Narrador Omnisciente

"La Marca Tenebrosa: Terror en el Mundial de Quidditch"

En una oscura noche durante la Copa Mundial de Quidditch, el cielo se convirtió en un escenario de horror cuando la Marca Tenebrosa, el ominoso emblema de la oscuridad y el miedo, fue conjurada en lo alto. El evento, que estremeció a los asistentes y estremeció los cimientos del mundo mágico, marcó un regreso escalofriante de la violencia y la opresión que se creía erradicada.

El Ministerio de Magia, en una declaración urgente, confirmó que mortífagos, seguidores leales al malévolo Lord Voldemort, fueron los responsables del acto siniestro. Testigos relataron escenas de pánico y caos mientras los mortífagos sembraban el terror en el campamento de los espectadores, desatando un episodio de violencia sin precedentes en la historia del Quidditch.

La comunidad mágica, que había disfrutado de años de relativa tranquilidad desde la caída de Voldemort, se encuentra ahora sumida en la incertidumbre y el temor. Se han lanzado titulares alarmantes, advirtiendo sobre el resurgimiento de la oscuridad y llamando a la unidad y la vigilancia contra las sombras del pasado que amenazan con emerger una vez más.

Los magos y brujas de todas partes del mundo se preguntan qué significa este inquietante suceso para el futuro de su sociedad. ¿Estamos al borde de una nueva era de tinieblas y terror? ¿O prevalecerán la valentía y la luz frente a las sombras que acechan en la oscuridad?

El mundo mágico se encuentra en inquietud, mientras la Marca Tenebrosa proyecta su siniestra sombra sobre el futuro incierto que nos aguarda.

—Vaya...—murmuró Amy bajando el profeta y dejándolo sobre la mesa de Slytherin. —¿Todo eso me perdí?—se quejó. —Le hubiera hecho caso a mamá y habría estado ahí.

—Amy. —Leonor la regaño con la mirada. —Esto no es un juego, es serio. Y algo me dice que recién comienza. —tanto Eros, Amy y Pansy que se encontraban juntos, se miraron. No podían culpar a Leonor por preocuparse. Todos lo hacían.

Leonor había perdido a su padre, por culpa de una misión en la que todo había acabado en un desastre, intentando proteger a Sirius, el había salido afectado. Había una lápida en su honor, junto a la de Lily, pero en aquella lápida, en aquel ataúd que se encontraba tres metros bajo tierra, no había nada, porque no habían encontrado nada.

Amaltea se encontraba igual, ella había perdido a su padre, nunca se encontró un cuerpo, o una solución al porque de su muerte, solo había sido Kreacher, un día de su cumpleaños, un día que se supondría sería especial, pero eso solo lo hizo peor, la muerte de Regulus solo hizo que una parte de ella odiara su cumpleaños y que gracias a eso, no quisiera festejarlo, pues decía que no era correcto hacerlo sabiendo que se estaría celebrando la muerte de su padre, y ella no quería eso. Amy quería a su padre con ella.

Tenía a Xenophillius, quien siempre la cuido desde niña, pero no era igual, no sentía esa misma conexión que Luna sentía con su padre. No, no era igual.

Eros, el había perdido a su madre gracias a esa guerra, quizás no directamente, pero Voldemort los había estado buscando desde que supo que el niño que cargaba en su vientre, lo derrotaria. Y no culpaba a Harry, no lo hacía, jamás podría culpar a su hermano menor, nada de eso era su culpa, no era su culpa el pertenecer a una profecía sin siquiera nacer aún, no era su culpa que su se supone el hombre que los amaría y cuidaría con su vida los hubiera abandonado, no era su culpa creer en las palabras de James, cuando el solo quería un padre.

Y aunque Eros intentará ocultarlo, intentará el hacerse el fuerte ante todos, el también deseaba eso. Un padre.

Pansy, miro a su novio sentado a su lado, tomo su mano por debajo de la mesa, mientras ambos compartían una mirada. Ambos ocultaban algo, un secreto que era mejor mantenerlo guardado, aunque afectará directamente a una persona que Eros amaba como una hermana para el. Leonor Parkinson.

Sabían el dolor que sentía su corazón al tenerlo con el, también el dolor que Remus intentaba ocultar cuando quería salir con otras personas, el dolor de querer olvidarlo, pero no podía hacerlo, pero tampoco podían decirlo. Había una gran razón para ello.

Aún no era el momento.

—¿Y si mejor cambiamos de tema?—Pansy pregunto rompiendo el incómodo silencio que se había instalado entre ellos.

—Claro. —Leonor suspiro. Agradeciendo a Pansy el que intentará cambiar el tema. —¿Algo interesante? Además de...eso

—Bueno...—Pansy hablo, ladeando la cabeza hacía un lado, entrecerrando los ojos. —Theodore me pidió consejos para salir con una chica, dijo que era sumamente importante. —llevo su mirada hasta Amy, que la miraba fijamente. —La verdad, no creo que sea por Kara, así que...

—¿Que?—cuestionó Amy confundida. —Yo no soy.

—Nadie dijo que fueras tu. —dijo Nelly con diversión.

—¿No estás traicionando a Nott por contarnos esto?—pregunto Eros.

—Tal vez, pero el fue quien me delató cuando deje esa carta en tu asiento, aún no comenzábamos a salir, entonces me la debía. —Pansy respondió. —Además creí que a Amy le interesaría saberlo. Quizás ella sabía quién era gruñona y porque Theo es tan intenso cuando se trata de ella.

—Pues no lo...

—Hola linda. —Draco llegó, interrumpiendo a la Gryffindor de esa mesa. Saludo a Nelly dándole un pequeño y rápido beso en la coronilla, antes de sentarse a su lado. —Amy, Pansy, Eros. —saludo mirándolos a cada uno, con un sentimiento de cabeza. —¿Algo interesante de lo que me haya perdido?

—Para nada. —respondió Amy inmediatamente. Draco la miro confundido. —Por cierto, ¿Fuiste al mundial de Quidditch? ¿Cómo fue lo que pasó? Cuéntame, Pansy no lo sabe ya que quiso quedarse en casa, y no la culpo. Eros, Nelly y yo preferimos evitar problemas que pudieran incluir algunas discusiones, entonces tú eres la única opción...

—Theo también asistió.

—Si, pero el no cuenta Pansy. —Amy la miro por un breve momento, antes de dirigir su mirada a Draco, quien lucia nervioso, rascando las palmas de sus manos. —Entonces, ¿Cómo fue que sucedió todo?

—Amy...—Leonor interrumpió, mientras suspiraba.

—De acuerdo, lo siento, pero si ustedes hablarán de Theodore cuando estoy yo presente no pueden negar que hable de temas que los molesten o que se nieguen a escuchar. Es un trato justo si lo piensan, además, se que Draco no estuvo en todo eso, o de lo contrario Error ya lo habría golpeado. —Amy tomo la tostada frente a ella, untando mermelada de mango.

—Quizás a Draco no...—Amaltea lo miró confundida, mientras paraba de masticar. —...aún...—la rubia volvió a masticar mientras se encogía de hombros y asentía cuando le dio la razón. —Tendría que encontrar una verdadera razón para que eso sucediera. En cambio con Nott...

—Eros. —Pansy se quejo mientras lo miraba. —Es mi mejor amigo, y quizás tu futuro cuñado...—susurró aquello último para que solo el escuchará. —Debes soportarlo. Al menos por un momento. No voy a obligarte a que lo hagas, y tampoco voy a amarrarte a una silla en la sala común para que te lleves bien con el.

—Si...creo que eso sería demasiado. —Amy asintió.

—Draco.

—¿Si?

—¿Por qué uno de mis collares cuelga de tu cuello?—Eros miraba a Draco con el ceño fruncido y extrañado.

—Lamemto decirte que ya no eres el favorito de Luna, ahora lo soy yo, y me hizo especialmente para mi. —respondió Draco, mientras mostraba una sonrisa orgulloso, mostrándole el collar de perlas y conchas a Draco, de colores pasteles que colgaba sobre su cuello. —Dijo que por ser pareja de Nelly, me lo merecía, que ahora yo era su favorito.

—¿Disculpa?—Eros cuestionó indignado.

—No te preocupes, estás en segundo lugar. Preocúpate cuando llegues a estar en tercero. Pero como decía...—Draco interrumpió cuando Eros estaba por hablar. —A cambio le regale uno de mis anillos, así me aseguro de que no la molesten. Y tranquilo, no lo hago por agradarte, no soy como...otros...—dirigió su mirada al otro lado de la mesa, en donde Theodore se encontraba junto a Blaise que hablaba, pero el castaño lo ignoraba por estar mirando hasta donde ellos se encontraban, o más bien, a alguien.

—Sigue sin agradarme. —soltó Eros. —Y no va a lograrlo. Ahora, si me disculpan...—se levantó, tomando sus cosas. —Debo ir a buscar a mi hermano. —beso la mejilla de Pansy dulcemente, repitiendo la misma acción con Nelly y Amy, dirigiéndose una mirada a Draco antes de irse.

Quizás era el día en el que los hermanos Potter se arreglarían... O no.

[ • • • ]

La habitación estaba envuelta en un silencio pesado, solo interrumpido por el suave zumbido de la lámpara de noche. Ambos se encontraban recostados en la cama, juntos. El ambiente estaba cargado de tensión después de la pelea que Eros tuvo con Harry, una disputa que había estado latente durante meses.

El chico se sentía abrumado por la situación, con el corazón lleno de frustración y tristeza. Había intentado resolver las diferencias con su hermano, anhelando recuperar la complicidad y la conexión que solían tener. Eran más que hermanos, eran cómplices, confidentes, y en ese momento se sentía como si una brecha profunda los separara.

Sentía que había decepcionado a su madre. Se había separado de su hermano, lo había dejado solo. Y se culpaba por ello.

Pansy, notando su pesar, le rodeó con los brazos en su cuello. Eros la miro a los ojos, al ver los ojos de la castaña siempre se recordaba lo mucho que lo amaba, cómo su amor era inquebrantable incluso en los momentos más difíciles.

Pansy sabía, y le había asegurado minutos atrás, el que las peleas eran temporales, pero el lazo fraternal perduraría si ambos estaban dispuestos a trabajarlo.

—¿Quieres contarme que fue lo que sucedió?—Pansy pregunto, mirándo a su novio preocupada cuando lo sintió sollozar. Ambos se habían reunido en la habitación de Eros, después de que el hablara con Harry...o intentarlo al menos, pero el no lo había dejado. —Esta bien, cariño...—susurró.

La mitad de su cuerpo estaba sobre el de Eros, una pierna sobre su abdomen y un brazo sobre su pecho. Sus frentes estaban juntas mientras ella acariciaba su nuca. Ella lo observaba con atención, apreciando cada minimo detalle de el. Una de las manos de Eros estaba sobre su muslo y la otra enrollada en su cintura.

—Tranquila, todo está bien...—murmuró dejando un corto beso en su mejilla.

El silencio nuevamente se apoderó de la habitación, pesado y cargado de emociones no expresadas. La tensión de la pelea con su hermano aún palpitaba en su pecho.

Ella, observaba su rostro sombrío con ternura, comprendiendo el torbellino de sentimientos que lo invadía.

—Lo sé, amor. —susurró Pansy con voz calmada, rompiendo el silencio con sus palabras reconfortantes. —Entiendo lo importante que es para ti arreglar las cosas con Harry.

Él giró abrió lentamente los ojos, encontrando consuelo en sus ojos cálidos y comprensivos. Sus labios temblaron, anhelando las palabras que no lograba articular.

—Somos lo único que nos tenemos. —murmuró él, dejando escapar un suspiro cargado de resignación. —No puedo soportar la idea de perderlo. Es mi hermanito.

Pansy acarició su mejilla con delicadeza, transmitiéndole su amor y apoyo incondicional.

—Y no lo perderás—afirmó con determinación, infundiendo esperanza en sus palabras. —Eres fuerte, y juntos superaremos esto. Yo voy a qyudarte. Hablarás con él, lo sé.

Sus corazones latían al unísono en aquel momento de complicidad y amor compartido. En la penumbra de la habitación, encontraron consuelo el uno en el otro, fortaleciendo el vínculo que los unía más allá de las adversidades.

Pansy, sufría por dentro, aunque no lo dijera.

Ella sentía el peso aplastante de las miradas heladas de su hermana y su padre, como cuchillas afiladas que traspasaban su alma. Sus ojos, cargados de desdén y amargura, eran como dagas que perforanban su corazón vulnerable, dejando cicatrices invisibles pero profundas en su ser.

Cada vez que su madre bajaba la cabeza ante los gritos estruendosos de su padre, Pansy experimentaba una oleada de impotencia, como si estuviera encadenada a una realidad en la que la injusticia y la crueldad reinaban sin piedad. La vergüenza se enredaba en su pecho, haciéndola sentir pequeña e insignificante, una sombra de su verdadero yo.

Se sentía atrapada en un laberinto de emociones tumultuosas, donde el deseo desesperado de amor y aceptación se enfrenta a la fría indiferencia de quienes deberían brindarle seguridad y apoyo. Su corazón anhelaba el calor reconfortante de la conexión humana, pero en su lugar encontraba un vacío oscuro y sin fin.

Solo en los brazos de Eros, su fiel compañero y confidente, encontraba consuelo y amor incondicional. En su abrazo, Pansy encontraba un refugio contra la tormenta emocional que azotaba su vida, un oasis de paz en medio del caos desgarrador que la rodea.

Con cada suspiro y cada latido de su corazón, Pansy luchaba por encontrar su voz, por liberarse de las cadenas invisibles que la atan a un pasado doloroso y a un presente incierto. En su búsqueda de redención y libertad, se aferraba a la esperanza de un mañana lleno de luz y amor, donde finalmente pueda ser quien realmente es, sin miedo ni culpa, solo amor y aceptación.

—Te amo.

—Te amo más. —Pansy lo miró con una pequeña sonrisa, besando sus labios, en un beso delicado y dulce.

—¿Podrían conseguirse una habitación?—la voz de Amaltea, y el sonido de la puerta abriéndose los hizo separase abruptamente.

—Amy, no sé si lo sepas, pero esta es mi habitación. —Eros la miro, abrazando más a Pansy, cuando se colocó a su lado.

—Nuestra habitación. —corrigió Nelly mientras entraba detrás de la Black.

—Ya no se puede tener privacidad.

Era tan hermoso ver como cada historia se repetía, inclusive si tenía un final distinto al primero...

Lune_black

YO AMO A EROS Y PANSY, mis papiss

En el siguiente capítulo se mostrará un poco más acerca de la relación de Draco y Nelly

Y tal vez, la reconciliación de los hermanos Potter¿?
Lo siento, pero no aguanto tener a los hermanitos peleados y más ahora que es cuando el Cáliz de Fuego inicia...

Byeeeeeeeeeeee