დ .•*""*•𝓟𝓻𝓸́𝓵𝓸𝓰𝓸 •*""*•.დ
| Siberia
2001 |
La tormenta de nieve caía con fuerza. Los copos blancos remolineaban en el aire, y el viento helado le hacía arder las mejillas. Los copos blancos hacían contraste con su flamante cabello rojo
Temblaba de pies a cabeza, pero no paró, apretando en su pecho al pequeño ser delicado que tenía en el pecho.
Jadeo cuando casi cayó, ya que los pies se le hundían en la nieve, haciendo mucho más difícil su huida.
Lo único caliente en su cara eran las lágrimas que rápidamente se le enfriaban en el rostro ante el frío contacto con el ambiente.
El llanto de la bebé en su pecho la hizo alarmarse.
No debía haber salido con ella a ese frío mortal, pero tampoco podía seguirse quedando en esa casa cuando las perseguían, seguramente para matarlas por la traición que ella cometió por solo enamorarse
No era justo que su pequeña Alyona pasará por eso
— Shhh… Shhh..
Natasha se quitó el abrigo, aún con el dolor del frío penetrando como millones de agujas su piel a través de la tela de su ropa
El frío tal vez sería más piadoso que la muerte que le esperaba en la Habitación Roja
Alyona de solo dos meses, dejó de llorar cuando se encontró cubierta por esa chamarra, aún más refugiada del frío mortal de Siberia
Tiritando del frío, sola y aterrada, la jovencita siguió andando, obligándose a ir más rápido e ignorar el frío ante los gritos detrás de ella.
No veía a nadie, pero podía escuchar los ladridos de perros siguiéndole el rastro y las advertencias de que sabían que ella huía no muy lejos
Sabía que no podría escapar, pero la única ventaja con la que contaba, era que no sabían de la existencia de Alyona
Como si hubiera sido obra de algún milagro, el viento se calmó un poco, dejándole ver de forma nítida una gran casa grande y cálida. Se lograba ver el humo cálido de una chimenea, por lo que había personas que podían ayudarla y seguramente darle refugio
El viento rugió y pareció empujarla, como si la apurara para que no la alcanzarán
Rápidamente apresuró el paso, saliendo del bosque después de correr hasta hacer su pecho arder de calor mientras sus extremidades aullaban de frío
Apenas llegaba a la puerta cuando una serie de gritos y seguido de los aterradoramente cercanos ladridos la hicieron girar con terror
No podía huir, eso ya era un hecho
La realización se reflejó en sus tristes ojos desolados, bajando la mirada a su hija; lo único que le quedaba de James..
"Seguramente está muerto, o peor… ya no me recuerda" pensó con agonía
No lo había podido salvar, pero podía salvar a su hija…
Alzó la vista hacia la cálida casa, que inusualmente era demasiado espaciosa para solo albergar a una familia. Como si fuera una burla hacia su dolor, se topó con que era un orfanato
No necesitaba otra señal
Se acercó a la puerta, envolvió con rapidez a la pequeña bebé de cabello negro en su abrigo, dejó un beso en su frente y la depósito con todo el cuidado del mundo en el suelo, sobre la nieve helada
Confiaba en que si no la encontraban, al menos el frío invierno de Rusia sería más piadoso que la Habitación Roja y lo que sus hombres le harían a su hija
— Se valiente, mi niña… No como yo— susurro, sollozando cuando Alyona sintió la ausencia del calor de su madre, empezando a llorar
Natasha se desespero, tarareando con miedo de que escucharán el llanto de la bebé
Por ningún motivo debía dejar que supieran de su hija. Jamás nadie debía saber de su existencia para que estuviera segura
Alyona se calmó cuando la mano de su madre acarició su mejilla, así que sin querer prolongar su agonía, y con sus perseguidores pisándole los talones, se alejó
Limpio entre lágrimas las huellas en la nieve, y por primera vez, agradeció que la tormenta ayudará a cubrir más el rastro de sus pasos dirigiéndose al orfanato
Probablemente moriría ese día, pero los aceptaba con gusto si eso alejaba la atención de la bebé
Corrió dejando un camino muy desviado de huellas de donde Alyona estaba, haciendo un camino que iba al pequeño pueblo a las afueras del bosque. Rogaba internamente que siguieran su señuelo de huellas a que vieran el orfanato y dieran con la bebé. Apenas pasaron un par de minutos de que Natasha huyó, en sacrificio por mantener a salvó a su bebé, cuando dos perros siguieron exactamente el rastro de huellas que dejó tras de sí, ignorando por completo aquel orfanato
Un grupo de hombres seguía a los perros, riendo con victoria al ver a la chica que perseguían no muy lejos, burlándose antes de atraparla
Cuando el ruido de la captura cesó no muy lejos del orfanato, y los perros dejaron de ladrar, el único ruido que quedó, fue el llanto de una bebé, aún expuesta al frío mortal frente a la puerta
La puerta fue abierta rápidamente, dejando ver a dos mujeres, quienes jadearon al encontrarse con la bebé abandonada en pleno frío
— ¿Quien te dejó aquí, preciosa?— susurro la mayor de ellas, entrando rápidamente con la pequeña bebé— ¿Que clase de monstruo abandona a su hija en esta tormenta?
— No sabemos qué circunstancias tuvo que atravesar la madre o padre de esta criatura, Rose— susurró su compañera, mucho más joven, pero con mirada compasiva por la bebé— Al menos término aquí y no en el bosque rodeada de lobos
Rose le sonrió a la pequeña bebé, que no dejaba de quejarse, así que instintivamente se acercó a la cálida chimenea para brindarle calor
»— ¿Tiene nombre?
— No trae nada— negó Rose buscando entre sus ropas, específicamente entre el enorme abrigo de quien suponía era su madre
Rebusco en los bolsillos, pero lo único que encontró, fue un pequeño brazalete de oro en la muñeca de la bebé, que tenía tres iniciales: "N, A y J"
»— Tampoco parece que hubiera tenido una vida tan dura si tiene un brazalete de oro— mostró la pequeña cadenita a Elizabeth
— No deberías juzgar a los padres— riño la menor, siendo ella quien está vez tomó a Alyona— Pobrecilla, ni siquiera sabemos su nombre o fecha de nacimiento
— Pues será designado como los demás— suspiró Rose sacando un par de papeles del escritorio en la estancia hogareña— primero de enero..
— Creo que solo tiene unos meses…
— No sabemos cuántos
Elizabeth acarició su mejilla rojiza, seguramente por el frío, sonriendo con ternura y tristeza a la vez.
Era lo duro de ese empleo, ver a tantos niños con falta de amor de una familia
— Nastya… — susurro tomando su manita
— ¿Qué? — pregunto Rose, sin entender a su balbuceo
— Bueno, en su brazalete tiene la inicial 'N', y Nastya es lindo..
— Si les pones nombre te encariñas, Lizzy— murmuró con tristeza la mayor— Deberías llevarla a revisar, yo empezaré con el papeleo
Elizabeth afirmó, sonriendo con ternura a la bebé ahora huérfana adentrándose al orfanato en el que ahora crecería.
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| 2005 |
— ¡Pero no pueden hacernos esto! ¡¿A dónde piensan a envíar a mis niños?! — exclamó Elizabeth, temblando mientras lloraba al ver cómo estaban cerrando el orfanato
Ella era feliz con esos niños, les había dedicado su vida
— La directora ha fallecido, y me temo que son pocos niños en un lugar tan inhóspito y alejado como este… Irán a un lugar mejor— declaró el hombre frente a ella, quien fumó un puro sin perturbarse
— Ellos son felices aquí.
— Murieron dos niños de fiebre el año pasado
— No hubieran muerto si el Gobierno nos diera más dinero— reclamó Elizabeth de forma rabiosa— Lo único que hacen es recortar los recursos
— No vine aquí a hablar de política, Elizabeth… Es por el bien de los niños
— ¡Mis niños deben quedarse aquí!
— No… son… tuyos… — negó el mayor, liberando el espeso humo de su puro por la boca y nariz— Y ya está hecho… vendrán por ellos en la mañana para llevarlos a Moscú
Elizabeth tragó en seco, marcando las líneas de su cuello, viendo al hombre con todo el odio que le tenía
Si solo Rosé siguiera a su lado…
(•••)
— No me «quelo» «il»— negó Nastya, viendo fijamente a Elizabeth, quien se aseguraba de que estuviera bien abrigada
Elizabeth apretó los labios, sosteniendo con cariño las mejillas regordetas de la pequeña y preciosa azabache
— No tenemos opción, Thya… estarás bien
La menor hizo un puchero, amenazando con llorar
Elizabeth dejó un beso en su frente, tomando su manita para llevarla junto con el resto de los niños hacia las camionetas que los llevarían a Moscú
— Aquí están los niños, señor— mascullo Elizabeth con resentimiento
Junto a Yuri, el supervisor de los orfanatos, estaba otro hombre, más alto, de mirada fría que le dio una desagradable mirada a los niños. Por instinto abrazó a Nastya hacia ella, pero hizo lo contrario a lo que pretendía, ya que ese hombre de gesto cruel y frío centró su atención en la menor de los niños
— Pero qué bonita, ¿por que nadie la ha adoptado?— preguntó dibujando una sonrisa hacia la pequeña
— Aquí solo hay familias pobres. Por eso en Moscú estarán mejor, con más probabilidades de conseguir una familia— opinó Yuri— ¿No falta nadie?
— No.. — susurro Elizabeth, mirando a su alrededor con una mala corazonada
Había muchos hombres para su gusto, y todos tenían una apariencia poco confiable. No parecían ser del tipo que cuidaba y sabía lidiar con niños
— Maravilloso… ¿Está listo todo? — pregunto Yuri hacia su acompañante, ataviado de un caro abrigo de piel
Chasqueo sus dedos, y enseguida uno de los hombres rusos le dio a Yuri un maletín, el cual abrió ansioso
Elizabeth retuvo un jadeo al ver todo el dinero que jamás había visto junto en toda su vida.
Ya no tenía dudas en que algo iba mal, así que retrocedió
— Un gusto hacer tratos contigo, Iván— sonrió Yuri extasiado, estrechando la mano de su amigo y aliado
— Lo mismo digo. No quiero testigos
Elizabeth, cuya boca estaba abierta de la impresión y el pánico, retrocedió abrazando a Nastya con fuerza
No atinó a decir nada siquiera, porque uno de los hombres de Iván alzó el arma y sin piedad alguna, disparó
Los niños gritaron con fuerza cuando el estruendo hizo eco, llorando y corriendo al ver a su cuidadora y maestra caer muerta
Nastya solo se quedó de pie junto al cadáver, su carita tierna y blanca veía a Elizabeth muerta fijamente, sin soltar su mano en medio del caos
— ¡LOS QUIERO A TODOS! ¡NO PIERDAN A NINGUNO! — demandó Iván, relamiendo sus labios al ver a la menor de cuatro años, que no quitaba sus enormes ojos verdes de Elizabeth tirada en la nieve
La alzó sin problemas, limpiando las salpicaduras de sangre en su carita, conectando sus ojitos tiernos con los de él
— Lizzy…
— Ella ya no está, pequeña— susurró Iván, encontrando demasiado conocidos aquellos ojos— Irás a un lugar mejor
— ¿No crees que es demasiado pequeña para ir a tu negocio? — inquirió con un ligero remordimiento Yuri, aunque el solo ver billetes en su maletín lo apaciguaba bastante
— Si, algo, pero tengo un contacto que puede criarla junto a otras niñas hasta que tenga un edad menos tierna— murmuró sin ser capaz de quitarle la vista a Nastya, pero la pequeña veía aún el cuerpo sin vida de Elizabeth, quien tenía una lágrima congelada en su mejilla sin color— No falta mucho…
Los niños fueron arrastrados a las camionetas sin piedad, siendo separados unos de otros con crueldad, de sus amigos, y más que eso, hermanos con los que habían crecido durante su corta vida
Nastya se aferró al cuello del hombre viendo todo con tranquilidad, ya que no entendía bien lo que sucedía, ni lo que ahora sería condenada su vida
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| Washington
2006 |
Caitlyn caminaba algo apurada ya que iba algo tarde. Le habían asignado una misión de última hora, y como era costumbre, Madeline, su única hija, iba siguiéndole los pasos
— Hola Maddie
—... Hey Maddie
— Caitlyn, Maddie— saludaban ya como costumbre varios agentes sin que para ellos fuera extraño que una niña de ocho estuviera en el Triskelion
Caitlyn asentia en respuesta a los saludos, sin dejar de andar rápidamente, entrando al elevador
Maddie de inmediato entró tras su madre, sin tener el mínimo problema en seguirle los apurados pasos. De inmediato se pegó al ventanal del elevador, viendo la ciudad y el gran río
— Sabes a qué pisos puedes ir y a cuales no— recordó Caitlyn moviendo apurada su pie, y viendo seguido su reloj, como si eso fuera a hacer el elevador ir más rápido— Si no llegó esta noche tienes la llave de la habitación, y no olvides ir a tus controles
Maddie afirmó, sacudiendo la tarjeta que tenía en completo silencio, sin dejar de ver la ciudad
»— Siempre te gustó esta vista— sonrió Caitlyn viendo a su hija, pero sus ojos vieron con aire triste ese brazalete que tenía un foco titilante
— Me gusta aquí— admitió la pequeña rubia— He vivido más aquí que en nuestro departamento— expresó tranquila, como si fuera lo más normal del mundo
La sonrisa de Caitlyn pasó a borrarse poco a poco, suspirando con tristeza al saber que era verdad. Desde que el padre de su hija la había abandonado sin el menor remordimiento y sin intenciones de pasar manutención, había tenido que hacerse cargo sola de una niña y tener un trabajo decente que pudiera pagar las cuentas.
SHIELD se había vuelto un empleo que la había ayudado a sacar a una niña adelante, pero más allá de eso, la ayudaban con la mutación que su hija tenía.
Nadie sabía exactamente de dónde venía o que era lo que causaba que ciertas personas desarrollarán poderes. Apenas salía una persona de cada cien, y entre ellas, su hija había obtenido una mutación
Con SHIELD de su lado apoyándola a que su mutación no se saliera de control, se sentía más segura, además de que le había dado la fuerza que necesitaba para ayudar a su hija a darle la cara al mundo sin miedo, además de añadir la satisfacción de que peleaba por el bien y ayudaba a mejorar el mundo, luchando por los derechos de las personas como su hija, quienes no habían elegido tener una habilidad
Apenas el elevador se abrió, salió, encontrándose con María
— Lo siento, se me hizo algo tarde— dijo apenas la vio
— Estás a tiempo, seguramente hiciste a Maddie correr— sonrió Hill dándole a Caitlyn una carpeta— Hola Maddie
— Hola— contestó la menor sonriendo hacia Hill
— ¿Dónde me tocó ahora? — suspiro Caitlyn mientras abría la carpeta, viendo el expediente de un científico alemán
— Te tocó Madripoor— dijo María— Lo necesitamos vivo, es vital que lo traigas aquí. Se cree que el puede llegar a saber algo del Soldado del invierno
— ¿No es un mito? — intervino Maddie, curiosa por la mención del cuento entre agentes
— Maddie, esto es una charla privada— riño Caitlyn
— ¡Ay por favor Caty, esa niña está más cerca de ser agente de campo que Romanoff!
Caitlyn se giró y se encontró con Clint Barton, que no venía solo, estaba acompañado de una pelirroja que le dio una mala mirada al cobrizo ante su comentario
— Pues denme un arma y con gusto voy con mamá— dijo de inmediato Maddie, ganando una mirada de su madre
Caitlyn de inmediato sacó una aguja oculta en la manga de su traje y se lo dio a Maddie, quien hizo un puchero
— Antes de saber a usar un arma, ¿por qué no mejor vas a tratar de abrir el cuarto de archivos? — alentó tratando de distraerla
Maddie, tomándolo como una prueba y un desafío, tomó la aguja y fue hacia la puerta izquierda, donde se almacenaban los archivos en papel de SHIELD
— Creí que en América no entrenaba niñas pequeñas— habló Natasha siguiendo con la mirada a Maddie
— No lo hacemos, pero es mi hija y no tengo a nadie con quien dejarla— explicó Caitlyn a la rusa, omitiendo el detalle de que era capaz de controlar la luz— Supongo que eres la viuda del que todo el mundo habla
Natasha solo sonrió apretando los labios en respuesta, dándole una mirada a Maddie que tenía toda su concentración puesta en abrir la puerta
— ¿Dónde irás? — pregunto Clint a la madre soltera
— Madripoor— contestó ganando una mueca de Clint, notando que Natasha fue hacia su hija, poniéndose a su altura
— Tienes que hacer más presión— dijo la viuda a la niña— no dudes en aplicar fuerza, tiene que ser seguro
— ¿Y ustedes? Escuché que ella aún está a prueba— murmuró por lo bajo Caitlyn, sin dejar de ver en dirección a su hija
— Iremos a Budapest, Natasha tiene una asunto pendiente— se limitó a decir Clint
En eso se escuchó un 'click' seguido de ser la puerta fácilmente abierta, sacándole una sonrisa victoriosa a Maddie
— ¿Ya me dan un arma? — quiso saber la pequeña rubia, poniendo sus manos tras su espalda
— No— dijeron al mismo tiempo María y Caitlyn
— Tengo que decirle a Fury que refuerce la seguridad de los archivos— comentó al aire María— Caitlyn, tu jet sale en una hora
— Bien, iré a prepararme— anunció viendo a su hija— Recuerda que-
— No debo interferir en el trabajo de nadie— repitió con tranquilidad Maddie— Lo sé mamá
— Esa es mi niña— Caitlyn dejó un beso en su frente y le sonrió— Te veré antes de irme, lo prometo
— Hey Maddie, un grupo de novatos está entrenando en el campo de obstáculos, ¿por qué no les enseñas como se hace? — invitó María tomando la mochila de la pequeña rubia
— Bien— acepto dibujando una sonrisa amplia, siguiendo a la espía
Natasha siguió con la mirada a la pequeña niña, algo que no pasó inadvertido por Barton
— ¿Te trae recuerdos de la Habitación Roja? — preguntó con cuidado
— Algo así… — murmuró apretando los labios— Es que… parece ser la edad que tendría mi hija ahora— admitió con dolor
— ¿No has pensado en buscarla? — indagó Barton, buscando aquellos ojos perdidos en sus recuerdos— Si necesitas hablar-
— No quiero hablar— negó Natasha volviendo a poner rostro neutro— Quiero a Dreykov muerto
Una hora más tarde, Maddie estaba en el hangar, abrazando a su madre antes de su partida, algo a lo que ya estaba acostumbrada
— Espero no demorarme mucho— dijo Caitlyn dejando un último beso en la frente de su hija
— No te preocupes, tu salva al mundo— dijo bastante tranquila Maddie
Caitlyn rió, pasando un mechón de cabello tras su oreja
— Has crecido demasiado rápido— susurro con melancolía
— Eso es bueno, así entre más rápido crezca, más rápido me volveré una agente, igual que tu— dijo con seguridad, sin notar que la sonrisa de su madre menguó
— Hago esto por tí y porque quiero un mundo mejor para tí— habló Caitlyn teniendo sus ojos fijos en los de su hija— Mi deber es protegerte
— Tu deber es proteger al mundo también— añadió seriamente Maddie— así que ve, a mi me cuidan bien aquí
Caitlyn rió, abrazando a su hija
— Pórtate bien— pidió separándose— Hazle caso a María
— Creeme, es más obediente que muchos agentes— admitió Hill poniendo una mano en el hombro de Maddie
Caitlyn suspiro, entrando por fin al jet, moviendo su mano en despedida hacia su hija antes de que la puerta fuera cerrada
Odiaba despedirse sin importar cuantas veces lo hubiera hecho antes
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Maddie golpeaba el saco frente a ella con fuerza. Ya le dolían los brazos e incluso sentía dolor en sus nudillos vendados, pero no se detuvo.
Su madre ya tenía dos días fuera, dos días sin comunicarse, así que para tratar de calmar su ansiedad, no paraba de golpear el saco
"— Si quieres ser agente, si quieres ser parte de algo más grande que ti misma, debes estar preparada para poner el deber sobre todo…— " citó internamente las palabras de su madre en su memoria "— Incluso tu propia vida"
Maddie dio una fuerte patada al saco de box, soplando un mechón de cabello que caía sobre su rostro.
Empezó a quitar los vendajes cuando María entró, soltando un suspiro largo al verla en el gimnasio
— Tu madre va a matarme. Deberías haberte dormido hace como tres horas
— Si no se entera, no te matara— contestó la pequeña rubia poniendo una sonrisa de lado— ¿Aun nada?
María trato de no borrar su sonrisa, negando con la tranquilidad que todo agente tenía ante situaciones que ponían histéricas a la mayoría de las personas
— Tu madre es una de nuestras mejores agentes. Sé que está bien— prometió sin saber si eso era verdad
Maddie asintió creyendole, sentándose para quitarse el resto de las vendas alrededor de sus nudillos rojos y adoloridos
»— ¿No extrañas tu casa? — quiso saber María— Muchas niñas a tu edad se sienten aterradas con la idea de dormir lejos de sus padres
— Pues esas niñas no vienen a la mayor agencia de espionaje a colorear mientras su madre patea traseros terroristas— se rió la menor bebiendo agua de su botella— Además… ya estoy en casa.
María estaba por abrir la boca cuando Fury irrumpió en el gimnasio. Ambas mujeres vieron al hombre del parche sin saber que pasaba, pero al notar el ojo serio de Fury sobre Madeline, María supo que había sucedido
— Lo siento Maddie— habló Fury con el mayor tacto que pudo — De verdad… no tienes idea de cuánto lo siento
La rubia tardó en procesarlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas que no pudo derramar, su respiración se vio cortada por el nudo en su garganta y su corazón se rompió
Miro al piso por un largo rato, tiempo en el que miles de cosas pasaron por su mente, desde todo lo vivido con su madre hasta sus palabras sobre el deber y el valor de hacer lo correcto.
Respiró hondo buscando no quebrarse.
Su madre había criado a una niña fuerte, no a alguien que lloraba, no a alguien que se tiraba a dejarse morir.
Tragó grueso y vio a Fury
— ¿Q-que va a pasar conmigo? — deseo saber forzando su voz a no fallarle
Fury admiró la fortaleza de la niña, así que caminó hacia ella, poniendo una mano en su hombro
— Me aseguraré de que tu tutela sea pasada a SHIELD. Tienes potencial, Wood, un potencial que no quiero se vea desperdiciado— aseguró sin dudas— Tu madre fue una mujer fuerte
— Pido permiso para v-verla— susurro dejando rodar únicamente una lágrima por su mejilla
María puso una mano en su espalda, dándole una pequeña caricia silenciosa
— Permiso concedido— cedió Fury
Maddie se limpió la única lágrima que dejó salir y se levantó, yendo a la morgue del Triskelion, dispuesta a despedirse de su madre una última vez.
María miró con preocupación a la niña desaparecer por la puerta del gimnasio, viendo enseguida a Fury
— ¿Su tutela a manos de SHIELD? — repitió bastante contrariada— Es una niña
— Es esto o su padre adicto que mantiene a una familia que ni siquiera es suya— habló Fury sin mostrar el mínimo problema con acoger a Maddie
— ¿Crees que este es un lugar apto para que se crié una niña? ¿Qué hay de la escuela? ¿Qué hay de las actividades de su edad? — indagó aún insegura
— Podemos asignar un maestro privado, además, ella ya ha crecido rodeada de esta vida— fue hacia la salida ante la mirada aún algo afecta de María
Quería llorar, había perdido a una gran amiga
»— Es lo que Caitlyn habría querido
— Caitlyn quería una buena vida para su hija— contestó Hill parpadeando para evitar las lágrimas
— Esta es una mejor vida que la que le espera con su padre o en un orfanato, te lo aseguró. Además, su mutación la vuelve un blanco fácil— sin decir más, el moreno atravesó la puerta, dejando a María con un amargo sabor de boca
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¡Hola y bienvenidos a un nuevo fic!
¡Me emociona esta trama que es bastante oscura (que ya mencione antes) !
Solo quiero aclarar que aquí hay DOS protas. Sip, dos
Es un fanfic de una hija de mis hermosos padres, Bucky y Natasha, y la protegida de Natasha
Así que si, Natasha tendrá DOS hijas
Jeje, si en mis otros fics se volvía loca con solo una hija, ahora imagínense con dos...
Espero que de verdad les guste este fanfic hecho con amor, así como han recibido apoyo los otros. El primer acto esta acabado y espero empezar el segundo próximamente
Gracias por pasarse por aquí, y atreverse a pesar de las advertencias
-Heillyto
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