Narrado por Leonor

Prometo regresar...

Esa palabra rondaba por mi mente día y noche, sin embargo jamás volvió como tanto hubiera deseado, no volvió como lo había prometido y eso me hacía sentir mal, que había días en los que batallaba para dormir.

Recordaba a mi madrina llorar cuando llegó a la habitación. Lo recordaba como si hubiera sido ayer. Se había detenido frente a mi, observandome, como si fuera a desaparecer en algún momento.

La navidad después de ese día no fue igual, mucho menos para papá, quien había perdido a la persona que amaba. Después vino la tragedia. Mi madrina Lily había muerto dando la vida por sus hijos y James ni siquiera se había preocupado en volver, o al menos eso es lo que Eros me había dicho, el en verdad odiaba a ese hombre y nadie podía negarlo.

A diario salía en el profeta, ya sea por conquistas o por capturara a mortifagos que seguían sueltos, y la verdad si observabas bien, ya no portaba el anillo que juraba amor eterno y eso me había hecho pensar ¿Existe alguien que de verdad te ame? Tal vez si o tal vez no, nunca lo he llegado a vivir y...espero no hacerlo, no querria sufrir por una persona de la cual me enamore y perderla porque ocurrió una tragedia o me engaño. Yo solo quería a mi familia o la poca que quedaba sana y salva.

Los gritos en la habitación de a lado hizo que me sobresaltara. Rápidamente salí de mi habitación para entrar a la de papá, quien en ese momento estaba teniendo pesadillas. Nunca me las contaba, puesto que decía que no quería preocuparme, pero sabía que debía ser lo suficientemente malas como para que pudiera ponerse así.

Cerré la puerta detrás de mi, y papa despertó sobresaltado, mirando a todos lados como si temiera del lugar en donde estaba.

Me acerque a el sin decir ni una sola palabra como siempre acostumbrabamos. Se le veía pensativo pero si mirada reflejaba tristeza. Me acosté junto a el, abrazandolo, para después escuchar como sollozaba.

—Debi haber ido con el ese día...—murmuro al lado mío—Jamas pensé que eso pasaría...

—Las cosas no siempre salen como uno las planea papá y al parecer todos nosotros somos testigos de ello.

—Lo extraño...cada día—dijo papá, mientras me veía directo a los ojos—Te pareces tanto a el...

—¿A que te refieres?

—Eres una mini copia suya hija—hablo mientras me miraba con tristeza pero con una sonrisa cansada en su rostro.

Eso de alguna manera hizo que una sonrisa se formará en mi rostro, sabía que no había conocido muy bien a mi papá Eros pero me alegraba saber que tenía una parte de el en mi.

—¿Me puedo quedar? Sabes que me da miedo estar sola en estas fechas.

Papá asintió con la cabeza, mientras se acostaba correctamente, esperando que me acurrucara encima de su pecho y así lo hice. Escuchaba su corazón latir y esa de alguna manera siempre me calma.

—Te quiero hija.

—Y yo a ti papá.