¿QUE ES LA CONFIANZA?
Maratón 1/3

"UNA FIESTA" TERMINO QUE SE EXTENDIÓ A DOS, TRES, SEIS Y SIETE FIESTAS. Porque así me pase los últimos fines de semana, o incluso llegó a ser entre semanas, fue de fiesta en fiesta, riendo o llorando teniendo mi sistema hasta arriba en alcohol. Extrañaba demasiado esta faceta de mi, pero ahora había vuelto a salir y estaba en lo mejor.

- ¡Cómo en los viejos tiempos, perras!

Solté la carcajada viendo a Jared que bailaba sobre la mesa, mismo que había gritado, estaba tomando alcohol a dos manos pero parecía estar en perfecto estado, mientras yo estaba algo mareada. Subi de un salto sobre la mesa para estar a su lado y bailar con él, escuchando la música retumbar.

¿Saben que es lo que me mantuvo cuerda desde que ellos se fueron?

El sentimiento que la música me da. Cada canción era un mundo diferente, pero sumándose el alcohol, más el baile provocaban una sensación irreal en mi.

La música a un nivel tan alto provocaba que mi corazón latiera a su ritmo, golpeando fuertemente contra mi pecho casi doliendome, el dolor de cabeza por las grandes cantidades de tequila que me mareaba al caminar, el zumbido en mis oídos que luego de dejar de escuchar música provocaba que quede medio sorda. Todo eso me había mantenido cuerda.

- ¡Baila morocha! - Jared se puso delante de mi, moviendo su trasero mientras yo reía tomandolo de la cadera pero siguiendo sus pasos de danza - ¡Eso, mi morocha!

- ¡Bailame, Jared! - Grite riendo mientras este hacía lo que pedí, provocando mi risa

Bailar de esa manera traía miles de recuerdos a mi cabeza, todos de mi y Jared bailando a la edad de sólo quince años cuando habíamos comenzado con nuestra rebeldía, siempre de fiestas, riendo, sin problemas más que preocuparnos en la ropa que usaríamos para salir.

¿Qué se supone que tenía que hacer en esos momentos? Esa era la preggunta que me hacía constantemente, llegaba un momento en el que no sabía ni quien era o siquiera en que me habia convertido, tal vez vuelto a ser, en realidad. Creo... Que el alcohol me esta haciendo efecto.

- Morocha... - Me gire a Jared que me veía algo preocupado - ¿Vas a vomitar?

No tuve tiempo a decir algo ya que sentí como alguien tomaba mis piernas y me subía sobre su hombro como un saco de patatas, tuve que tapar mi boca para no vomitar, miré a los lados notando a las personas bailar sin preocupaciones, pero pronto volvi a sentir los pies en la tierra, notando que estaba en la cocina, asi que me giré sin esperar a vomitar en el lavaplatos.

- Que asco - Escuche el tono de voz de Paul, mi salvador, me reí imevitablemente limpiando mi boca con una servilleta que me ofrecía él - Ya tienes que parar, Leo

- Callate, idiota - Bufe levantandome para sostenerme de la mesa por la falta de equilibrio, sonreí despreocupada

Pero sentía un vacío en el pecho.

Era como su algo que tuviese que estar ahí no estuviera, la sensación de un nudo formandise en el abdomen bajo que no se va por semanas, las ganas inmensas de llorar, ¿Cómo podía hacer para dejar de sentirme así? Semanas tratandod e buscar algo que me calme, algo que quite esa sensación, pero nada, absolutamente nada la quitaba.

Se suponía que ya había pasado la fase de aceptación, porque ya me había resignado a que ellos se fueron, después de todo era algo obvio pero eso no quitaba el dolor ¿No?

Miles de preguntas pasaban por mi mente que en en ningun momento me hubiera puesto a pensar ¿Por qué a las personas les resultaba tan fácil soltar pero a mi no? Ellos escuchan música, buscan refugio en otros brazos, se ponen a pintar su tragica historia pero ¿Yo? Yo solo tenía el alcohol ¿Era una manera de sanar, cierto?

Miré de reojo una botella de tequila, la tomé pasando a un lado de Paul que suspiró rendido, para luego subirme arriba de la mesa viendo a las personas con una sonrisa.

- ¿Quién quiere intoxicarse? - Grité y ellos gritaron en respuesta, sonreí nuevamente antes de bajar de un salto para ir a bailar con unos chicos que había conocido en cuanto llegué

¿Conocen esa sensación de desconectarse del mundo? Cómo si segundos pudieses ser todo y nada a la vez, cómo cuando te colocas los auriculares, cierras los ojos y sólo dejas ir las emociones; Así me sentía, pero el alcohol eran mis auriculares junto a la personas bailando y la música de fondo, mi manera de no sentir. Sentí que tomaban mi muñeca y me giré a una chica que me sonreía, levantó un frasquito con un polvo blanco que Jared y yo conocíamos a la perfección.

- Me dijeron que tenías un corazón roto - Habló alto aún que podía escucharla con perfección a pesar de la alta música - Tengo la cura para eso - sonreí traviesamente encogiendome de hombros

- ¿Cuánto quieres? - Pregunté, y ella se encogió de hombros antes de empezar a bailar cerca de mi

Tomó un poco con su dedo índice y lo puso en frente de mí, rodé los ojos divertida antes de abrir un poco la boca y ella colocarse su dedo ahí. Ingeri el polvo con un suspiro satisfactorio para luego sentir repentinamente algo sobre mis labios, abrí los ojos viendo a la chica basándome.

Creo... que no había besado a alguien desde que ellos se habían ido.

Cerré los ojos llevando mis manos a su cintura para acercarla más. La imagen de ellos seis pasó por mi mente, así que me separe un poco suspirando con algo de enojo, no quería pensar en ellos. La chica inclinó su cabeza con intrigacion pero solo baje mis manos a su cadera acercándola nuevamente para volver a besarla. Ellos no iban a provocarme culpa incluso en la distancia, estoy soltera ¿Cierto? Ellos se fueron.

- ¿Qué estas tomando?

Levante la mirada para ver a Allison que se cruzó de brazos viéndome con una ceja alzada. Estábamos en el salón de clases viendo a los niños que estaban dibujando tranquilamente, se suponía que eso los "ayudaba" a plasmar sus ideas, según el director.

- Café - Le tendi la botella, una que era la réplica exacta de donde bebía Barty su poción multijugos cuando se disfrazó de Ojo loco - ¿Quieres? Para levantarse de ánimos y cuidar de... Niños

- Claro - Se encogió de hombros y sonreí enormemente, tomó la botella dándole un trago para luego escupir - ¡Leona!

- Mentí - Me burle riendo tomando la botella de nuevo - Es tequila

- Son las diez de la mañana - Apuntó incrédula y me encogi de hombros riendo aún

- Es para... Reconfortarse por la falta de confianza - Me excuse buscando una razón para beber de mañana

- ¿Que es la confianza, señorita Swan? - Preguntó una de las niñas alzando la mano. Mierda

Mire a Allison que me vió encogiendose de hombros, ninguna esperaba que los chicos escuchara la conversación, volví la mirada a los pequeños que nos miraban en silencio, esperando una respuesta.

- ¿Por qué quieres saber eso? - Murmuré rascándome la nuca, tape la botella metiéndola dentro de mi mochila

- Porque mi mamá se enojo con mi papá y le grito que había traicionado su confianza - Senti un nudo en mi garganta y Allison se mordió el labio viendo a la niña

Eso era algo intenso, no me esperaba para nada la confesión de la pequeña. Di unos pasos para agacharme a su altura moviendo un pequeño mechón de su cabello, tenía los ojos un poco cristalizados. Era una mierda cuando los padres se peleaban, yo no recordaba demasiado mi infancia por debajo de los siete años, el psicólogo decía que era una especie de trauma por la separación de mis padres y también el causante de mis ataques de ira.

Recordaba poco de la separación de Charlie y René, algunos gritos, a mi madre llorando al igual que a papá, un hombre que estaba en la sala de la casa con un niño y yo con Isabella en la cocina viéndolos con desconfianza. Pero nunca nos dijeron el por qué de su separación, simplemente decidieron un día alejarse del otro.

- Bueno, la confíanza es algo complicado - Aclaré mi garganta tratando de pensar en una respuesta - La confianza es... Abrirte a los demas, mostrarles todo de ti, enseñarles hasta tú más profundo secreto

- ¿Cómo? - Preguntó otro niño sin entender

- Es como...En los videojuegos, darle un arma a alguien, entre más cariño le tienes, más balas le das a su arma - Pensé en los Cullen - Y sabes que te puede traicionar y dispararte a ti

- ¿Y por qué haría eso sí sé que algún día puede traicionarme? - Preguntó otro niño

- Por qué la confianza es creer que a pesar de poder hacerlo, nunca lo va a hacer. Porque confías en esa persona, confías en que va a usar esas balas para cuidarte y tú cuidarla a ella - Trate de hacerles entender, pues seguían siendo niños

- ¿Algunas vez han traicionado tú confianza? - Preguntó un niño

Sentí la mano de Allison sobre mi hombro, así que me paré de mi lugar yendo a limpiarme los ojos por pequeñas lagrimas traicioneras que se asomaban. Me giré con una pequeña mueca a los niños.

- Si - Sonreí algo triste

- ¿Quién fue? - Preguntó una pequeña - Nosotros iremos a golpear a esa persona - Solté una carcajada inevitablemente mientras Allison negaba divertida

- Nadie lástima a la señorita Swan - Dijo otro levantando los puños

- Ya, ya, sigan con sus dibujos - Hice un movimiento con la mano y ellos rieron antes de asentir volviendo a dibujar, miré a Allison con una mueca y ella me abrazó de lado

Confianza... Una palabra algo fuerte.

Abrí la puerta de la casa de las gemelas McGarrett, entre con tranquilidad hasta ir a la cocina donde estaba la matriarca del hogar ayudando a Leo con su tarea, ambos pelirrojos levantaron la mirada con una sonrisa divertida.

- Hola, hija que no es mi hija - Habló la señora McGarrett haciéndome reír

- Hola, mamá que no es mi mamá - Caminé hasta la heladera para abrirla buscando...

- Allison se acabó la coca cola - Delató el pequeño haciéndome levantar con una mueca, suspiré cerrando la heladera para ver co mo ambos reían divertidos - Leo ¿Tienes los cómics de Marvel?

Mire al pequeño caminando en reversa hasta las escaleras. Abrí los ojos algo sorprendida al notar que hace tiempo no pensaba, leía o veía una película de Marvel, tal vez mi fanatismo se estaba yendo, pero la última vez que vi una película fue con... Alice. Que asco cuando ya no te gustaba algo porque te recordaba a una persona en concreto, sentí un nudo en la garganta al notar que algo de las cosas que más me gustaban ya no era algo de mis cosas favoritas porque alguien lo arruinó.

- Si, ¿Qué tal si te los regalo a cambio de que la próxima coca cola la escondas y me la dejes a mi? - negocie sonriendo un poco, el pequeño pelirrojo sonrió enormemente

- No hace falta, morocha - Murmuró su mamá, pero negué despreocupada

- ¡Si, lo prometo! - Reí un poco asintiendo antes de subir las escaleras

- trato hecho, mocoso - Grité subiendo en saltitos hasta la puerta de la habitación de Marina

Sentí el perfume de Jared pero aún así la abrí, arrepintiendome al segundo.

- ¡Qué puto asco!

Ambos se giraron a mi y yo cerré los ojos al instante cerrando la puerta. Ambos estaban sin remera, con la pelirroja debajo de mi mejor amigo. ¿Estaban a punto de hacerlo con personas dentro? ¿Mi pequeña Marina era tan traviesa? ¡Ahora no podré quitarme esa imagen de la cabeza!

- La traumaron - Escuche la burla de Paul a mis espaldas, me gire aún asqueada viendo como me sonreía burlón con Allison de misma manera

- Son peores que nosotros aún que no parezca - Siguió la zanahorias y yo fingi un escalofrío dramático pasando en medio de ambos para tirarme a la cama de Allison

- Llegas tarde - Habló Allison poniéndose a mi lado - ¿Vamos a ir aún así a la reserva?

Asenti un poco ida tapándome el rostro por la imagen de mis mejores amigos a punto de tener relaciones sexuales. Que hijos de su...