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⌜¡Hay un GAY entre nosotros!⌟






























Mi pecho dolió. No sé por qué. Pero, dolió. Sentí un maldito nudo en la garganta. No aparté la mirada de Jimin, esperando a que fuera una tediosa mentira, pero no. Él solo seguía mirando a Hoseok con ternura.

¿Cómo te sientes luego de hacerte saber que tu mejor amigo tiene alguien más?

Eres una mierda.

Tú, estás hecho mierda ahora.

Pasé saliva y traté de hacer buena cara.

—Entonces lo dos son un par de gays... —una carcajada salió de mi interior. Pero, sinceramente, reía para no llorar. —Increíble. ¡Tenemos una pareja GAY! —aplaudí.

—Deja el maldito drama, Min. —me calló Hoseok.

—Suerte en esa vida que tienen, idiotas. —les dice y miré una vez más a Jimin, quien ahora si me miraba.

—Piérdete, Min Yoongi. —habló Jimin.

Y sí, sus palabras fueron muy hirientes. Lo miré directo a los ojos y me di media vuelta, caminé lo más rápido que pude pasando entre la cantidad de estudiantes. Llegué al baño de hombres y empujé la puerta. Entré a ellos y me miré al espejo. Me acerqué el lavamanos, abrí el grifo y tomé algo de agua en mis manos, las llevé a mi rostro y froté. Cerré el grifo del agua y me miré al espejo.

—¿Qué te está pasando, Min Yoongi? —le dije a mi reflejo.

Que te gusta Jimin y ahora tiene novio. Estás hecho mierda.

—¡CÁLLATE! —grité. —¡No quiero escucharte más!

Apreté los puños y mi teléfono sonó en mi bolsillo. Lo saqué y vi el número de Taehyung en pantalla. Respondí la llamada.

—¿Qué?

—¿Dónde estás?

—En los baños. Hablemos en el baño.

—Bien.

Colgué y me guardé el teléfono. Solté un suspiro y miré hacia el techo evitando que algunas lágrimas bajaran. ¿Por qué me sentía tan mierda? Era mi mejor amigo desde pequeño, tenía derecho de hacer su vida. Era gay, sí. Pero, ¿Por qué me dolía tanto que estuviera con otra persona? Debería estar orgulloso, porque ese beso se olvidaría entre nosotros.

La furia navegaba entre mis venas que hicieron que clavara mis uñas en las palmas. La puerta del baño de hombres se abrió dejando ver el rostro de Taehyung.

—¿Yoongi? ¿Qué te ha pasado? —cerró la puerta detrás de él, sin apartar la mirada de mí algo confundido.

Pero, sin pensarlo. Solo avancé hacia él con rapidez, tomé su rostro entre mis manos y junté mis labios con los de él con desesperación. Cerré los ojos y me dejé llevar, entrando mi lengua a su boca para buscar la suya y entrelazarla en un caliente beso. Pero, pensaba que este se sorprendería, pero... Me siguió el beso. Me separé de él y lo miré.

—Eres el de las cartas. —le dije. —Ya lo sé.

Taehyung arrugó el ceño y luego abrió los ojos.

—Yo-Yoongi, yo... —tartamudeó, pero yo me lancé a besarlo de nuevo.

Lo extraño de todo esto es que, Taehyung si era el de las cartas y bueno, le gustaba. Pero, algo aquí estaba extraño. Taehyung, se dejaba besar de mí sin protestar, está bien. Pero, ¿Por qué quiso decírmelo?

Empujé el cuerpo de Taehyung hacia una pared y puse una mano encima de su cabeza, apoyándola y pegué mi cuerpo más al suyo. Después de todo, Taehyung no besaba tan mal.

—Yoongi... —soltó un jadeó cuando su miembro se encontró con el mío.

—¿Podríamos...? —pregunté.

Esperen, ¿Qué estaba diciendo?

—¿Quieres hacerlo? —me miró.

Coño, ¿Qué se supone que diga aquí? Nunca he estado con un hombre. ¿Qué se hace? ¿Me pongo en cuatro? No, no eso es para el pasivo. Yo, no quiero que me den. ¿Y si Taehyung es el activo? No, no.

¿Conciencia? ¿Por qué no hablas? Conciencia... ¿Me has abandonado en mi momento gay? ¡CONCIENCIA!

—Yoongi..., esto está mal... —me dijo Taehyung, algo agitado.

—Creo que estamos haciendo mal. —dije y me separé de él.

Pasé saliva y me llevé las manos a la cadera.

—¿Leíste las cartas? —preguntó Taehyung.

—Solo dos. La tercera aún no la he leído. Me ahorras la lectura, diciéndomela tú. —le dije.

—¿Tercera? Solo puse dos. —dijo Taehyung.

Lo miré confundido y arrugué el ceño. Busqué en mis bolsillos la carta y la saqué frente a él. la desdoblé y leí:

Necesitamos hablar de lo sucedido, Yoongi.

Por favor, ven a mi casa luego de clases. Quiero cortar esta amistad.

Att: Park Jimin.

El mundo pareció caerse a mis pies. Miré a Taehyung y él se encogió de hombros.

—Es de Jimin... —murmuré.

—Supe que le gusta Hoseok. —dijo Taehyung.

Lo miré con rabia.

—Yoongi, ¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo Taehyung y yo asentí, guardando la carta. —¿Te gusta Jimin?

Me quedé helado ante su pregunta. Levanté la mirada con temor y me lamí los labios.

—Yo... —empecé a hablar.

¿Me gusta Jimin? ¿En serio? ¿De mi mejor amigo? ¿Soy gay? Obvio que soy gay. Pero, ¿Me gusta Jimin?

Conciencia, ya acepté que soy gay. ¿Puedes hablar conmigo ahora?

Eres un imbécil.

¡Por fin! ¿Dónde estabas?

Dándome unas vacaciones mientras navegabas en labios del prohibido.

Pero, si Taehyung es el de las cartas. Le gusto. ¿Por qué no podía besarlo?

Porque te gusta Jimin, idiota.

Entonces, ¿Sí me gusta Jimin?

No lo sé, tu dime.

No sirves como conciencia gay.

Tú, no sirves como cuerpo para una conciencia gay.

—Yoongi, ¿Me estás ignorando? —habló Taehyung.

—No, para nada. —sí, sí lo estaba haciendo.

—Entonces. ¿Te gusta o no? —insistió.

Me rasqué la nuca, buscando alguna excusa. No estaba seguro, pero quería ver a Jimin.

El timbre sonó salvándome la patria. Cogí mi mochila, la cual andaba en el suelo y miré a Taehyung.

—Lo siento, debo irme. —dije caminando hacia la puerta.

La abrí con fuerza y salí corriendo del baño de hombres. Corrí por todo el pasillo, buscando a Jimin con la mirada. Mi corazón, quería salirse de mi pecho. Me sentía tan eufórico. Busqué y busqué. Ya se habían acabado las clases, pero quizá podrías irnos juntos como siempre acostumbramos. Así que corrí al último lugar en donde me esperaría en el vestidor de hombres.

Volví a correr, mis pulmones se encontraban congestionados, que no me permitían respirar bien por lo agitado que me encontraba. Los estudiantes, apenas empezaban a salir de la preparatoria cuando llegue a la puerta del vestidor de hombres. Miré la puerta unos segundos, mientras cobraba el aire perdido. Me lamí los labios y luego pasé saliva para empujar la puerta.

Sin decir una palabra, caminé entre las filas de casilleros buscando su cabellera anaranjada pero lo único que escuché fueron algunos jadeos. Arrugué mi ceño y quise saber quién podía ser. Me escabullí entre los casilleros y escuché una voz.

—Muévete un poco más... —era la voz de Hoseok.

La piel se me erizó, cuando estaba más cerca y los gemidos se escuchaban con más claridad. Hoseok, no estaba solo. Apreté los puños junto a mi mandíbula rezando para que no fuera Jimin, pero cuando llegue a la última hilera de casilleros, asomé mi cabeza con curiosidad y pude ver la espalda de Jimin arqueada, mientras Hoseok lo penetraba. Jimin, soltó un gemido al aire y se agarró de los bancos, lo estaba disfrutando.

Aparté la mirada con decepción y salí de los vestidores de hombres. El nudo en la garganta apareció, mientras caminaba por el pasillo hacia la salida. Pero, estaba vez, aquel nudo venían con fuertes lágrimas. Yo, Min Yoongi, estaba llorando por mi mejor amigo. 


































—Smap.

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