➥TRES
👑🧊 ࣪˖ 𓄴 ICE presents
▬ ▬▬ Chapter three
❝ Apple pie ❞
─── ∙ ~εïз~ ∙ ───
A la mañana siguiente Peter y Edmund entraron a la habitación de las chicas, se hacía tarde y si ellos no las despertaban la que lo hiciera sería Macready.
Ambos rieron por lo bajo al ver a Nixie y Lucy, la platinada estaba al borde de la cama, un solo movimiento y caería al suelo. Lucy ocupaba la mayor parte de la cama con una de sus manos sobre la cara de Nixie.
—Despiértalas a ellas —le dijo Peter señalando la cama de las dos chicas.
El menor asintió y movió suavemente a la platinada, pero ella solo sacudió su mano pensando que una mosca la estaba molestando.
Volvió a intentarlo pero solo recibió un golpe de la mano de Nixie en su rostro.
Ya sin paciencia, Edmund tomó una almohada y se la lanzó. Nixie se sobresaltó y terminó por caer al suelo.
—¡Edmund! —reprendió Peter al escuchar algo caer.
—¿Por qué qué siempre termino en el suelo? —susurró adolorida.
—¿Qué? Tú me dijiste que la despertara y eso fue lo que hice.
—Buenos días —Lucy despertó con una sonrisa.— ¿Y Nixie?
La nombrada no respondió por estar concentrada viendo el techo con la mente completamente en blanco. Cada mañana se quedaba varios minutos viendo a la nada sin razón alguna.
Peter se acercó a ella y tomó sus manos con delicadeza para poder levantarla.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado.
—So, no te preocupes, estoy acostumbrada a los golpes, no es que aquí me golpeen ni nada de eso, en realidad suelo ser muy torpe y siempre termino golpeándome con las puertas, mesas y demás —habló con rapidez.— Macready dice que no puedo caminar ni dos metros sin golpearme con algo —se calló al ver que la miraban confundidos.— Lo siento, suelo hablar mucho por las mañanas.
—Tengo hambre, apúrense —les dijo Edmund saliendo de la habitación.
Peter le sonrió a Nixie antes de seguir a su hermano.
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—¿Tenemos que ir en eso?
—Son caballos, Susan, no te harán daño —le dijo Nixie mientras acariciaba a Pegaso. — Ellos son Maximus, Flecha, Luz y Cosmos —señaló a cada unos de los caballos.
—¿Estas segura de ir sola, Lu? —preguntó Peter.
Lucy asintió emocionada, la yegua que la rubia le dio era la más mansa que había en el establo por lo que la pequeña agarró confianza con rapidez.
Cada uno se subió a su caballo asignado y salieron del establo, Nixie y Pegaso guiaba a los demás hacia pradera donde Lee sería libre.
Luego de unos minutos cabalgando llegaron al lugar, cuando bajaron de los caballos los cuatro hermanos vieron como una paloma blanca se posaba sobre la cabeza de Nixie picoteándola.
—Hola, Kirby —saludó sabiendo quien era la única paloma que hacía eso.
—¿Siempre hace eso? —preguntó Edmund.
—Sí, creo que es su forma de mostrar cariño aunque a veces se pasa de fuerza —contó.— Bien, creo que es momento —tomó la caja donde Lee se había quedado todas esa semanas, el ave subió al dorso de su mano y silbó.
—¿Dónde lo encontraste? —preguntó Susan viendo como Lucy tomaba la mano de Nixie.
—Debajo de un árbol, cuando lo encontré busqué su nido por horas pero no logré encontrarlo así que lo llevé a casa a pesar de saber los problemas que tendría si Macready lo encontraba —sonrió con nostalgia.— No podía dejarlo morir sin hacer el intento de salvarlo.
Peter la vio con una sonrisa, podía ver que Nixie era de esas pocas personas con un lindo corazón y una luz propia.
—Espero verte cuando vuelva —susurró al ave en su mano.
Haciendo un gran esfuerzo por no devolverlo a la caja y volver a casa con el, alzó su brazo y la pequeña ave voló alejándose de ellos, no sin antes girar su cabecita en su dirección.
Los ojos de Nixie se llenaron de lagrimas, algo que no le gustaba de si misma era una persona sensible que lloraba por cualquier motivo, si estaba triste, molesta, feliz o estresada, ella lloraría. Era algo que no le gustaba y trataba de cambiar.
—Deben de pensar que soy patética —dijo Nixie limpiando la lagrima que calló por su mejilla.
—Por su puesto que no —negó Susan de inmediato.— Solo un tonto pensaría eso.
—Eres una muy linda persona, Nixie, tanto por fuera como por dentro —le dijo Peter.
—Los que ellos dijeron —dijo Edmund sin saber que decir, pero estando de acuerdo con sus hermanos.
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Luego de unas horas en las que estuvieron en la pradera, los cinco regresaron justo de la hora de cenar, a paso rápido ingresaron al comedor donde el profesor Kirke los esperaba.
—Abuelo —la platinada se acercó al mayor y dejó un beso en su mejilla.
—Nixie, cariño —sonrió.— Muchachos ¿Dónde estuvieron?
—Fuimos a la pradera a liberar a Lee y luego Nixie nos llevó al río —Lucy se mostró más animada que cuando llegaron.
—¿Y se divirtieron?
—Mucho, incluso Nixie nos presentó a Kirby —la menor habló con emoción.
—Esa palomilla —rió el profesor.— ¿A ustedes también los picoteó? —preguntó sabiendo como era la actitud del animalito con los extraños.
—Sí, sobre todo a Peter —contó Susan con una sonrisa divertida.
—Y también intentó arrancarme el cabello —dijo Peter con una mueca.
—Kirby tiene una obsesión con el cabello rubio —bufó la platinada.
El resto de la comida fue tranquila y en un cómodo silencio, el pensamiento de los hermanos de que su estadía en esa mansión sería mala y completamente aburrida desapareció, la compañía de Nixie los hacía sentir cómodos y siempre encontraba la forma de hacerlos sonreír.
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La noche había caído y las estrellas brillaban en el oscuro cielo.
Nixie trataba de dormir pero por alguna razón se sentía ansiosa, algo en ella le decía que algo que esperaba por mucho tiempo ser revelado estuviera por suceder.
Sin poder conciliar el sueño se paró de la cama con cuidado de no despertar a Lucy, quien había pedido dormir nuevamente con ella, tomó su bata junto a una vela y bajó a la cocina. Buscó entre las gavetas algo que se le antojara pero no había nada a su gusto.
—Podría preparar algo... —murmuró pensativa.— Si no me alimento no podré dormir, no hay de otra.
Tomó todo lo que necesitaba para hacer un pie de manzana mientras tarareaba una de sus melodías favoritas, ladeó su cabeza pensando si a los cuatro hermanos les gustaría lo que preparara ya que no se podría acabar todo el postre ella sola.
Se colocó un delantal antes de lavar muy bien su manos y comenzar a preparar la masa. Nixie sonrió cuando recordó como Macready fue quien le ensenó cada postre que ahora sabía y que su abuelo era quien comía todo lo que preparaba sin importar que no supiera bien o estuviera quemado.
Escuchó unos pasos acercarse, pero no se preocupó pensando que sería su abuelo, él muchas veces la había encontrado preparando algún postre que quedaría para el desayuno del día siguiente.
—¿Nixie? —escuchó a alguien hablar en la entrada de la cocina.
—Peter ¿Qué haces aquí? —preguntó dándose vuelta para que no viera su rostro manchado de harina.
—Vine por un poco de agua, Edmund se acabó lo que había en el jarra —respondió dejando la vela a un lado.— ¿Cocinas de madrugada?
—Normalmente tengo ganas de comer a estas horas —dijo mientras tomaba un trapo limpio y lo mojaba para limpiar su rostro.— Y como no quería comer pan preparo algo que si me guste.
Peter se acercó a ella y quitó la tela de sus manos, tomó su rostro y limpió con suavidad y lentitud la harina que manchaba su piel. La respiración de Nixie se volvió lenta y pesada por la cercanía del chico, el toque de sus dedos en su piel hacían que sintiera un leve cosquilleo en el estomago.
—Gracias... —susurró cuando acabó de quitar las manchas de harina.
—¿Puedo ayudarte?
—¿Sabes preparar pie de manzana? —preguntó viéndolo con una ceja alzada.
—No, pero puedo pasarte lo que necesites para facilitar todo —sugirió, solo quería estar más tiempo con ella, había algo en esa chica que le llamaba mucho la atención.
Nixie asintió con una sonrisa.
Durante los primeros minutos ninguno supo que decir por lo que se mantuvieron en silencio hasta que ella dio el primer paso para iniciar la conversación, comenzaron a contarse algunas anécdotas que hicieron reír al otro. El rubio no pudo evitar burlarse cuando ella le contó la vez se quedó dormida en su escondite cuando jugaba a las escondidas con su abuelo cuando era pequeña.
—No podré preparar nada si sigues comiéndote las manzanas, rubio —le dijo Nixie.
Peter la miró y bajó lentamente el pedazo de manzana que estaba llevando a su boca.
—Lo siento.
Cuando el postre estuvo listo, Nixie partió dos pedazos para pudieran comer.
La chica mordió su labio inferior con nerviosismo al mismo tiempo que Peter probaba lo que había preparado. El rubio cerró los ojos disfrutando del sabor tan rico, la comida de Nixie fácilmente podría volverse su favorita.
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