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- muy bien, ahora salgamos de aquí y... - empecé a decirle pero el me toma de la mano y me voltea de nuevo hacia el. Estábamos justo detrás de la puerta de su habitación, listos para salir y seguir con nuestras vidas pero soy honesta, no quería, ni el tampoco. Pero teníamos que.

- ¿y si le decimos a todo mundo que se vaya y nos quedamos solo tú y yo? - me acaricia las mejillas.

- tienes una cena a la cual atender, se han de preguntar en estos momentos el porque te desapareciste tanto tiempo.

- al diablo la cena. - le sonreí, me vuelve a besar y me nace abrazar se su cuello para tenerlo cerca pero detrás nuestro, la puerta empieza a sonar.

- Andy ¿estás ahí? - me grita del otro lado Katt. - solo para avisarte que Ben ya llegó.

- oh vaya, definitivamente eso no es música para mis oídos.- Andrew me baja y se va a caminar por la habitación; realmente no encuentro una explicación que darle. Empecé a acomodarme el vestido y el cabello para no salir tan desarreglada pero Andrew regresa velozmente y me baja los tirantes.

- infantil de tu parte.

- por favor dime que saldremos de esta habitación porque tenemos que y no porque quieras quedar bien frente a él.

- escucha, independientemente de lo que suceda entre nosotros... - el se acerca más pero lo detengo. - si tengo que hacer lo correcto y dejarle en claro que solo puedo ofrecerle mi amistad.

- si, suena bien. Inclusive, pienso igual que tu.

- hablamos de esto luego ¿si? - el termina asintiendo y estoy por abrir la puerta pero es Katt quien la abre. - ho-hola.

- espera... ustedes dos cogieron. - Ella se ataca de la risa en ese momento. - esto es increíble. Malditos enamorados, nunca nadie podrá separarlos ¿no es así?

- quizás cierto británico de cabello negro y lindos ojos. - Palmer se muestra a un lado suyo y la miré molesta. - ¿qué? Es la verdad.

- no, no es el caso. - voltee a ver a Andrew y el me sonríe. Le doy un beso en la mejilla y me vuelvo a acomodar los tirantes, ahora si. 

- si, vaya que están muy enamorados. - confirma Palmer. - si esta diosa no pudo lograrlo, ni yo...

- que también eres una diosa. - le dice Katt dandole un beso en la mejilla.

- Andrew y Andrew por siempre. - ellas empiezan a molestarnos jugando y pudo haber sido un lindo momento para disfrutar y de reír con ellas pero no podía dejar de pensar en el que Ben estaba aquí y seguramente esperando algún trato mío diferente el cual ahora no podría darle.

- voy a um... a hablar con el.

- yo a la cena. - Andrew y yo nos estrechamos la mano, como si no acabábamos de hacer el amor hace unos minutos y el se fue por otra dirección y yo por la otra. Estaba por ir a buscar a Ben cuando ambas me detienen.

- ¿qué vas a decirle exactamente?

- la verdad, que soy una maldita por darle a entender que pudo haber pasado algo cuando me acabo de acostar con mi ex novio.

- ¿te puedo golpear? - Palmer me dice y vaya que me asustó.

- preferiría que no lo hicieras la verdad...

- a ver mujer, el té dijo que sabía a lo que se metía cuando intentó algo contigo, sabía que a ti te seguía vibrando tu zona íntima por el castaño y...

- ¿qué rayos estás diciendo? - la interrumpí.

- el punto es que no le debes ninguna explicación. - Katt me dice. - es tu cumpleaños, deja de torturarte y...

- feliz cumpleaños hermosa. - Ben se muestra y me carga dándome una vuelta para besarme en la mejilla. - lamento llegar tarde pero se cruzó algo pero... salí temprano.

- demonios. - dice Katt y voltee a verla. - olvida lo que dije, si deberías sentirte mal.

- Gracias por el apoyo. - le dije y Ben nos ve confundidos. - Gracias por venir Ben. - le di un abrazo y el se acerca para darme un beso pero me hago a un lado. - oye ¿podemos hablar?

- por supuesto, vamos. - me toma de la mano y vamos al balcón. Es tan extraño recordar este lugar porque aquí fue donde Andrew me dijo que le gusto y luego se enojo porque me enojé yo y... ay diablos, odio esto. - ¿cómo te la estás pasando?

- las cosas van bien. - tomé asiento en una de las sillas y el en la otra. - pasó algo.

- supongo que con Andrew.

- ¿cómo lo sabes?

- bueno um, supongo que tiene sentido. - se acomoda su traje, supongo que se debe a que viene de su cena y por ello tan elegante. - estás enamorada de él y por más que decidas qué no sea así, termina pasando. - bajé la mirada. - tranquila, no te odio.

- deberías.

- no, por supuesto que no. - me levanta el rostro, tomando de mi barbilla. - creo que lo único que odio es haberme enamorado de una mujer que no tiene espacio en su corazón para otro hombre.

- si todo fuera diferente...

- lo sé. - el sonríe y me acaricia la mejilla. - llegué tarde supongo. - reí ante ello. - debiste ser mi vecina.

- curiosa situación. - nos pusimos de pie ambos y le di un abrazo. - y... tampoco iría a Londres.

- me lo imaginé. - mete las manos a sus bolsillos una vez que nos separamos. - ¿podemos seguir siendo amigos?

- por supuesto, si. Nada me haría más feliz. - nos volvimos a dar un abrazo y el se separa para entregarme un regalo de cumpleaños. - no debiste.

- es un suéter. - sonreí al verlo. - se lo mucho que te gusta usarlos. 

- es divino. - en efecto, era uno color café con rombos color beige. - muchas gracias.

- será mejor que me vaya. - el dice literalmente solo eso y sale del balcón, yo voy caminando detrás suyo.

- no tienes porque irte, creí que quedamos como amigos y...

- supongo que ahorita lo que tu necesitas es tiempo con tus amigos y seres queridos.

- pero tu eres mi amigo.

- yo en cambio lo que ocupo ahora es tiempo. - asentí con la cabeza. - repito, no estoy molesto. Pero supongo que um... necesito estar en otro lugar en estos momentos.

- valido. 

- felicidades, linda. - me vuelve a abrazar y lo abrazo con fuerza. - disfruta mucho de tu noche.

- te quiero. - el sonríe ante ello.

- yo a ti. - y sale del lugar. 

- ¿cómo te sientes? - Katt llega y me pregunta mientras coloca una mano en mi hombro. - ¿mal?

- un poco, si.

- toma. 

- gracias, Palmer. - me entrega un vaso y lo tomé con tanta confianza pensando que era agua pero era tequila y terminé escupiéndolo.- no era lo que esperaba.

- es una fiesta ¿qué esperabas? ¿refresco de naranja? 

- voy a salir. - dije regresándole el vaso y tomando de mi bolso. 

- ¿a donde? - me preguntan al mismo tiempo. 

- um... a caminar. - no se si era lo mas correcto el irme de mi fiesta pero definitivamente no quería estar ahí. Me gustan mucho las fiestas, pero no las mías. Odio ser anfitriona. Pero todo mejoró cuando al mismo tiempo, salió Andrew del departamento de los Brown y tan solo nos sonreímos.

- ¿esto lo planeaste? - le pregunté para molestarlo.

- créeme que ningún encuentro contigo fue planeado. - corrí a su lado y el por igual. - te la vives en los pasillos, es por eso.

- si bueno, tu también. - reímos juntos y tomé de su mano. - ¿por qué saliste?

- dije que tenía algo que hacer y que tenía que irme. - levanta ambos hombros. - es algo noche para un helado pero... se a donde podemos ir.

- ¿a donde? - aun tomando de mi mano, salimos corriendo hacia el ascensor antes de que alguien se diera cuenta que escapamos juntos. 

Salimos del edificio y literalmente corrimos como tontos por toda la ciudad y era tan divertido, de verdad, estábamos actuando como niños y nadie podía impedirlo. Llegamos a un parque y por igual corrimos por ahí y nos detuvimos a jugar en los juegos. En serio estaba pasándola mejor con el haciendo tonterías que en la fiesta y creo que se debe a que el no estaba conmigo. Todo era mejor cuando el estaba a mi lado y es que... esa es la cosa.

Si, Ben fue el primer hombre que fue placentero ante mi vista. Al chico al cual encontraba de lo mas lindo fisicamente y también al que una vez conociéndolo, se convirtió en una persona muy importante para mi. Pero con Andrew todo fue tan diferente. Quizás disfrutaba una que otra película de el o me parecía lindo, pero no me gustaba. De el si me enamoré genuinamente por como era su persona y como me hacía sentir. Nunca antes nadie se había preocupado tanto por mi ni me había respetado o admirado como el lo hace. Pasé de sentirme pequeña a un lado de la perfección de mis primas a la persona que el mas quiere y eso... eso se siente fabuloso. Importarle a alguien. Pasé de creer que una de las personas mas cercanas a mi y con quien pasé años llamando mejor amiga, terminó siendo una persona la cual solo buscaba dañarme y alguien a quien conocí hace tan poco, es mas importante para mi ahora.

Si, hay problemas, siempre los habrá pero amo que queremos siempre dejarlos de lado y enfocarnos en lo grande que es que, nos amamos y nada ni nadie puede cambiar eso. Esto sonará de lo mas romántico empalagoso pero vaya que nada me hacía mas feliz que el arte. Nada me sacaba una mejor sonrisa que una buena pintura pero ahora... esa sonrisa tenía nombre y apellido. Es mi corazón entero. 

Nos detuvimos en la que parecía ser una heladería y me reí.

- no hay nadie, esta cerrado, realmente no se que esperabas.

- nada en lo absoluto. - dice mientras saca de su bolsillo una llave. - causalmente tengo un amigo el cual es dueño del lugar.

- ¿vienes aquí en las noches a comer solo? 

- no, vengo hoy contigo a comer helado. - me extiende la mano para que la tomé y eso hice. Entramos al lugar y estaba todo oscuro por las obvias razones. - esto es para ti.  - me coloca el abrigo que alguna vez quise tomar. No pude evitar reírme mucho con eso. - tranquila, se que te encanta y que lo usas cada que puedes.

FLASHBACK

- ¿quién eres tu? - estaba por contestarle pero este me interrumpe de nuevo. - llevas mi abrigo. ¿Por qué?

- lo siento tanto, soy una muy mala persona. - dije nerviosa. - me retaron a entrar y tomar un abrigo y...

- ¿y creíste que robar era una buena idea? - negué con la cabeza. - creo que voy a llamar a la policía.

- ¡no! - dije muy asustada. - no, yo... perdón. Solo fue un tonto reto. Lamento haber arruinado tu cita, no quise que eso sucediera yo... lo siento.

- solo retírate el abrigo y sal de aquí ¿si? - asentí con la cabeza y en cuanto estaba por quitármelo, recordé que no tenía ropa debajo. Así que me detuve. - creo que me escuchaste y no veo el porque no lo haces.

- es que... no traigo ropa debajo. - cuando dije eso, el se ríe. - es verdad, lo juro. Pero Kat la dejó afuera, en la entrada. - dije esperanzada de encontrarla ahí pero al yo abrir la puerta, ella ya no se encontraba ahí. Ni mi ropa. Como la odio.

- ¿Kat es un fantasma? - negué con la cabeza. - entonces déjame ver si entiendo. No solo arruinaste la que pudo haber sido la mejor noche de mi vida con la mujer de mis sueños...

- lo siento.

- sino que también te saldrás con la tuya y te llevaras mi abrigo de un millón de doblares.

- ¿eso vale en serio? - dije casi gritando pero el solo se me queda mirando y pensando en que decir creo yo.

FIN DEL FLASHBACK

- pero que recuerdos. - dije mientras me acomodaba bien las mangas. 

- estas por entrar a un refrigerador, es mas que nada para que no te mueras de frío. - me da un beso en la frente y abre de la puerta. - ta-rán.

- helado. - voltee a verlo a el. - te has tomado muy en serio la idea de que me gusta mucho el helado ¿lo sabías?

- calla y disfruta del momento. - me empuja y corre a tomar uno de los baldes. - galleta, obvio.

- delicioso. - corrí a su lado y ambos nos sentamos en el suelo para empezar a comer. - recuerdo mucho el día que nos conocimos. - el voltea a verme. - lo recuerdo mas ahora que traigo el abrigo puesto.

- claro, yo igual lo recuerdo bien... arruinaste mi cita con Palmer.

- curioso como todo cambia.

- curioso como pensé que esa sería la mejor noche de mi vida con la mujer de mis sueños. - el ríe. - que equivocado estaba.

- un poco.

- demasiado. - se acerca a mi y me besa. - tu eres la mujer de mis sueños. - le sonreí.

- ¿esta es la mejor noche de tu vida? ¿comiendo helado en la madrugada?

- la mejor noche de mi vida creo que fue esa que Katt te retó a entrar a mi departamento. 

- fácilmente también mi noche favorita. - dejé a un lado el balde de helado y brinqué a su lado para besarlo.