𝟎𝟏𝟒. sports festival
CAPÍTULO CATORCE: FESTIVAL DEPORTIVO
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN
Como antes Hachiro lo había predicho, al regresar a su hogar y llamar a su madre, recibió los gritos más fuertes de toda su vida. Su madre estaba hecha una furia, entre mares de lágrimas le repetía lo irresponsable que era por tenerla preocupada, llamando a todos los hospitales para saber si había sido ingresado. Y el pelinegro solo se mantuvo pasivo ante la situación, sin dejar ni un solo pelo de su cuerpo moverse. Seguro estaba exagerando la mujer, pues bien aclararon los medios que solo hubo un adolescente herido de gravedad. Al menos le tranquilizó a su progenitora saber que había estado en casa de un amigo.
Vaya sorpresa cuando Katsuki casi lo echó de su casa por despertarse cerca del medio día.
También, no debía olvidar mencionar que había ido al hospital a acompañar a Aizawa. Su terquedad parecía escalar cada pequeño átomo del cuerpo ahora super sensible del héroe, pues cuando asistió a su lado pudo verlo intentando levantarse de la camilla. Como de costumbre, pareció un niñito quejándose de que no pensaba quedarse quieto cuando tenía otras responsabilidades.
Así que fue de esa manera su fin de semana. Bakugo gritándole que se despierte en el oído y Aizawa repitiendo que era un loco por querer acompañarlo si era evidente que estaba bien: evidenciando sus vendas en todo su cuerpo, parecía una momia. De todas formas no tuvo que estar mucho tiempo con su padrino, ya que en el momento en el que pasó otro adulto misterioso a la sala, dejó de ser su responsabilidad.
No debían malinterpretarlo, Hachiro quería mucho a Shota, solo que lo hacía de su manera particular, daría la vida por protegerlo y no permitir que le sucediera lo mismo otra vez. El problema, era que este pensaba de la misma y exacta forma que él. Eran como un para de copias de personalidad, las mismas perturbadoras características. Quizás por eso su padre nombró al adulto como su padrino.
Cuando la semana comenzó, ya sabía que su profesor seguiría siendo Aizawa, lo conocía bastante bien, así que ignoró un poco la presencia de sus compañeros en el salón al momento de ingresar y se encaminó a su asiento.
Había llegado algo tarde, se dio cuenta cuando todos estaban sentados en sus correspondidos asientos. Pues el único libre era el que estaba a un lado de Bakugo, justamente el suyo. Así que agachó la cabeza para pasar desapercibido, pero no había elegido el mejor momento para hacerlo. Quizás, ese lunes, no debería haber escogido utilizar una falda escolar.
Itsuku, quien hablaba animadamente con Mina Ashido, notó el look de su nuevo amigo, y con una sonrisa lobuna dejó salir un gruñido coqueto para estrellar su mano en la nalga del pelinegro, haciéndolo saltar en su lugar por el dolor y por el ruido provocado.
─¡Itsuku, no me toques el puto trasero!─exclamó Hachiro sonrojado, llevándose ambas manos a la zona lastimada. El ruido del impacto era lo que más vergüenza le daba, así que quiso taparse el sonrojo del rostro también.
─Maldito, tienes más trasero que yo. ¿Acaso traes falda para competirme, Hiro?─preguntó con gracia la chica, haciendo unas muecas bastante raras. Hachiro le chistó y caminó más rápido a su lugar, todavía cubriendo su trasero para evitar otro golpe, después la iba a insultar.
Sin embargo, Kirishima y Kaminari parecían querer continuar el tema sobre su extraña manera de vestir aquel día. Fue el de cabellos dorados el que pasó un brazo sobre sus hombros, con una sonrisa un tanto escalofriante.
─Querido Hiro, me estaba preguntando por los hechos ocurridos este día tan bonito, si acaso tú eres... Ya sabes.─guiñó uno de sus ojos dorados, haciendo que el pelinegro entendiera sin necesidad de más explicaciones, viró los ojos y se apartó de su agarre.
─No soy homosexual, Denki, solo me quise poner un puta falda porque me queda bien.─Hachiro se encogió de brazos, e hizo sonreír a sus dos amigos. Bastaba aclarar que comenzaban a dudar de que estuviese hablando con la verdad.─Prueba saltar de un puente, y si sobrevives, vuélvete a tirar.
La atención que había sobre el pelinegro, rápidamente fue desviada hacia la entrada del aula del curso de héroes. Todos se sorprendieron demasiado al ver a Aizawa entrar lentamente, pensando que él sería quien continuara con las clases durante ese trimestre. Y estaban en lo cierto.
Tenya Iida fue quien levantó la mano, preguntándole al profesor si se encontraba bien. Bueno, la respuesta era bastante obvia. Shota estaba destrozado, pero mantenía su profesionalismo para seguir asistiendo.
─Mi salud no importa. Más importante, la pelea no ha terminado.─las palabras del adulto pelinegro hicieron eco en todo el salón, asustando a los estudiantes. Por su referencia, parecía ser que los ataques no se iban a detener.─Se acerca el festival deportivo.
Eso fue más aterrador.
─¡Es un evento escolar supernormal!─exclamó Kirishima emocionado, a lo que Hachiro le dio un golpe en la cabeza con un libro para que se calmara. Solo recibió un quejido de parte del de cabellos pelirrojos.
─¿Está bien tener un Festival Deportivo poco después de que los villanos se infiltraron?─preguntó Jiro, llamando la atención del profesor frente a ellos.
─¿Qué sucederá si atacan de nuevo?─otra nueva duda, esta vez de Ojiro.
─Evidentemente, ellos creen que el sistema para manejar crisis de la U.A es sólido como una roca como para llevar a cabo el evento.─explicó Aizawa con mucha calma, a pesar de que tantas preguntas lo sacaran de quicio.─La seguridad fue fortalecida cinco veces más en comparación a años pasados. El Festival es una oportunidad grande para ustedes, no es un evento que sea cancelado por algunos villanos.─comentó remarcando con obviedad de que estaban preparados para cualquier cosa.─Es uno de los eventos más grandes de todo Japón. En el pasado, las Olimpiadas eran llamadas festival de deportes, y todo el país estaba loco por ello. Son un solo un reflejo de su antigua gloria, pero ahora Japón es sede de esas Olimpiadas; ese es el Festival Deportivo de la U.A.
Hachiro dejó de prestar atención a Aizawa para sumergirse en sus propios pensamientos vagos. Si el Festival Deportivo se venía, eso significaba que sus padres estarían en Musutafu para verlo competir, eso lo ponía bastante nervioso. Por más cariñosos que pudiesen ser, era bastantes estrictos a la hora de tener que evaluar su rendimiento. Sintió un vuelco en el estómago, pero disimuló las ganas de vomitar. Estaba comenzando a marearse.
Era demasiada emoción reprimida, sabía que todos se iban a esforzar en llegar a la cima, pero los más preocupantes para él eran Bakugo y Todoroki. Eran de los más poderosos de la clase, y al primero no le molestaba un pelo tener que mostrarlo.
Aparte conocía las oportunidades que traía ser observado por héroes profesionales, en el futuro le aseguraría un lugar en empresas junto con ellos. Podría trabajar en conjunto a profesionales populares. Aunque la fama no era lo que atraía a Hachiro a dedicar su vida a ser un protector, sino la adrenalina. Sentir que servía para un bien.
Debía escoger de manera inteligente.
"Las personas más peligrosas son las que saben controlar y reconocer emociones."
Esa frase le seguía dando vueltas por la cabeza. Recordando su pasado y las vueltas del presente, pudo memorizar cada parte de su última visita con un psicólogo. Y por una razón lógica fue la primera y última.
Sus padres se habían ofendido por las palabras del profesional, alegando que su hijo tenía una mente perfecta para un criminal. Esa frase, sobre su autocontrol, le sacaba de quicio. Sabía que no era normal ser tan precavido, pero también que era un ser humano común y corriente, no era una mente psicópata esperando a ser liberada, podía sentir culpa y remordimiento.
Al menos lo hacía ahora.
─¿Qué está sucediendo?
El grito escandalizado de Uraraka atrajo toda su atención, y lo agradeció en parte. Así no debía quedarse en ese cascarón de negatividad en el que se iba sumergiendo. Logró levantar la cabeza de su asiento, observando una gran multitud de estudiantes analizando a cada persona del salón. Estaban bloqueando la salida, y las clases ya habían terminado. Solo molestaban allí.
─¿Que asuntos tienen con la clase 1-A?─esta vez fue Iida quien intervino, de manera bastante respetuosa para ser que solo molestaban.
─¡No podemos salir! ¿Para qué vinieron?─Mineta le siguió con las quejas, haciendo que su voz chillona se escuchara en todo el salón. Hachiro bufó y comenzó a levantarse para ver más de cerca que sucedía.
Sin embargo, Bakugo pasó a su lado empujándolo, apresurado por llegar primero al lugar. Ante sus acciones, Hachiro no hizo más que poner los ojos en blanco en señal de fastidio, pues el rubio estuvo así de insoportable toda la mañana. No tenía ni la menor idea de que le había hecho ahora.
─Para investigar al enemigo, basura.─el rubio agresivo le contestó a Mineta, quien pareció mortificarse con las palabras de Katsuki.
Lo que era importante notar, era que en realidad el rubio estaba neutro. No tenía furia, ni molestia, solo estaba neutral. Lo cual, a Hachiro le parecía ridículo. Ni siquiera necesitaba irse a enfrentar con el resto, solo estaba llamando la atención.
No lo culpaba en realidad.
─Nosotros sobrevivimos al ataque de los villanos, quieren investigarnos para el Festival Deportivo.─explicó obviando lo ocurrido, con el ceño fruncido cuando estuvo frente a los estudiantes.─ No hay punto en hacer algo así. Fuera de mi camino, extras.
Otra vez, Hachiro viró los ojos, pero sumó un bufido. Se recargó sobre la pared en busca de comodidad. Se empezaba a tornar interesante la situación.
─¡Deja de llamar a las personas extras solo porque no las conoces!
Ante el grito de Iida, Hachiro le dio una fuerte patada en su pierna, haciendo que este gritara y lo mirara de mala manera.─Shh, se va a poner intenso.─le murmuró, guiñándole un ojo al final para que siguiera su juego.
Entonces, sucedió.
Una cabellera purpura voluminosa llamó su atención al instante, supo que ya no podría quitar la mirada de esa persona por un largo tiempo. Sus ojos ojerosos y cansados, portando una mirada del mismo tono que su cabello, parecía confiado. Lo más atractivo de todo ello.─Vine a ver como era la famosa clase 1-A, pero tú pareces muy arrogante.─el chico señaló a Katsuki, manteniéndose neutro.─¿Todos los estudiantes del curso de héroes son así?
Vio negar a los demás detrás del rubio, y Hachiro se llevó la palma de la mano al rostro. Eran idiotas, estaba preguntándolo de manera retórica.
─Qué desilusión...─murmuró rascándose la parte trasera del cuello, a lo que Hachiro levantó una ceja con confusión.─Aquí hay muchas personas que se inscribieron en estudios generales o en otras clases por no haber aplicado en el curso fe héroes. ¿Sabías eso?─la pregunta claramente fue dirigida a Katsuki, quien en respuesta solo chasqueó la lengua. Era un milagro que no estuviera gruñendo.─La escuela nos dio otra oportunidad.
El chico de cabellos púrpuras inclinó la cabeza hacia un costado, dejando más visible su mirada cansada. Literalmente, le enfermaba a Hachiro no poder apartar la vista de él.
─Dependiendo de los resultados en el Festival Deportivo, considerarán transferirnos al curso de héroes. Parece que también reclutaran personas de afuera.─añadió, más como advertencia que cómo amenaza. Tenía razón en algo, no iban a ser los únicos arriesgando un lugar en la escuela.─¿Investigar al enemigo?─hizo esa pregunta con desdén, restándole importancia a ellos.─ Yo, al menos, vine a decir que aunque estés en el curso de héroes, si te dejas llevar demasiado barreré el piso contigo. Vine con una declaración de guerra.
Las miradas entre ambos muchachos, rubio y peli-violeta, eran bastante tensas. Se podía palpar la tensión asesina entre ambos, tanto que Hachiro no evitó sonreír ante la escena. Eran realmente dos hombres muy lindos enfrentándose por el poder, no había cosa más fantástica que apreciar.
─¿Entonces ya van a dejarnos pasar? ¿O quieren una foto?─esta vez fue Hachiro quien interrumpió, sonriendo de lado mientras alzaba la ceja izquierda. El de cabello purpura volteó en su dirección, mirándolo con curiosidad.
No pudo hablar, porque otro estudiante lo interrumpió.
─¡Oigan ustedes! ¡Soy estudiante de la clase B, la puerta de al lado! ¡Escuché que lucharon contra villanos, y vine a hablar! ¡No se dejen llevar!─era un peliblanco o quizás de pelo color plata, Hachiro no le prestó atención a ese detalle por sus gritos estridentes que estaban aturdiéndolo. Hizo una mueca de disgusto y le chitó para que se callara, haciéndolo molestar.─¡Con alumnos como tú no hay mucho que esperarse, te destrozaré!
Hachiro si se ofendió. Y peor aún, le molestaba que por usar una maldita falda debían tacharlo de bicho raro.
Quizás estaba un poco histérico.
Estiró un mano y ajustó la corbata del chico con su poder, acercándose a este hasta que sus rostros quedaron lo suficientemente cerca como para que la amenaza fuera oída y comprendida por el chico bruto.
─Te gustaría a ti tener un poco de amor propio para vestir lo que te sale del medio del culo, pedazo de mierda.─murmuró cerca de su oído, pero lo suficientemente audible como para que los que estaban cerca escucharan. Iida e Izuku parecía que se desmallarían en cualquier momento.─Que vengan a amenazar a otro curso demuestra lo incompetentes que son.─esta vez, se dirigió al resto, sin cambiar su posición neutra.
Se alejó del chico de la clase B, para luego pasar frente a Katsuki. Iba a abandonar el aula para poder irse a su hogar de una vez por todas, pero un chico le impidió el paso.
Observó al chico de cabellos púrpuras con detenimiento, esperando a que dijera lo que debía decir para dejarlo pasar, sin embargo no mencionó nada y eso impacientó a Hachiro.
─Permiso.─ahora, puso una mano en el pecho del más alto para poder correrlo, lográndolo bastante bien. Sin embargo, este aprisionó su mano entre la suya, tomando su muñeca sin mucha brusquedad. Se giró confundido, alzando una ceja en señal de que lo estaba.
─¿Cómo te llamas?─preguntó, dándole la espalda al resto del curso de héroes, para esconder la sonrisa que tenía en su rostro. Parecía darle gracia la situación.
Hachiro dejó su neutralidad, para sonreír también. Parecía que tenía sus encantos todavía.
─Lo sabrás cuando gane el Festival.
El agarre del de cabello púrpura se liberó, sin borrar la sonrisa juguetona de su rostro, cosa que a Hachiro le pareció peligroso. Sin mencionar nada más, abandonó el lugar en silencio, sintiendo cierta mirada carmín pegada en su ser.
Se había sobrepasado un poco.
Pero poco a poco iba descubriendo que el propósito de todos era algo más que solo ser un héroe y poder ayudar. Ellos ansiaban el poder, la posibilidad de ser el mejor de todos. De ser imparables.
No se iba a quedar atrás.
sé que estos sucesos serían parte de la segunda temporada, así que acá da cierre la primera parte. fue bastante corta but here we go.
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