𝟎𝟎𝟕. i watched you change
CAPITULO SIETE: VI UN CAMBIO EN TI
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN
Al parecer, había descubierto en tan solo un periodo de cuatro días que Katsuki Bakugo tenía una increíble capacidad culinaria. Tras haber pasado una noche en su departamento, fue obligación del rubio cocinar para ambos, y lo forzado vino cuando no lo dejó levantarse de la mesa sin que le dijera que su comida era la mejor y que se había lucido, y que por ende él tenía que dormir en la cama y el propietario del departamento en el sofá.
Conste que terminaron a los gritos por el tema del sofá.
¿Quién diablos iba a querer dormir en un sofá?
De todas maneras llegaron a un acuerdo no homo. Hachiro no estaba acostumbrado a dormirse temprano, por lo que a esas horas hacia los deberes pendientes del colegio. Así que le permitió dormir en la punta de la cama que no le pertenecía al dueño del departamento. Y si estaba de buen humor, procuraría no empujarlo de la cama y lo dejaría seguir descansando ahí.
Poco probable, pero probable a fin de cuentas.
De todas maneras, Katsuki no dio ni cinco de bola a sus palabras, y ocupó en toda su extensión el lado izquierdo de la cama que estaba contra la pared. Cuando Hachiro presenció la escena casi le da un tic nervioso en su ojo bueno, pero decidió que no tenía ganas de recibir quejas de los vecinos a esas horas de la madrugada.
Se acostó en la esquina derecha de la cama, pero al no estar acostumbrado, no sabía en que posición ponerse. Si subir una pierna, o acostarse boca arriba. Boca arriba no, sentía que algo se le iba a aparecer en mitad de la noche. Boca abajo tampoco, no confiaba tanto en las buenas intenciones de Bakugo. De costado también era peligroso, y dudaba que dándole la cara al rubio no pudiera sufrir algún tipo de accidente o algo.
De todas formas, cuando pensó que no se dormiría, cayó rendido.
Y a la mañana siguiente, había olvidado programar la alarma, por lo que despertarse fue solo pura casualidad. Faltaban treinta minutos para que la escuela comenzara las clases, lo notó cuando con sus ojos repletos de lagañas logró divisar la hora.
No quiso despertar a Bakugo todavía, se veía muy tierno con la boca media abierta y sus facciones faciales relajadas. Parecía un angelito, a decir verdad. Lo que le molestó, era que había ocupado la mitad de su propia cama. Ya era demasiado que se hubiera subido siquiera y hubieran compartido el mismo espacio. Hachiro sentía que habían invadido su privacidad.
Se levantó bastante rápido de la cama, dejando que la visión se le nuble por un rato ante el esfuerzo. Lo primero que hizo fue ir al baño a hacer de sus necesidades y lavarse la cara. Ya para cuando terminaba su tarea, puedo regresar al cuarto.
Se notaba que Bakugo no estaba dispuesto a despertar por cuenta propia, porque seguía durmiendo. Parecía como si nunca hubiera descansado tanto, y en parte Hachiro sintió un poco de eso también. Esperaba no ser el único.
¿Cómo se despertaba a una persona con carácter agresivo? ¿Le gritaba? ¿Le daba un cariñito? ¿Le echaba agua? De todas formas iba a intentar asesinarlo si lo despertaba, así que el destino era siempre el mismo.
─Estás roncando mucho, voy a ahogarte con la almohada mientras duermes, Baku.─habló lo bastante alto como para hacerse oír, y vio la cara de Bakugo tensarse. Este cerró la boca.─Se te estaba por meter el diablo, si no es que ya lo tienes dentro.
El rubio abrió los ojos lentamente, mirando con odio a su compañero de clases. Parecía un okupa. Se dió vuelta en su lugar y robó su almohada, para esconder su cara ahí. Parecía un puto gatito mañoso que no quería levantarse.
─Le vas a pegar pulgas a mi almohada, baku-perro.─señaló Hachiro, recibiendo otro gruñido y unas palabras incomprensibles.─Ooh cierto, tienes complejo de león. ¿Seguro que eres ariano?
─¡Cállate, bastardo!─su grito fue amortiguado por la almohada, donde escondía su rostro.─¿Por qué hablas tanto?─fingió lloriquear el rubio.
Como para terminar de molestarlo, Hachiro se encogió de brazos y comenzó a ignorarlo. Buscó en su armario el uniforme que el día anterior había dejado arreglado. Ni siquiera se detuvo en que tenía a un chico a sus espaldas, comenzó a sacarse la remera que utilizaba como pijama. Su espalda estaba mucho mejor, ya no necesitaba los vendajes.
Y justo cuando comenzó a sacarse los pantalones de pijama sintió un gruñido varonil y un ruido de estar desperezándose. No prestó atención nuevamente y siguió a colocarse el pantalón verde oscuro de la escuela.
─Ahí vas de vuelta con tu show de desnudismo.─murmuró el rubio, fregándose los ojos con la palma de su mano.
Si algo debía admitir el rubio, es que el cuerpo de su compañero era una obra de arte. Le molestaba un poco, pues hubiese preferido que fuera de complexión mas pequeña para que fuese fácil intimidarlo. También, no podía negar el trasero del chico.
¿Las chicas también tenían un culazo así?
─Me estás viendo mucho, cuidado.─le dijo Hachiro, captándolo en el acto. Bakugo le hizo mímica y se levantó de la cama, buscando por todas partes su uniforme.
─Le dices a alguien que estuve acá y te van a encontrar en el río flotando.─Hachiro esta vez se crispó por su comentario, sabía que no era intencionado con hacerlo sentir mal, pero no puedo evitar que su aura positiva se nublara al instante.─¿Donde puse el uniforme?
─Living, doblado.
Sus palabras fueron tan secas y cortantes que sorprendieron un poco a Katsuki. El propietario del departamento, tomó su cinto y sus zapatos entre las manos. No quería usar sus habilidades tan temprano. Salió de la pieza sin dedicarle ninguna mirada en ningún momento al rubio cenizo.
Era muy pronto para contarle a alguien que le tenía un puto terrible miedo al agua profunda desde que hermano decidió darle un paseo de muerte por la bañera a sus cuatro años de edad. De todas formas no tenía por qué ser tan rudo siendo que Hachiro le daba todas las comodidades sin pensarlo dos veces.
Demasiado amable.
Así que volvería a su misma aura de misterio y negatividad.
─¡Hey!─le exclamó Bakugo desde donde estaba, Hachiro se dio vuelta para ver de qué tenía que quejarse ahora. Pero el rubio señalaba confundido y horrorizado la pata de conejo que colgaba a un lado de la ventana. Morikuro puso los ojos en blanco.─¿¡Qué carajos es eso?
─Es obvio...
─¿Y por qué me hablas cortante ahora?─se jactó, sonriendo con malicia. Estaba pensando que su comentario le había hecho mucho eco antes, y se comenzaba a armar una historia en su cabezota peluda.
Hachiro quedó en silencio por un rato, mirando sus pies para no tener que mantener contacto visual con el chico bonito frente a él.─¿Cuál es tu mayor miedo?─preguntó de la nada, otra vez sorprendiendo a Katsuki.
─¿Y por qué te lo diría?
La conversación daba muchos cambios, muchos giros. Estaba confundido.
─No te metas conmigo. Créeme, será lo más estúpido que harás en tu vida.─todo esto, se lo dijo acercándose peligrosamente hacia donde el chico explosivo estaba, que lo miraba con una cara que parecía un poema entre la ira y la confusión.─Todavía no tienes ni puta idea de quien soy.─terminó de hablar, con una sonrisa de oreja a oreja, admirando de cerca el rostro de su compañero. Ya estaba volviéndose imbécil.─Eres encantador, vamos que llegamos tarde.
Y Bakugo, nunca había estado tan confundido como en esos últimos días.
Cuando arribaron a la escuela, fue un poco sorpresivo verlos a ambos llegar tarde y juntos. Pero sinceramente, a Hachiro le importaba poco y nada, se dirigió a su asiento sin saludar a nadie, solo pidiéndole disculpas al profesor excusándose de los horarios del subte. Por otro lado, Bakugo dijo lo mismo, aunque era obvio que vivían en zonas diferente, pero su aura gruñona hizo que el profesor que daba las clases de matemáticas ni siquiera se lo discutiera.
En lo que restó de la primera clase, no se dirigieron la palabra. Lo que si notaba Hachiro eran las miradas furtivas que le daba Izuku Midoriya a ambos, pero en especial al de cabellos azabaches. Y ya venía acumulando rabia, así que no le dolió ni un poco mirarlo fijamente a los ojos y medio gritarle.
─¿Se te perdió algo, Midoriya-kun?─le espetó con un tono fuerte, y bastante duro para la personalidad de Hachiro. El chico negó rápidamente, moviendo su mirada ahora hacia el profesor.
Era el último día de la semana, se repetía para si mismo. No necesitaba meterse en problemas, solo debía mantener un perfil bajo y prestar atención en las clases si no quería ser un desastre andante en las materias.
Así que el día prosiguió así, por suerte era una persona bastante determinada a lograr sus objetivos, por lo que se la pasó bastante tranquilo en su cómoda soledad. De vez en cuando las recientes amistades que tenía le hablaban para sacarle tema, y claro que les contestaba con un deje pequeño de buen humor.
Para los demás, Hachiro era un verdadero misterio. Un libro que se debía leer entre líneas. Cada acción, cada palabra, todo llevaba un segundo significado escondido que a veces hasta lo ponía en total inercia.
El horario del almuerzo llegó, y se acercó a almorzar con Kirishima, Kaminari, Sero, Mina y Bakugo. Claro, únicamente porque ellos lo invitaron a que participara con ellos. Era bastante curioso que siguieran intentando intrigarlo después de todo.
─¿Te quedaste dormido esta mañana, Hiro?─le preguntó Kaminari, dándole una mordida al sandwich que había llevado para almorzar.
El aludido asintió.─Ayer me cansé bastante, olvidé poner el despertador y el ascensor se averió.─comentó un poco avergonzado, llevándose una mano a la nuca. No le gustaba hablar tanto, pero estaba cómodo con ellos.
Kirishima pareció sorprenderse.─¿Vives en departamento? ¿Tus padres no te despiertan?─el pelinegro sabía que la pregunta era mera curiosidad, no había ningún fin malicioso, así que procedió a hablar amable.
Escogió no ser una mierda.
─Si, vivo en un departamento algo lejos de aquí. Mis papás trabajan en Tokio, así que básicamente...─se encogió de hombros, sin mostrar en realidad la tristeza que le consumía por dentro al decir la verdad.─ Vivo solo.
─¡Eso es cool!─dijo la chica de piel rosa entre ellos, llamando a que Hachiro le clavara sus ojos platinos sin piedad. Se puso nerviosa.─Q-quiero decir, no te controlan tanto como a nosotros.
─Eh, ojalá fuera así. Me tienen bastante controlado en realidad.─sin añadir mucho mas, Hachiro comenzó a comer de su almuerzo.
No iba a mencionar su teoría conspirativa de que en su cuarto posiblemente había alguna araña modificada genéticamente, que estaba preparándose para grabar cualquier intento de invitar a alguien a hacer cosas indebidas. Estaba seguro de que su madre aparecería en ese preciso momento y le lanzaría una maldición al afortunado. O afortunada si tenía mas suerte.
Iba a ser raro que presentara tantas ideas alocadas. Todavía no había tanta confianza, y no quería molestarlos.
─¿De casualidad tus padres son héroes élite, Hiro?─consultó Kaminari ahora, clavando su electrizante mirada en el pelinegro una vez mas.
Hachiro tragó saliva y con ello lo que tenía en su boca.─¿Por qué tanta curiosidad?─estaba un poquito apenado, no le gustaba ese tipo de atención, aparte no quería ser juzgado.─Sí, culpa de ellos no pude rendir las pruebas como el resto de ustedes. Supongo que tenían miedo de que la cagara.
─No pareces el tipo de chico que la caga.─rio nervioso el chico Denki. Hachiro sonrió levemente, dejándose llevar.
─Recién estoy empezando.
Entonces, una alarma comenzó a sonar por toda la escuela. Los chicos en la mesa se observaron confundidos, para luego escuchar gritos despavoridos.
Otro día normal en la U.A, menos mal que era viernes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro