01
DESAPARECE DE MI CUARTO, HÉRCULES
ESTABA SENTADA EN UNA CAFETERÍA CON JESSICA STANLEY, AMBAS ALMORZANDO. La castaña y yo habíamos decidido ir a comprar un regalo para Izzie, además de que nuestra amistad estos últimos dos meses había crecido. Jessica no era tan insoportable después de todo.
- ¿Entonces sales con todos? - Preguntó atónita
Mi relación con los Cullen también había aumentado en confianza. Ya me habían visto en la escuela con ellos, ya sea besándome con Rosalie que era la más posesiva, yendo de la mano con Alice que pedía cariño siempre, abrazada a Jasper para que este concentrado en mi aroma y no en la sangre de los alumnos, algo que muchos agradecen ya que no tiene cara de sufrimiento todo el tiempo, o yendo a caballito sobre Emmett a las clases. Pero con Carlisle y Esme era más complicado, ya que no podemos mostrar afecto público hasta que termine la escuela.
- Si - Asenti viendo como su mandíbula pareció soltarse, solté una carcajada al verla boquiabierta - Soy Leona Swan cariño ¿Qué esperabas?
- Okey, debo admitirlo, supuse que saldrías con alguno de ellos pero no todos, te tengo envidia, envidia de la buena claro, pero es que es fantástico - Habló rápidamente como ella acostumbra, aveces no sabía como era que podía escupir tantas palabras y no trabarse
- ¿Quieren la cuenta? - Levantamos la vista al ver una chica que era mesera
Su cabello era corto sobre los hombros, de color castaño oscuro, su piel era bronceada un poco rojiza, tenía la belleza de la reserva en ella. Porque ahí estábamos almorzando, en la reserva. Leí el cartel de su delantal, viendo que decía Leah. Su rostro estaba inexpresivo pero con el ceño levemente fruncido.
- Si, gracias - Respondí con una sonrisa que no respondió. Me recordaba a Rosalie - ¿Cuánto es?
- cuatro tostados, un un submarino de chocolate y un café negro - Enumeró, en serio parecía no estar de humor, nos dio el papel con la cuenta
- Yo invito esta vez - Dijo Jessica de ante mano tomando el papel
- No hace falta Jess, podemos pagar la mitad y la mitad - trate de tomar nuevamente el papel pero lo alejó
- Tú invitaste la última vez, me toca - Habló pausadamente con seguridad.Bufe con una sonrisa sentándome
- ¿Eres de por aquí? - Le pregunté a la mesera - Nunca te había visto servir en este lugar
- Sólo lo hago para tener fondos e ir a la Universidad - Respondió secamente, Jessica se rió por lo bajo dándole el dinero a la chica
- Gracias
Nos levantamos para juntar las cosas así no dejarle el desastre a las meseras, me estresaba cuando se iban dejando toda la basura para que la limpien, ellas sólo traían la comida, no debían limpiar el desastre del resto.
- ¿De qué te reias? - Pregunté abriendo las puertas para salir de la tienda
- De que intentaste coquetearle y te salió horriblemente mal - Carcajeo haciéndome fruncir el ceño
- No estaba coqueteando, quería ser amable - Me defendí bastante herida, si yo quisiera coquetear podría hacerlo - además estoy con los Cullen
- Ay por favor, se notó que te interesó la mesera - Bufó con evidente obviedad - Leo, entre tú y yo, ambas sabemos que el coqueteo esta en tú naturaleza, estés en pareja o no
- Eso no es cierto - Me defendí nuevamente frenando delante de una tienda para ver lo que había en la vidriera - Yo en pareja soy fiel
- No dije que fueras infiel, dije que coqueteas con las personas inconcientemente, porque eso es lo que eres - La mire confusa - Una adolescente hormonal que le coquetea a todo lo que camina
- Ya cállate - la empuje para que sigamos moviéndonos
Caminamos unas cuadras hasta una librería pequeña, en la reserva no había muchas tiendas, pero nos gustaba el lugar, era hermoso. Compre un libro de las leyendas Quileutes para mi, después de lo sucedido con ellas y los Cullen me llamaron la atención, y también uno de Alicia en el país de las maravillas, un libro clásico que Izzie amaba pero el suyo se lo arruinó Draco.
- ¿Qué le hizo Draco al suyo? - Preguntó Jessica mientras revisaba la ropa que se había comprado para ella y un abrigo para Izzie
- La página seis, siete, doce y catorce se las comió y la quince tenía popo - Comenté riendo y ella empezó a reírse a carcajadas
Subimos a su coche, ella iba a ir para su casa pero me llevaba a la mía así poder guardar el regalo y poder bañarme. En el camino fuimos escuchando Harry Styles mientras ella me escuchaba cantar horriblemente mal, pero la intención es lo que cuenta.
- Si vas a ser cantante, te vas a morir de hambre - Se burló estacionandose, reí un poco ofendida mientras ella soltaba una carcajada
- Por favor Jess, te mueres sin mi melodiosa y Asgardiana voz - Besé su mejilla para tomar el bolso
- Oh, si, moriré pero al menos con los tímpanos sanos - Bromeó riendo, pero antes de bajar dió un salto como si recordase algo - Te compre algo
- No hacía falta, Jess - La mire apenada pero ella negó dándome una bolsa
- No es para ti, lo compre por ti pero para mi ahijado - Solté una carcajada al oirla autonombrarse madrina de Draco
Abrí la bolsa sacando un pequeño disfraz. Lo estire para verlo mejor y podría jurar que mi corazón dió un vuelco, Jessica acaba de inyectar una dosis de amor en mi corazón. Era un pequeño traje, más bien el uniforme de Slytherin pero en miniatura cortado en partes claves para sus patitas y colita. Mire a Stanley que me sacó una foto justo cuando hice un puchero adorable con mis labios.
- Lo mande a hacer pero hoy lo retiré, lo sé, soy la mejor, no me lo agradezcas - Sonrió egocéntrica y me lanze a abrazarla con fuerza
- Gracias, graciad, gracias. Te adoro - Besé su mejilla nuevamente escuchando su risa antes de bajar del coche
- Nos vemos mañana - Me tiró un beso que fingi tomar aún con mi labio inferior abultado por la muestra de cariño - Bye bye, baby
- Bye, bye darling
Entre a la casa para ir a mi habitación viendo el uniforme de Draco con una sonrisita de ternura inmensa, estaba pasando mis dedos con suavidad sobre la tela cuando senti una mirada, levanté la vista gritando al instante al ver una sombra.
- ¡Por los ancestros que susto! - Puse una mano en mi pecho respirando frenéticamente mientras fulminaba a Emmett que estaba revisando mis cosas
- ¿No hiciste la tarea aún? Vas a repetir de curso - Mostró mi libreta que estaba a mitad de terminar
- Estoy en proceso - Bufe quitandosela - ¿Qué haces en mi cuarto? No, espera, mejor dicho ¿Cómo entraste?
- Por la ventana - Señaló a esta misma que se encontraba abierta, lo mire incrédula - ¿Qué? No respondías los mensajes
- Estaba con Jessica - Me defendí guardando las bolsas - ¿Entras siempre a las habitaciones sin permiso? - Le di una sonrisa burlona
- Oye, al menos no soy como Edd - Levantó las manos inocente
- Todavía no puedo creer que vea a mi hermana dormir - Fingi un escalofrío recordando cuando Rosalie lo delató por ver dormir a mi hermana
Me giré escuchando su risa mientras buscaba ropa para bañarme. Sentí sus musculosos brazos rodear mi cintura y supe una de las razones por las que estaba aquí. Desde que había estado con Esme, todos habían estado más melosos que antes, parecían gatos en celo por como cada cosa le buscaban el doble sentido y casi siempre tenían los ojos de color negro. Era una discusión constante sobre que todos querían sexo y yo sólo era una. Me sentía una muñeca sexual.
- Emmett - Suspiré sintiendo sus besos en mi cuello - Debo ir a bañarme
- ¿Te acompaño? - Sonrió travieso, me reí safandome de sus brazos para sujetar bien la ropa e ir a la puerta
- Tienes los videojuegos alli, diviertete adiós - Canturre riendo divertida por su rostro indignado mientras salía para entrar al baño
Salí ya vestida mientras peinaba mi cabello, estuve pensando en que estaba siendo injusta al estar con uno y no con el resto. Pero es que no quería apresurarse demasiado, además de que me sentía un poco presionada y eso no me hacía sentir demasiado excitada. Abrí la puerta de mi habitación para ver a Emmett sentado en el suelo contra el respaldo de mi cama, se veía tan tierno, sus brazos musculosos estaban un poco tensos por la concentración del juego, y eso sí me volvía loca.
Caminé unos pasos hasta mover sus brazos y sentarme sobre su regazo con una sonrisita pícara. El pelinegro ensancho su sonrisa antes de besarme. Subi mis manos hasta su nuca sintiendo el cosquilleo en mi abdomen bajo, sus manos dejaron el control para posarlas sobre mis muslos. Sonreí entre medio del beso para luego sentir sus fuertes y frías manos subir levemente hasta introducirse debajo de mi remera hasta quitarla. Sus ojos se oscurecieron más que antes viendo mi torso sin pudor alguno.
Y estaba segura que de esta no me iba a escapar.
- ¿Leo?
Mire en dirección a la puerta al oir unos toques acompañados de la voz de mi papá, me gire a mi costado viendo a Emmett que estaba con los ojos como platos viendo al mismo lugar. Ambos estábamos sobre mi destrozada cama, sin ropa y bastante despeinados. Inconcientemente se me vino el recuerdo de cuando estuve con Esme y rompimos el piano que Edward no quería que toquemos.
- ¡Ya va! - Grite antes de girarme al pelinegro - Usa tú velocidad vampirica, no lo sé, pero desaparece de mi cuarto, Hércules
Vi como se vistió en unos tres segundos, lo mire sorprendida antes de recibir un casto beso y verlo salir por la ventana con una sonrisa radiante. Eran 2 de seis, me faltaban cuatro ¿Qué cosas, no? Me reí inevitablemente antes de vestirme rápido y ver la cama destrozada con una mueca. Había vuelto de almorzar con Jessica al medio día, pero ya era de noche.
- ¿Qué sucede? - Pregunté abriendo un poco la puerta para que no se viera la cama
- Salí antes del trabajo y quería que vayamos a cenar, también decirte que tú rata blanca estaba comiéndose los cables de la televisión - Mostró a Draco entre sus manos con una mueca - Prometiste que sólo comía zanahorias, morocha
- Si, estos meses estuvo bastante estresado - Lo excuse saliendo y cerrando la puerta detras de mi, tratando de no mostrar la habitación. Lo tome entre brazos acariciandolo
- ¿Por qué va a estar estresado un conejo? - Preguntó burlón
- Abuelo mostacho, para tú información, Allison dice que los animales son guías espirituales que absorben las malas energías del hogar, y que cuando están estresados es porque algo malo viene - Lo defendí y papá empezó a reírse incrédulo - Así que no te extrañes si te caes de las escaleras o una tormenta viene, tal vez la vecina muera
- Ósea que tú conejo es vidente - Asintió fingiendo entender pero sabía que se estaba burlando - Ya, cambiate así nos vamos, coneja vidente
Reí entre dientes antes de entrar a mi habitación y dejar a Draco sobre su torre. Mire la bolsa con el traje pensando en que se vería como el doctor Coloso del programa de Nickelodeon, para luego girarme a mi cama y pensar en como la arreglaría.
- Alice - Respondí a mi duda en voz alta, la hadita me ayudaría con cualquier cosa, pero creo que se enojaría al saber que estuve con Emmett antes que ella
Antes de salir, tome a Draco para ponerle el uniforme de Slytherin, su pelaje blanquesino del color de la nieve iba en armonía con el verde esmeralda de la capa, lo más tierno fue ver que no le molestaba en lo absoluto. Tomé mi celular para enviarle una foto a Jessica.
- Im the best friend, i know - Leí el mensaje que me hizo carcajear
Por esos comentarios adoraba a Jessica.
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