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𝟎𝟐𝟐. hero number two

CAPÍTULO VEINTIDÓS: HÉROE NÚMERO DOS
MUSUTAFU, JAPÓN

Desde esa situación en el auto, Hachiro no volvió a presentar ninguna rareza en su conducta. Parecía incluso no haberse percatado de sus acciones, pues en la mañana siguiente cuando fue a la escuela caminando con Todoroki, estaba hablando con más tranquilidad y seriedad, como de costumbre ambos solían hablarse.

Al final los días habían transcurrido rapidísimo en lo que constaba de clases antes de las pasantías. Aizawa no los había saturado con los entrenamientos, por lo que al menos físicamente muchos estaban preparados y frescos para lo que se podría venir.

Hachiro por su parte, había pasado mucho tiempo con sus padres luego del colegio, teniendo que verse obligado a cancelar los planes que proponían los chicos para salir o juntarse. No los veía durante mucho tiempo, y aparte estaba recibiendo entrenamiento por parte de ambos. También había tenido oportunidad de recibir una disculpa de su padre por la presión que le puso en el Festival Deportivo.

Podía sonar lo más tóxico del mundo, pero un "lo hiciste genial" y un beso en la frente eran suficientes como para que el chico fuese sumiso y obedeciera las órdenes de las figuras que indicaban autoridad.

Y hablando de autoridad, había escogido a Endeavor para hacer las pasantías. No por decisión propia, claro está, sino porque sus padres consideraban que demostrar lo poderoso que era su hijo frente al héroe número dos sería significativo en algún futuro para toda la familia. Aunque realmente, Hachiro tenía curiosidad por conocer al héroe alado Hawks antes que a la flama andante que tanta mala espina le daba.

Pero si lo pensaba más, podía sacarle provecho.

Aunque sea estaría para apoyar a Shoto cuando su padre comenzara a actuar raro.

En esos momentos lo más probable es que los muchachos estuviesen yéndose a distintas partes de Japón para comenzar las pasantías, pero Hachiro no tenía muchas ganas de abandonar su cuarto y su actual posición horizontal como para levantarse y despedirse de sus amigos. Les deseaba suerte de manera telepática, aunque no pudiesen oírlo claro está. De todas maneras Kirishima le había llamado la noche anterior para saber cómo estaba y en quién pensaba para hacer la pasantía.

Una ternura.

Como ya se había vuelto una costumbre buscar descansar y no lograrlo por pequeñas intromisiones, su celular a un lado de su cuerpo comenzó a sonar, indicando que tenía una llamada entrante. Como el sonido exaltó a Hachiro, no pudo ni siquiera llegar a divisar el nombre del contacto que hacía la llamada y atendió sin saber a quien le estaba hablando.

Morikuro.

Le estremeció cada fibra de su piel la voz tan seria del menor de los Todoroki.

─Pensé que superamos la etapa de la formalidad, Shoto.─suspiró pesadamente Hachiro mientras se iba levantando de su cama con pereza, sin escuchar ningún efecto que le podría indicar algo sobre la conducta del bicolor.

Estoy abajo, vamos a llegar tarde.─ahora sí Hachiro pudo notar que estaba algo molesto. Pero sin embargo, había otras dudas que comenzaron a carcomer al pelinegro, pues no recordaba haberle dado la dirección a Shoto.

─¿Sabes dónde vivo?

─Le pregunté a Kirishima.

─Oh, bien. Ahora bajo, lamento haberte hecho esperar.

Hachiro sentía que Shoto estaba muy molesto, pero no sabía si atribuirlo a él mismo o al hecho de que en poco tiempo tendrían que estar ambos en frente del poco amigable héroe número dos. De todas formas cumplió con su palabra y tras vestirse con ropa cómoda abandonó su departamento. Llevaba una maleta con su traje especial, pero no veía que fuese necesario utilizarlo por el momento, siendo lo más seguro que el hombre les diera alguna charla o algo.

Cuando salió del edificio, se encontró con el mitad albino sentado sobre el granito de la entrada, mirando la calle como si fuese lo más interesante del mundo. Hachiro lo saludó con un movimiento de su mano, sonriéndole levemente, pero el mas alto entre los dos solo lo ignoró para levantarse y comenzar a caminar.

Hachiro estaba muy confundido.

─¿Está todo bien?─Hachiro preguntó, avanzando rápido hacia Shoto con una mueca de preocupación en su rostro. Si dejaba ver que estaba preocupándose por él, era porque enserio lo hacía. No le gustaba ver mal al bicolor, porque le tenía un gran afecto.

Porque en el mundo de Hachiro habían personas que sacaban rasgos específicos de él. Kirishima y Shoto eran un ejemplo de lo amoroso, coqueto y amable que podía llegar a ser con quienes tenía confianza. Y Bakugo lo violentaba, aunque tenía suerte el rubio de nunca haberlo visto en pleno ataque de furia, cualquier cosa que estuviese considerando como un acto violento no era nada comparada con la verdadera naturaleza del pelinegro.

La última vez que estuvo tan enojado fue cuando metieron a su hermano a la cárcel.

─Nunca me invitaste a tu casa.─respondió Shoto con seriedad tajante, mirando de reojo la reacción del disgustado pelinegro.

─Lo siento, es que no he tenido oportunidad.─se excusó Hachiro, tranquilizándose un poco al saber que solo eran unos tontos celos amistosos.

─Pero si invitaste a los otros. No sé por qué, no debería, pero me molesta. Quizás me gustas...─ante la verborrea de palabras que estaba dejando salir el bicolor, Hachiro se giró sorprendido, negando muchas veces con la cabeza en señal de que se detenga.─ Como amigo.─añadió Todoroki, causando que al menos ahora el pelinegro se tranquilizara.

Le iba a dar una taquicardia si seguía diciendo cosas así.

─¡Idiota! Se invitaron solos, prometo invitarte la próxima vez.

Shoto detuvo su caminar para mirarlo fijamente a los ojos, y darle una muy pequeña sonrisita.

─No entiendo cómo te puede atraer alguien como Bakugo, pensé que tu tipo de chicos era algo así como Midoriya o Kirishima.

El rostro de Hachiro palideció de manera brutal. A pesar de que ninguna de sus expresiones demostraran sorpresa, su propia sangre lo traicionó cuando se acumuló en sus mejillas y lo hizo temblar levemente en su lugar. Sabia que su mejor amigo era muy observador como para ser alguien que tenía todos los cables conectados en la cabeza, pero no podía creer que su atracción por la musulmana explosiva pudiese verse tan expuesta.

─¿Cómo te diste cuenta?─preguntó en un susurro, ya no le iba a seguir mintiendo porque sería peor.─¿Es muy obvio que las chicas no me gustan?─ahora comenzaba a sentirse como si estuviera a punto de ser rechazado en gran escala.

Shoto se encogió de hombros, y le hizo una señal para que comenzaran a caminar nuevamente.─Eres difícil de leer porque cambias constantemente de actitud, creo que ese es tu mecanismo de defensa. Cuando estás cerca de él esa parte flaquea, o eso es lo que yo noto. Los otros están más ocupados en no tenerles miedo a ambos.─ante sus palabras, Hachiro rió sin ganas, sabiendo que era verdad.─Y lo otro, literalmente te quedaste viendo a mi hermano por minutos mientras estabas en casa.

Lo que Todoroki decía era razón, tanto que en un momento se bloqueó totalmente de cualquier palabra que llegara desde la boca del bicolor, teniendo un pensamiento invasivo en su mente. ¿Quién era realmente? Esa pregunta se la hacía frente al espejo todas las mañanas, y la única forma de contestarla era recordando el pasado. Cuando era un niño no tan enérgico, pero si intenso; muy cariñoso con los más cercanos a él. Sobreprotector, celoso, porque estaba dispuesto a darlo todo por ver a su entorno feliz.

Y ahora solo era una mezcla de personalidades poco construidas, sin una consistencia fuerte. Era lo que había sido, pero jamás sería lo que deseaba ser.

Se había vuelto controlador, mezquino a cierto punto, sumamente desconfiado y analítico. Le gustaba jugar con las personas que se sentían los reyes cuando podía hacerlas sentir inferior. Por ejemplo, no había cosa que lo hiciera más feliz que avergonzar a Katsuki. Sus expresiones eran una obra de arte cuando estaba enojado.

Después de todo, quizás si tenía una parte cruel en sí mismo.

─Será nuestro secreto...─murmuró Hachiro después de un tiempo, causando que Todoroki lo mirase de reojo.─Hay cosas que es mejor ocultar.

La empresa de Enji Todoroki era descomunalmente gigante. Hablaba con total sinceridad cuando Hachiro decía que se sentía totalmente fuera de lugar ante el ambiente algo tradicional y al mismo tiempo de estructuras modernas equipadas para darle el lujo merecido al edificio. No era nada parecido a lo que estaba acostumbrado a ver, para nada. La empresa de sus padres iba por otro lado del estilo arquitectónico. La arquitectura postmoderna se diferenciaba mucho de la clásica japonesa.

De todas formas, mostró el respeto debido al ingresar a la oficina del héroe número dos: Endeavor.

─Te estaba esperando, Shoto. Parece que finalmente estás dispuesto a tomar el camino a la grandeza.─habló el héroe flameante, quien parecía rebosante de orgullo aquella mañana. Hachiro se sentía algo incómodo desde el inicio, porque por supuesto que esa pasantía estaría llena de encontronazos entre padre-hijo. Sin embargo, Endeavor volteó hacia él con una ceja levantada.─De ti tenía muy claro que aceptarías sin dudar, veo que eres obediente a tus padres.

Acaso...

¿Estaba intentando usarlo de herramienta a él, para molestar a Shoto?

Sí, ya se arrepentía profundamente.

Hachiro sonrió falsamente, pero esto solo lo notó Shoto.─Aprecio la idea de no ganarme un tatuaje de un cinto gratis en el rostro.─musitó, señalando su propia mejilla a la vez. Cumplía con esa pasantía no solo porque sus padres le dijeron que era la mejor opción si en algún momento quería ser el mejor, sino también porque podía sacar propio provecho al ponerse con alguien exigente. Maldecía a Aizawa por haberlo abandonado y no enviarle solicitud a su propio ahijado.

Shoto aclaró su garganta ante el incómodo silencio en el lugar, indicando que diría algo brillante.─No tengo intención de seguir el camino que tú quieres. Seguiré mi propio camino.─Hachiro no evitó pensar que la cosa comenzaba a ponerse algo picante, y no estaba dispuesto a ver un show infantil de dos seres arrancándose las cabezas mutuamente.

─Eh, no importa. Espero que estés listo. Ambos. Nos vamos.

Y ahora que le picaba.

─¿Adónde?─preguntaron los dos adolescentes coordinados, pero con una seriedad envidiable en sus rostros. Esto desconcertó en parte al héroe número dos, pero se recompuso en menos de lo que esperaban, mostrando una sonrisa triunfante.

─Les mostraré lo que es ser un héroe.

Con esas palabras, se les indicó que pasaran al vestidor para cambiarse, pues esa misma noche iban a iniciar con las pasantías en las calles, esperando a algún enfrentamiento oportuno. Aunque Hachiro estaba muy seguro de que quien haría su debut sería Shoto, pues era obvio que su padre quería verlo rompiéndole el trasero a alguna persona como probablemente lo hizo con él durante sus quince años de vida. Diría que podría ser divertido tener a ambos peleándose constantemente, pero no lo veía así. Por dentro, el bicolor estaba tragándose su orgullo al pasar ese tiempo extra en su compañía.

Por ahora las cosas se veían tranquilas.

Mientras Todoroki estaba poniéndose el traje todavía, el pelinegro parecía ponerse a modelar en cualquier minuto en el baño. Hacía minutos que solo se colocaba una prenda y la examinaba detalladamente, y esto el bicolor lo notaba. Podía parecer el acto más egocéntrico del mundo pero en realidad analizaba las imperfecciones que luego debía acomodar.

Tenía ya puesto el top-crop sobre su torso. El cuello alto era un tanto incómodo, pero lo dobló para que no fuese un problema mayor.  Cuando ya se iba colocando los pantalones holgados del traje, notó que tan pronto llegaron a su cintura, se resbalaban. Hizo un puchero con los labios, seguro se había estirado, pero no entendía cómo. Antes de ponerse la chaqueta larga sobre su ropa, giró en dirección a Shoto.

─Shoto, me queda grande.

El heterocromático levantó su mirada, comprendiendo a qué se refería.

─¿Tienes problemas alimenticios o tu cintura siempre fue así?

Sus palabras fueron algo duras, Hachiro se ofendió. Claro que comía como una bestia de vez en cuando, no tenía un metabolismo muy rápido tampoco.

─Supongo.

─Puedes usar alguna cinta para ajustarlo, si quieres también te doy una banda para el cabello. Pareces Aizawa-sensei.─el bicolor estaba muy directo aquella tarde, pero se notaba que no estaba enojado. Solo tranquilo.

─Tengo el cabello al mismo largo que tú.─se defendió Hachiro con un tono levemente molesto, pues sentía estar siendo atacado sin motivo claro.

─El mío es lacio, el tuyo ondulado. Aparte, observa.─el más bajo no supo cómo ni cuando, pero Shoto estaba pasando sus manos sobre su cabello azabache, enredando sus dedos por sus hebras. Entonces, armó un pequeño rodete en la parte trasera de su cabeza, sintiendo ahora el frío en su nuca.─Detrás tienes mucho pelo, ¿no quieres cortártelo?

─Me gusta así.

─Espero que a Bakugo también.

Hachiro, una segunda vez en su vida, se enrojeció completamente de manera inmediata.─¡SHOTO, ¿QUÉ DICES?! ¡CÁLLATE!─por poco uno de sus puños termina en su rostro, pero claro que los reflejos del bicolor eran excelentes y lo esquivó. Este solo sonreía con diversión, agradeciendo tener al pelinegro en compañía.


quieren un dato curioso? ahre

definitivamente, hachiro y shoto podrían ser una gran pareja, pero la única atracción entre ellos es una amistad pura y noble ah, literal solo se ven como buenos amigos porque que el uno y el otro saben que van a estar ahí si lo necesitan.

por otro lado, deku absolutamente es el tipo de chico por el que hachiro caería enamorado, osea wacho es deku. es KDOCODOCODOCOXOC, amorcito. pero ya sabennn, lo vio a la rubia loca y quedo 👁️〰️👁️

le gusta el carácter, a quién no?

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