𝐗𝐈. 𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬
Una suave brisa nocturna acaricia los árboles mientras la Luna Llena baña la ciudad en su resplandor plateado. Jake y Sunghoon deciden aprovechar la noche para pasear por los límites del bosque que separa el territorio del Pack del Omega del área neutral donde viven otros Clanes y seres mágicos. Es un espacio donde pueden ser ellos mismos, lejos de las presiones de sus roles.
Caminan en silencio, disfrutando de la tranquilidad que les da estar juntos. Jake, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, lanza una mirada curiosa a Sunghoon.
—¿En qué piensas? —Pregunta suavemente, rompiendo el silencio.
Sunghoon sonríe apenas, sin dejar de observar las estrellas que parpadeaban en el cielo.
—En nosotros. En cómo todo esto parece un sueño... —responde el Vampiro, su voz serena—. Si me hubieran dicho hace unos meses que mi destino estaría unido al tuyo, habría pensado que era una locura.
Jake suelta una risa ligera.
—¿Lo dices porque soy un lobo? —Bromea, empujándolo suavemente con el hombro.
Sunghoon niega con una sonrisa, su mirada llena de ternura.
—No, lo digo porque nunca imaginé encontrar algo tan... perfecto. —Se detiene y toma las manos de Jake entre las suyas—. Cada día que pasa siento que esto es más que un vínculo destinado. Eres mi compañero, mi refugio, y todo lo que necesito.
El corazón de Jake late acelerado ante las palabras de Sunghoon. Sus ojos brillan con una mezcla de emoción y gratitud.
—Lo mismo pienso yo —Murmura Jake, acercándose un poco más a él—. Nunca me sentí tan completo como ahora.
El silencio se instala entre ambos nuevamente, pero esta vez es un silencio cómodo, lleno de significados compartidos.
El viento sopla a su alrededor, llevando consigo sus aromas entrelazados, un recordatorio de que sus almas están unidas por designio de la Diosa Luna.
Después de un momento, Sunghoon desliza los dedos por el cabello de Jake, acariciándolo con delicadeza.
—Sé que la vida que nos espera no será fácil —Dice con suavidad—. Pero quiero que sepas que estaré a tu lado, sin importar lo que venga.
Jake asiente, sintiendo cómo esas palabras se graban en lo más profundo de su corazón. Sabe que la vida los pondrá a prueba, que sus responsabilidades como líderes se interpondrán entre ellos en más de una ocasión, pero no hay dudas en su mente.
—Y yo estaré contigo, Sunghoon. No importa lo que tengamos que enfrentar.
Bajo la luz de la Luna, sus manos se entrelazan una vez más, sellando una promesa silenciosa. Son jóvenes, sí, pero su vínculo es fuerte, indomable, y están dispuestos a luchar por él. Porque más allá de las expectativas y los desafíos, han encontrado algo que no dejarán ir jamás: el uno al otro.
Esa noche, mientras regresan al territorio de la escuela, saben que no están caminando hacia un futuro fácil, pero lo harán juntos, hombro a hombro. Y eso, para ambos, es todo lo que importa.
Mientras caminan de vuelta por el sendero bajo la Luna, Jake siente el pulso firme de la mano de Sunghoon, como si cada latido fuera una promesa silenciosa de que no estaría solo. A su lado, el joven Vampiro también se siente diferente. La frialdad que siempre había cargado consigo, como un escudo ante la crítica de la Orden de Vampiros, comienza a derretirse bajo el calor que Jake le transmite sin siquiera intentarlo.
—No puedo dejar de pensar en lo que vendrá —Dice Sunghoon en voz baja, deteniéndose por un momento—. Mi Clan espera tanto de mí, y la Orden observa cada uno de mis pasos. Si cometo un error, podría perderlo todo... incluso a ti.
Jake aprieta su mano con firmeza, sus ojos destellando con determinación.
—No vas a perderme, Sunghoon —Susurra—. No importa lo que la Orden o tu Clan piensen. Eres fuerte porque lideras con el corazón, y eso es algo que nadie puede arrebatarte.
Sunghoon lo observa en silencio por un momento, sus ojos oscuros brillando bajo la tenue luz de la Luna. Jake siempre logra verlo más allá de la carga de ser líder, más allá de su naturaleza como Vampiro.
—¿Y tú? —Pregunta Sunghoon, su voz llena de preocupación genuina—. No puedo imaginar cómo es para ti... ser un Omega y aun así tener la responsabilidad de liderar tu Pack algún día. ¿Los ancianos y consejeros de tu Pack realmente creen que estás listo?
Jake suelta una risa suave, pero no había burla en ella, solo comprensión.
—Ellos son... complicados —Admite—. Siempre creyeron que liderar es algo reservado para los Alfas, pero mi padre, sabe que tengo lo necesario para guiar a nuestro Pack. Y aunque él no lo diga, creo que está orgulloso. Lo que más quiere es que nunca dude de mi fuerza, ni como Omega ni como líder.
Sunghoon esboza una sonrisa ante la firmeza de las palabras de Jake. Lo admira aún más por la forma en que lleva la responsabilidad con gracia, sin dejar que los prejuicios lo definieran.
—Parece que ambos estamos atrapados entre lo que somos y lo que los demás esperan de nosotros —Dice Sunghoon en voz baja, casi para sí mismo.
Jake lo mira con ternura y toma una decisión en ese momento.
—Entonces hagamos un trato. Pase lo que pase, cuando las cosas se vuelvan difíciles, seremos el refugio del otro.
Sunghoon lo mira a los ojos, sintiendo cómo esas palabras se graban en su alma como un juramento inquebrantable.
—Es un trato —Murmura.
Ambos continúan su camino hacia la escuela, sus corazones más ligeros y sus almas entrelazadas por promesas que ni los desafíos más grandes podrían romper. Y en ese instante, bajo el brillo sereno de la Luna, ambos sabe que no importa lo que el futuro les depare: juntos, encontrarán la manera de enfrentarlo todo.
𝐇𝐢𝐬 𝐒𝐜𝐞𝐧𝐭
𝐗𝐈. 𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬
𝟎𝟓/𝟏𝟏/𝟐𝟎𝟐𝟒
Gracias por leer la historia ❤️
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