Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11.

< chapter 11: blando >

.

El sol se estaba poniendo, pintando el cielo con tonos naranjas y rojos, el aire fresco de la tarde abrazaba los terrenos de Hogwarts mientras los estudiantes comenzaban a congregarse en el patio para disfrutar de una fogata improvisada. El fuego crepitante iluminaba los rostros de los jóvenes, proyectando sombras danzantes sobre la piedra centenaria del castillo. Entre ellos, sentados en troncos dispuestos alrededor del fuego, estaban Draco y Scorpius, compartiendo risas y comentarios mientras observaban a los demás.

Scorpius estaba sentado cerca del fuego, observando las llamas con una expresión pensativa. Su cabello caía sobre sus ojos, lo habia estado dejando crecer, parcialmente ocultando la intensidad de su mirada. Junto a él, Draco se recostaba contra un tronco caído, su semblante relajado pero con la mirada fija en Theodore Nott, quien estaba sentado un poco más allá, compartiendo murmullos y sonrisas con Daphne Greengrass.

Draco no pudo evitar esbozar una sonrisa sarcástica y burlona mientras miraba a su amigo. Theodore, normalmente reservado y serio, excepto con ellos, parecía perdido en el mundo de Daphne, sus ojos brillando con una ternura poco común en él. Daphne, por su parte, sonreía con dulzura mientras se acurrucaba más cerca de su novio, acariciando su mano con suavidad.

—Mira a ese pobre infeliz —dijo Draco en voz baja, inclinándose hacia Scorpius—. Theodore no puede dejar de babear por Daphne, como si fuera un niño de primer año. Es vergonzoso, realmente. Quién diría que nuestro frío y burlón Nott se volvería tan blando con Daphne.

Scorpius soltó una risa, asintiendo con la cabeza.

—Es como si se hubiera convertido en una versión completamente diferente de sí mismo. El tipo que una vez nos sermoneaba sobre ser duros y no mostrar debilidad... ahora parece una almohada de plumas.

Draco rio entre dientes, disfrutando del momento.

—Es cierto. ¿Quién hubiera pensado que Theodore Nott sería tan... empalagoso? No me malinterpretes, Daphne es genial, pero ver a Theo comportarse así es simplemente ridículo.

Scorpius miró a Draco con una sonrisa burlona.

—Bueno, no eres el único que ha notado cambios en tus amigos. ¿Qué me dices de ti, Malfoy? He visto cómo te derrites cuando Astoria Greengrass está cerca.

Draco levantó las cejas, fingiendo ofenderse, aunque su sonrisa traicionaba su actitud.

—¿Yo, blando? No digas tonterías. Solo soy... cordial con Astoria. Es una chica interesante, eso es todo.

—Cordial, ¿eh? —Scorpius alzó una ceja, sin dejarse engañar—. Vamos, Draco, todos sabemos que Astoria te tiene en la palma de su mano. Si alguien se ha vuelto blando, ese eres tú. Recuerdo cuando solías presumir de ser un verdadero Slytherin, y ahora, te veo sonriendo como un tonto cada vez que Astoria aparece.

Draco trató de mantener su semblante serio, pero finalmente se rindió, riendo.

—De acuerdo, de acuerdo. Quizás sea un poco blando con Astoria, pero no es lo mismo. Y hablando de blandos, ¿qué me dices de ti y Weasley? Me sorprendió cuando me contaste que por fin habían empezado algo.

Scorpius suspiró, una sonrisa más suave cruzando su rostro.

—Sí, Ginny... No puedo creer que esté comenzando a salir con ella. No es formal, solo, estamos viendo que sucede. Es como si ella siempre hubiera estado ahí, como un sueño lejano. Y ahora... bueno, no sé, es raro. Me siento nervioso y emocionado a la vez.

Draco se rió, golpeando a Scorpius en el hombro de forma amistosa.

—¿Nervioso? ¿Tú, el gran Scorpius Black, nervioso? Eso sí que es algo. Pero en serio, me alegra que estés saliendo con ella. Aunque no puedo dejar de pensar en lo extraño que es... Un Malfoy burlándose de un Black por ser blando. Nunca pensé que vería el día.

Scorpius rio junto a Draco, pero luego su sonrisa comenzó a desvanecerse lentamente, su mirada se volvió más seria mientras fijaba la vista en el fuego. Los chasquidos y crujidos de las llamas llenaron el silencio que siguió a sus risas.

—¿Sabes? No todo el mundo está tan emocionado por mi relación con Ginny como tú. —Scorpius bajó la voz, sus ojos reflejando la luz del fuego—. He oído cosas, Draco. Hay quienes piensan que no es buena idea que esté con ella... después de lo que pasó. —su tono carente de la chispa habitual—. Al menos alguien aquí tiene algo en lo que creer. —dijo, observando nuevamente a Daphne y Theodore.

Draco frunció el ceño, percibiendo el desánimo en la voz de su amigo. Se volvió hacia él, sus ojos reflejando una preocupación genuina que rara vez mostraba abiertamente.

—¿Qué te pasa, Scorpius? —preguntó Draco, bajando la voz—. No eres tú mismo. Esto no tiene nada que ver con Theodore, ¿verdad? Es… es todo lo que ha pasado, ¿no es así? Desde la muerte de Sirius, y Potter… bueno, Potter sigue siendo un idiota contigo. Siempre lo ha sido pero...

Scorpius se encogió de hombros, como si quisiera quitarle importancia a las palabras de Draco, pero el nudo en su estómago lo delataba.

—Potter siempre ha sido así conmigo, Draco —dijo Scorpius, su voz dura—. Y siempre lo será. No espero nada diferente de él. Y no es eso lo que quiero decir. —Scorpius lo interrumpió.

El recuerdo de la última confrontación con Harry resurgió en la mente de Scorpius como un veneno al que no podía escapar. La discusión había comenzado de manera explosiva, una batalla de voluntades donde ninguno estaba dispuesto a ceder. Harry había sido cruel, incluso para sus propios estándares, y Scorpius había sentido la ira burbujeando bajo su piel como lava.

—Nunca serás más que una mancha en el legado de los Black —había espetado Harry, sus ojos llenos de desprecio—. Sirius jamás te habría reconocido, porque no eras nada para él. ¡Y aún así, te atreves a llevar su apellido!

Scorpius había apretado los puños, sintiendo cómo la sangre hervía en sus venas.

—¿Y qué sabes tú sobre eso, Harry? —había replicado, su voz goteando veneno—. Sirius puede que nunca me haya reconocido, pero él no era el único Black que existía. Tú piensas que sabes todo, pero no sabes nada sobre mí. Y aún así, sigues actuando como si tu opinión fuera la única que importara.

Harry había dado un paso adelante, acortando la distancia entre ellos, su rostro marcado por el odio.

—Lo único que sé, Scorpius, es que eres una amenaza para todos los que están cerca de ti. ¡Eres un adicto, un mentiroso, y ahora estás arrastrando a Ginny contigo a tu pozo de oscuridad!

—¡Ginny no es tuya, Harry! —había gritado Scorpius, perdiendo el control—. Ella me eligió a mí. No puedes soportarlo, ¿verdad? No puedes soportar que ella vea algo en mí que nunca vio en ti.

Las palabras habían caído como piedras en el vacío, cada una de ellas cargada con más odio que la anterior. Al final, Harry había lanzado una última mirada de advertencia antes de marcharse, dejando a Scorpius solo con su furia y su dolor.

—¿Te refieres a tu recaída? —preguntó Draco en voz baja, trayendolo de regreso.

Scorpius asintió, su semblante melancólico.

—Sí, todo el mundo lo sabe. Caí una vez en las drogas y me costó salir de eso. La gente teme que si estoy con Ginny, podría arrastrarla conmigo si vuelvo a caer. No confían en mí, Draco. Y lo entiendo, en parte. No soy exactamente el modelo de estabilidad, y Ginny merece algo mejor.

Draco frunció el ceño, cruzando los brazos mientras observaba a su amigo.

—Eso es una tontería, Scorpius. Todos cometemos errores, pero has trabajado duro para superar ese capítulo oscuro de tu vida. No puedes permitir que las opiniones de los demás te definan. Ginny es fuerte y lo suficientemente inteligente como para tomar sus propias decisiones. Si está contigo, es porque ve en ti algo que vale la pena. Todos lo vemos. No dejes que el miedo te detenga.

Scorpius suspiró, pero no parecía convencido. Y en realidad no lo estaba.

El había vuelto a caer.

—Lo sé, Draco, pero a veces es difícil no escuchar esas voces. Es como si, no importa lo que haga, siempre hubiera una sombra que me sigue, recordándome lo que fui. No quiero hacerle daño a Ginny... pero no estoy seguro de que sea lo suficientemente fuerte como para no hacerlo.

Draco se inclinó hacia adelante, mirando a Scorpius con seriedad.

—Mira, Scorp, te entiendo. Todos tenemos miedos pero no puedes vivir con ello toda la vida. Si sigues dudando de ti mismo, terminarás alejando a Ginny, y eso sería un verdadero error. Lo que necesitas es confiar en ti mismo. Has pasado por cosas difíciles, pero aquí estás, más fuerte de lo que crees. Si Ginny te eligió, entonces confía en su juicio. Y lo más importante, confía en que puedes ser la persona que ella merece.

Scorpius levantó la mirada hacia Draco, sus ojos llenos de gratitud.

—Gracias, Draco. Es difícil, pero supongo que tienes razón.

Draco sonrió, dándole una palmada en la espalda.

—Demuestra que todos están equivocados al dudar de ti. Yo confío en ti, y sé que lo harás bien.

Scorpius asintió, sintiendo una opresión en el pecho.

El crujido de hojas secas los hizo voltear, y tan pronto como lo hicieron, ambos se arrepintieron, rompiendo el incómodo silencio que se había instalado entre Scorpius y Draco. La mirada de Draco se endureció inmediatamente, sabiendo que la presencia de Potter no presagiaba nada bueno.

—Black —llamó Harry con una voz áspera, su tono sin rastro de amabilidad—. Tenemos asuntos pendientes.

Draco se levantó rápidamente, poniéndose entre Harry y Scorpius, su expresión era desafiante.

—¿No tienes otro lugar donde estar, Potter? —preguntó Draco con frialdad—. Scorpius no tiene que escucharte ahora. No después de todo lo que le has soltado. Ya has dicho bastante.

Harry ni siquiera le dirigió una mirada a Draco, sus ojos estaban clavados en Scorpius con una intensidad que parecía capaz de atravesarlo.

—Esto es entre Black y yo, Malfoy —dijo Harry, su tono implacable—. No te metas.

Scorpius suspiró y se puso de pie, haciendo un gesto a Draco para que se apartara. Sabía que Harry no se iría hasta que hubiera descargado toda su rabia. Y aunque Scorpius no tenía ninguna intención de dejar que Harry lo pisoteara, también sabía que no había forma de evitar el enfrentamiento.

—Está bien, Draco —murmuró Scorpius, con una voz cansada—. Déjalo. Lo escucharé, y luego podrá largarse.

Draco lo miró con desconfianza, pero finalmente se apartó, aunque mantuvo una postura alerta, listo para intervenir si la situación se salía de control.

—¿Qué es lo que quieres, Potter? —preguntó Scorpius, su tono frío y controlado—. No sé qué más hay que decir.

—Quiero respuestas —dijo Harry, sus ojos fulminando a Scorpius—. Quiero saber por qué diablos sigues con Ginny cuando sabes perfectamente que no eres bueno para ella. ¿Es que no te importa lo que puedas hacerle?

Scorpius sintió un nudo en el estómago. Sabía que Harry siempre lo había despreciado, pero escuchar sus acusaciones, una y otra vez, era como ser golpeado con un látigo.

—Ginny está conmigo porque quiere estarlo —respondió Scorpius, su voz firme—. Y ella me hace querer ser mejor, Harry. Eso es más de lo que tú puedes decir. Tú solo sabes destruir todo lo que no puedes controlar.

Harry dio un paso adelante, su rostro lleno de una furia que no había disminuido ni un poco con el tiempo.

—¡No sabes nada de lo que hablas, Scorpius! —exclamó—. Eres una bomba de tiempo. Y Ginny no es una maldita enfermera para salvarte. No permitiré que la arrastres contigo al infierno al que perteneces.

Draco, viendo que la situación estaba a punto de estallar, decidió intervenir antes de que fuera demasiado tarde.

—Oh, vamos, Potter—dijo con una risa sardónica—. ¿No te cansas de repetir lo mismo una y otra vez? Weasley sabe lo que quiere, y en este caso, no eres tú. Deberías estar más preocupado por tus propios asuntos, como asegurarte de que no terminas amargado y solo, porque, sinceramente, parece que eso es lo que te espera.

Harry giró la cabeza para mirar a Draco, sus ojos ardiendo con una ira que amenazaba con desbordarse.

—No es de tu incumbencia, Malfoy —espetó Harry—. Esto no tiene nada que ver contigo.

—¿No? —replicó Draco, arqueando una ceja—. Todo esto me huele a celos, Potter. Y eso es bastante patético viniendo de ti. En lugar de obsesionarte con lo que hace Scorpius, tal vez deberías preocuparte por encontrar tu propia felicidad. Tal vez así podrías dejar de ser un idiota presumido con todo el mundo. Hasta el patético de Ron Weasley lo cree. Te abandonó en cuarto año, ¿No es cierto?

Harry ignoró las palabras de Draco, volviendo su atención a Scorpius.

Harry lanzó una última mirada a Scorpius, una mirada que estaba cargada de advertencia y desdén. No había perdón en los ojos de Harry, ni una pizca de comprensión. Solo un odio crudo, que Scorpius sabía que no desaparecería.

—Recuerda lo que te dije, Black —murmuró Harry antes de girarse para irse—. No habrá lugar donde puedas esconderte si la lastimas.

Cuando Harry finalmente desapareció de su vista, Scorpius soltó un largo suspiro, sintiendo el peso de la confrontación en sus hombros. Pero al mirar a sus amigos, Draco y Theodore que se habia acercado junto a Daphne, se sintió más ligero. Estos dos habían sido su roca, su apoyo en los momentos más oscuros, y aunque la vida seguía siendo complicada, al menos no la enfrentaba solo.

—Y bueno, ya que hablamos de ser blandos...—comenzó Scorpius intentando romper la tensión. — Theodore está tan enamorado de Daphne que ni siquiera se ha dado cuenta de que su hermana pequeña, Astoria, está interesada en mi querido rubio —añadió con una sonrisa maliciosa, girando la conversación hacia algo más ligero, tratando de aliviar la tensión.

Era el tipo de bromas que normalmente vendrían de Theodore, quien siempre se burlaba de ellos, pero en este caso, el giro de la conversación era refrescante.

—Astoria puede estar interesada en ti, pero eso no significa que puedas manejarla. Ella es tan perspicaz como Daphne, y todos sabemos que a ti te gusta la atención… pero Astoria no va a ser tan fácil de conquistar. —volvió a decir Scorpius.

Draco hizo una mueca, fingiendo horror.

—¡Oh, por favor! —dijo, colocando una mano sobre su corazón en un gesto dramático—. ¿Desde cuándo dudo de mis habilidades para encantar a una dama?

—¿De qué diablos están hablando ustedes dos? —preguntó, claramente desconcertado—. ¿Astoria? ¿Y Draco? ¡Eso no!

Daphne soltó una risita, mirando a su hermana menor, que estaba un poco más allá, observando la escena con una leve sonrisa. Estaba claro que Astoria tenía interés en Draco, y el propio Theodore había sido completamente ajeno a ello.

—Bueno, Theo —dijo Scorpius con una sonrisa torcida—. Quizás deberías prestar más atención. Mientras tú estás aquí cortejando a Daphne, su hermana menor podría estar planeando conquistar a Draco.

Theodore se levantó bruscamente, con los ojos muy abiertos, y lanzó una mirada a Draco, que le devolvió una sonrisa triunfante.

—¡Ni lo pienses, Malfoy! —exclamó Theodore, sacudiendo la cabeza—. No vas a poner tus manos en Astoria.

Draco levantó las manos en un gesto de rendición, pero su sonrisa seguía siendo descarada.

—Relájate, Theo —dijo Draco—. Aún no he decidido si estoy interesado. Pero no puedo negar que la pequeña Astoria tiene su encanto.

—No, olvidalo, no. —Theodore negó.

—Hombres. —Daphne interrumpió, con una sonrisa, alejándose hasta donde su hermana se encontraba.

—¿Que significa eso?—Theodore cuestionó confundió, pero no obtuvo respuesta, sólo escuchando las risas de Black y Malfoy a su lado.

—¿Vamos por unas cervezas de mantequilla? —preguntó Scorpius.

Draco asintió con una sonrisa, volviendo a adoptar su actitud despreocupada.

—Sí, creo que nos lo hemos ganado —dijo, dirigiendo una mirada significativa a Scorpius—. Y tú, amigo mío, necesitas relajarte un poco. Y Theodore también, capaz hoy duerma en la habitación y no con Daphne.

Scorpius no pudo evitar sonreír burlón.

—Vamos entonces —respondió, mientras los tres comenzaban a alejarse.

—Entonces, ¿Me dirán que quiere decir lo que Daphne dijo?

Y fue ignorado nuevamente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro