«18»
«DESTAPANDO SECRETOS»
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Diciembre 15, 1976
Mackenzie suspiró, antes de tocar el timbre.
Mientras esperaba a que le abrieran la puerta, se replanteó lo que estaba a punto de hacer.
Pero es que, no podía dejar de pensar en ello.
«¿Por qué Lucas si podía seguir siendo feliz con Lily Evans?» Recordaba cuando antes de las vacaciones, iba caminando por los pasillos del colegio y vio como Lucas y Lily se besaban.
Claro que, probablemente ya no tenía sospecha sobre su relación. Pero no había nada que le comprobara sus sospechas. Al menos, no hasta ese beso.
Vio como la puerta se abría, y tuvo que bajar la mirada para ver a Kepi.
—Señorita Macmillan—Dijo Kepi, haciéndose a un lado—. ¿En que le puede servir Kepi?
—Hola, Kepi—Mackenzie sonrió—. ¿Están Peter y Alessia?
—En la mansión Parkinson, solo está el amo Peter—Dijo Kepi—. La ama Alessia y el amito Lucas salieron con los señores Black.
—¿Sabes si Peter está ocupado?
—El amo Peter está en su oficina—Dijo Kepi—. Y creo que está desocupado.
—¿Podrías llevarme? Necesito hablar con él.
—Claro que si—Dijo Kepi—. Kepi la guiará.
Mackenzie comenzó a caminar detrás de Peter, hasta que llegaron a una puerta.
Kepi tocó la puerta, aunque Mackenzie vio que lo hacía con algo de miedo.
—¡Adelanté!
Kepi abrió la puerta, entrando el primero. Pero Mackenzie decidió quedarse afuera.
—Kepi, ¿cuántas veces te he dicho que...
—La señorita Macmillan está aquí—Interrumpió Kepi
—¿Esther?—Dijo Peter
—No, amo—Dijo Kepi—. La señorita Mackenzie.
—Pues hazla pasar, Kepi.
Kepi salió y vio a Mackenzie, que se mordía las uñas.
—Puede pasar.
—Gracias.
Mackenzie entró, y vio como Kepi cerraba la puerta.
—Supongo que si vienes, sin que tú madre te obligue, es por algo importante—Peter sonrió
Mackenzie trago saliva. Se quedó observando a Peter unos segundos.
—La verdad—Comenzó Mackenzie—, si quería hablar de algo importante con usted.
—Te escuchó—Dijo Peter—. Pero siéntate.
Mackenzie se sentó en la silla del otro lado del escritorio de Peter.
Observo que solo había estantes con libros. Eso era todo. No había fotografías ni nada.
—Es sobre...Lucas.
—Tienes toda mi atención.
Mackenzie bajo la mirada y jugó con sus dedos.
—Bueno...él—Mackenzie seguía con la cabeza baja—, no se si sepa que él...se lleva con los Evans.
Mackenzie alzó la mirada, con temor, y vio que Peter apretaba la mandíbula.
—¿Evans?
—Así es—Dijo Mackenzie—. No solo eso...si no que...no se si deba decirlo.
—Mackenzie—Peter se acomodó en su silla—, si vas a hablar, hazlo. Porque soy un hombre de poca paciencia y tú, le estás dando muchas vueltas a lo que quieres decir. Mejor se directa.
—Estoy segura que Lucas—Mackenzie suspiró—, tiene alguna relación amorosa con una de las mellizas, más específico, Lily Evans.
—¿Relación? ¿Amorosa?—Peter se rio sin gracia—. ¿Algo más?
—No, nada—Mackenzie se arrepintió de haberle contado, pero ya no había nada que hacer
—Bien—Peter se levantó de la silla—, puedes irte. Necesito...pensar.
Mackenzie asintió y salió de la oficina.
Al salir, se encontró con Kepi, que no la veía de buena manera.
—¿Quiere que Kepi la acompañe, o ya sabe el camino?
—Ya lo se, gracias.
Mackenzie camino lo más rápido posible para salir de esa casa.
Diciembre 24, 1976
Mackenzie se vio el vestido negro, frente al espejo.
La verdad, es que no tenía ánimos de nada. Pero su madre la estaba obligando a ir a ese baile.
Esther entró a la habitación sin tocar.
—Que raro—Susurro Mackenzie para sí misma
—¿Hablaste?—Pregunto Esther, acercándose
—No, ¿por qué?
—Me pareció oír que hablaste, es todo—Dijo Esther—. ¿Estás lista?
—¿Enserio tenemos que ir?—Pregunto Mackenzie
—Ya hablamos, Mackenzie—Dijo Esther, en tono serio—. Digamos que, oficialmente irás acompañada de Lucas.
—No quiero—Dijo Mackenzie—. Y estoy segura de que Lucas tampoco lo quiere.
—Hay algo que tengo que decirte—Esther suspiró
Mackenzie la vio esperando a que continuara.
—Se acabó el plazo.
Mackenzie puso cara seria.
—¿Que quieres decir con eso?
—Si. Se acabo. Próximamente, más cerca de lo que lo esperes, será anunciado el compromiso ante los sangre pura—Explicó Esther
—Habíamos quedado en que...
—Si, pero ayer fui a ver a los Parkinson, y decidieron que se acabó.
—¿Todos? ¿Lucas...
—No. Tengo entendido que apenas le dirán hoy.
Mackenzie suspiró, perdiéndose en sus pensamientos.
No lo quería, no todavía.
—Yo y mi estupida bocota—Mackenzie suspiró
—¿A que te refieres?—Pregunto Esther
—Nada, madre. Yo misma me entiendo—Dijo Mackenzie
—Claro—Esther veía raro a su hija—. Vamos, que se nos hace tarde.
Una vez llegaron a la mansión Parkinson, Esther platicaba con Alessia, aunque la Parkinson parecía estresada.
Mackenzie no las escuchaba, solo veía un punto fijo en el piso.
—¡Al fin llegas, jovencito!—La voz de Esther, hizo que Mackenzie alzara la cabeza y viera a Lucas—. Se nos hace tarde y...
Mackenzie se levantó del sillón y se acercó a Lucas, estaba molesta.
—Iré a hablar con Lucas un momento—Dijo Mackenzie, jalando a Lucas del saco
Peter iba pasando por a lado de los menores, y alzó una ceja al ver como Mackenzie jalaba a Lucas hacia la biblioteca.
—¿No se suponía que íbamos a la fiesta?—Fue lo último que escuchó Mackenzie
Una vez ambos adolescentes llegaron a la biblioteca, Lucas se soltó del agarre de Mackenzie, quien lo vio con una ceja alzada.
—Arruinas mi traje de...
Mackenzie no lo dejó terminar de hablar, cuando le proporcionó un golpe en la mejilla, para después comenzar a golpear el pecho del castaño.
Mackenzie comenzó a murmurar cosas que ni para ella tenían sentido.
Después de unos segundos, sintió como Lucas la tomaba de las muñecas, con fuerza, para que parara.
—¡Suéltame!—Dijo Mackenzie
—¿Que te pasa loca?—Grito el Parkinson
—¡Todo es tu maldita culpa, imbecil!—Tal vez se veía muy hipócrita, después de haber sido ella quien le contara la verdad a Peter. Pero pensaba que Lucas no lo sabía—. ¡Podías ser más discreto! Te odio y...
Lucas soltó las muñecas de Mackenzie con fuerza, haciendo que la Macmillan cayera sentada en el sillón de la biblioteca.
—No me vuelvas a insultar, Macmillan.
—¡Hicimos un trato!—Grito Mackenzie, enojada
—¿Un trato?—Hablo el Parkinson, irónico—. El trato que rompiste al hablar. ¿Tan dolida estabas porque James Potter te dejó?
Mackenzie se sintió completamente estupida. Claro que al hablar, no quería que las cosas se aceleraran. Solo quería que Lucas se alejara de Lily de alguna forma.
¿Como sabía que ella había sido la que habló?
Mackenzie se levantó furiosa del sillón, dispuesta a pegarle de nuevo. Pero Lucas detuvo su mano en el aire.
—¿Piensas pegarme? Aquí, la única culpable, eres tú—Mackenzie vio la sonrisa irónica de Lucas—. Si querías que este a tu lado, no te hubieras desecho de eso.
Mackenzie abrió la boca. Claro, ¿como no le dijo a James que no dijera nada? Si James tenía como mejor amigo al ser más chismoso del mundo.
Probablemente James se lo contó a Sirius, Sirius a su novia y fue como Lucas se enteró.
Lucas soltó la mano de Mackenzie, al ver como sus ojos se llenaban de lágrimas.
No quería llorar, pero, ¿con qué derecho le recriminaba eso? No era su vida. No tenía derecho de opinar sobre eso.
Alessia entró con una copa de vino en la mano y miró con cansancio a ambos, con la frente arrugada.
Mackenzie se limpió la lágrima que amenazaba por salir.
—Tenemos que irnos, así que dejen sus gritos para después de la fiesta—Demandó Alessia—. Quiero irme de una vez, no soporto a Peter y ala pretenciosa de tu madre.
Mackenzie fue la primera en salir, sin ver a ninguno de los otros dos Parkinson.
Mackenzie suspiró, cuando vio a toda la gente en la fiesta.
Lucas y Mackenzie venían enganchados de los brazos, al igual que Alessia y Peter, mientras Esther venía a lado de Mackenzie.
—¿Quien es ella?—Hablo Esther, a lado de Mackenzie—. Se ve tan pálida y pelirroja—Mackenzie dirigió su mirada hacia donde ella veía—. Mírala, es muy delgada, parece que no come nada.
Mackenzie la observo, y si, era pálida, pelirroja con unos ojos azules grisáceos y llevaba un vestido con corset.
Vio como la chica los veía, y rodaba los ojos, lo que hizo que Mackenzie frunciera el ceño.
—¿Ella no estudio contigo en Durmstrang, hijo?—Pregunto Alessia, haciendo que Mackenzie también lo pensara—. Se parece mucho a la tal chica Evans.
Mackenzie se sorprendió, era verdad.
—Por favor, Alessia—Hablo Peter—. Ninguna sangre sucia se puede hacer pasar por alguno de nosotros, son estupidos.
—Pues dicen que es la prometida de Sirius—Habló Esther—. Pensé que ya había sido tachado como traidor.
—Y lo es, madre—Aclaró Mackenzie
Aunque Mackenzie no lo dijera en voz alta, sabía que Hasley era lista, pero tampoco creía que se atrevería a venir a un evento como este.
—¡Sabía que todo era una farsa!—El grito de Walburga Black, hizo que los Parkinson y los Macmillan dejaran de hablar
Mackenzie noto como Walburga apuntaba a Regulus, mientras Sirius estaba delante del menor.
Mackenzie se acercó, un poco más, junto a Lucas.
—¡No dejare que se una a esa porquería de asesinos!—Dijo Sirius, con la varita en alto
—¡¿Creíste que nos creeríamos el cuento de que tú te unirías a nosotros!? ¿Así piensas ser esposo de alguien como Lilith? Ella no te merece.
—Créeme qué hay veces que pienso que no la merezco—Hablo Sirius, sin bajar la varita—. No permitiré que Reggie pase por ese infierno.
—¿Crees asustarnos, hijo?—Hablo Orion Black—. Hay varios de nosotros aquí, no dudarían en matarte.
Mackenzie vio como Regulus le asentía a Sirius, lo que la hizo suspirar. ¿Que harían ahora?
Mackenzie sintió como su piel se erizaba, cuando vio como Orion intentó tirar un crucio a su hijo mayor, pero en ese momento una flecha le atravesó la mano.
Orion se quejó del dolor, y Mackenzie miró hacia por donde había venido la flecha, y entonces la vio.
—La seguridad de este lugar es muy mala—Dijo Hasley Evans, bajando su arco—. Creí que no dejaban entrar a sangres sucias.
Mackenzie se soltó del agarre de Lucas, justo en el momento en el que el Parkinson lo hacía.
—Hasley...—Se escuchó el murmuro de Sirius
—¿Quien eres tú?—Pregunto Walburga, alzando la varita en dirección a Hasley
—Creo que no me presente adecuadamente—Hablo Hasley—, Hasley Evans o debo decir, próximamente Black. Como quieran.
Mackenzie rodó los ojos, con la mandíbula apretada. Claro, Hasley Evans era la chica que antes había visto.
—¿A donde crees que vas?—Pregunto Esther, tomando el brazo de Mackenzie, cuando está comenzaba a caminar entre la multitud
—Está fiesta se acabó, madre—Dijo Mackenzie—. Y la verdad, no quiero ver a la Evans. Me iré.
—No irás a...
—Me regañas o haces lo que quieras cuando llegues a casa—Mackenzie quería irse, el ver a Hasley le recordaba a Lily, por ende a James
Mackenzie se soltó del agarre de su madre y se fue.
24/12/23
¿Que les pareció?
Ay, Mack, ¿qué hiciste?
¿Que piensas de lo que hizo Mack?
Teorías...
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