Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12

MENTIRAS

ME SENTÍA PERDIDA, SIN SABER QUIÉN O QUÉ ERA, DONDE ESTABA PARADA O SI QUIERA SI ESTABA CUERDA. Al menos veinte diferentes teorías se formaron en mi cabeza, la mayoría siempre acababa conmigo atada a una camilla en un hospital psiquiátrico dónde me inyectaban droga para que deje de decir locuras o tener alucinaciones.

Trate de acostumbrarme a esas cuatro patas peludas, hasta correr a mi casa donde estuve diez minutos pensando en como me veía, tomé una ropa que estaba colgada en el jardín para que se secara y me la coloque para subir a mi cuarto tratando de no encontrarme con nadie.

Abrí la puerta respirando agitadas sintiéndome con un calor asfixiante como si la ropa estuviera hecha de carbón y pegada a mi cuerpo. Cerré la habitación para correr a mis cajones buscando el polvo que había comprado la última vez, mientras en mi mente me repetía una y otra vez: estás drogada, solo drogate más para comprobarlo. Además de que sentía una extraña ansiedad por los nervios.

- Bingo - Saque el frasco con el polvo blanco para sin pensar usarlo

- ¡Leona! - tocaron varias veces la puerta pero me senté en la cama tratando de sentir algún efecto, pero nada - Leona, abreme. Soy Jared, por favor

No respondí, estaba sintiendo impotencia de que no tenga efectos o algo, solo me sentía enojada y frustrada. Era demasiada información que procesar y mucha que faltaba.

- No quiero esto, no quiero esto - Susurré tapándome los oídos, pero mi cuerpo no paraba de temblar

- Te vas a transformar dentro, por favor solo abre - Me pare de un salto para abrir la puerta y ver a mi mejor amigo que rápidamente se lanzó a abrazarme - Escucha, estás asustada, pasé por lo mismo. Necesitas distraerte, relajarte y tenemos que volver con el consejo

- No quiero - me aferre al abrazo negando - Solo mátame y ya

- No, morocha - se separó para besar mi frente, mi cuerpo se relajó - Solo ven - nos movió hasta acostarse sobre mi cama conmigo sobre su pecho - Cuenta los latidos de mi corazón

Eso hice, lo envolví en un abrazo mientras trataba de calmarme para poder escuchar solo sus latidos, su corazón golpear contra su pecho con fuerza y un poco acelerado.

- ¿Recuerdas el orden de la familia de Odin? - sonreí un poco por su pregunta mientras me calmaba

- Odin, Frigga, Hela, Thor, Loki - enumere en voz baja

- Repitelo - comenzó a acariciar mi cabello y eso hice, repitiendo los nombres en orden unas diez veces mientras escuchaba su corazón

Hasta que me calme.

- ¿Recuerdas cuando te conté las historias Quileute? - Susurro sin dejar de peinarme con suavidad

- Si - Trate de no volver a alterarme, pero me costaba

- Resumidamente, en la reserva, la parte de la tribu Quileute, nosotros nos regimos bajo el mando del consejo: el viejo Quil Aterea, Billy Black y Harry Clearwater - Contó llamando mi curiosidad - Ellos son quienes se encargan de todo, pero no son quienes nos cuidan

- ¿Quiénes los cuidan? - pregunte alzando un poco la cabeza

- Quienes nos cuidan de que no nos roben nuestras tierras y del mundo sobrenatural es la manada - Me tensé un poco por la parte del mundo sobrenatural, algo que obviamente notó - Sam es el alfa, Paul, Embry y yo somos los betas. Nuestra sangre tiene un gen lobuno que viene de nuestros ancestros y que se activó por detectar una amenaza

- Pero yo no...

Suspiré pensando en la parte de sangre, no podría ser porque papá no compartía lazos con la reserva, ni siquiera un parentesco físico o de sangre lejana, mamá ni siquiera era nativamente de Forks. Me senté sintiendo mis ojos cristalizarse para ver a Jared.

- Mírate al espejo, Leo - me giró para ver el cristal frente a mi cama - Nunca lo pensé, pero el gen se activó en ti y eso solo significa que tienes sangre Quileute. Algo que explicaría muchas cosas

- ¿Cosas... Cómo qué? - sentí mi voz quebrarse

- Hace meses tú cuerpo está cambiando, siempre nos preguntábamos porque eras de piel bronceada cuando tu familia era pálida como una hoja, de allí salió tú apodo de morocha Swan - tomó mis manos y voltee a verlo sin aguantar las lágrimas - No hay dudas que eres hija de René pero

- No - lo interrumpí separandome para levantarme de la cama bruscamente - No digas idioteces, Jared

- ¿Por qué se separaron Charlie y René? Nunca lo dijeron - Se levantó y siguió hablando sin importarle - ¿Por qué eres tan diferente a ellos? Mira tú color de piel, tú cabello, tú rostro, inclusive tú forma de ser

- Ya basta - Lo tomé por los hombros desesperada pero él negó

- Tú y yo lo sabemos, Leo. No te mientas

Sentí mi respiración quemar por lo que automáticamente comencé a concentrarme en un sonido, pero aún lejos del pecho de Jared podía escuchar perfectamente los latidos de su corazón y la sangre corriendo por sus venas. Siendo un calmante natural que me tomó por sorpresa.

- Charlie no me mentiría con algo así - Susurré bajando mis brazos - Estamos hablando de mi identidad

Él suspiró para luego tomar mi celular bajo mi atenta mirada.

- Estás son las historias de la manada, leelas, tómate tú tiempo para procesar todo. Pero habla con Charlie, morocha - besó mi frente para salir de mi habitación

Escuché sus pasos bajar las escaleras hasta el piso de abajo, el claro sonido de abrir y cerrar la puerta principal hasta irse corriendo por el bosque donde escuché un bajo sonido de tela romperse. Se transformó. Mire la pantalla de mi celular cuando me sentí sola para ver las historias.

- Apesta - hice una mueca cuando sentí un aroma que delató mi olfato, ahora, sensible. Mire a Draco que estaba en la torre de astronomía con una mueca - Tendré que bañarte si ahora tú olor es más fuerte

Mi conejo solo se metió en su casita y yo suspiré sentándome en el suelo con el móvil. Bajé la pantalla donde estaba cada una de las leyendas y entre a la primera sobre Taha Aki.

Una de mis películas favoritas de todo Marvel, era Thor. No por el rubio, sino por Loki, quien tenía una vida armada pero envidiaba que siempre prefirieran a Thor, era un villano por tener un corazón roto. Lo que más me dolió, fue escuchar a Loki exigirle a Odin la verdad sobre su identidad.

Y yo no tenía el valor para enfrentar a papá de esa manera.

Abrí la puerta de la habitación de Izzie, ella estaba acostada en su cama durmiendo tranquilamente. Me daba cierta pena que estuviésemos distanciadas, pero me daba terror que me confirmarán que no podríamos ser hermanas totalmente, solo ser... Medio hermanas. Cerré la puerta para bajar las escaleras despacio.

Podía escuchar la televisión desde donde estaba tranquilamente, a papá concentrado mientras susurraba maldiciones por como iba el partido y como movía sus dedos con ansiedad, golpeándolos contra la mesa. Bajé los últimos escalones y se giró para verme con sopresa.

- Leo, cariño - Se levantó para sonreírme pero no pude devolver el gesto - ¿Estás bien? ¿Tuviste una pesadilla o algo? - intentó acercarse pero retrocedi un paso tratando de decir algo

- Yo - suspiré sin tener palabras - Necesito que si te pregunto algo seas sincero conmigo - pedí en un bajo tono y papá apagó la televisión asintiendo

- Claro, dime

Respira, Leo. No quería transformarme en un lobo gigante dentro de casa, no lo había hecho desde la tarde cuando llegue y tenía miedo de volver a sentir ese dolor en mis huesos.

- ¿Por qué se separaron tú y mamá? - Se quedó callado, pero pude escuchar su corazón acelerarse levemente

- Bueno, ya estás grande, cariño. Creo que puedes saber cuándo dos personas ya no van más juntas - Se encogió de hombros rascándose la nuca, yo suspiré pasando mis manos, que comenzaron a sudar, por los costados de mis piernas

- hay algo más - Murmuré tratando de buscar todo el coraje que tenía - Sé que hay mas, ¿Por qué se separaron?

- Leo, ya pasaron años - trato de sonreír pero podía escuchar su corazón nervioso

- Yo... - Debes decírselo - Creí que se habían separado porque mamá era todo lo contrario a ti, pero ya no soy una niña, tú lo dijiste, hay mas detrás y quiero saberlo - Se cruzó de brazos bajando la mirada

- ¿A qué viene esta pregunta, Leo? Nunca te interesó saber porque nos divorciamos - Cuestionó confuso

- Porque... - Pase mi mano por mi frente cansada de la situación - Soy diferente, soy diferente a ti, a mamá a Bella - me explique sin decir la verdad del todo - ¿Por qué soy tan diferente? ¿Por qué no encajo? ¿Por qué siento que hay una parte de la historia que no sé?

Se quedó callado, tragó en seco como si se sintiese entre la espada y la pared. Ya encontré el punto débil, la manera de sacar la verdad. Necesitaba saber quién soy.

- Conocí a unas personas que me hicieron dudar de mi, de quién creo ser, pero nadie puede decirme quién soy si no sé tampoco quien fui - Mi voz temblaba por el miedo a formular la pregunta - Es confuso cuando crees que eres alguien pero viene alguien y te dice que no es así

- ¿Quién te dijo algo así? - se descruzó de brazos para fruncir el ceño - ¿A qué te refieres con todo esto, Leo? ¿A qué quieres llegar?

- ¡Quiero llegar a la parte donde respondes mi pregunta con sinceridad! - grite enojada - ¡Quiero que me digas quién soy!

- Eres mi hija, Leo ¿Por qué? - se acercó un paso confuso

- ¿En verdad soy tú hija? - Susurré ya sin voz - Dimelo, ¿Soy tú hija?

- ¿Por qué preguntas eso? - me miró como si estuviera indignado o triste

Nos quedamos en silencio y baje la mirada unos segundos antes de volver a subirla con seguridad.

- ¿Soy tú hija de sangre?

No respondió.

- ¿De dónde sacaste esa duda? - Susurró con sus ojos comenzando a cristalizarse

- Responde

Intentó dar otro paso pero yo no pude impedirlo, mis palabras se estancaron en mi garganta mientras más coraje se acumulaba y la impotencia de solo escuchar sus latidos que demostraban sus nervios me enojaban.

- ¡Dime! - grite empujándolo del pecho mientras comenzaba a llorar - ¡Dime la verdad! ¿Por qué no respondes? ¿Por qué evitas las preguntas? ¿Soy tú hija de sangre? ¿Por qué se divorciaron? ¡Ya responde, por los ancestros!

- ¡Yo no lo sé! - me interrumpió llorando de misma manera - ¡No lo sé, Leo! No quería decírtelo eras solo una niña, cuando creciste no lo quise saber porque eres mi hija, de sangre o no, eres mi hija - me tomó por los hombros viéndome con desesperación

- Quiero la historia completa - solloze entre dientes, necesitaba todo

Me soltó para retroceder hasta apoyarse contra la pared y pasarse las manos sobre su azabache cabello. Me miró mostrando sus mejillas manchadas en lágrimas, está era la tercera vez que lo veía llorar en toda mi vida por algo que en verdad le ponga triste o desesperado. Me limpie con fuerza mis lágrimas y lo mire impaciente.

- Tú madre no tuvo la culpa - comenzó después de un largo silencio incómodo - Ella era demasiado para un pueblo chico como Forks, ella quería más, quería ser libre y a mí me gustaba lo pequeño, lo simple, lo tradicional

Sorbió su nariz mirando el techo, evitaba mi mirada mientras yo solo me concentraba en mantener el temblor de mi cuerpo bajo para evitar accidentes, escuchando cada una de sus palabras atenta.

- Cuando naciste fui el hombre más feliz, Leo - Trate de no llorar pero con cada palabra quería gritar - Pero las actitudes de tú mamá me trajeron dudas y cuando nació Bella fue distinto, ustedes no se parecían en nada

- No, absolutamente en nada - Concorde apretando los puños por el cosquilleo en ellas

- Ella notó que yo cada vez me fijaba más en los detalles y lo confesó - Bajó la mirada jugando con sus manos - Yo la mantenía atada aquí, ella no era feliz, no fue su culpa - trataba de defenderla pero eso solo confirmaba mis dudas

- Dilo, solo dilo - rogué aún sabiendo la respuesta

- Estuvo con un hombre de la reserva, Billy fue quien me lo dijo, las fechas daban y todo cuadró - Admitió y el llanto no cesó así que ma agarre de la pared al sentir que mis fuerzas bajaban

- ¿Quién? - exigi sin importarme hablar entre lastimeros lloriqueos

- Leo...

- ¡Dije quién! - grite golpeando la pared con fuerza

- Zyan Lahote

Lahote. El padre de Paul, por eso él decía que yo le parecía familiar, no me extrañaría que cuando fuimos niños, él era el chico que vino con su padre a casa con René. Tendría sentido que él se acuerde siendo que es mayor. Tenía a mi hermano justo a mi lado y no lo sabía.

- ¡Como pudiste ocultarme algo así! - grite con fuerza sintiendo un ardor en la garganta, ya no me interesaba despertar a Izzie o a los vecinos, mi vida era una mentira

- Estaba haciendo mi papel de padre, Leo - se defendió queriendo abrazarme pero lo empuje tratando de aún así no lastimarlo, pero no lo quería cerca - Sólo quería protegerte

- Proteger y mentir son dos cosas totalmente diferentes. Es mi identidad de la que hablamos - llore llevando una mano a mi pecho - ¿Al menos pensaste en algún día decírmelo?

Nuevamente quedó callado.

Retrocedi sintiendo mi cuerpo calentar, un gruñido escapó de mi garganta y mi mirada por segundos se volvió roja. Solo quería arrancarle la cabeza a él y a todo aquel que se me cruce. Retrocedi ignorando sus llamados para abrir la puerta trasera y salir corriendo al bosque, escuchando los gritos de Charlie de fondo.

Sentí mis huesos quebrarse y reacomodarse, pero está vez no dolió tanto y lo ignore para correr con fuerza, quise gritar pero solo salió un aullido de mi... Y a los segundos escuché un aullido de los demás.

- « Estamos contigo, Leo. No estás sola » - Escuché la voz de Jared

No, no estoy sola. Tengo que hablar con Paul.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro