su celular sonó un par de veces. Agarró el aparato con suavidad, viendo que al parecer Katsuki no estaba muy feliz con que no le contestara los mensajes.
"Pedazo de mierda, contesta o te voy a explotar la cara cuando te vea." Ese cariñoso texto había recibido de su parte. Decidió por primera vez en el día no ser un idiota y contestar, pues le daba un poco de lástima.
Escribió un rápido: "Perdón, no me siento bien." A eso, el rubio pareció tardar en responder muy poco, pues una decisión estaba haciendo eco en su cabeza. Este le contestó de vuelta: "Ajá, el lunes vienes a casa, y me vas a oír hijo de puta"
Hachiro sonrió ampliamente ante el mensaje. Escribió un "yo también te extraño" y guardó su celular, apagándolo en el trayecto. Daba así por terminada la charla, no disfrutaba mucho chateando con personas. Prefería hacerlo de frente.
Una vez que cerró el departamento, guardó las llaves en el bolsillo de su hoodie gris. Ni siquiera se molestó en cambiarse mucho la ropa, pues no estaba tan mal vestido después de todo. No parecía un K-Poper, pero tampoco un vagabundo.
Caminar con la faja iba a ser un tanto complicado, lo comprobó cuando dio los primeros pasos, pero si no la usaba su pecho comenzaría a arder. La noche era algo densa, pero las personas circulaban la cuadra con total normalidad. El final del semestre escolar iba acercándose poco a poco, sintiéndose ya la brisa fría en la oscuridad que el otoño comenzaba a traer. El tiempo pasaba muy rápido, y eso era algo que Hachiro amaba.
Amaba la sensación de cerrar los ojos, e inconscientemente estar donde deseaba. Por ejemplo, ya habían transcurrido cinco minutos de caminata cuando se encontró con el primer supermercado de 24 horas. Había decidido no ponerse su parche, pues no le convenía tener menos visión a esas alturas de la noche.
Entró al supermercado, observando el panorama al instante. Los empleados ni siquiera levantaron la vista para saludarlo, pues el lugar estaba bastante concurrido, así que no se molestó en saludar. Tomó uno de los carritos en la esquina del local, y avanzó entre las góndolas buscando con qué cumplir sus propios caprichos. Si se iba a ver en unos días con Bakugo (cosa que le levantó el humor de manera sospechosa), mínimamente se molestaría en comprar algo que le gustara al rubio cenizo. Siempre estaba comiendo comida picante, así que supuso que era lo que le gustaba.
Cuando llegó a la zona de snacks, tomó al menos tres paquetes distintos. Dos de gustos picantes, y uno de panceta. Era su gusto culposo. Eso y los chocolates de almendra. Fue por ello entonces que se dirigió a la zona en la que estaban las cosas dulces, metiendo distintos tipos dentro del carrito. Iba a reventar si seguía comiendo así sin entrenar.
Aproximadamente serían unos 1000 o más yenes, así que era mejor que dejara la compra hasta ese precio y saliese del local. Se acercó con lentitud por la molestia en su costado a la caja registradora más cercana a su góndola. El empleado estaba bastante desinteresado en saludarlo, así que solo imitó su asquerosa actitud y sacó las cosas del carrito, viendo como iba escaneando los precios y sacaba la cuenta.
Fue algo extraño, porque de un momento a otro, cuando el empleado levantó la mirada y lo observó a los ojos, pareció palidecer ante la imagen frente suyo. Esto claro que dejó confundido a Hachiro, pues nunca en su vida había visto a ese tipo.
─¿A-Algo más?
─No. Gracias.─la pantalla mostró a los ojos del pelinegro el precio de toda la compra, y rápidamente sacó el dinero para pagar. No quería pasar más tiempo con ese tipo raro, que ahora temblaba mientras aceptaba el dinero.
Quizás era su cicatriz o algo, pero no era nada inusual siendo que vivían en una sociedad donde la violencia existía a mayor escala.
No le dio mayor importancia, pues se encargó de tomar la bolsa con sus compras con su mano izquierda, y con la derecha encendió su celular. Había una llamada perdida de Aizawa, lo cual nuevamente hizo aparecer el ceño fruncido en señal de confusión en Hachiro.
Devolvió la llamada, llevando el aparato a su oído. Fue en el tercer tono que atendió.
─¿Sucede algo?─el pelinegro respondió con tranquilidad mientras avanzaba de la misma manera en dirección a su hogar.
─Hachiro, vuelve ahora mismo.─Aizawa sonaba muy agitado, lo cual preocupó al menor.
─Lo siento, Shota, solo salí a comprar unas cosas.─no sabía exactamente como sentirse sobre lo que estaba sucediendo, todo estaba tan raro y sin sentido. Quizás era preocupación común por la seguridad de su ahijado, o quizás algo malo estaba pasando.
Después de todo, su instinto en el hospital se lo advirtió.
─Niño, no es eso. Enserio, vuelve ahora, te explicaré cuando llegues. Hagas lo que hagas, no hables con nadie y evita que te vean.─Hachiro contestó con un "okey" algo tembloroso, y cortó la llamada al instante.
No iba a correr, pues sus puntos iban a abrirse por la presión. Ni siquiera debió salir en primer lugar, se sintió un estúpido. Y aún así, aún teniendo sobre su cabeza el aviso de ser consciente de su propio ser y avanzar con cuidado, no evitó detenerse en la oscuridad de un callejón, donde escuchaba a un hombre jadear.
─¡¿Dónde está?! La máscara... ¡Me voy a separar!
Hachiro avanzó sobre la oscuridad, escuchando los gritos desesperados de un hombre. No tenía mucho miedo, pues se imaginaba fácilmente que tipo de situación estaba ocurriendo allí. No había nadie más aparte de ambos, lo sentía en su cuerpo, en las sombras. De alguna manera por las noches su conexión con estas era mayor.
─Oye, ¿necesitas ayuda?─Hachiro preguntó suavemente, mientras observaba como el hombre se tensaba en su lugar.
─Y-Yo... Perdí mí máscara. L-La necesito.
Al acercarse un poco más, pudo notar el cabello rubio y la piel clara del hombre. No le molestó mucho su pedido, y formó una bruma irregular con su mano, similar a un escudo pero adaptable. Esa era otra de las virtudes de utilizar su kosei por las noches. Estiró la bruma y dejó que cubriese el rostro del hombre que estaba agachado en el suelo, aún dándole la espalda.
─¿Así está mejor?─preguntó Hachiro con calma, temiendo asustar un poco al rubio que parecía bastante inestable. Sin embargo, tan pronto como tuvo algo cubriendo su rostro, su actitud cambió de manera repentina y se mostró rebosante de felicidad, sin ningún tipo de cuidado cuando abrazó al pelinegro con fuerza.─Me lastimas...─murmuró, y el tipo apenado se movió del lugar.
─¡Hey, tú eres el que salió en las noticias de hoy! ¡Muchos villanos quieren tu cabeza! Yo podría conservarte.─el hombre de nombre desconocido estaba tan emocionado, que tomó su brazo libre y comenzó a llevarlo fuera del callejón oscuro. Hachiro, no podía conectar ni dos neuronas, siendo que no comprendía ni una palabra suya.
¿Salió en las noticias? ¿Qué mierdas con los villanos?
─Twice, idiota. ¿Qué carajos haces?─una voz mucho más gruesa irrumpió en sus oídos, y aprovechó el desconcierto del muchacho que lo agarraba para soltarse.─¿Y este?
─¡Dabi, es mi nuevo amigo! ¡Es el que salió en la televisión peleando contra Stain!─las palabras emocionadas del tipo que ahora sabía que se llamaba Twice, no tomaron ningún sentido.─Llevémoslo.
Hachiro con todas las fuerzas que tenía, creó un escudo y se alejó de los dos tipos. El antes rubio que ahora llevaba una máscara, estaba hablando ignorando completamente lo que había ocurrido antes con otro hombre más grande, de cabello negro y cicatrices de quemaduras debajo de sus ojos y en su cuello y boca. Ambos estaban mirándolo fijamente, y se sintió ahora a sí mismo en peligro.
─No tengo idea de que hablas, no sé quien es Stain. Y si alguno me pone una mano encima, me voy a pasar la licencia por el medio del culo y vamos a pelear.─Hachiro dijo todo esto con una paz envidiable, señalando a ambos muchachos más grande con el dedo. Por dentro, se estaba cagando de miedo.─No me sigas, la máscara se va a desintegrar pronto.
Se alejó con rapidez del callejón sintiendo unos ojos azules clavarse en su espalda. Le preocupaba el hecho de que no lo habían atacado aún, Aizawa tenía mucho que explicarle tan pronto llegara. Nada tenía sentido, lo único que dijeron en el noticiero era que los cuatro chicos encontraron al villano y reportaron su aparición, y que enseguida llegó Endeavor a la acción. No habían revelado mucho sobre ellos al ser menores de edad.
Pero no pensaba esperar mucho para tener explicaciones. Mientras más se acercaba al departamento de Aizawa, tomó su celular y comenzó a buscar en la sección de noticias. El primer título y el más concurrido por visitas llamó su atención, y fue aquél el que abrió.
"Maneater se vuelve viral, ¿la policía nos miente?"
─¿Quién carajos es Maneater?─Hachiro se preguntó, mientras sacaba la llave para abrir la puerta del departamento. No llegó a hacerlo, ya que Aizawa había escuchado su llegada, y lo metió rápidamente dentro.─Cuidado, tengo las compras.
─Hachiro, filtraron un video.
La sorpresa fue grande, pero en el fondo era algo esperado. Las cosas se iban a poner muy feas, pero permitiría que Aizawa le explicara la situación antes de recurrir a los medios venenosos del periodismo. Sabía que no sería la última vez que vería el nombre de Maneater en primera plana, pero jamás comprendió que tipo de mercenario se estaba enfrentando indirectamente.
Estaban jodidos.
les presento mi futuro oc en una futura fic ;) van a amar a maneater.
le cambié el nombre lol, no se confundan si ya habían leído el otro.
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