Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟎𝟏𝟖. love's gonna get you killed

CAPÍTULO DIECIOCHO: EL AMOR TE VA A MATAR
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN

Había visto el resto de las peleas, y como todos los del curso de héroes comenzaban a avanzar en la cadena. También, vio a Tokoyami destrozar a Momo en la pelea, así que él sería su próximo contrincante. Tenían habilidades muy similares, pero el control de sombras de Tokoyami era sumamente superior al de Hachiro. De todas formas, su telequinesis podía jugarle un buen papel si descubría que clase de figura era la sombra oscura del chico ave.

Jamás había probado manipular la oscuridad de forma física porque era imposible.

También habían pasado a la próxima ronda Kirishima y Bakugo, quienes parecía que lucharían en contra del otro, lo que tenía muy emocionado al pelirrojo. Ya estaban juntos como culo y calzón, teniendo bastante molesto a Hachiro a un lado sin motivo aparente.

Tampoco podía olvidar que tenía a Izuku a su lado, haciéndole reiteradas preguntas sobre su kosei y cómo lo manejaba, y Hachiro de nuevo decidió no ser un idiota y contestarle con amabilidad. Aparte, el chico acababa de salir de la enfermería, totalmente lastimado por la pelea épica que dio contra Todoroki. Estaba realmente asombrado por la manera en la Midoriya luchaba, incluso vio como el bicolor utilizaba sus dos koseis por primera vez desde que entró a la academia.

Lo admiraba, Midoriya era un oponente digno.

─Telequinesis y umbraquinesis, Midoriya, no es tan difícil.─repitió cruzándose de brazos, mirando con una ceja alzada y una sonrisa la actitud tan emocionada del de cabellos verdes. Era muy tierno para ser una molestia.

─¡Ya sé, pero está fantástico! ¡Tus koseis podrían unificarte si te das paso a hacerlo, podría volver tu defensiva más fuerte y tu ofensiva más ágil!─al terminar de gritar esas palabras, sacó una libreta y comenzó a escribir algo de manera rápida pero prolija, haciendo reír levemente a Hachiro.

─Lo tengo en mente.

Izuku volvió a mirarlo fijamente, sonriendo.

─¡Aparte tienes unos reflejos y rapidez muy amplios, ¿es parte de tu kosei?!─se acercaba cada vez más, incomodando un poco a Morikuro por su energía tan positiva.─¡¿Cómo se llama?!

─Primero, cálmate.─Hachiro lo corrió con suavidad, sonriendo nervioso. Fue por primera vez que Midoriya notó su piercing en la lengua, y se quedó sorprendido mirándolo.─Los reflejos son de entrenamiento, durante mi infancia hice un poco de gimnasia artística así que sé utilizar barras altas. Y no tiene un nombre específico, llámalo Umbraquenesis. O qué se yo...

─¿Qué tienes en la lengua?

─Un foco.─le contestó con sarcasmo Morikuro, haciendo que el chico se llevara una mano al rostro por su pregunta estúpida.─Es un piercing, Izuku. Si quieres puedes tocarlo.

─¡No sería bueno, se va a infectar!─se excusó rápidamente el chico con un notorio sonrojo que confundió a Hachiro.

Sin embargo este ya había cambiado su fase tímida por una coqueta, así que cuando se fue el de cabellos verdes decidió ir a molestar a Kirishima, quien seguía abrumando a Bakugo con su charla. Tomó al pelirrojo de la cara y le lamió la mejilla, dejando que su piercing frío hiciera contacto con la piel blanca del contrario.

─¡HIRO, NO! ¡ESO NO ES VARONIL!─se quejó a los gritos Eijiro, secándose los restos de saliva de su mejilla con fuerza. Hachiro solo se reía por su reacción, sonriéndole después con cariño.

─Voy a prepararme para mi siguiente ronda, suerte a ambos.─revolvió el cabello suave de Kirishima y saludó con la mano a Bakugo. Tenía ganas de integrarse a la conversación que estaban manteniendo, pero no parecía estar muy incluido. Aunque era una costumbre.

Nuevamente estaba en la cancha por enfrentarse a Tokoyami y su sombra oscura. No fue como con Aoyama, puesto que esta vez se había preparado de manera completa. Los brazos del pelinegro estaban oscuros, rodeados por la bruma de siempre, indicando que estaba invocando su poder. Y su ojo derecho se había vuelto negro también, ante la presencia de las sombras en su cuerpo.

Debía ser rápido, porque Tokoyami era inteligente. Iba a atacar a sus defensas fácilmente. Sombra contra sombra era difícil de manejar, sería una prueba de resistencia más que nada. Y teniendo en cuenta que su defensa no estaba muy bien desarrollada, podría correr peligro de perder ante su contrincante.

La bocina y la voz de Midnight se hicieron presentes en el lugar, dando por comenzada la pelea.

─¡Dark Shadow, ataca!─indicó Tokoyami en un grito, y la masa de oscuridad se abalanzó con rapidez hacia él. Hachiro reaccionó lo más veloz que pudo, creando un escudo sobre sus brazos para evitar lastimarse.

No iba a dejar que sucediera lo mismo que con Yaoyorozu. El próximo golpe lo esquivo completo, deslizándose por el suelo hasta pasar por debajo de la monstruosa sombra. Estiró una mano hacia Tokoyami tan pronto pudo cruzarla, dispuesto a encestar el primer golpe con su izquierda.

No llegó muy lejos cuando la sombra de Tokoyami lo golpeó de nuevo, haciéndolo estrellarse con fuerza contra el pavimento de la cancha. Soltó un leve grito de dolor. Su espalda había sufrido el golpe más que cualquier otra parte de su cuerpo, así que giró en el lugar para evitar que esta siguiera en contacto con el piso.

Hachiro estaba comenzando a frustrarse, no quería usar su telequinesis contra el chico porque temía poder llegar a lastimarlo. No quería ser un monstruo, no quería atacar.

Sin embargo, Tokoyami insistió en la pelea. Su sombra oscura se acercaba al pelinegro otra vez de manera veloz, rompiendo el aire mientras se acercaba.

Y de último momento, Hachiro estiró ambas manos, soltando un grito desgarrador desde el fondo de su garganta, empujándo con toda su fuerza telequinética a Tokoyami fuera de la línea.

Sintió la sombra alejarse de su espacio, pudiendo respirar con tranquilidad por primera vez, mientras continuaba en el suelo. Sentía su espalda arder todavía, seguramente estaba lastimada.

─¡Morikuro Hachiro pasa a la siguiente ronda!─escuchó los vitoreos de la multitud y la voz de Present Mic en los parlantes del estadio.

Aún en el suelo y con la victoria sobre su cabeza, se sentía decepcionado de sí mismo. No ganó como hubiese querido, usó su poder de manera en la que fue su última opción, cosa que lo dejaba acorralado entre la espada y la pared. Un golpe en falso y salía herido él mismo.

Intentó levantarse, pero sus piernas le fallaron, haciendo que su rostro terminara contra el pavimento una vez más. Sollozó de dolor cuando sintió el ardor en su espalda baja aún mas fuerte que antes, causando que esta vez fuera Midnight quien se le acercara.

─¡Morikuro-kun, ¿puedes levantarte?!─la voz fuerte y profunda de la heroína hizo un silencio en el público del estadio. Tokoyami, desde donde estaba, sintió un poco de culpa por el estado en el que dejó a su compañero.

Hachiro cerró los ojos intentando tranquilizarse, y con toda la fuerza que pudo utilizar se levantó, con las piernas temblando ante el esfuerzo. Se llevó una mano a la zona afectada, sintiendo el escozor crecer.

─Iré con Recovery Girl...─murmuró con tranquilidad el chico, agachando la cabeza cuando salía del estadio. Ante su manera de recuperarse de la caída, el público volvió a aplaudir, sacándole una leve sonrisa al pelinegro.

Al llegar con la mujer adulta, esta no hizo ninguna observación de sus métodos de batalla, porque habían sido limpios, y ver al chico con la cara llena de tristeza le hizo pensar que lo mejor era darle su espacio. De esa forma, solo curó su espalda y le puso unas vendas para detener el sangrado de los raspones. No había sucedido nada letal, solo un golpe que dejaría un moretón en un futuro.

Estaba feliz de poder seguir en la competencia, y más cuando se acercaban a la última etapa. Mientras Recovery Girl se encargaba de sus heridas, estaba viendo por la televisión como Bakugo destrozaba a Kirishima con sus habilidades explosivas, le comenzaba a poner nervioso el hecho de que le iba a tocar luchar contra él en cualquier momento.

Suspiró, intentando calmarse. Recibió una mirada dulce de la enfermera del colegio.

─Iré a buscar unas cosas, no me tardo. Si sales cierra la puerta.─indicó la anciana moviéndose para abandonar la sala de la enfermería.─Buena suerte, Hachiro.

─Gracias...

Cuando la mujer abandonó el lugar, fue que pudo respirar en paz, y se dejó caer sobre la camilla. Iida lucharía contra Todoroki, y ahora por como iba a la pelea él lucharía contra Katsuki. Estaba bastante nervioso por primera vez desde que comenzó la tercera etapa del Festival Deportivo, pero no iba a permitir otra escena similar a la de recién estar en la televisión nacional. Luego hablaría con Tokoyami, para dejar en claro que no sentía ninguna clase de rencor.

─¿Hachiro, estás aquí?

Escuchó una voz, y la puerta de la enfermería abrirse. Era su padre.

─Sí...─no pudo agregar más nada porque la voz de su progenitor le llamó la atención nuevamente.

─Sal, necesitamos hablar.

Tragó saliva con fuerza, sabía lo que se venía y no podía seguir huyendo de sus responsabilidades. El dolor ya estaba casi extinto, por lo que no le costó ni le llevó mucho levantarse de la camilla y caminar fuera de la enfermería.

Lo primero que vio, fue a su padre con el ceño fruncido, molesto. Estaba cruzado de brazos, apoyado contra la pared. Sus cabellos blancos estaban agitándose en su lugar por la tensión que emanaba de su cuerpo. El kosei de su padre era la misma telequinesis, podía hasta levitar por su cuenta cuando hacía uso de la misma, por lo que tenía madera para ser de los mejores héroes. Solo que no aceptaba estar en la lista para mantener un perfil bajo junto con su madre.

─¿Qué sucede, papá?

─¡No te estás esforzando nada, Hachiro!─comenzó a gritar el adulto que era su padre, causando que su estridente voz llenara el silencio de los pasillos de la institución. Si un alumno pasaba por allí podría escuchar su platica.─Lo que hiciste allá fue lamentable.─esto, lo dijo con decepción.─No estás usando la cabeza, estás actuando con miedo. Y tu instinto no va a seguir sirviéndote todo el tiempo.

Su padre estaba siendo demasiado duro con él.

─Sabes lo que va a pasar si lo utilizo.─murmuró Hachiro bajando su cabeza, para ocultar sus ojos que comenzaban a cristalizarse.

─¡Estoy cansado de tus estupideces, Hachiro! ¡Tú no eres Akiyama, ¿cuándo vas a entenderlo?!─sus gritos eran fuertes, violentos. Realmente estaba furioso con él. La mención de su hermano no ayudó en nada.─A mí también me duele, no creas que no. Pero no puedes depender del miedo. ¡Deja de ser un cobarde y demuestra de lo que eres capaz! No seas como él...─el tono de Yoshio bajó para si mismo, murmurando.─Debes ser mejor.

─Yo... N-no puedo.

Ante sus palabras rotas y sin fuerza su padre lo obligó a levantar la mirada, dándole una fuerte cachetada en el rostro por sus expresiones tan "cobardes", según él.

─Escúchame.─dijo con un tono sombrío el adulto, asustando a Hachiro.─Si puedes. Demuéstralo, o las cosas solo empeorarán.─aquellas últimas palabras lo dejaron helado, más por el hecho de que no entendía a qué se refería. Pero no pudo añadir nada, ya que su padre solo se dio la vuelta y lo abandonó en aquél pasillo solo.

Las lágrimas comenzaron a brotar sin control de sus ojos, siendo presa de los sollozos nuevamente. Estaba en un punto en el que su cabeza parecía estallar, estaba completamente estresado. No tenía ni una mínima idea de lo que era correcto y lo que no, solo que no quería ser aquello a lo que tanto le temía.

No podía controlarse demasiado, las palabras de su padre seguían haciendo un eco en su mente que comenzaba a abrumarlo demasiado para su gusto. La ansiedad estaba tomando su cuerpo poco a poco, y como un acto reflejo salió corriendo del lugar.

Le costaba respirar con normalidad, su pecho subía y bajaba agitado, sentía que su cuerpo colapsaría en cualquier minuto. Estaba cerca del estadio, eso lo podía ver por los gritos del público incrementando su fuerza con cada paso dado. No encontró otra forma de descargar su ansiedad, así que se acercó a la pared más cercana y se dejó caer contra ella. Escondió su rostro entre sus piernas, casi haciéndose un bollo.

Sentía las manos en su cuello hacer presión, el aire escasear. Podía escuchar su corazón latir de manera desenfrenada en su pecho. El dolor estaba tomándolo desprevenido, y no había nadie cerca para evitar el ataque de pánico del pelinegro ante la bruma de recuerdos que estaba golpeándolo.

Quizás estuvo durante demasiado tiempo allí, consolándose a sí mismo en soledad. Pero sus amigos notaron su ausencia, y les preocupó que pronto sería su turno de subir a la arena y luchar contra Katsuki. Así que entre todos los adolescentes de la 1-A, el que decidió ir en su búsqueda fue claramente Izuku Midoriya.

Estaba preocupado por él, pues había salido realmente lastimado de su última batalla.

Y no hizo falta buscar mucho, cuando lo encontró en el primer pasillo que llevaba a la parte central del edificio. Verlo contra la pared, abrazando sus propias piernas, le hizo sentir demasiada lástima por él.

─¡Hachiro, ¿Qué sucedió?!

La voz del peliverde atrajo al aludido nuevamente al mundo real. Rápidamente, secó sus lágrimas con su uniforme y se levantó del suelo, intentando aparentar que no acababa de suceder nada.

─¿Qué haces aquí?─preguntó serio Hachiro, recuperando su aura normal, pero sus ojos demostraban otro sentimiento en su mirada platinada.

─En nada te toca entrar, y nos preocupamos de no verte salir de enfermería. ¿Está todo bien, seguro que no quieres hablarlo?─Izuku insistió en saber, acercándose un poco más al pelinegro para analizarlo.

─Es preferible si no lo hablamos, Deku. Te prometo que todo va a estar bien.─Hachiro se obligó a dar una pequeña sonrisa algo forzosa, que no convenció para nada al más bajo de los dos. Sin embargo, Midoriya no quiso insistir para no molestarlo, así que asintió indicándole que fuese a prepararse.

En parte Hachiro agradecía que Izuku le hubiese sacado de su tormento de emociones. Seguía estando para el traste, pero al menos se había levantado para continuar con las peleas. De no ser por el peliverde, seguramente hubiese llegado tarde para enfrentar a Bakugo en la arena. Y hablando del rubio, este se veía bastante dispuesto a ganarle, eso le demostraba su ceño fruncido y la sonrisa socarrona en sus labios. Mientras que Morikuro solo seguía con su típico rostro neutral.

─¡Ahora tendremos a Bakugo Katsuki compitiendo contra otro de los estudiantes de la 1-A; Morikuro Hachiro! ¡Ambos han demostrado de lo que están hechos, este es uno de los enfrentamientos más esperados!─la voz de Present Mic hacía eco en el estadio, incitando a la gente a gritar más alto y silbar.

Hachiro ya se ponía incómodo nuevamente, sintiendo su estómago dar un vuelco. Subieron a la arena, a la zona de lucha, yendo cada uno a un extremo diferente.

─Hey, Katsuki.─le llamó Hachiro cuando estuvieron ya algo alejados, llamando la atención desinteresada del rubio cenizo.─Voy a destrozarte.─le aclaró el pelinegro, sin cambiar su expresión vacía e inexpresiva en ningún momento, dejando en claro que iba en serio.

Ante sus palabras, Bakugo ya se había puesto a gruñir como un perro rabioso.─¡Quién te crees que eres, pelo rostizado! ¡Voy a sacarte la mierda a explosiones!─y como terminó aquella frase, sus manos empezaron a liberar leves explosiones de ellas, intentando causar terror en su contrincante, más este ni se inmutó.

Hachiro notó la cámara enfocando su rostro tranquilo, así que miró al dron que lo miraba fijamente, sabiendo que sus dos padres estaban esperando aquel enfrentamiento con ansías. Y por ende, lo único que hizo el adolescente, fue sacar el dedo del medio con toda la gracia que alguien de su edad podía hacer, para luego sacar la lengua también de manera infantil.

Su actitud tan aniñada causó no solo risas del público, sino también de Aizawa, quien empezaba a impacientarse por la actitud de su ahijado. Present Mic solo permanecía estático sin creer que el chico había hecho tal cosa.

─¡Inicien!─exclamó Midnight, dando comienzo a la batalla.

Hachiro se quedó quieto en su lugar, viendo como el primero en avanzar era Katsuki; este sacó sus manos, dejando un grito acompañar sus acciones, mientras provocaba explosiones para ir en su dirección de una manera más veloz. Sus movimientos no eran descuidados como parecían, en realidad el rubio analizaba de qué manera iba a reaccionar Hachiro ante la amenaza en su espacio físico y la cercanía del ataque, porque estaba confiado en que utilizaría su kosei de telequinesis en el dichoso caso.

Y se equivocó.

Hachiro ni siquiera estiró la mano, solo con sus ojos platinos clavados en los carmines del chico pudo hacer que este saliera disparado hacia atrás, golpeándose contra el suelo al instante. No llegó a salir de la zona por utilizar una explosión a manera de propulsión con su brazo izquierdo. De todas formas, el golpe había sido bruto, y Morikuro no había ni siquiera movido un músculo. Aquello enojó a Katsuki.

─¡Vamos, ataca con todo lo que tienes, cobarde!─las palabras repletas de ira del rubio, solo le recordaron a lo que su padre había dicho antes. Hachiro reaccionó, y dejó su poder umbraquinético tomar su cuerpo y darle la apariencia oscura que siempre lo envolvía, mientras se abalanzaba a su compañero.

Encestó un golpe en el abdomen de Bakugo con su puño, recibiendo una patada que fue en dirección a su rostro. Ante la cercanía, fue complicado esquivarlo pero lo logró de igual forma. Formó un escudo en su brazo izquierdo, cubriéndose de la explosión que se formó en la mano del contrario. Esto lo empujó unos cuantos centímetros hacia atrás, dejándolo en desventaja por el desgaste. Sin embargo, Katsuki no estaba dando todo de sí para nada.

Otro golpe voló a su pierna, y no reaccionó rápido cuando el rubio ya había pasado volando por arriba del pelinegro, enviándole otro golpe con sus piernas en la espalda de Hachiro. Sin embargo, esta vez sus reflejos fueron demasiado exactos, por lo que volteó de manera veloz, tomando el pie de Bakugo para estrellarlo con la fuerza que venía acumulando de las sombras contra el pavimento, sacándole un grito a su contrincante.

─¡Maldito! ¡Te voy a matar!

El baile de golpes continuaba de manera feroz. Era un festival de puñetazos y patadas, de bloqueos y rodeos. Estaban evitando y golpeando, por lo que estaban bastante empatados en cuanto lucha cuerpo a cuerpo se trataba. Pero Hachiro volvía a tomar la ventaja cuando de un golpe veloz y una pirueta rápida, terminó sobre Bakugo, apretando su cuello con sus piernas. El rubio estaba ardiendo de ira, sin gustarle nada que estuviera perdiendo ante su compañero. Quería demostrarle que era mejor que él, que era mejor que todos, pero le estaban partiendo el trasero las tácticas cambiantes de Morikuro.

Tomó las piernas de Hachiro, explotando la zona, causando unas leves quemaduras en la piel del chico. Hachiro se apartó rápidamente, temblando un poco ante las nuevas heridas, que habían desgarrado su uniforme deportivo. No le dio mucha importancia y se preparó para seguir atacando con todo lo que podía dar, llegando a darle un golpe duro en la mejilla a Katsuki, que lo dejó completamente quieto en su lugar.

Ante esa rara reacción, Hachiro no supo que hacer. Le preocupó haber lastimado a su compañero, y bajó la guardia.

Ahí estuvo su error, en haber bajado la guardia.

Bakugo ahora sí estaba muy molesto. Había tomado toda su fuerza, toda la habilidad explosiva que su kosei podía almacenar hasta su momento, sabiendo que lo dejaría completamente a merced del otro chico, pero estaba cansado de seguir un enfrentamiento infinito, dejándose humillar en televisión y en una multitud tremenda de gente. Tomó a Hachiro de la cabeza, dándole un cabezazo que por poco lo deja noqueado, y provocó una explosión muy grande mientras lo seguía sosteniendo de cada lado de su rostro, apuntando de manera indirecta a sus orejas.

Una pared de humo se provocó en el estadio, dejando a las personas sin ninguna posibilidad de ver lo que sucedía en el lugar. Ni siquiera los propios estudiantes veían algo a través de ella.

Hachiro estaba en el suelo, tosía de manera desenfrenada. Sus pulmones estaban dañados por la materia y sus oídos estaban presos en un pitido incesable. No podía escuchar nada, ni siquiera el propio sonido de su catarrosa tos. Le costaba bastante parpadear por el golpazo que se había llevado nuevamente, aunque por suerte había caído de estómago al suelo, sin lastimar su espalda de nuevo.

Cuando la neblina de humo se dispersó, vio su panorama con más claridad.

Bakugo se acercaba con seriedad, a paso lento. Hachiro se puso un tanto histérico, pero no por sentirse amenazado. Llevó su mano a su oído derecho, asustándose cuando vio la sangre salir de este en cantidad. Intentó chasquear los dedos, pero no podía escuchar nada. La explosión de Bakugo lo había afectado demasiado.

Estaba sordo.

Vio los labios de Katsuki moverse de una manera en la que parecía gritar, pero no entendió nada de lo que decía. Solo lo vio acercarse con rapidez, creando nuevamente más explosiones en sus manos para atacarlo.

Y Hachiro dijo no.

Le dio un stop.

Ni siquiera se levantó de su lugar. Estiró su mano derecha hacía Bakugo y este se elevó en aire por la telequinesis de su enemigo. Hachiro tenía la vista fija en el chico de ojos carmines, todavía bajo el efecto del trauma que acababa de generarle a sus oídos. No escuchaba nada, no sentía nada, estaba en un estado en el que no se reconocía ni a si mismo en su totalidad.

Katsuki se elevó en el aire gracias a la habilidad del pelinegro, quien poco a poco abandonó su lugar en el suelo, parándose, levantándose para indicar que no era fácil terminar con él.

Ira, furia, tristeza, miedo y decepción. Era una mezcla poderosa para alguien que vivía reprimiéndose en si mismo.

Sintió un calor en su cuello, a la vez que Bakugo llevaba sus manos a su propio. La mano derecha de Hachiro empezaba a cerrarse lentamente, dejando a Katsuki completamente bajo un estado de desesperación cuando el aire comenzaba a faltarle. El rubio desde su lugar comenzaba a sentir culpa al ver a su amigo tan herido por sus acciones irreparables, pero no estaba todo muy claro por tener la sensación de su garganta siendo estrujada, como si con su telequinesis lo estuviese ahorcando. Pero no era simple, sentía sus músculos tensarse de esa manera, como si fueran a desgarrarse en cualquier momento.

Miró a Hachiro con miedo, dejando que sus brazos no siguieran insistiendo en la fuerza del pelinegro.

Y de repente, Hachiro salió del trance en el que estaba.

Cayó en cuenta al sentir la respiración de Katsuki y su latir acelerado en su propio cuerpo. Dejó de sostener sus brazos en el aire y dejó caer al rubio con cuidado de no lastimarlo. Seguía sin escuchar ningún sonido a su alrededor. Pero supo que había llegado demasiado lejos con aquello último, y sumido por la culpa y el odio a sí mismo tomó una decisión que poco le importó.

No necesitaba ser el mejor para dejar en claro que era un monstruo.

Dio unos pasos hacia atrás, saliendo del área permitida de la arena. Vio a Midnight declarar a Bakugo ganador por el abandono de Morikuro, más no la escuchó. Hachiro seguía preocupado chasqueando los dedos a un lado de su oreja para intentar escuchar algo. Pero era imposible.

Midnight se acercó a él otra vez, como en la ronda anterior. Miró con curiosidad al chico, preguntando si estaba bien, o eso supuso Hachiro cuando llegó a leer a duras penas sus labios.

─No escucho nada.─aclaró el más bajo de los dos competidores, bajando la mirada hacia el suelo por la vergüenza de ser tan débil.

Aparte de inservible, sordo. Se sentía una escoria. Como si nada en él fuese lo suficiente como hacer a los demás felices. Había llegado tan confiado de que a la única persona que debía hacer sentir orgullosa era a su mismo, terminando ahora de esa forma tan patética en que siquiera por su cuenta podía sentirse digno.

Ni siquiera quiso mirar a Katuski, no iba a pedirle disculpas, y menos a exigirle que se las ofreciera a él por lo de su audición. Así que ignoró todo su entorno por completo, para abandonar el lugar en silencio.

Iría de nuevo a la enfermería, quizás era algo momentáneo.

Y esperaba que lo fuese.

Porque muy en el fondo de su corazón, podía sentir algo quebrantarse. No solo por haber sido atacado, sino por haberse salido de control. Cada paso provocaba un zumbido sonoro en sus oídos, de los cuales la sangre no paraba de salir. No estaba dispuesto a ser honesto consigo mismo, de admitir que en realidad lo que lo estaba matando poco a poco era la capacidad que ambos tenían para lastimarse mutuamente. Nada detendría al otro de dañarlo con tal de demostrar quien era inferior.

El amor va a matarte.

¿Entonces por qué estaba dispuesto a morir?

no m acuerdo si corregí este cap, pero no podía no publicarlo. es super largo, al menos para lo que estoy acostumbrada a escribir. pero weno, quería dejárselos como extra porque amo a mis lectores ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro