Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

008. 'Are we too young for this...?"

"¡No te acerques! ¡No quiero lastimarte!"

—¿Están bien? –Preguntó Hye-ra mientras Hyo-ryung se abrazaba a ella.

—Estoy bien. –Respondió Gyeong-Su cansado recargándose en la mesa donde estaba la computadora.

—¡Oye! –Lo llamó Na-Yeon.

El chico volteó, dejando ver una línea de sangre salir de su nariz.

Todos dirigieron sus miradas alteradas, alguna de ellas horrorizada hacía Gyeong-su, pero él no entendía a que se referían, sólo enfocó su vista en su mejor amiga, mostrando confusión en su rostro.

—Gyeong-Su, te sangra la nariz. –Soltó Cheong-San.

—¿Sí? –Dijo Gyeong-Su tocando aquel liquido rojo, soltando una pequeña risa despreocupado. —Es porque Su-Hyeok me golpeó con el trapeador. 

Había entrado en pánico por un segundo.

—¡Atras! No te acerques –Exclamó Na-Yeon. —te mordieron ¿Verdad?

—No, ¡Su-Hyeok me golpeó! –Explicó el chico nuevamente. la pelirroja retrocedió asustada.–¿Por qué te metes conmigo? –Intentó acercarse, pero Hye-ra se interpuso entre ellos.

—Gyeong-su dice la verdad. Su-Hyeok lo golpeó por accidente, vi cuando sucedió. –Na-yeon la ignoró.

—¡Deja de defenderlo! Lo mordieron. –Gritó. —A I-Sak le pasó igual antes de convertirse, también a Min-ji, y lo sabes, tu lo viste..

—Gyeong-Su. –La profesora lo llamó tranquilamente, aunque en el fondo, también se sentía asustada.

—¡De verdad! ¡No me mordieron! –Exclamó desesperado. —¡Lo juro!

El resto se quedó en completo silencio, Gyeong-Su intentó limpiar la sangre de sus nariz con su manga, Na-yeon, gracias a eso, notó algo más con lo que respaldar su acusación.

—Tu mano...¿Qué es eso? –Un rasguño pequeño se marcaba en su muñeca, para la pelirroja, era lo mismo que una mordida.

—¡Es de cuando agarré la computadora! –Exclamó el chico, rogando que le creyeran, era la verdad, pero en momentos como este, no podían ignorar ninguna señal. —¿No confían en mi? Esto pasó mientras los salvaba, ¿Cómo pueden hacer esto?

—Déjame ver. –Hye-ra tomó su mano.–Es un rasguño, no una mordida. –Anunció inmediatamente.

Cheong-San se acercó también después de ella. —Tiene razón, quien quiera revisar, que se acerque. –Los chicos no tardaron en ir a ver.

—Es un rasguño, estoy seguro. –Confirmó Su-Hyeok.

La señorita Park fue la siguiente. —No veo ninguna mordedura, es un rasguño, gracias a Dios. –Suspiró aliviada.

—No tienes que preocuparte Nay, es sólo un rasguño. –Cho-a sonrió de lado, yendo con su amiga.

—¿Satisfecha? –Recriminó Gyeong-Su mirando con hartazgo a Na-yeon, pero ella se quedó en completo silencio.

—Oigan. –Interrumpió Joon-Yeong. —Ya no tenemos computadora. –Dijo sosteniendo el ahora inservible teclado en sus manos.

—Entonces, internet... –Dijo Dae-Su. —¿Tenías que tirar eso?

—¿Qué podía hacer? ¡Esa cosa intentaba entrar!

—Qué malagradecidos. –Reprochó Hye-ra cruzándose de brazos. —Como si ustedes hubieran ayudado en algo. –Dijo eso ultimo en voz baja.

—Tú hubieras hecho un escándalo por menos. –Murmuró el de lentes. Su-Hyeok frunció el ceño sin entender.

—¿Qué dijiste? –Hablaron Cho-a y Hye-ra al mismo tiempo, mirando al de lentes, casi retándolo a que se atreviera a decir eso de nuevo. Joon-Yeong rodó los ojos soltando el teclado en el escritorio.

—Na-yeon. –Habló Dae-Su de nuevo. —Di que lo sientes y acaba con esto.

—¿Por qué me disculparía? –Soltó Na-Yeon. —Lo vi todo, vi que le agarró la mano, tengo razón, podría estar infectado.

—Na-yeon, es suficiente. –Intervino la profesora Park.

—¡Pero vi que lo tocó!

—¿Tocarlo lo infecta? –Cuestionó Cheong-San.

—Sostuve la mano de I-Sak antes de que cayera. –Mencionó On-Jo. —¿Por qué estoy bien?

—Dae-su tocó al señor Kang cuando este atacó a Min-ji y no pasó nada. –A Cho-a no le gustaba contradecir a Na-yeon, pero no podía permitir esto.

—Deja de ser tan buena. –Le dijo antes de volverse con el chico y la maestra. —Tiene una herida en la mano. –Explicó, negándose a la posibilidad de estar equivocada. —Es diferente cuando tienes una herida abierta.

—Esa maldita... –Soltó Gyeong-Su, Su-hyeok se aproximó a detenerlo de lo que sea que fuera a intentar, antes de que su novia decidiera meterse otra vez.

—Na-yeon, se que siempre has odiado a Gyeong-Su, pero esto no tiene nada que ver con hablar mal de el. —Pronunció Cheong-San. —Es cuestión de vida o muerte.

—De no ser por el todos estaríamos muertos. –Agregó Su-Hyeok.

—Y ahora puede que nos mate. –Dijo Na-Yeon de mala gana.

—Yo estoy a punto de morir de coraje por tu culpa –Soltó molesta Hye-ra, llevando sus manos a su rostro desesperada por toda la situación.

—¡Basta! Todos ustedes cierren la boca. –La profesora intentó detener aquel caos, callando a cualquiera que intentara hablar, planeando algo para resolver la situación. —Quédate en la sala de grabación diez minutos. Gyeong-Su. Se que será difícil, pero creo que es mejor eso a que sospechen de ti.

Nadie sospechaba de él, sólo Na-yeon. 

Aún así, Gyeong-su estaba dispuesto a hacer lo que la maestra sugirió, con tal de terminar esta absurda situación cuanto antes.

—Diez minutos no, me quedaré una hora entera.

—¿Con eso alcanza? –Cuestionó la señora Park a la pelirroja. –Si no pasa nada, ¿Te disculparías?

—Sí.

—Nos vemos en una hora. –Dijo Gyeong-su cansado, entrando a la sala de grabación, sentándose en una de las sillas

—¿Ves lo que provocas? –Murmuró Hye-ra, la pelirroja se limitó a rodar los ojos.








Para ser honestos, no tenían la más mínima idea de cuanto tiempo había pasado desde que Gyeong-su había entrado en la sala, suponían que al menos eran más de veinte minutos, y el seguía fresco como una lechuga.

Si hubiera estado infectado, ya se habría convertido.

Hye-ra se acercó a la ventana de vidrió que había en la puerta, dando un par de golpecitos al vidrio para llamar la atención del chico, Gyeong-su la miró, regalándole una sonrisa mientras le mostraba el dedo de en medio. Ella fingió una expresión ofendida e hizo una seña con su mano, él frunció el ceño sin entenderla.

—Significa "Te quiero". –Mencionó esperando que le entendiera , Gyeong-Su sonrió, he intentó replicar la seña. —Han pasado casi treinta minutos, puedes salir. –El negó con la cabeza.

—No voy a salir. –Dijo el chico, desviando su mirada para distraerse con algo ignorando a la chica, Hye-ra tocó la puerta de nuevo con insistencia. pero Gyeong-Su se limitó a hacer una seña a la chica para que se fuera.

Ella suspiró rendida, mostrando el dedo de en medio al chico antes de retirarse de la puerta. 

—Es tu turno, idiota. –Soltó cansada. —No quiere salir. –Cheong-San bufó antes de levantarse.

Hye-Won pasó su mano por su cabello, un leve dolor de cabeza se hizo presente en su cabeza. Se apresuró a sentarse al lado de Su-Hyeok, recargándose en sus hombros.

—Estás preocupada por Gyeong-Su, ¿No es así? –Preguntó el chico, tomando la mano de Hye-ra entrelazándola con la suya. Ella asintió lentamente.

—Sabes que odio como lo trata Na-Yeon.

—Ella es terrible. –Admitió. —¿Cómo podías ser su amiga?

—No era mala cuando la conocí, y hasta la fecha, tiene sus momentos donde es buena conmigo y las chicas, pero esta versión tan horrible de ella, ni siquiera la puedo reconocer.

Hye-ra soltó un pesado suspiro, llevando su mano a su cabeza presionando su cien, el dolor no se iba, ni siquiera era tan fuerte, sólo muy molesto.

 —¿Te sientes bien? –Preguntó Su-Hyeok preocupado, acariciando la mejilla de la chica con delicadeza.

 —Sí, es sólo un dolor de cabeza, no ha sido mi día más tranquilo. –Bromeó ocultando la molestia, pero si ella se sentía mal, a Su-Hyeok no le parecía divertido.

—Has sentido demasiada presión el día de hoy. –Murmuró intranquilo. –¿Nam-ra no te dio algo para esto? –Hye-ra asintió.

—Lo hizo, pero las dejé en mi mochila. –Soltó la chica, presionando su cien con más fuerza.

—Tal vez si uso la cuerda pueda llegar al aula e ir por ellas... –Dijo el chico, formando un plan tal vez demasiado elaborado y poco realista en su mente. Ella lo detuvo antes de que siguiera hablando.

—Ni se te ocurra. –Interrumpió la chica. —No quiero que te arriesgues, casi siento que te perdía hoy, y no lo quiero sentir de nuevo. –Mostró una leve sonrisa al chico. —Es sólo un leve dolor, voy a estar bien, confía en mi.

Su-Hyeok la miró unos segundos, pero al final lo aceptó, pasando su mano por su rostro y soltando un suspiro. —Sólo quiero que estés bien. –Acarició suavemente el abdomen de la chica. —Te amo.

Te amo. Dirían eso más seguido a partir de ahora.

Un color rojizo apareció en las mejillas de la chica. –Y yo a ti. –Su-Hyeok levantó sus brazos para abrazar a la chica, depositando un beso en su frente.

El abrazo pronto se vio interrumpido cuando el chico sintió un lápiz golpear su cabeza. —¡Oigan! ¡no coman pan frente a los pobres! –Bromeó Dae-Su, haciendo reír a los demás.

Hye-ra soltó el abrazo tomando el lápiz en su mano. —¿Pobre? –Ella levantó la ceja. —Como si no tuvieras a Woo-Jin. –Soltó burlona lanzando de nuevo el lápiz hacía Dae-Su. El comenzó a reír, mientras el mencionado entrecerraba los ojos fingiendo estar ofendido.

—Con que esas tenemos, eh. –Woo-Jin agarró uno de los paquetes de post-it que había en el escritorio lanzándolo de vuelta a la chica.

Se sentía bien tener momentos de diversión en un momento tan tenso. 

Extrañaría mucho esos momentos.

A unos escasos metros de los demás, Na-yeon se encontraba balanceándose en su silla giratoria, observando a los demás reír y pasar un buen momento, algo que ella no podía tener, todos la odiaban y gracias a su escena anterior, la odiaban aún más. En su defensa, no tenía ninguna, se había equivocado con Gyeong-su, pero su orgullo le impedía sentir culpa al respecto.

Por el rabillo del ojo, notó a una persona acercar una silla y sentarse junto a ella, supo de inmediato de quien se trataba, apartó su mirada hacía un punto al azar en la pared, fingiendo que esa grieta era lo más interesante que existía.

—Nay. –Cho-a la llamó. 

—Si vas a regañarme ahórratelo. –Bufó. —Yo sólo intentaba hacer lo correcto.

—Tú sabes que Gyeong-su no está infectado, y que la herida en su mano sólo es un rasguño.

—Aún no estamos segu... 

 —Él no se va a convertir. —Cho-a la interrumpió. Adoraba a la pelirroja, pero este comportamiento se estaba volviendo demasiado irritante. —Se que lo odias pero, estamos en una situación delicada, ¿Puedes guardarte ese odio para ti misma?, al menos hasta que salgamos de aquí.

—Primero Hye-ra y ahora tú. –Soltó una risa seca. —¿No se cansan de defenderlo todo el tiempo?, a veces eres tan buena que se vuelve fastidioso.

—Te adoro Nay, pero nunca has tenido una razón real para odiarlo. –Na-yeon estuvo a punto de protestar, Cho-a la tuvo que interrumpir una vez más. —Su situación económica no es una razón valida.

La chica puso sus ojos en blanco, conteniéndose a soltar un pesado suspiro. —Deja de hablar de ese idiota, no puedo creer que voy a quedarme sin mis mejores amigas en pleno apocalipsis por su culpa.

Tu sola te causaste esto.

Cho-a miró a Na-yeon, a sus ojos que cada vez perdían más ese brillo de humanidad, sus labios temblorosos de la rabia, su despeinado cabello rojo como el fuego de una explosión, no sabía si sentirse decepcionada, o resignarse a que las personas como Na-yeon no cambiaban de opinión nunca.

Dicen que en momentos de crisis las personas muestran su verdadero ser.

—Si quieres tenernos a las tres de vuelta, vas a tener que disculparte con Gyeong-su. –Tomó su mochila, sacando de esta un pañuelo y un par de curitas que encontró revisando las cosas de sus compañeros. —Por todo lo que le haz hecho.

—Sólo voy a disculparme si no se convierte. —Miró con desagrado las cosas. —No por todo lo demás.

Tal vez esto es lo que eres.

—¿Es más importante tu orgullo que nuestra amistad?–Cho-a mantuvo su brazo extendido, la pelirroja resopló antes de tomarlo de mala gana. .

—Está bien, lo haré por ti y por Hye-ra, aunque sea contra mi voluntad.

Diez minutos, tal vez más, pero casi se completaba una hora de que Gyeong-Su estaba en la sala de grabación, al no ser convencido de salir por Cheong-San, la señorita Park entró con el para intentar hacer que saliera, mientras el resto miraba expectante por la ventanilla, a excepción de Nam-Ra y Na-yeon.

—¿Por qué es tan terco? –Soltó Hye-ra, aunque no lo escuchaba, intentaba descifrar lo que el chico decía, y parecía que se negaba a salir aún.

—Ni que lo digas. –Admitió Cheong-San.

—¿Creen que salga? –Cuestionó Su-Hyeok, Hye-ra negó con la cabeza, conocía lo cabeza dura que podía ser Gyeong-Su a veces.

Pero Cheong-San asintió, tenía esperanza de que la profesora lograra convencerlo.

—Dios, este chico va a matarme. –Hye-ra se retiró llevando sus manos a su cabeza, le dolía como si estuviera en el infierno. Cho-a notó esto de inmediato, corriendo hasta su mochila para buscar alguna de las pastillas que cargaba.

—Ten, esto te servirá. –Extendió la pequeña capsula azul y blanco hacía la chica embarazada, quien la tomó algo confundida. —Lamento que no pude cargar agua.

—¿Por eso estabas revisando mi mochila? –La castaña asintió. —Eres increíble Cho-a.

La mencionada sonrió. —Gracias, ¿Podrías llamar a mi mamá y decírselo?

En ese momento mientras sus amigas estaban distraídas riendo, Na-yeon las miró con el rostro serio, suspiró frustrada, acercándose con todos los demás.

Al paso de unos minutos, la maestra salió, sin Gyeong-su

—¿Qué dijo? –Preguntó Cheong-San. —¿No va a salir?

La señorita Park negó. —Dice que se quedará una hora completa.

—Este imbécil, voy a entrar. –Se ofreció Cheong-San, para por fin terminar con todo esto.

—¿Por qué? –Soltó Ji-min. —Si alguien debe entrar es Na-yeon.

Todas las miradas se dirigieron de inmediato a la pelirroja.

—¿Por qué me miran así? –Pronunció fingiendo no entender. —¿Hice mal en desconfiar de el? –Cuestionó. —Ustedes también sospecharon, todos ustedes.

—Yo no sospeché de el. –Cheong-san se adelantó a contradecirla, siendo acompañado de Dae-su.

—Yo sí. –Admitió Ji-Min apenada. —Pero no le falté al respeto como tú.

—Ya basta. –Exclamó la profesora, tomando un respiro antes de tocar el hombro de Na-Yeon. —¿Recuerdas tu promesa? Te disculparías a los treinta minutos. –La pelirroja asintió de mala gana. —Han pasado treinta minutos.

Na-yeon ni siquiera protestó, no al ver  a Cho-a hacer ojos de perrito para convencerla.
Ella entró a la sala de grabación, sintiéndose completamente molesta e incomoda.

Mientras el resto los observaba expectantes sin desviar la atención ni por un segundo.

—Están hablando, se ve bien. –Mencionó Dae-Su. por alguna razón los demás tenían esa esperanza de que Na-Yeon aceptara su error por al menos una vez. —Le agarró la mano, Dios mío.

Todos estaban sorprendidos observando a la pelirroja sujetar la mano herida de Gyeong-Su, limpiándola con un pañuelo, y posteriormente colocando una curita en el rasguño.

Gyeong-Su se levantó de su asiento a los pocos minutos, pero no salió de la sala, el chico se mantuvo pegado a la pared, mientras Na-Yeon estaba parada frente a el diciendo algo que no podían escuchar.

—Van a besarse. –Murmuró Dae-Su emocionado como si estuviera viendo su novela favorita.

—Ay Dios no puedo ver esto. –Hye-ra tapó sus ojos haciendo una mueca aunque nada había sucedido. Ella bajó dos de sus dedos dejando una abertura para seguir viendo lo que sea que pasara.

Aunque una disculpa y una conversación amable era lo ultimo que estaba sucediendo.

—Deben estar locos, todo el mundo está de tu lado, me arrinconaron por un don nadie como tú. –La maldad salía descaradamente después de cada palabra. —Quédate toda la hora, aunque espero que nunca salgas.

Se dio la vuelta lista para irse dejando al chico ahí.

—Maldito Subsi. –Susurró.

Na-yeon salió de la sala, siendo recibida por los ingenuos aplausos de sus compañeros, creían que había hecho lo correcto por primera vez en su vida, pero no podían estar más equivocados.

Fue cuestión de segundos para que Gyeong-Su saliera por la puerta furioso gritándole.

Dae-Su, Cheong-San y Su-Hyeok se adelantaron a detener al chico, la profesora Park y Hye-ra se pararon frente a el intentado tranquilizarlo.

—Gyeong-Su, ¿Qué pasa? –Preguntó la chica, viendo los ojos del chico cristalizarse por la impotencia.

—¡Eres una hija de puta! –Gritó hacía Na-Yeon, luchando por soltarse del agarre de los chicos.

—¿Qué le hiciste? –Cho-a observó a la pelirroja con decepción. —Dijiste que te disculparías.

Pero ella no parecía estar arrepentida en lo absoluto.

La profesora Park maldijo internamente, llevando una mano a su sien haciendo presión, antes de pedir que los chicos alejaran un poco a Gyeong-Su llevándolo a sentarse cerca de la ventana mientras trataba de hablar con Na-yeon al respecto.

—¿Por qué siempre debo aguantarla? –Se quejó.

—Es una idiota, no la escuches. –Hye-ra suspiró, sin saber que decir para reconfortar al chico, acarició su cabello intentando calmarlo, y distraerlo de los horribles comentarios de su ex-amiga intentando justificarse. —Sólo quédate junto a mi, no dejaré que ella te haga daño.

—Ustedes son muy molestos, ¿Y si tengo razón? ¿Admitirán que los salvé? –Interrogó la pelirroja denotando su cinismo.

—Él no se va a convertir. –Soltó Su-hyeok con firmeza. —Ya ha pasado mucho tiempo, él está bien.

Pero Na-Yeon volteó su mirada de manera aterradora hacía Gyeong-Su. —Miren, a ver si tengo razón o no.

Las expresiones del grupo cambiaron de irritadas a asustadas cuando vieron un hilo de sangre caer bajo la nariz de su amigo, él ni siquiera lo había notado, pero apenas ver como algunos de ellos retrocedían, sintió un escalofrío recorrer toda su espina dorsal.

—Gyeong-Su... –Su confusión aumento al escuchar la voz temblorosa de Cheong-san.

El chico limpió esa sangre con su mano  una vez la notó, su cuerpo comenzaba a temblar, esta vez no era como la anterior, algo estaba mal.

—¿Ahora creen que me equivoco?

—Oigan, ¿Qué pasa? –Dijo Gyeong-Su con la voz entrecortada, sintiendo la desesperación correr por su cuerpo. 

Cuando todos decidieron retroceder, como su primer reflejo al estar en una situación de peligro, pero Cheong-san y Hye-ra decidieron quedarse, no le tenían miedo, no era peligroso, era su amigo.

—Pero no te mordieron... –Susurró la chica, sus ojos brillaron por la fina capa de agua salada amenazando con escapar.

—¡Deshazte de el! –Gritó Na-Yeon empujando a Joon-Yeong, Gyeong-Su se intentó acercar, dando un corto paso hacía adelante. 

—No, yo... –Gyeong-Su intentó explicarse. —¡No me convertí!

Pero el resto retrocedió aún más. Su-Hyeok sabía que Hye-ralo odiaría si la alejaba, pero no quería que ella saliera lastimada si era el final para Gyeong-Su. Tomó el brazo de su novia, pero ella se zafó de inmediato.

—Lo siento Gyeong-Su. –Soltó On-Jo con tristeza. —Pero no te acerques.

El tuvo que procesar todo en unos segundos. —Me contagié, ¿Verdad? –Habló resignado. 

—No, no, esto no puede ser verdad. –Cheong-San seguía negándose a la posibilidad de perder a su amigo. —¿Por qué hasta ahora? 

—Esto no puede ser, no te mordieron Gyeong-Su. –Hye-ra caminó hacía el, esta vez fue su amigo quien decidió apartarse. 

—¡Aléjate! –Exclamó. —¡No te acerques! ¡No quiero lastimarte! –Tal cual como I-Sak, el chico comenzó a retorcerse, pero seguía consciente. —¿Por qué? –Murmuró para si mismo.

 Su-hyeok se adelantó a alejar a la chica, abrazándola con fuerza para que esta no lograra soltarse, mientras un mar de lagrimas rodaban por sus rostros enrojecidos. —Déjame. –Susurró ella, pero sin hacer intento de luchar. —Suéltame. 

Se sentía débil, impotente, había nada que pudiera hacer para salvar a su mejor amigo.

—¡Vete! –Gritó Na-Yeon de nuevo. —¡Dije que te largues!

—¡Cállate! –Exclamó el chico. —Me iré por mi cuenta... –Sus ojos se hincharon, su tiempo estaba contado. —¿Por qué los mordería? Son mis amigos, si me voy, todo estará bien...

—Gyeong-Su, ¿Por qué no vuelves a la sala de grabación? –Dijo la maestra, tratando de mantener la calma y la esperanza en ese momento. Pero él se negó.

—Me iré... –Pronunció con dificultad, apenas podía mantenerse de pie, pero lucharía por llegar hasta la puerta sin lastimar a nadie. —...Me iré por mi cuenta...

—Gyeong-Su...—Soltó Hye-Won, el chico la miró por ultima vez, ella hizo de nuevo aquella seña que significaba "Te Quiero". 

Débilmente y con dificultad, el intentó imitarla. 

—Gracias...Por todo. –Dijo, intentando abrir la puerta con lo ultimo de voluntad que le quedaba. —No mueran... –Hasta que el chico quedó paralizado, dejando de intentar abrir la puerta.

Su mente jugó con el, los sollozos se convirtieron en horribles risas, los rostros de sus amigos se deformaron, su visión parpadeaba entre un rojo sangre apoderándose de todo su campo de visión, y las imágenes más grotescas que jamás imaginó. Sus oídos retumbaban por las risas inexistentes en el cuarto.

Así que eso pasaba cuando estabas a punto de convertirte.

No importaba que tan valiente estuviera siendo, ahora sólo sentía miedo.

Y el miedo sólo te condenaba.

El cayó comenzando a retorcerse en el suelo, todo había acabado, el era un zombie ahora.

Al paso de unos segundos Gyeong-Su se levantó, parecía poseído, no era el amigable chico que solían conocer, sus ojos eran los de un depredador buscando a su presa.

Ellos eran su presa.

Como siempre, Dae-Su fue el más valiente al intentar empujarlo antes de que lastimara a alguien, los gritos aterrados pronto fueron lo único que se oía en el cuarto, sólo provocando que Gyeong-su se alterara, buscando seguir el ruido para atacar.

Cheong-San subió al marco de la ventana, observando por ultima vez a su amigo, con lagrimas en los ojos y el corazón roto, silbó para llamar su atención, aquel silbido que era un chiste interno entre ellos. 

Fue lo único que se le ocurrió para salvar al resto de sus compañeros.

Funcionó, Gyeong-Su corrió hacía el, quien usó la cuerda para impulsarse lejos, mientras la versión zombie de su amigo caía por la ventana.

—¡Gyeong-su! –Exclamó Hye-ra devastada, aún siendo sostenida por Su-Hyeok, el ocultó su rostro en los hombros de la chica ocultando sus lagrimas. —Gyeong-su...

Todos habían perdido un amigo hoy.



















★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★

Hola! ¿Cómo han estado?, Espero que les haya gustado el capítulo si fue así voten y comenten.

¿Qué les ha parecido el personaje de Cho-a (Jin-kang en Songbird)? Ya que en esta versión decidí mantenerla viva.

El día de hoy no tengo mucho que decir, sólo recomendar mi fic de el k-drama Revenge Of Others llamado "Again", es un Seok Jaebum x OC!

Ya que es el único fic de este personaje en Wattpad tal vez les interese, prometo ya mero actualizarlo, estos meses han sido un caos y no había tenido inspiración.

Sin más, los veo en el siguiente capítulo.

-Alessandra.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro