Gellert Grindelwald ingresa al cuarto dado a las recientes actitudes de Ethan que lo hacían dudar de su lealtad previamente a la guerra. Y no estaba equivocado. Se encontró justamente al rubio platinado a un lado del Auror Theseus Scamander dispuesto a comenzar el duelo entre ellos en cualquier momento.

El tenebroso mago se toma su tiempo para hablar —por qué traicionarme a estas alturas?— desea saber Gellert sin mostrar ninguna emoción en su rostro.

Ethan encara a su padre —admiro tus habilidades de poner manipularme para conseguir ser uno de tus seguidores— da inicio —pero lamentablemente sólo fui eso para ti— confiesa con cierto tono de dolor en su voz —mientras tu buscabas más aliados, yo buscaba un padre. Nunca te importé y siempre fuiste me usaste para tu conveniencia— suelta con rencor.

—Si me importas, hijo— revela Gellert —mis visiones no estaban claras en cuanto a tu futuro por dejarme llevar por el cariño que te tengo. Es por eso que tu traición me duele y bastante— aclara sincero —pero tu fuiste quien se dejó manipular por quien fuese. El Auror es un claro ejemplo— le lanza una mirada fugaz a Theseus —me imagino que logró convencerte en algún punto de que te volvieras del lado equivocado.

Los nuevos aliados de Gellert creados por la magia negra llegan a acorralar a los ex compañeros de clase, proceden a dejarlos indefensos y con ello todos parten lejos del lugar para llevar a cabo el plan de emergencia de Grindelwald gracias a la traición de Ethan. Ahora nadie se encontraba a salvo.

Afortunadamente en ningún momento, el poderoso mago sintió a Jacob y Elliott escondidos detrás de la Capa. Tal como se les indicó, se mantuvieron cubiertos por la Reliquia hasta asegurarse de no escuchar ruido y poder escapar a salvo.

Una vez fuera, Elliott le pide a Jacob que regresen a salvar tanto a Ethan como a Theseus. El muggle rechaza la petición —pero, por qué?! Tenemos que ayudarlos! Son nuestros aliados!!— reclama.

Jacob se sentía inservible al ser un simple muggle. Si fuera un mago, por supuesto que ayudaría a sus amigos. Pero también a él se le encargó la responsabilidad de proteger al hijo de Mayssande y Theseus. —Escucha, pequeño. Tus padres me dieron la tarea de salvarte, por lo que sólo he venido a rescatarte. Créeme, si tuviera una pizca de magia en mi, ayudaría a los demás. Sin embargo, soy nada más un muggle. 

Elliott comprende a Jacob —de acuerdo, tienes razón.— Expresa el niño —pero eso si, el muggle más valiente que existe— admite el castaño haciendo sonreír orgullosamente a Jacob. 

Ambos siguen corriendo hasta salir de la guerra hasta ser emboscados por los acólitos de Gellert. Jacob comienza a ponerse nervioso al verse indefenso contra ellos. No obstante, Elliott mostró solidez frente a ellos, por lo tanto, manteniendo la mirada fija comenzó a crear una especie de tormenta eléctrica justamente por encima de los acólitos para así electrocutarlos y eventualmente noquearlos para poder seguir con su camino. 

Pese a ello, cuando estaban a punto de llegar al transportador que los llevaría directo a Hogwarts, los dos escuchan unos pasos por detrás. —Ya casi estamos cerca!— indica Elliott con la voz agitada. 

El de cabello rizado seguía con la mira fija en esos magos tenebrosos estando consiente de que en cualquier momento uno de ellos lanzaría un maleficio. Tal como dijo, él era el responsable de que Elliott Scamander fuera rescatado sano y salvo. Comenzaron a sentir los hechizos rozando su cuerpo y con ello habría llegado la hora de vestirse como héroe. 

—Eso te llevará a una escuela mágica donde te estará esperando una profesora llamada Minerva McGonagall!— explica Jacob —no te desprendas hasta aterrizar en el suelo, comprendes?— indica con el pulso acelerado entregándole la Capa de Invisibilidad 

El pequeño observó extraño al muggle sin entender por qué hablaba de ese modo —tú también vienes, cierto?— interroga asustado. 

Jacob se le escapa una diminuta lágrima —eres igual a tus padres— halaga —dile a Queenie que la amo, por favor— pide como último deseo y dirige su vista a uno de los magos lanzando un maleficio que iba directo a Elliott. Sin embargo, el pelinegro logra reaccionar a tiempo empujando al niño Scamander directo al transportador, con el hechizo impactando en Jacob. 

Lo único que Elliott alcanzó a ver fue una ráfaga de luz verde desvanecerse una vez que el rizado cayó al suelo bocabajo, con la mirada al vacío, inmóvil. Y así fue como el segundo hijo de Mayssande y Theseus logró escapar de su pesadilla que duró 10 años. 

☾☾☾

Mayssande luchaba contra el ejército de Gellert a la espera de que le avisaran que su hijo estuviera seguro y lejos de aquí. Derrotaba a cada uno de ellos con facilidad pero comenzó a notar algo inusual. Presentía que algo no andaba bien y que sus visiones comenzaban a retomar más fuerza. Esto la hizo sentirse insegura de que las cosas no estaban yendo acorde a su plan, por lo que le avisa a las hermanas Goldstein que irá en busca de Theseus a lo que ellas aceptan. 

Toma camino a donde se suponía que estaba Elliott resguardado llevándose la sorpresa de no encontrar a nadie. Se queda a inspeccionar el lugar hasta escuchar unos sonidos a sus espaldas. No lo piensa dos veces y desarma a una de las brujas más fieles de Gellert. 

—Dónde está mi hijo?— pregunta Mayssande con la mirada fija a Vinda Rosier. 

Esta le regala una sonrisa burlona —él te está esperando con una sorpresa— se limita a responder. 

—Qué le han hecho a mi hijo?!— de nuevo cuestiona alzando la voz con un tono amenazante. 

—Tengo pensado que escapó con ayuda de un muggle— explica finalmente —dudo que hayan salido con vida. 

La argelina intenta controlar sus emociones —su rebelión está por llegar a su fin.

—Oh no, mi querida— niega —esto apenas comienza— Vinda se lanza a su varita llegando tarde pues la Buscadora logró destruirla a tiempo. 

Apunta directo al rostro de la maga para demostrar que ella es quien manda —dónde está Grindelwald?

Rosier le indica a dónde tiene que ir Mayssande no sin antes lanzarle un hechizo dejándola inconsciente y amarrada para evitar que escape una vez más. La pelinegra llega al lugar sin bajar la guarda y lo primero que consigue notar es una mesa extendida, ahí estaban sentados Theseus e Ethan a cada costado y Gellert en el otro extremo de la mesa quedando de frente a Mayssande. 

Los acólitos del tenebroso mago inmovilizan a la bruja con esta intentando escapar de su agarre —intenta librarte y ambos mueren— detiene Gellert con voz pacifica haciendo que la pelinegra se relaje —muy bien. Ahora entrégales tu varita, no la necesitarás. 

Al principio se niega pero esto sólo provocaría que Gellert perdiera la paciencia e hiciera lo esperado, por lo que da su varita a uno de los seguidores y después se sienta al otro extremo de la mesa —qué es esto?— cuestiona seria. 

—Esto es lo que pasa cuando están planeando a mis espaldas mi caída— comienza Grindelwald a revelar —me tomó un tiempo descifrar lo que estaban haciendo pero eventualmente los descubrí a los tres— explica —debo confesar que sí me dolió el hecho de que hayas logrado engañarme de que tu hijo no era mi heredero— se dirige a Mayssande —y que hayas logrado convencer a Ethan de que pretendiera ser el padre de tu niño— dice con un pequeño toque de tristeza. Después viaja la vista hacia el platinado. —Y tú, no puedo creer que todo este tiempo me hayas traicionado por una mujer que nunca te amó como tú la amabas— suelta el mayor secreto. 

—Traicionado...!— exclama Mayssande sorpresivamente confundida. 

Gellert mira a Theseus —te importa explicarle a tu amada lo que planeaste a sus espaldas?

Mayssande voltea a ver a Theseus en busca de respuestas. —Era mejor que no supieras para que Gellert tuviera menos probabilidades de descifrar. Entre menor número de personas realizan un plan, poco probable que descubriera el plan— inicia. —La noche antes de la ceremonia del Qilin, cuando te fuiste a dormir, salí a tomar aire encontrándome con Ethan debatiendo por la traición que iba a cometer. Logré convencerlo de que no se dejara llevar por sus emociones haciendo que nos mantuviéramos en contacto todo este tiempo y cuando descubrí de la existencia de Elliott, le pedí que cuidara de él en tu ausencia. Así fue como planeamos el rescatar a nuestro hijo. 

La bruja no lo podía creer, todo este tiempo pensó que Ethan definitivamente había dejado de ser su aliado cuando siempre luchó por ella. Se veía en la necesidad de agradecerle eternamente sin encontrar ninguna manera de pagarle a cambio por todos los sacrificios que su amigo había hecho. Ethan volvió a ganarse el respeto de Mayssande. 

Al notar que la situación comenzaba a ponerse sentimental, Gellert decide irrumpir en el momento —muy bien! De vuelta a los negocios— entromete —dejando las cosas aún más difíciles para ti, Mayssande. Ha llegado la hora de que tomes la decisión más importante en tu vida. 

Esto no le gustaba en absoluto a la argelina —a qué te refieres?— pregunta sosteniendo su mirada en Gellert sin reflejar lo poco nerviosa y asustada que comenzaba a sentir. 

—Uno y dos— señala Grindelwald a Ethan y Theseus. —Uno de ustedes va a morir. Uno de ustedes vivirá— desde ese instante que Gellert dijo aquello, el mayor temor de Mayssande se hizo realidad al reconocer lo que seguía a continuación —y la cuestión es la elección de Maysande— finaliza con una sonrisita satisfactoria de lado. 

—Estás demente, padre?!— interroga Ethan frustrado. 

Theseus no lo piensa dos veces para decir: —me sacrifico. 

—No!— niega Ethan alzando la voz —mátame a mi!— dice teniendo más razones para enfrentar la muerte. 

—SE CALLAN LOS DOS?!— grita Mayssande cayendo en la presión de la situación temblando del coraje y miedo. 

—Quién va a ser, Mayssande?— recuerda Gellert relajado —Ethan o Theseus?

La bruja no quería perderlos a los dos, tanto Theseus como Ethan han formado parte de su vida desde siempre creyéndose incapaz de imaginarse cómo sería el vivir sin ellos. Por un lado, pese a que por años creyó que Ethan la había traicionado sin ser consiente de que en realidad la estaba protegiendo, el platinado siempre lo consideró como su amigo cercano con quien podía confiar y hacer todo tipo de cosas. Ethan era alguien quien compartía casi su personalidad y era igual de intrépido y atrevido que ella. Lo quería claro estaba, aparte que le debía por cuidar de Elliott cuando escapó. 

Ahora con Theseus, cómo empezar sin repetirse a sí misma que el mago era el amor de su vida. Era con quien decidió formar una hermosa familia. Era con quien decidió tomar riesgos retando a sus padres desobedeciéndolos para escoger e irse siempre con Theseus. Y al igual que con Ethan, cuando se apartó del Auror, nunca dejó de amarlo. 

Llegó el momento. 

Su visión se hizo realidad.

Cierra los ojos para tomar un respiro profundo y cuando los abre, revela su respuesta —he tomado mi decisión— dice relajada y segura de sí misma. 

—Me pregunto a quién has escogido para que muera. 

—Elijo salvar a Theseus— le regala una mirada con tristeza a Ethan quien pensaba que en cierto modo se lo merecía. 

El poderoso hechicero da una pausa antes de hablar —predecible como siempre. Es por eso que yo me encargo de darle un giro inesperado— alza su varita para configurar el maleficio Avada Kedavra.

Llegó el momento. 

El último az bajo la manga.