𝐗𝐈𝐈. 𝐋𝐚 𝐕𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬
El atardecer teñía la mansión del Clan Silver Moon de un rojo inquietante cuando dos figuras se presentan en la entrada principal.
Una mujer de porte elegante, con un vestido negro que parece absorber la luz, y una joven de mirada calculadora y sonrisa tímida se inclinan con una reverencia ante el guardia que custodia las puertas.
—Venimos en busca de audiencia con el líder del Clan Silver Moon, Park Sunghoon —Anuncia la mujer, su voz acariciando las palabras como si fueran seda.
La noticia llega rápidamente a Sunghoon, quien permanecía en su estudio revisando los informes del Consejo de Vampiros. El joven líder frunce el ceño al escuchar el mensaje. Las visitas inesperadas siempre son motivo de cautela, especialmente en tiempos de creciente tensión entre los Clanes.
Al ingresar al salón principal, la mujer y su hija se inclinan respetuosamente ante Sunghoon. La atmósfera se torna pesada, como si el aire mismo pudiera sentir la oscuridad que las acompaña.
—Mi nombre es Lady Seraphina, y esta es mi hija, Lilith —Dice la mujer con una voz impecable y firme—. Venimos de un Clan que fue devastado hace años por una guerra interna. Ahora buscamos asilo y un lugar para servir bajo tu liderazgo, Lord Sunghoon.
Sunghoon estudia a las recién llegadas con atención.
Lady Seraphina es refinada y segura, pero sus ojos rojos parecen esconder intenciones más profundas. Lilith, por otro lado, luce más reservada, aunque su postura y gestos no son tan inocentes como parecen.
—Es inusual recibir peticiones de este tipo sin una carta de recomendación o un informe previo —Responde Sunghoon con calma, su mirada fija en las dos Vampiras—. Mi Clan valora la confianza y la transparencia. ¿Por qué eligieron venir aquí?
Lady Seraphina no vacila.
—He escuchado sobre tu liderazgo, joven Lord. Eres justo, sabio más allá de tus años, y tu Clan se ha convertido en un refugio para aquellos que buscan un nuevo comienzo. Mi hija y yo deseamos servir y proteger este lugar como lo haríamos con nuestra propia sangre.
Aunque las palabras son perfectas, hay algo en su tono que no encaja. Jay, quien permanece en silencio a un lado del salón como segundo al mando, no puede evitar lanzar una mirada de advertencia a Sunghoon. Algo no está bien.
Sunghoon inclina ligeramente la cabeza, evaluando sus opciones. No puede negarles la entrada sin parecer déspota ante su propio Clan, pero tampoco puede ignorar la sensación de amenaza que emana de Lady Seraphina y Lilith.
—Entendido —Dice finalmente—. Sin embargo, toda integración requiere tiempo y pruebas. Dejaré que mi Consejo evalúe sus habilidades y su compatibilidad con nuestro Clan. Mientras tanto, tendrán un lugar seguro donde quedarse dentro del territorio, pero bajo vigilancia estricta.
Lady Seraphina sonríe con elegancia, mientras Lilith inclina la cabeza, ocultando una expresión de molestia que Sunghoon no deja pasar desapercibida.
—Agradecemos tu generosidad, Lord Sunghoon —Dice Seraphina—. Prometemos ser dignas de tu confianza.
Cuando las dos mujeres son escoltadas fuera del salón, Jay se acerca rápidamente a Sunghoon.
—¿Confías en ellas? —Pregunta, cruzándose de brazos.
Sunghoon suspira, sus ojos siguiendo la figura de las recién llegadas mientras desaparecen por el pasillo.
—No —Responde con sinceridad—. Pero quiero ver qué intentan. Algo me dice que no vinieron aquí solo por refugio.
Jay asiente, pero no puede evitar sentirse inquieto.
Esa noche, mientras las sombras de la mansión se alargaban bajo la luz de la luna, Lady Seraphina y Lilith se reunieron en la habitación que se les había asignado.
—Es más listo de lo que pensaba —murmuró Seraphina, cerrando las cortinas con un movimiento de su mano pálida—. Pero no importa. Eventualmente, todos los líderes cometen errores. Y cuando lo haga, tomaremos lo que vinimos a buscar.
Lilith, sentada al borde de la cama, sonrió con frialdad.
—No pasará mucho tiempo. El joven lord tiene puntos débiles... y ya sé cuál es el más grande.
En algún lugar de la mansión, Sunghoon miraba por la ventana, su mente dividida entre las responsabilidades de su Clan y el pensamiento de Jake, preguntándose si esta nueva amenaza pondría en peligro al vínculo que apenas había comenzado a construir con su omega.
La primera semana de Lady Seraphina y Lilith en el territorio del Clan Silver Moon transcurre con calma aparente, pero Sunghoon no baja la guardia. Desde el principio, Lilith había mostrado un interés particular en él, siempre encontrando formas de estar cerca durante sus reuniones o entrenamientos.
—Lord Sunghoon, ¿te importa si te acompaño durante tu ronda esta noche? —Pregunta Lilith una tarde, con una sonrisa cuidadosamente ensayada.
Sunghoon acepta con cortesía, aunque internamente mantiene sus defensas altas. Lilith era hábil; sabía cómo usar su encanto sin ser evidente, con gestos delicados y un tono de voz que sugería admiración.
Durante la caminata, Lilith trata de acercarse emocionalmente.
—Es fascinante cómo has logrado mantener a tu Clan tan unido —Dice, mirándolo de reojo—. No debe ser fácil ser un líder tan joven, especialmente con la mirada de la Orden de Vampiros sobre ti.
Sunghoon se detiene y gira para enfrentarla.
—No lo es, pero un buen líder nunca se lamenta por sus responsabilidades —Responde, su voz firme pero educada—. ¿Por qué preguntas?
Lilith ríe suavemente y desvía la mirada.
—Es solo que admiro tu fuerza, tu determinación. Es inspirador... —Dice, dando un paso más cerca—. Especialmente para alguien como yo, que solo busca un lugar al cual pertenecer.
Sunghoon siente el intento detrás de sus palabras, pero no deja que su expresión traicione sus pensamientos.
—El sentido de pertenencia no se encuentra manipulando a otros —Dice de manera directa, sin perder la calma—. Se gana con lealtad y acción.
Lilith frunce los labios, sorprendida por su respuesta.
Es evidente que Sunghoon no es tan fácil de conquistar como había supuesto.
Mientras tanto, Lady Seraphina trabaja en el Consejo del Clan, intentando ganarse la confianza de los miembros mayores. Sus palabras son siempre perfectas, destacando su experiencia y su disposición a ayudar al Clan en cualquier cosa que necesitaran.
Jay, sin embargo, no confía ni por un momento en ella.
Observa cada movimiento de Lady Seraphina con ojos críticos, asegurándose de que no tuviera acceso a información sensible.
Una noche, Jay intercepta a Sunghoon después de una reunión.
—Esto no está bien, Hoon —Dice, usando el apodo que reservaba solo para momentos de seriedad—. Lilith te está rondando demasiado, y Seraphina está demasiado interesada en los asuntos del Clan. Algo planean.
Sunghoon asiente.
—Lo sé, Jay. Pero quiero ver hasta dónde están dispuestas a llegar.
Jay aprieta los dientes, preocupado.
—Solo recuerda una cosa. No importa qué hagan, tu vínculo con Jake es tu mayor fortaleza. Ellas lo saben, y si no pueden controlarte directamente, buscarán atacarte a través de él.
Sunghoon lo mira fijamente, procesando sus palabras.
—Jake está protegido, y confío en su fuerza. Pero tienes razón, no podemos subestimar a Seraphina ni a Lilith.
𝐇𝐢𝐬 𝐒𝐜𝐞𝐧𝐭
𝐗𝐈𝐈. 𝐋𝐚 𝐕𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬
𝟏𝟗/𝟏𝟏/𝟐𝟎𝟐𝟒
Gracias por leer la historia ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro