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CAPÍTULO 55: SOMETIMES A MOMENT IS FOREVER

—— SOMETIMES A MOMENT IS FOREVER ——

Fallon y Bloom retrocedieron justamente cuando el enlace para la ruptura se rescrebajaba, haciendo que ambas usarán la piedra central del círculo de piedra como escudo para que aquello no las afectara, al mismo tiempo que respiraban aliviadas de que Aisha hubiera decidido acompañarlas para poder evitar que algo saliera mal, como había sido el caso.

—¿Estáis bien?— La voz de Aisha sonó algo lejana, debido a la cúpula de agua que las envolvía.

—¿Dónde estamos?— Una cuarta voz alertó a las tres hadas.

—¿No es este el círculo de piedra?— Una quinta voz las advirtió de que alguien más había allí, Bloom estaba dispuesta a luchar, pero Fallon, en cambio, solo hacia que repetirse que aquello era imposible, que no podían ser ellos.

—¿Mamá?— Su voz sonó muy bajo, pero al mismo tiempo lo suficientemente alto como para que Dominique la escuchara.

—¡Fallon!— Exclamaron sus padres al verla salir de detrás de la piedra, la cual les devolvió una amplia y radiante sonrisa.

—¿Fallon, ello son...?— Bloom se levanto al percibir que su amiga les conocía, haciendo que Dominique la mirase reconociendo quien era aquella chica.

—Son mis padres, Bloom.— Sonrió sin entender que era lo que ellos estaban haciendo allí. —Mamá, papá, os presento a Bloom, la portadora de la llama del dragón.— Añadió sabiendo que aquella oportunidad, que no sabía como había obtenido, les permitiría a sus padres y a su hermana pasar un tiempo juntos, un tiempo que hasta hacía minutos solo tenía cavidad en la imaginación.

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Fallon sonrió al ver como sus padres y Beatrix se fundian en un fuerte abrazo, recordando aquel primer momento que ella había vivido, ahora ambas podían sonreír orgullosas de haberlos conocido, aún sin saber la manera en la que eso podía ser posible.

—¿Cómo es que han llegado hasta aquí?— Preguntó Beatrix sabiendo que su hermana tenía algo que ver.

—No lo se, Bloom y yo estábamos intentando hacer el ritual de ruptura de la unión y algo debió de salir mal, aunque no ha habido daños terribles.— Explicó sin saber muy bien cómo es que de deshacer una unión habían pasado a traer a dos hadas de la muerte, ante sus palabras, Dominique y Bastian intercambiaron una mirada, sabiendo a que se debía todo aquello.

—¿Habéis intentando romper la conexión que tenéis?— Preguntó Dominique mientras se acercaba a su hija.

—Sí, ninguna de las dos quiere tener algo así. Bloom es propensa a meterse en problemas, y si lo hace la que acaba loca soy yo, y no es algo que quiera volver a experimentar.— Afirmó con obviedad haciendo que su madre frunciera el ceño al darse cuenta de que había algo que Fallon no la había llegado a contar.

—Vamos, Trix, demos un paseo.— La propuso Bastian mientras los dos empezaban a adentrarse entre los árboles dejando a las dos fénix sentadas frente al círculo de piedra.

—¿Qué es lo que no nos has contado a tu padre y a mi la vez que nos vimos?— Quiso saber mientras se sentaba a su lado y la miraba con preocupación.

—Fui condenada a estar en extasis hasta que mi capacidad de curación desapareciera. En esos minutos que para mí fueron horas...— La voz de Fallon empezó a hacerse más débil, mientras en su rostro se reflejaba el miedo que la generaba el recordar todo aquello.

—Los nuestros te torturaron, te marcaron con el símbolo de los que fallan en su cometido.— La interrumpió su madre dándose cuenta de que era aquello que su hija se negaba a decir. —No te la hicieron aquellos que como tú o como yo siguen siendo buenos, lo hicieron aquellos que se corrompieron, se que le tienes miedo y es ese miedo lo que ha hecho que la desvinculación fracase.— La explicó haciendo que la mirada de Fallon se centrará en la hierba.

—Desde ese día, no he conseguido dormir, las pesadillas me llevan de nuevo a aquel lugar, estando despierta los recuerdos me atormentan, el dibujar se me hace imposible, pues dibujo aquella misma marca una y otra vez. Yo no quiero esto, mamá, yo solo quiero volver a ser normal, quiero regresar al Primer Mundo y ser una simple persona más. No quiero el peso de nadie sobre mis hombros, ni su responsabilidad.— Se quejó mientras subía las piernas sobre el banco y las abrazaba, escondiendo su rostro entre sus rodillas.

—Ese es el precio que pagamos, esto era exactamente lo que quería evitarte, cariño, que vivieras este tormento que significa ser un fénix, y en tu caso un Ignis.— Suspiró Dominique mientras acariciaba la espalda de su hija, intentando tranquilizarla y darla apoyo. —Pero ahora, debes de escucharme atentamente, Fallon.— La indicó haciendo que la morena ladeara la cabeza para poder mirarla con atención. —Puede que ahora te veas derrotada, que te sientas débil, pero no lo eres. Eres mi hija, eres la criatura más poderosa y fuerte que existe, por encima de la llama del dragón. Y se que puedes hacer frente a esto, se que te duele y que te aterra volver a vivirlo, pero son recuerdos y pesadillas, no son reales, no volverán a hacerte daño, porque en cuanto rompas el vínculo serás libre de volver a ser esa chica normal que deseas ser.— Insistió esperando que fuera consciente de que ella tenía el poder y el control de hacer frente a todo aquello, y que jamás regresaría a aquel lugar que tantas pesadillas la había generado.

—Ojalá fuera tan sencillo.— Murmuró.

—Lo es, Fallon. Sólo tienes que entender que nuestro deber tiene una doble cara, podemos ser salvadores, pero también los destructores de los nuestros. Ellos no volverán a hacerte daño, porque ahora eres más fuerte que ellos y que cualquiera. Eres un Ignis transformado que controla la llama sagrada, eres una criatura poderosa y hermosa, y no puedes rendirte, porque no está en nuestra naturaleza hacerlo por mucho que queramos.— Insistió mientras la miraba con orgullo, sabiendo que ninguno de ellos, en siglos de existencia, habían conseguido llegar tan lejos como ella lo había conseguido.

—¿Y si quisiera hacerlo?— Preguntó creyendo que todo sería más sencillo.

—Puedes hacerlo, puedes rendirte a veces, únicamente sabiendo que otros también lucharan por ti. Lo que Bloom y tu nos habéis dicho..., puede que la vida te haya arrebatado a todos aquellos que fueron tu familia, pero has encontrado otra, una que lucharía por ti. Todos ellos han luchado con Yelena por ti, lucharon hasta que tú pudiste hacerlo, has de ser feliz sabiendo que tienes algo que muy pocos tienen en la vida: amigos que darían la vida.— La recordó sintiéndose algo más aliviada, porque aunque su mayor miedo era creer que sus hijas iban a estar solas, ahora era testigo de que no era así. Sus hijas jamás iban a estar solas, no sólo porque estuvieran juntas, sino porque de una extraña manera habían creado una familia más fuerte de lo que podían llegar a imaginar.

—Me alegro de que Trix os haya conocido y visto.— Sonrió feliz de que Beatrix tuviera aquella oportunidad que ella también tuvo gracias a que Yelena la había matado.

—Es una lástima que nadie más pueda saber que hemos regresado, momentáneamente, de la muerte, pero nos iremos sabiendo que ambas estáis y estaréis bien, y que estáis juntas.— Suspiró su madre mientras la abrazaba, aprovechando cada uno de esos instantes como si fuera el último, pues sabía que tras aquello jamás volvería a ver a aquellas niñas que únicamente recordaba como dos bebés a lo que adoraba y añoraba.

—Yo me preocuparía más de lo que les pueda pasar a los demás estando ambas juntas.— Admitió la morena riendo, sabiendo que ambas eran propensas a meterse en un montón de problemas.

—Oh, créeme que lo hago. Si por separado tu padre y yo a vuestra edad causabamos problemas, no me puedo imaginar lo que puede suceder con vosotras dos.— Rió Dominique sabiendo que la tradición de los Daniels de causar problemas continuaría por muchos años más, y puede que varías generaciones.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

Fallon y Beatrix observaron en la distancia a sus padres, ambos habían querido visitar algunas zonas del Otro Mundo, en concreto el acantilado donde Bastian le había pedido a Dominique matrimonio hacia casi veinte años. La pareja disfrutaba de aquel momento, de aquel regalo que de alguna forma la vida, o mejor dicho la muerte, les había ofrecido, sabiendo que pocos eran los afortunados de regresar de ese otro lado del velo para poder ver y estar con las únicas personas que querían.

Las dos hermanas, por su parte disfrutaban de aquella compañía y de aquel momento, para los cuatro era un sueño hecho realidad, un sueño que a pesar de ser imposible se había vuelto más real de lo que alguna vez habrían podido imaginar.

—Supongo que algunos finales no son del todo felices.— Murmuró Beatrix al recordar que todas las figuras paternas, como las de su hermana, habían encontrado un nuevo hogar en brazos de la muerte.

—Yo creo que este sí es un final feliz, un final feliz para los cuatro.— Aseguró la morena haciendo que su hermana la mirase confundida. —Al final, las dos vinimos a Alfea con más preguntas que respuestas, y ahora miramos, tenemos respuestas y hemos estado con nuestros padres, por breve que sea. No podemos desaprovechar el hecho de que es el mejor final que podíamos tener para un curso tan caótico.— Garantizó haciendo sonreír a la pelirroja.

—¿Qué esta pasando?— Preguntó Beatrix al sentir como el calor que había empezaba a ser sustituido por un frío que la hizo abrazarse a sí misma.

—Es la hora, Trix. Se tienen que ir.— Murmuró dándose cuenta de que aquella sensación de vacío y de tristeza debía de ser el mismo sentimiento que sus padres sintieron aquella vez que desapareció tan abruptamente.

Desde su posición, ambas hermanas observaron como Bastian rodeaba con sus brazos a Dominique, a la cual dio un tierno beso en la mejilla mientras ella hacía un esfuerzo por no llorar, pues sabían que había llegado el momento de aquella partida. Ambos padres miraron a aquellas dos jóvenes, aquellas niñas que una vez fueron dos bebés que les había arrebatado horas de sueño y de descanso, pero verlas de pie, frente a ellos, les hacia ver que todo había merecido la pena.

—Recordar que os queremos y que estamos orgullosos de vosotras.— Dijo Dominique sabiendo que por seguridad no era prudente acercarse a ellas, y más con el tiempo que Fallon había pasado cerca del círculo de piedra.

—Y que aunque no nos veáis, estaremos a vuestro lado viendo como triunfais, porque lo haréis. Ambas ya estáis haciendo historia y mejorando el Otro Mundo.— Añadió su padre con orgullo en su rostro, al mismo tiempo que Fallon abrazaba a su hermana para poder consolarla mientras la nítida imagen de sus padres, lentamente se volvía más borrosa, hasta convertirse en traslucida y finalmente desaparecer, dejando en sus respectivos lugares un rastro mágico de color morado y anaranjado, haciendo alusión a sus respectivos poderes como hada y como fénix.

—¿Estas bien?— Preguntó Fallon al cabo de un rato, mientras ambas se acercaban al coche que habían cogido prestado.

—Me tranquiliza saber que les he conocido, y que están orgullosos de ambas. Gracias por no decirles...— Empezó a decir Beatrix con respecto a todo lo que había llegado a hece en el curso pasado.

—Creo que eso era algo que tenias que hacer tu, y creo que has hecho bien en no decirles nada. A fin de cuentas, ambas hemos cometido errores de los que nos arrepentimos.— Mientras se subía en el lado del conductor.

—Cuando solucione todo y acabe el curso iré al Primer Mundo, contigo.— Dijo Beatrix mientras ocupaba el asiento del copiloto. —Se que te va a costar aceptarlo, pero quiero que vengas a vivir aquí, conmigo. Se que allí también tienes tu vida, pero aquí...— Prosiguió dándola a entender que quería ir con ella para que pudiera despedirse de la vida humana que había dejado atrás.

—Pero aquí esta mi nueva vida, en el Primer Mundo vivía la Fallon humana que la encantaba hacer bandalismo, ir a fiestas e ir a la playa; aquí, esta la Fallon que ha comprendido que la familia no se limita a partidas de nacimiento, de adopción o a la sangre. Hemos encontrado o hecho una nueva familia, Trix, y está vez no podemos perderla de nuevo.— La interrumpió mostrando que de alguna forma allí apenas quedaba algo que la aferraba aquel lugar, ahora todo cuanto le importaba estaba en el Otro Mundo, y eso era suficiente para ella. En aquel lugar estaba su nueva vida, y aunque había veces que quisiera huir de aquella realidad, no podía hacerlo, ya no podía volver a ser la chica que antes de todo aquello era, porque aquella chica aunque existía tenía que convivir con una nueva realidad llena de responsabilidades.

★★★

Obviamente tenía que hacer una escena de Beatrix conociendo a sus padres, y me sorprende que no vierais venir aquello.

También es cierto que para ha sido un reto, porque no sabía exactamente qué tratar en este capítulo, pero sabía y necesitaba hacerlo, una especie de final para la historia de los padres de Fallon y Beatrix.

La escena del principio, bueno de alguna forma quería mostrar que el fuego sagrado y la llama del dragón podían ser peligrosas (como pasó con Rosalind) pero también poderosas, como para traer a alguien de entre los muertos, y creo que ha sido perfecta esta explicación, porque me costó horrores llegar hasta esa conclusión principalmente por qué es el cierre de la historia y no iba a meter lo de la sombra (lo habría hecho de haber una 3° temporada)

La escena del reencuentro, bueno me pareció muy divertido que Beatrix estuviera modo "no se te puede dejar sola".

La conversación entre Dominique y Fallon es algo que necesariamente tenía que introducir para que mi protagonista pudiera pasar página, y obviamente es un trauma que seguirá ahí, pero de alguna forma compartirlo con alguien que sabe de ello me pareció esa ayuda necesaria. Además de que Fallon necesitaba para su historia abrirse de esa forma ante su madre, necesita esa figura parental. Como Beatrix necesitaba ese momento con Bastian para su futura relación con Sky y Amber.

La escena del acantilado, obvio que me inspire de la escena de Aster Dell, pero me encanto ese momento de paz, porque los cuatro están en paz, están juntos, son la familia que no pudieron ser y para los cuatro marca un antes y un después.

Para los padres saber que sus hijas estarán bien y que pueden descansar; para las hermanas, haber estado con ellos y haber compartido un tiempo que a muchos nos gustaría tener con nuestros seres queridos.

No os niego que este capítulo es uno muy emotivo, porque si algo me caracterizó en mis historias es que de una forma o de otra, mis protagonistas siempre tienen un reencuentro con un ser querido importante al que han perdido, y esta escena es sin duda de las más bonitas de ese estilo que he hecho. Y también un punto de evolución de dos personajes.

Dicho esto solo me queda decir dos cosas.

La primera es que estamos a punto de empezar el último mes de actualizaciones de Ignis.

Y la segunda es que quedan 3 capítulos + el epílogo para el final.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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